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Feminismos en corto sin tanto rollo: La mejor película de la historia es de una mujer

Haidé Serrano

La película de Chantal Akerman “Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles” ha causado revuelo, otra vez. En esta ocasión por colocarse en el primer lugar de las mejores cien películas de la historia, según la encuesta de la revista inglesa Sight & Sound.

La polémica la protagoniza el machismo, otra vez, pues también es la primera vez que una mujer ocupa ese primer sitio. Las voces misóginas que reprueban los resultados de la encuesta no se inconformaron cuando Orson Wells ocupó ese primer sitio en cinco ocasiones con “Ciudadano Kane”; ¡como si después de los años 40 no se hubieran realizado más y mejores películas que esa!

“Jeanne Dielman” se estrenó en 1976 en el Festival de Cine de Cannes. Le Monde la calificó como “la primera obra maestra rodada en femenino de la historia del cine”, y New York Times la consideró como “la primera obra maestra del feminismo en la historia del cine”. Akerman no se consideraba feminista ni calificaba así su obra. Eso era lo de menos, esta cinta la volvió mundialmente famosa con sólo 25 años de edad, y críticos y cinéfilos la elogiaron como una obra maestra.

Han pasado 46 años para que las opiniones de 1,600 cineastas y críticos de cine coincidieran en clasificar “Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles” como la mejor de toda la historia del cine.

Estas listas no son ingenuas. Tienen propósitos ideológicos y económicos. Impulsan o disminuyen carreras de cineastas. Y que ninguna mujer haya ocupado el primer sitio en casi cien años es muestra clara del machismo de los encuestados.

El resultado de la encuesta de Sight & Sound es también el reflejo de su época. Lo que antes no fue valorado, especialmente por haber sido creado por una mujer, hoy tiene otro peso. Es un cambio de paradigma que, para muchos, aún es inaceptable. Sin embargo, defender criterios patriarcales en la actualidad ya es insostenible.

Sin embargo, aún falta mucho, pues solamente siete mujeres están consideradas en esa lista de cien. Las cineastas, además de Akerman, son Jane Campion, Julie Dash, Barbara Loden, Claire Denis, Agnes Varda, Céline Sciamma y Maya Deren.

La película de Chantal Akerman goza de vigencia y verla de nuevo o por primera vez aportará, en el mejor de los casos, a nuestra deconstrucción machista. Y tú, ¿ya la viste?

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.

Feminismos en corto sin tanto rollo: Despenalización del aborto, ¿qué sigue?

Haidé Serrano

Los cambios jurídicos son el resultado de los cambios sociales. Son las personas y los grupos quienes se transforman y se convencen para provocar enmiendas, y así presionan a l@s tomador@s de decisiones para cumplimentarlas. Son el contexto y el tiempo, además, dos factores esenciales para también explicar las reformas, como la reciente despenalización del aborto en Quintana Roo.

 

En Quintana Roo, esto fue posible gracias a las colectivas feministas que venían realizando una labor continuada y organizada, a una nueva legislatura integrada con un mayor número de diputad@s pro derechos y al arribo de la primera mujer a la gubernatura del Estado, Mara Lezama; además de numerosas personas que desde hace décadas han insistido en el respeto al derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

 

Así, ell@s pasarán a la historia como quienes destrabaron este gran pendiente en la agenda política de nuestro estado. Y hoy, ninguna persona gestante, ninguna mujer, puede ser sujeta a ningún proceso penal por practicarse un aborto antes de la semana doce de gestación.

 

La XVII Legislatura aprobó las reformas a los artículos 92, 93, 94, 95 y 97, en sus fracciones I, III y IV; y se deroga el artículo 96 y la fracción II del artículo 97, todos del Código Penal de Quintana Roo.

 

Vale destacar algunos aspectos positivos de estas modificaciones:

 

Antes de la reforma del 26 de octubre, el artículo 92 del Código Penal de Quintana Roo refería: “Para los efectos de este Código, aborto es la muerte del producto de la concepción en cualquier momento del embarazo intrauterino.”

 

Se reformó como sigue: “Para los efectos de este Código, aborto es la interrupción del embarazo después de la décima segunda semana de gestación. Para los efectos de este Código, el embarazo es el proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación del embrión. Para los efectos de este Código, se entiende por persona gestante cualquier persona con aparato reproductor femenino y con capacidad de gestar, independientemente de su edad, apariencia física u orientación sexual.”

