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Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo: La guerra contra las mujeres

La-guerra-contra-las-mujeres-1536x864.jpgHaidé Serrano

Hay una guerra contra las mujeres en todo el mundo. Esta semana, las autoridades afganas dieron a conocer una legislación que, según la ONU, intenta convertir a las mujeres en “sombras sin rostro ni voz”. Se trata de una serie de medidas que refuerzan las violaciones a sus derechos, como la libertad de expresión, de circulación y de discriminación.

“La ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio recientemente adoptada por las autoridades de facto de Afganistán consolida políticas que borran por completo la presencia de las mujeres en público”, advirtió este martes la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

Las mujeres tienen prohibido circular en la calle sin la compañía de un familiar varón; prohibición que se extiende a los proveedores de transporte para trasladarlas si no cumplen con este requisito. También se endurece la medida de la vestimenta, pues se les obliga a usar ropas que las cubran de los pies a la cabeza, incluido el rostro, con la prenda conocida como “burka” que solamente deja una abertura con malla para los ojos. Además, ninguna mujer podrá hablar en público.

México no se queda atrás. El derecho más importante que es una vida libre de violencia es gran ausente. Todos los días mueren de manera violenta al menos 11 mujeres. La impunidad en el delito de feminicidio es atroz: sólo el 5 por ciento terminan en una sentencia condenatoria, o lo que es lo mismo el 95 por ciento de los casos quedan en la impunidad.

“En México de cada 100 delitos que se cometen, sólo 6.4 se denuncian; de cada 100 delitos que se denuncian, sólo 14 se resuelven. Esto quiere decir que la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan sólo de 0.9%”. (Impunidad Cero / INEGI)

La norma es la impunidad, que es exponencial si se trata de niñas y mujeres.

El caso de la saxofonista mexicana María Elena Ríos refleja cómo los agresores, jueces, abogados refrendan el pacto de la violencia machista todos los días. Han pasado cinco años en que su agresor Juan Antonio Vera Carrizal intentó asesinarla arrojándole ácido y aún no llega la justicia. Hace unos días, el juez José Gabriel Ramírez lo absolvió por el delito de feminicidio en grado de tentativa.

En San Luis Potosí el gobierno levantó la Alerta de Género en municipios que han registrado feminicidios: Matehuala, Tamuín y Tamazunchale. En ellos, especialistas han identificado que, desde 2019, hay una alta incidencia de violencia de género contra las mujeres, violencia familiar, hacia las parejas, en la comunidad y feminicidios.

En la capital, el Congreso de la Ciudad de México quiere aplazar la 3 de 3 hasta 2030, lo que permitirá a los deudores alimentarios y violentadores seguir participando en candidaturas y en el servicio público seis años más.

De acuerdo con el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia del 2015 a 2021, el número de niñas y mujeres desaparecidas y no localizadas en el país aumentó casi tres veces, es decir, este sexenio se incrementó en un 161.6%.

Y la lista sigue. Una guerra contra las mujeres que parece no tener fin.

@HaideSerrano es maestra en Género, Derecho y Proceso Penal y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Consejera del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias de Quintana Roo.

Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo: La señora de los gatos

Haidé Serrano

Hablemos de un estereotipo que quiere denostar a algunas mujeres: “la señora de los gatos”. Es un intento de insulto recurrente en las personas machistas. Muy frecuente en los espacios donde se habla de feminismo, como en mis redes sociales. Por ejemplo: me preguntan cuántos gatos tengo, si ya comencé con el primero y que seguramente me convertiré, sino es que ya lo soy, en “la señora de los gatos”.

Esto, según los machistas, es sinónimo de soledad y de fracaso porque el estereotipo del éxito en una mujer es aquélla que tiene hijas e hijos, está casada con un hombre (ergo, es heterosexual), su esposo sigue con ella —o sea, no está “sola”— y ¡no tiene gatos!

Esta frase es un “micromachismo” que de micro no tiene nada y sí mucho de machismo. La expresión se ha normalizado y en muchas ocasiones se dice sin pensar en la carga de violencia que pueda contener. Y en el dolor que puede causar en personas que no tienen hijos e hijas y que lo desearon e intentaron y no lo consiguieron.

Esta violencia machista recobró notoriedad cuando el senador J.D. Vance, compañero de fórmula de Donald Trump, se refirió de forma despectiva a varias mujeres y a Kamala Harris —actual candidata a la presidencia de Estados Unidos— como “cat lady” o “señora de los gatos”, haciendo hincapié en que no tienen hijos biológicos y que por esta razón viven vidas miserables.

