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La caída del Imperio

Rubén Aguilar Valenzuela 

La marcha Radetzky (Edhesa, 2008) del escritor austriaco Joseph Roth (1894-1939) se publica por primera vez en 1932. En ella narra la decadencia y la caída del imperio austrohúngaro, a la cabeza del emperador Francisco José (1830-1916), a partir de la historia de tres generaciones de la familia Trotta.
 
Al norte de Italia, en la batalla de Solferino (1859), el teniente Trotta salva la vida del emperador al derribarlo del caballo, para evadir la acción de los francotiradores. El emperador lo premia y lo hace noble.
 
Ahora el barón Trotta goza de prestigio social. Él recibe el título sin ningún espaviento, aunque ahora en su entorno se le ve como un noble. Su acción se inscribe como un heroico en los libros escolares en una versión idealizada que no se corresponde con la realidad. Él se incomoda con esa historia y pide se elimine de los textos.
 
El emperador argumenta que en los libros la historia debe contarse de una manera que inspire y sirva de ejemplo. La verdad es muy simple y no convoca. El barón después de insistir logra se elimine el episodio de los libros de texto. Influye, para que su hijo Franz se haga funcionario del imperio. Se convierte, entonces, en comisario de distrito en una ciudad de Moravia.
 
Éste, el segundo barón Trotta, envía a su hijo Carl Joseph a la academia militar. Se inscribe en la caballería. Todos saben de la historia de su abuelo. Inicia su carrera en el Ejército y ocupa diversos puestos en distintas regiones del imperio. Lleva una vida disipada que incluye el alcohol, el juego y las mujeres. No es el único. Hay un proceso de degeneración en el comportamiento de los militares.
Todos los años padre e hijo se encuentran en las vacaciones de verano. En esa ocasión siempre hay tiempo para escuchar "La marcha Radetzky" que toca la banda del distrito. Es una obra de Johann Strauss (padre) (1804-49) compuesta en 1848, para honrar al mariscal de campo austríaco Joseph Radetzky von Radetz (1766–1858).
 
Carl Joseph no se siente bien como soldado, pero no se lo dice a su padre. Sobre sus hombros está la pesada carga de ser el nieto del héroe de Solferino. En ese marco su personalidad se revela como inestable y depresiva. No está contento con lo que hace.
 
El joven Trotta, después de un duelo, pasa de los ulanos, cuerpo de caballería de la élite social, a un regimiento de cazadores en los confines del imperio. La unidad de infantería del barón Trotta reprime una huelga en la ciudad donde está destinado. Esta acción, donde mueren muchos obreros, es un punto culminante en el proceso en la desilusión del teniente con la vida y realidad del imperio.
 
Carl Joseph muere en una escaramuza menor y sin sentido con tropas rusas al principio de la Primera Guerra Mundial. Franz ve como su hijo fallece, la guerra es un fracaso, y el emperador pierde la vida. Con su muerte se pone fin a una época, la del Antiguo Régimen del Imperio Austro-Húngaro. Él fallece poco después del emperador.
 
La novela, para muchos críticos una de las mejores el siglo XX, está escrita en una prosa sobria y austera. En el texto siempre se va al punto sin ningún adorno literario. El escritor transmite de forma contundente la nostalgia de un tiempo que se va y nunca más volverá. Entrelaza los hechos históricos con la profunda construcción psicológica de sus personajes.

 
La marcha Radetzky
Joseph Roth
Edhasa
España, 2008
pp. 574        
 
Versión original. Radetzkymarch se publica por primera vez en 1932. De 1975 es la versión de Witsch Verlag, Köln, Alemania. Traducción del alemán al español de Arturo Quintana.

Homenaje al cine de Hollywood

Rubén Aguilar Valenzuela
Había una vez en Hollywood (Estados Unidos, 2019) de Quentin Tarantino cuenta la historia del actor de Hollywood venido a menos, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), y la de su amigo y doble para las escenas de acción, Cliff Booth (Brad Pitt).
 
Y de manera paralela se narra la vida de la actriz Sharon Tate (Margot Robbie) y de los miembros la Familia Manson, liderada por Charles Manson. Los hechos ocurren en Los Ángeles, California, en 1969.
 
De 1958 a 1963 Dalton protagonizó la serie de televisión western Bounty Law de 1958 a 1963. Su intento de transición al cine no funciona y en 1969 está luchando por conseguir trabajo.
 
El agente de casting Marvin Schwarzs (Al Pacino) aconseja a Dalton que haga westerns en Italia, pero siente que eso lo rebaja de lo que ha sido su trayectoria.
 
Booth, su amigo y doble, vive en un remolque con su perro. Siempre conduce para Dalton que por su alcoholismo ha tenido problemas de tránsito.
 
De manera paralela, la actriz Sharon Tate y su esposo, el director Roman Polanski, se mudan a la casa a un lado de la de Dalton, quien sueña con hacerse amigo de ellos para restaurar su estatus.
 
Booth da un aventón en una autopista a una muchacha joven (Margaret Qualley) que vive en una comuna (Familia Manson) en el Rancho Spahn. Conoce el lugar porque ahí filmaron una película. Pide ver al dueño porque sospecha que están abusando de él. Lo ve.
 
Dalton, en compañía de Booth, se traslada a Italia donde filma dos westerns. Ahí se casa con la estrella italiana Francesca Capucci (Lorenza Izzo). Juntos viajan de regreso a Estados Unidos. Aquí le dice a su doble que ya no puede pagar sus servicios.
 
Los integrantes de la Familia Manson estacionan su vehículo frente a la casa de Polanski y Tate. Dalton sale a la calle y les pide que se vayan, que no pueden estar ahí.
 