 

Cabe destacar el concepto de “persona gestante”, en sustitución de “mujer”, que conlleva un debate vigente y que ameritará revisión y posterior modificación, si es el caso, para agregar la palabra “mujer”.

 

En el artículo 94 se añade el concepto de aborto forzado: “Aborto forzado es la interrupción del embarazo, en cualquier momento, sin el consentimiento de la persona gestante. Al que realice aborto forzado, se le impondrá de tres a ocho años de prisión, y si mediare violencia, de cuatro a nueve años”.

 

Vale resaltar que se derogó la fracción II, en que se obligaba a la víctima de violación a que mediara denuncia ante el ministerio público; ahora ya no es necesaria esa denuncia.

 

La fracción III del artículo 97 tiene otro cambio destacable que reduce de dos a un solo médico o médica para sustentar un diagnóstico de un producto con “alteraciones genéticas o congénitas, que den por resultado el nacimiento de un ser con trastornos físicos o mentales graves”. Las mujeres y personas gestantes estaban obligadas a obtener ambos diagnósticos; si se encontraban con dificultades para obtenerlos, ya sea por razones económicas o las que fueran, se elevaban las posibilidades de que el embarazo avanzaran y, por consiguiente, llevar a término un embarazo con el sufrimiento y las complicaciones derivadas de salud mencionadas.

 

También es importante subrayar que en este mismo artículo en la fracción IV se amplía el concepto de riesgo de una afectación a la salud de la mujer o persona gestante; es decir, ahora ya no tiene que acudir a un hospital y demostrar que está en peligro de muerte, y prácticamente desangrándose, para practicarse un aborto.

 

Sin duda, tanto las modificaciones en el lenguaje inclusivo y el reconocimiento de las personas que se identifican con otros géneros y con la capacidad de gestar pone “al corriente” el código penal de Quintana Roo; pero aún hay pendientes. Toca ahora al sector salud tomar la estafeta, poner en práctica los lineamientos de aborto seguro establecidos ya desde el gobierno federal (https://www.gob.mx/salud/cnegsr/documentos/lineamiento-tecnico-para-la-atencion-del-aborto-seguro-en-mexico-274667).

 

Como refiere la médica criminóloga Mónica Franco, ya no se requieren servicios de hospitalización ni instrumental o quirófanos como antes, es decir, inversiones millonarias en infraestructura, pues se ha avanzado en la medicación para practicarse un aborto seguro; de igual manera, las mujeres y personas gestantes ahora tienen conocimiento y mayor acceso a los medicamentos Mifepristona y Misoprostol, que les permite un aborto seguro dentro del tiempo recomendado.

 

@HaideSerrano conduce y produce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.

o.o.

Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo: Mi cuerpo es mío y yo decido

Haidé Serrano

Los derechos en materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres han estado limitados por las sociedades machistas. Ha sido gracias a las feministas y colectivas a favor de la despenalización del aborto que se han ido modificando las leyes para respetar las decisiones de las mujeres sobre sus cuerpos. Son mujeres organizadas a través de la sociedad civil que han presionado a los órganos legislativos; también están las personas legisladoras que han abrazado las luchas para que se respeten los derechos de las mujeres. Este 26 de octubre quedará en la historia de Quintana Roo como el día en que se reconoce el derecho pleno de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

La XVII Legislatura dio a conocer esta mañana a través de un comunicado que “el Pleno del Congreso aprobó en lo general y en lo particular con 19 votos a favor y 3 en contra, reformas al Código Penal en materia de derechos sexuales y reproductivos de la mujer, mediante las cuales se considerará aborto a la interrupción del embarazo después de la décima segunda semana de gestación.

“Se trata de una iniciativa de decreto por la que se reforman los artículos 92, 93, 94, 95 y 97, en sus fracciones II, III y IV; se adiciona un párrafo segundo y un tercero al artículo 92; y se deroga el artículo 96, todos del Código Penal para el Estado de Libre y Soberano de Quintana Roo; presentada por los integrantes del grupo legislativo de Morena…”.

Las y los diputadxs de las anteriores legislaturas estaban en deuda con las mujeres de Quintana Roo, pues desde el 7 de septiembre de 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación había declarado la inconstitucionalidad de las leyes locales.