En el ámbito público y tratándose de la disputa por cargos políticos también se convierte en violencia política de género, pues cuestionan las decisiones de las mujeres con relación a la maternidad, a su estado civil, a su profesión y en general a cómo vivir su vida, cosa que por cierto sólo le incumbe a quien la vive.

Este estereotipo sexista también lo popularizaron Los Simpson (otro ejemplo de cómo la televisión contribuye al machismo). Está retratado en el personaje de Eleanor Abernathy. De joven tuvo una vida académica exitosa, se doctoró en Harvard y Yale; hizo una pausa en su carrera por una licencia de maternidad. La historia la retrata sin pareja. Después, no se sabe qué pasó con ese bebé, tampoco si se casó, tampoco su preferencia sexual, sólo que vive sola, parece estar loca, es adulta mayor y tiene infinidad de gatos que le lanza a quienes se acercan a su casa. A los ojos de la sociedad machista y patriarcal, es una mujer que fracasó.

Otra característica de la también conocida como “la loca de los gatos” es su “fealdad” que va acompañada de su vejez. Ambos “pecados capitales” que no pueden cometer las mujeres, pues la exigencia de juventud permanente y cánones de belleza anglosajones se imponen desde el capitalismo, para mantener a las mujeres adictas al consumo de productos cosméticos y gastar cientos de miles de pesos al año.

El sistema capitalista y patriarcal encuentra formas permanentes y constantes para controlar a las mujeres. Las frases que se insertan en la cultura y su expresión cotidiana son muy efectivas. Son formas de dominio disfrazadas de humor.

Y los objetivos son que las mujeres no ejerzan su libertad ni sus derechos humanos. Que crean que el único destino es la maternidad, cuidar de los demás sin cobrar un peso por ese trabajo y que el amor de un hombre es la salvación, todo esto en el marco de un matrimonio consagrado por alguna religión.

Lo bueno: el feminismo ha desvelado violencias como esta y otras y millones de mujeres están avanzando en desmontar las expectativas machistas y en construirse las propias.

Vamos avanzando y los gatos también nos acompañan, ¡ja!

Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo: Pensión a mujeres de 60 años, cuestión de justicia

Haidé Serrano

Vivimos en una sociedad que ha dividido el trabajo entre las personas dependiendo de su sexo. A esto, se le llama división sexual del trabajo. A las mujeres se les asignan, principalmente, las tareas del hogar y de cuidados de la familia, labores que no son reconocidas como trabajo y que no reciben remuneración alguna.

En numerosos casos, las mujeres llegan a la adultez mayor sin propiedades, ahorros y solas. Han dedicado toda su vida a cuidar a su familia. Han trabajado sí, pero no lo pueden poner en un currículum si quieren ocuparse fuera de casa. Es decir, no tienen “experiencia laboral”. Tampoco tienen afore o pensión. Sus posibilidades de insertarse en el mercado son escasas y de vivir dignamente la vejez también son mínimas.

¿Por qué? Porque la sociedad actual ha definido roles de género que generan desigualdades y perjudican especialmente a las mujeres. En muchos casos, así se generan diversas violencias. Una de ellas es clave: la violencia económica. Las mujeres que no tienen recursos económicos difícilmente pueden escapar de la violencia física o psicológica a manos de sus parejas o de sus familiares. No son las principales proveedoras del dinero y por ello no lo controlan.

Es cierto que los hombres están asumiendo las responsabilidades que les tocan en la crianza de sus hijas e hijos, el cuidado de las y los adultos mayores, las personas enfermas y las tareas del hogar. Pero aún es insuficiente. De acuerdo con el Inegi, las mujeres se hacen cargo de estas ocupaciones en un promedio de 40 horas a la semana, mientras que los hombres solamente 15.9.

La presidenta electa de México, la Dra. Claudia Sheinbaum, dio a conocer hace unos días la pensión para mujeres de entre 60 y 64 años, que será también un derecho constitucional y que comenzará a entregarse en el 2025. Es la primera vez en la historia del país que las mujeres de este rango de edad tendrán una pensión. 

Las mujeres adultas mayores son un grupo vulnerable, pero su precariedad se acentúa si son indígenas, afromexicanas y si tienen alguna discapacidad. En México hay 1 millón 138 mil 670 mujeres mayores de 60 años con alguna discapacidad, y 22 mil 916 tienen más de 4 limitaciones. En muchos de estos casos viven solas.

La pensión para las mujeres de 60 a 64 años, dijo Claudia Sheinbaum, será de 3,000 pesos bimestrales (se depositará cada dos meses) en una tarjeta bancaria, es decir, no habrá intermediarios. Este monto equivale al 50 por ciento de la Pensión Universal de Personas Adultas Mayores de 65 años y más, que se otorga por igual a hombres y mujeres.

