Haidé Serrano

María Elena Ríos Ortiz es sobreviviente de tentativa de feminicidio. En 2019, su ex pareja sentimental le arrojó ácido sulfúrico 98 por ciento puro. Fue un acto cobarde en el que estuvo involucrado el propio hijo del perpetrador y tres personas más. María Elena se sobrepuso a las lesiones para enfrentar a un sistema judicial corrupto que le ha impedido acceder a la justicia, aun pasado todo este tiempo.

Las víctimas de “violencia ácida” que sobreviven, y sus familias, siguen enfrentando amenazas, desplazamiento forzado, falta de reinserción social, pérdidas económicas y de salud, y ausencia de la reparación del daño, además de la continua violación a sus derechos humanos.

La saxofonista y activista María Elena Ríos Ortiz encabeza un movimiento para que se tipifique este crimen como tentativa de feminicidio. En entrevista, me explicó que la “Ley Malena” —ya aprobada en Puebla—, en honor a su nombre tiene dos pilares:

“El primero es tipificar como tentativa de feminicidio o feminicidio. Porque desafortunadamente, cuando se emite o se abre una carpeta de investigación por este tipo de delitos, lo que sucede es que los catalogan como lesiones y las lesiones pueden ser un moretón. Evidentemente, no son lesiones como un moretón, son lesiones que te cambian la vida, donde llegan a tu órgano más grande, que el órgano más grande del cuerpo humano, que es la piel. No es solamente el hecho de que te dejen marcada, sino que cuando te vacían cualquier tipo de ácido, te queman con gasolina, diésel o alcohol. Hay casos en donde les han arrojado Kolaloka a los ojos de las mujeres. Cualquier sustancia química de esta índole que permita quemar o que permita que muera alguno de los órganos como los ojos, en donde se tenga que amputar alguna parte del cuerpo, no son lesiones, ponen en riesgo tu vida. Por eso se tiene que tipificar en el Código Penal de cada estado. Y aunque esta iniciativa de ley está muy estudiada, muy evaluada por todas las instituciones posibles, se tiene que readaptar al entorno, porque las costumbres, tradiciones políticas territorios de cada estado, de la República, es totalmente diferente, entonces se tiene que readaptar.

“El segundo pilar importantísimo es que sea reconocido en la Ley general de las mujeres a una vida libre de violencia, como violencia ácida. Esta conceptualización no es una conceptualización que yo esté inventando, sino que está estandarizada a nivel internacional. ¿Por qué? Porque aunque evidentemente te deja marcas físicas, no es violencia física, porque no te golpearon, sino que te vaciaron ácido o alguna sustancia química, como está el estándar internacional. Cuando nosotros conjugamos estos dos elementos, el panorama en automático cambia. No me atrevería a decir que cambie de una manera totalitaria, porque para que se cambie de manera total esta perspectiva, se tiene que reformar el poder judicial y es algo con lo que los poderes están lidiando. Y siempre hay ese conflicto porque el Poder Judicial no se quiere reformar.”

La “Ley Malena” también contempla que las sobrevivientes de este tipo de violencia extrema tengan acceso a la salud, que el Estado se comprometa a cubrir los requerimientos necesarios de las víctimas tanto en su recuperación física, como emocional y mental. Y a un seguimiento adecuado en los hospitales especializados para este tipo de lesiones.

También, la propuesta de reforma, refiere en entrevista María Elena Ríos, es que se realice registro de víctimas. Porque hasta el momento las diversas instituciones del gobierno tienen datos que no coinciden. “La Secretaría de Gobernación, en el primer semestre del 2022, publicó que hubo 222 amenazas con quemar a una mujer, de esas 222, 47 fueron perpetradas. Ya estamos entrando en el segundo semestre del 2023 y no se han despejado las cifras del año pasado. Y eso es muy grave porque es importante visibilizarlo también como lo estamos haciendo ahorita, porque claramente el poder judicial nos está fallando”, lamenta Ríos Ortiz.

María Elena Ríos pone de relieve otra secuela gravísima de la “violencia ácida” y es la falta de reinserción social de las sobrevivientes. “¿Cómo le hacemos para volver a salir a la calle y sentirnos seguras, sin sentir vergüenza? ¿Cómo le hacemos para buscar un trabajo? Porque parecemos monstruos. Yo estoy desempleada, mis compañeras están desempleadas o han sido corridas de sus empleos porque siempre simplemente no son ‘esa buena imagen’. Y acá entramos también con un blanqueamiento que sigue permeando a la sociedad en donde la mujer adecuada, a lo mejor la mujer presentable, va a ser la güerita, de ojos claros, cabello cafecito, delgadita.”

Sobre la “Ley Malena”, Ríos Ortiz afirma que con esta los ataques a las mujeres no se van a terminar, pero los feminicidas lo van a pensar dos veces. “En caso de que llegase a suceder este ataque y se vincule de manera adecuada a proceso al agresor o agresores, y este proceso se aligere para que conlleve o desemboque a una adecuada sentencia, esto es un ejemplo y un mensaje para todos los feminicidas que piensan hacer lo mismo, porque ya no la van a pensar ni una ni dos veces. La van a pensar tantas que no van a cometer el hecho, porque van a ser los que ya fueron sentenciados, van a ser el ejemplo vivo y real de que la justicia la estamos logrando, no María Elena, la estamos logrando legisladores, legisladoras, junto con el apoyo de la sociedad civil, que somos las mujeres que todo el tiempo estamos pidiendo justicia y mejores condiciones sociales para dejar de sobrevivir y comenzar a vivir una vida más tranquila”, sostiene.

Hoy está en las manos de las y los diputados la aprobación de la “Ley Malena”. Esperamos que el dolor por el que han pasado tantas víctimas y sus familias, la falta de justicia e impunidad del pasado y que aún se vive en el presente, sean útiles para que el Congreso de Quintana Roo reforme las leyes con perspectiva de género, con un claro entendimiento y responsabilidad que tienen para condenar el odio hacia las mujeres que se vive en la sociedad.

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.