Este paso es una victoria de una de las principales luchas feministas, que deja en evidencia cómo los grupos anti derechos, el Estado machista y patriarcal, así como las diversas iglesias, principalmente la católica, han controlado y limitado los derechos de las mujeres por cientos de años.

Es una conquista que debe cuidarse porque los grupos anti derechos se manifestarán en contra, se reorganizarán para darle marcha atrás, presionarán a l@s legislador@s para cambiar lo avanzado y mantener el control sobre el cuerpo de las mujeres.

Como es el caso de Estados Unidos, donde el 24 de junio del 2022 la Suprema Corte de Justicia dictó la sentencia en el caso Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization (JWHO), que confirmó la prohibición del aborto en Mississippi a las quince semanas de embarazo, anuló la sentencia Roe vs. Wade y puso fin al derecho constitucional de abortar en los Estados Unidos.

“Al anular la sentencia Roe vs. Wade, la Corte Suprema borró un precedente de casi 50 años. Nos arrebataron la posibilidad de tomar nuestras propias decisiones médicas y se la entregaron a los políticos. La decisión de la Corte afecta más a las personas negras, latinas, indígenas y a otras personas que no son blancas: comunidades a las que el racismo sistémico ha bloqueado el acceso a oportunidades y al cuidado médico”, refiere Planned Parenthood. (plannedparenthoodaction.org)

Los derechos de las personas no se negocian. Y los sistemas legales deben garantizar los derechos de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos sin enfrentar consecuencias penales.

En Corto Sin Tanto Rollo

“La interrupción legal del embarazo (ILE) se refiere al aborto voluntario que se realiza en un tiempo menor a las doce semanas de gestación. Dado que esta medida está despenalizada desde el año 2007 en la Ciudad de México y en otras entidades del país, la interrupción legal del embarazo constituye un derecho de las mujeres a decidir de manera libre sobre su cuerpo, maternidad y sexualidad. En la Interrupción legal del embarazo aún queda mucho camino por recorrer en el país, ya que, a las limitaciones de la educación sexual y de los derechos sexuales y reproductivos, se suma la precariedad de las condiciones sanitarias, médicas y culturales que rodean a la interrupción del embarazo en niñas, adolescentes, mujeres indígenas, mujeres migrantes y demás mujeres”. (inmujeres.gob.mx)

 

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@HaideSerrano conduce y produce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.

Halloween de violencia infantil y estética

Haidé Serrano

No está mal ser bella, Lo que está mal es la obligación de serlo. - Susan Sontag

Las niñas y las mujeres hemos estado expuestas a la violencia estética toda la vida. En diferentes niveles, siempre hemos tenido representaciones de cómo deben ser nuestros cuerpos: jóvenes, delgados, blancos; más recientemente, estilo “Kardashian”, es decir, con varias cirugías de transformación para lograr lo “naturalmente” imposible.

Los disfraces para Halloween son un reflejo de la moda. De lo viral y lo que ocupa nuestras conversaciones, claro está que son un reflejo de nuestra cultura. Pero también hablan del machismo y el sistema patriarcal en el que vivimos.

Esta festividad es motivo de creatividad para los disfraces, de humor, diversión y numerosas fiestas. Es también una celebración adoptada por miles de escuelas del país, que “invitan”, por no decir que obligan, a las niñas y niños a ir disfrazados para tal ocasión.

Uno de los disfraces que mayor polémica causó fue el de una niña de alrededor de seis años; el disfraz refiere a una mujer en recuperación de varias cirugías estéticas. En la fotografía y videos tomados por su familia, se ve a la niña con fajas, vendas, rellenos en glúteos y senos y una porta suero con ruedas, que ella toma con la mano mientras avanza hacia algún lugar. Un claro ejemplo de violencia infantil y, por si fuera poco, violencia estética.

La Dra. en Ciencias Sociales, Esther Pineda, autora del libro “Bellas para morir. Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer”, publicó el siguiente hilo en su cuenta de Twitter:

“Una de las formas de violencia que más afecta a niñas y a mujeres desde sus primeros años de vida es la violencia estética, es decir, la presión por responder al canon de belleza y la discriminación cuando este no se satisface. No son simples disfraces; disfrazar a las niñas de mujer operada, "tuneada", "buchona", es violencia estética y violencia infantil.