En México, las mujeres adultas mayores representan el 53.7%, es decir, que se presenta “un fenómeno de feminización del envejecimiento: son más las mujeres que los varones que llegan a la vejez”. De ese porcentaje, el 7.9% son mujeres hablantes de alguna lengua indígena; además, hay 1 millón 138 mil 670 mujeres mayores de 60 años con alguna discapacidad y 22 mil 916 tienen más de 4 limitaciones (Inegi, 2020).

Por lo anterior, la pensión que se otorgará a las mujeres de entre 60 y 64 años de edad es un acto de justicia, pero también un avance en asumir que el trabajo del hogar y de cuidados ha sido feminizado y, sobre todo, que debe reconocerse y pagarse, así como democratizarse en lo familiar y comunitario, lo que implica insistir en el Sistema Nacional de Cuidados.

Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo: Mucho machismo, pocos orgasmos

Haidé Serrano

La sexualidad de las mujeres no se le ha escapado al patriarcado. Ha sido blanco de adoctrinamiento para alejarlas de sus cuerpos. En particular, las religiones han inventado tabúes, perversiones y otras mentiras para controlar los cuerpos de las mujeres. El placer femenino ha sido estigmatizado. Y el disfrute se ha asociado con el “pecado”.

La tortura en las mujeres para que no sientan placer está presente en la historia de la humanidad y también en la actualidad. Por monstruoso que parezca, aún en este 2024 niñas y mujeres sufren ablaciones genitales. De acuerdo con cifras de Naciones Unidas (ONU), una de cada 20 niñas y mujeres ha sufrido alguna forma de mutilación genital femenina. Hoy se practica en Sudamérica, Medio Oriente, Asia, África, Australia, Europa (en comunidades de inmigrantes) y en el norte de América. Esto significa que alrededor de 200 millones de mujeres han sido sometidas a algún tipo de corte, cambio o eliminación de la parte externa de sus genitales.

Por esto es relevante el 8 de agosto, Día Internacional del Orgasmo Femenino. Es una efeméride para hablar de sexualidad femenina, para tener conversaciones necesarias sobre “nuestras cuerpas” y, sobre todo, del orgasmo. Temas que se han considerado vetados, malignos, y sucios. Lo que ha contribuido a aumentar la ignorancia y perpetuar la violencia y el machismo.

Así como todo lo que tiene que ver con mujeres, en esta sociedad patriarcal y machista, el placer femenino ha sido poco estudiado y lo que se conoce es reciente. Las encuestas también son nuevas y arrojan datos que es conveniente resaltar.

No es un secreto que numerosas mujeres en relaciones heterosexuales fingen los orgasmos. Pero hoy sabemos que también los experimentan menos. El estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista Sexual Medicine arrojó que las mujeres experimentan menos orgasmos en un 46 a 58 por ciento en comparación con los hombres, que reportan entre un 70 al 85 por ciento. Los resultados indican que la brecha de orgasmo es de 22 a 30 por ciento entre hombres y mujeres y se mantiene independientemente de su edad.

Y si las preferencias sexuales cambian, las mujeres heterosexuales quedan en último lugar: son las que menos orgasmos experimentan. Mientras que los hombres heterosexuales son los que más. Las personas gays y lesbianas disfrutan más orgasmos, de acuerdo con el estudio “Differences in Orgasm Frequency Among Gay, Lesbian, Bisexual, and Heterosexual Men and Women in a U.S. National Sample”.

Frecuencia del orgasmo entre hombres y mujeres homosexuales, lesbianas, bisexuales y heterosexuales en Estados Unidos:

  • Hombres heterosexuales  95%
  • Hombres homosexuales   89%
  • Hombres bisexuales         88%
  • Mujeres lesbianas            86%
  • Mujeres bisexuales          66%
  • Mujeres heterosexuales   65%

La autora del libro “Come together” y educadora sexual Emily Nagoski afirma que, si las mujeres centran su placer en el coito y se olvidan del clítoris, los orgasmos son menores.

La educación sexual formal en nuestra cultura es escasa. Tampoco es común en las familias. El conocimiento a este respecto proviene principalmente del porno. Y las prácticas sexuales en videos gratuitos en internet están centradas en el coito, en el placer masculino y en el falo, no en el clítoris.

