Haidé Serrano

En casi todas las conversaciones sobre machismo, feminismo, género, alguien salta con la misma idea: las mujeres son las culpables del machismo. Esta, que yo le llamo “otra mentira del patriarcado” que hay que derribar, está muy arraigada y peligrosamente vigente.

La tienen numerosas personas en la punta de la lengua cuando estos temas se ponen en la mesa. Sueltan la idea con la seguridad de quien siente que tiene que defender sus creencias a como dé lugar.

Esta idea se desdobla en frases que quieren justificar la violencia en todos sus tipos, desde la familiar, sexual, económica, psicológica, física y política; además, el acoso laboral, verbal, sexual, callejero, y un largo y terrible etcétera.

Muchas de esas expresiones culpan incluso a quienes fueron víctimas de feminicidio.

Algunos de esos ejemplos ya son frases comunes, de tanto que se han repetido sin siquiera saber de dónde vienen o qué trasfondo tienen.

Las más habituales son las relacionadas con la educación. Les he escuchado:

“Es que son las mujeres –las madres—las que crían y educan a los machos, a los violentadores. Entonces, ¡ellas son las responsables de la violencia!”

En la mayoría de los casos, las argumentaciones quieren justificar a los hombres agresores. O al menos, quitarles responsabilidad. Pues según, son las propias mujeres las que los “provocan”, no les “ponen un alto”, no “les dejan”, “los perdonan una y otra vez”, “se hacen las tontas”.

Casi cualquier persona puede contar una anécdota de cómo una mujer violentada acudió a liberar a su agresor de la policía o la Fiscalía. Y la narración de esta historia quiere ser útil para sostener la idea de que si las cosas están tan mal, es por culpa de ellas.

Otra variación de esta misma mentira, es que “las mujeres son las peores enemigas de las mujeres”. Y aquí la conversación se nutre con numerosos cuentos de cómo fulanita le hizo aquella cosa a zutanita. Y más lugares comunes: “¡qué barbaridad, no que mucha sororidad! ¿Dónde quedó la hermandad? ¿Ven? ¡Cómo no sirve de nada eso del feminismo!”

La idea central es responsabilizar TAMBIÉN a las mujeres de la violencia en contra de nosotras. Desviando de nueva cuenta el foco del centro y origen, que es el propio patriarcado.

Las mujeres, así como todas las personas, nacimos en el mismo sistema patriarcal que el resto. Y no por el hecho de haber nacido con genitales femeninos eso nos vacuna del veneno del machismo. Nacer mujeres no nos hace menos o nada machistas. Aprendimos, al igual que tod@s, que hay un orden genérico. Lo aprendimos en la escuela, en la calle, en la casa, sí, de nuestra madre, pero también de toda la familia; al igual que de la educación del padre; o de su ausencia, porque también la falta de la figura paterna, educa, forma y define; asimilamos el patriarcado también de los mensajes en los medios de comunicación; de las jerarquías y figuras gobernantes –y la ausencia de mujeres en los puestos de liderazgo–; de la política toda, así como de la cultura y de las millones de mujeres que firmaron sus obras artísticas como anónimas, con nombres de hombres, o con nombres de sus parejas hombres.

Porque el patriarcado, como refiere la antropóloga Marcela Lagarde, está presente en el mundo, en los sujetos sociales (…). El género es la categoría correspondiente al orden sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad: la sexualidad a su vez definida y significada históricamente por el orden genérico”.

El patriarcado también ha delineado conductas para las mujeres que buscan enemistarlas con otras mujeres. Nos ha puesto a competir. Nos dice que desconfiemos y envidiemos a las demás.

Porque nos han hecho creer que no somos aliadas, cuando nuestras grandes conquistas las hemos logrado de las manos de otras mujeres. Hemos crecido y nos hemos desarrollado al amparo y cuidado de las mujeres.

Y en esto, las mujeres tenemos una gran e importante tarea. Desmontar nuestro propio machismo es una dura labor, pero necesaria en el camino de la paz; indispensable para la creación de relaciones respetuosas y libres de violencia, para empezar, con nosotras mismas y con las demás mujeres.

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.