Disfrazar a las niñas (como se ha visto este año con motivo de carnaval, día del niño/a o Halloween) de mujer operada, "tuneada", "producida", "buchona" o como sea que se ha popularizado llamar a este tipo de corporalidades modificadas a través de la cirugía plástica, envía un mensaje errado a las infancias; convierte en sus imaginarios las operaciones y la modificación estética en algo "normal" y cotidiano, instala la idea de que es algo por lo que necesariamente deben pasar las mujeres como ritual de feminidad y adultez, además que hipersexualiza los cuerpos de las niñas al añadirles partes corporales como senos y glúteos prominentes. No son disfraces, no son simple juegos, las niñas no son juguetes de los adultos, no son un medio de entretenimiento ni un instrumento para ganar más likes en las redes sociales; exponer sus cuerpos con este tipo de "disfraces" es violencia estética y violencia infantil.”

La gravedad de la normalización de la violencia estética toca niveles inaceptables al violar los derechos de las niñas y los niños. Les expone a la representación de una realidad trastocada de su cuerpo que, además, pone en peligro sus vidas. El peligro de estos mensajes, banalizados y viralizados por los medios de comunicación, deriva que las infancias padezcan inseguridades, rechazo de los cuerpos, depresión y hasta el suicidio. Además de la hipersexualización que contribuye a la pedofilia y a su industria.

Como refiere la Dra. Pineda, los cánones de belleza han sido creados por los hombres y no son inofensivos, por el contrario, son mortales, pues llevan a las mujeres al complejo, al miedo, al pánico, a la ansiedad y a la depresión por su aspecto físico, es decir, las aniquilan simbólica y físicamente.

@HaideSerrano conduce y produce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.

Feminismos en corto y sin tanto rollo: Las mujeres, más que cuerpos

Haidé Serrano

“El mundo social construye el cuerpo como realidad sexuada y como depositario de principios de visión y de división sexuantes” (Bourdieu, 2000: 22).

Sandra Monroy pone el dedo en la llaga. Su testimonio valiente muestra las cicatrices de una doble mastectomía. Las sobrevivientes del cáncer de mama que se han sobrepuesto a la enfermedad tienen que lidiar con la imagen impuesta de lo que deben ser sus cuerpos.

“Soy una mujer. Nunca fui mis chichis, ni antes ni después de no tenerlas”, escribe Sandra Monroy, quien recientemente publicó su libro “Jódete cáncer”, un ensayo de su experiencia tras su mastectomía doble, obra que fue reconocida con el Premio Ortega y Gasset a la mejor fotografía a cargo de la fotoperiodista Sashenka Gutiérrez.

“Se escandalizan por las chichis, se escandalizan sin chichis, entonces el problema no somos nosotras sino su forma de mirar y entender el mundo y ese es su???? y su necesidad de controlar todo hasta cuerpos que no son suyos” (Sandra Monroy).

Sandra es activista y refiere que las campañas de publicidad no muestran las cicatrices de una mastectomía. Por ello, considera que se tiene que hablar de la enfermedad que es el cáncer de mama de una forma más real y con menos moños rosas, que es el objeto identificativo de las campañas gubernamentales cada octubre.

“¿La mujer? Es muy sencillo, dicen los aficionados a las fórmulas simplistas: es una matriz, un ovario; es una hembra, y basta esa palabra para definirla. En boca del hombre el epíteto “hembra” suena como un insulto” (Beauvoir, 1995: 29).

Los cuerpos de las mujeres, sexualizados desde la infancia y expresados como objetos de consumo, son presentados a través de los medios de comunicación como irreales. Los cuerpos que han sobrevivido a enfermedades son “escondidos” porque son contrarios a las esferas que los estereotipos han confinado a las mujeres, las de lo privado.

El cuerpo femenino sobreviviente del cáncer de mama, el “cuerpo oncológico”, se muestra en “Jódete cáncer” irreverente y en protesta ante una realidad oculta pero patente para miles de mujeres. Sus cuerpos excluidos de las normas sociales se rebelan para existir más allá de lo hegemónico.

Que se joda el cáncer y los cuerpos patriarcales.

En corto sin tanto rollo

¿Qué es el Patriarcado? Es un sistema jerárquico de relaciones sociales, políticas y económicas que, a partir de la diferencia biológica sexual y su significado genérico, establece, reproduce y mantiene al hombre como parámetro de la humanidad otorgándole una serie de privilegios e institucionalizando el dominio masculino sobre las mujeres (Alda Facio).

@HaideSerrano conduce y produce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.

 

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