Por ello, el 8 de agosto, Día Internacional del Orgasmo Femenino es una fecha para revisar los estereotipos de género que empañan el placer de las mujeres. Indagar en los prejuicios e ideas preconcebidas que tenemos acerca de nuestro placer y el de nuestras parejas. Y procurarnos más orgasmos.

https://academic.oup.com/smoa/article/12/3/qfae042/7702123

https://link.springer.com/article/10.1007/s10508-017-0939-z?wt_mc=Affiliate.CommissionJunction.3.EPR1089.DeepLink&utm_medium=affiliate&utm_source=commission_junction&utm_campaign=3_nsn6445_deeplink&utm_content=deeplink

@HaideSerrano es maestra en Género, Derecho y Proceso Penal y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Consejera del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias de Quintana Roo.

Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo: La farsa de las "trad wifes"

Haidé Serrano

<<Mis cosas favoritas de la vida no cuestan dinero. Está claro que el recurso más preciado que tenemos es el tiempo.>> (Steve Jobs)

Hay una tendencia actual en las redes sociales sobre las mujeres como servidumbre o “trad wifes”, en español esposas tradicionales. Son mujeres creadoras de contenido enalteciendo las tareas del hogar. Son jóvenes, blancas, heterosexuales, delgadas, bellas (según el estándar occidental), de voz aniñada, acicaladas, cristianas (en el caso de algunas estadounidenses) y adineradas.

Se trata de videos de mujeres reivindicando los trabajos de cuidados de la familia y las tareas en el hogar (sin remuneración, claro está). Mujeres que se oponen al feminismo y que tiene a sus máximas representantes en Estados Unidos y en Europa.

Según estas creadoras de contenido (o quienes están detrás de ellas) #tradwifes, el sueño de toda mujer es estar al servicio de los hombres, de sus hijas e hijos y resto de la familia. Un sueño que las feministas han destruido porque ahora las mujeres prefieren salir a trabajar que cuidar del hombre que las ama.

Primero, la farsa de las “trad wifes” nos quiere hacer creer que AHORA SÍ los hombres se hacen cargo como adultos funcionales que son de limpiar lo que ensucian en su casa y que AHORA SÍ cuidan a las hijas e hijos que engendraron. Y segundo, que esto es una total injusticia, claro, por culpa de las feministas.

Esta farsa se suma a otra de las grandes mentiras del patriarcado: sólo las mujeres por haber nacido mujeres deben hacerse cargo de las tareas del hogar y de cuidado sin remuneración alguna. Durante siglos, las mujeres han sido víctimas de violencia económica por esta falsedad. Han dedicado toda su vida y tiempo al trabajo doméstico y cuidado de sus familias sin paga ni reconocimiento y al paso de los años se han encontrado viejas, pobres, sin patrimonio y abandonadas por sus esposos y familia. Es decir, explotadas a favor no solamente de los hombres, sino del sistema capitalista y patriarcal.

Las tareas del hogar y de cuidados implican las 24 horas del día. Las “influencers trad wifes” emplean incontables horas en las preparaciones de sus recetas. Más la pre, post y producción de sus videos que, además, tienen una estética muy elaborada. Sin contar el tiempo que emplean en peinarse, maquillarse y vestirse para la grabación. ¿En serio son amas de casa tradicionales? ¡Mentira! No tienen ese tiempo. Y si lo tienen es porque son otras mujeres las que hacen ese trabajo por ellas. Mujeres que seguramente se encuentran en situación de pobreza, son migrantes, desplazadas por la violencia en sus países; y realizan trabajos de cuidados y del hogar por sueldos miserables y sin prestaciones laborales.

Aparentemente las “trad wifes” glorifican los trabajos de cuidados y del hogar al hacerlos visibles. Les recuerdo que las primeras en hacerlos notar fueron las feministas. Pero ocultan el problema de fondo: estos trabajos siguen sin pagarse. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México en el 2022, el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados reportó un monto de 7.2 billones de pesos. Y son las mujeres las que siguen haciéndose cargo de este trabajo SIN PAGA: en 2021, ellas dedicaron 40 horas semanales, mientras que los hombres 15.9 horas.

Vivimos en una cultura tan machista que aún hoy millones personas siguen creyendo que quienes nacieron con vulva deben trabajar gratis para quienes nacieron con pene. Nos creímos esta mentira en la que se basa la desigualdad económica sobre la que se fundamenta gran parte de la violencia de género en contra de las mujeres, en particular la violencia económica.

Me imagino que quienes financian a las “trad wifes” enfocan sus esfuerzos en las, los y les jóvenes, quienes ya se asumen feministas, rechazan el machismo y tienen más claro que la desigualdad les perjudica. Son activistas del patriarcado que defienden la explotación de las mujeres.

Afortunadamente, los roles de género tradicionales están cada vez más en cuestionamiento y son rechazados por la desigualdad y violencia que generan.

@HaideSerrano es maestra en Género, Derecho y Proceso Penal y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Consejera del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias de Quintana Roo.

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