Estos se van, pero regresan con ánimo de matar a Dalton. Irrumpen en su casa, pero se encuentran con Booth que los identifica. Ordena al perro que los ataque. Matan a dos de la banda y a una que en el intento de huir cae en la alberca al que queman con un lanzallamas.
 
Booth tiene algunas heridas y es hospitalizado. En el escándalo por lo que ha pasado, Sebring (Jay Sebering), amigo de Tate, entabla conversación con Dalton y Tate lo invita a tomar una copa a su casa.
 
La doble historia, contada a la manera de Tarantino, con una gran dosis de violencia, es el pretexto para rendir un homenaje al cine y al Hollywood de los años sesenta del siglo pasado.
 
El director se vale de todos los géneros (western, comedia, musical, thriller ...), para construir su tributo al cine de Estados Unidos y a su meca en Los Ángeles, California.
 
Es también un homenaje a los grandes actores y actrices de esos años y la expresión de la nostalgia de cómo en el pasado se hacía el cine y se articulaban los personajes que le daban vida (productores, directores, artistas, dobles, extras, tramoyistas ...).
 
Hay también un homenaje a la música de los sesenta. La banda sonora tiene más de treinta canciones de la época de los más diversos estilos.
 
La película es una construcción compleja que muestra la extraordinaria creatividad de Tarantino. Actúa una pléyade de grandes artistas.
 
En los Premios Oscar de 2019 recibió diez nominaciones. Por su actuación Brad Pitt ganó el Oscar a Mejor Actor de Reparto. Y la película el Oscar a Mejor Diseño de Producción.
 
DiCaprio ganó como Mejor Actor en los Globo de Oro y Pitt como Mejor Actor de Reparto. Tarantino como Mejor Guion. El BAFTA como Mejor Actor de Reparto lo ganó Pitt.
 
Había una vez en Hollywood
Título original:  Once Upon a Time in Hollywood
Producción: Estados Unidos, 2019

 
Dirección: Quentin Tarantino
Guion: Quentin Tarantino
Fotografía: Robert Richardson
Música: La banda sonora tiene más de 30 canciones
Actuación: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirch, Margaret Loualley, Al Pacino, Kurt Rusell ...

Exceso de muertes

Rubén Aguilar Valenzuela
Al cierre del 2020 habrá un "exceso de fallecimientos" de 280,000 personas con respecto al 2019, afirma Raúl Rojas, matemático de la Universidad Libre de Berlín (El Universal, 26.11.20).

La cifra se obtiene al comparar las actas de defunción del presente año con las del anterior. Es un dato, dice Rojas, mucho más confiable que las cifras oficiales de las muertes causadas por el Covid-19 que ahora suman más de 110,000.

Para la Secretaría de Salud solo se reconoce como muerte por Covid-19 si al fallecido se le aplicaron pruebas, para detectar la presencia del virus. Y se sabe que existe una política de no hacer pruebas.

La persona que murió por esa causa, pero no se le aplicó la prueba, no cuenta como víctima de la pandemia en la estadística oficial. Es una manera de tratar de esconder la gravedad de la tragedia.

Así, afirma Rojas, tenemos dos países: "Por un lado, el país de la Secretaría de Salud, donde se muere un cierto número de personas con prueba de Covid-19. Y por otro lado tenemos el mundo real, en el que el número de decesos es 2.5 veces mayor que la cifra oficial".

Rojas plantea que el margen de error de sus cálculos ronda en el 7 % que es sustancialmente menor al 150 % que tiene el dato de decesos oficiales por Covid-19.

El matemático se extraña, yo también, de que las actas de defunción que muestran el "exceso de fallecimientos" son públicas y están a la vista, pero los medios no hacen referencia a ellas.

Informan solo de las cifras oficiales con lo que se hacen caja de resonancia de los números que el gobierno quiere se manejen sobre la pandemia, para esconder la dimensión de la tragedia.

Y cuando el presidente López Obrador y López-Gatell, responsable de la pandemia, hablan de que "México le está dando un ejemplo al mundo" ese, afirma Rojas, "consiste en ocultar la dimensión del problema, así es, México es líder, como ya mostró el New York Times con su tabla de subregistro mundial de decesos de Covid, en donde nuestro país es el puntero en número absolutos, y por mucho".

En versión de Rojas, que comparto, los gobiernos populistas como el que ahora hay en México "privilegian la agenda política, pasando por encima las penurias impuestas por la pandemia, evidenciando una falta de empatía por las víctimas".

Y añade, que "el Covid-19 ha puesto en claro que las desigualdades sociales tienen desenlaces fatales para los más pobres y que como dijo Bonaventura de Sousa Santos (...) es muy cruel: "enseña matando". De manera que la conducción frívola del problema tiene resultados mortales y nos pone frente a un problema ético, el cual es precisamente el punto ciego del populismo".

Rojas asegura que "para los populistas latinos o norteamericanos, todas esas personas que tendrían que morir hasta alcanzar la inmunidad de rebaño no cuentan más que como huestes de una gran causa. En México, en particular, esté en curso uno de los más grandes experimentos mundiales para alcanzar la inmunidad de rebaño".

La política del presidente y de López-Gatell, el encargado de la pandemia, solo merece el calificativo de criminal. Y ese calificativo ya se lo he odio decir a altos funcionarios de salud y de relaciones exteriores del actual gobierno. Por diferentes razones no lo van a decir en público, pero lo piensan y lo comentan entre sus colegas.

¿El presidente violenta el proceso electoral?

Rubén Aguilar Valenzuela

El pasado cuatro de diciembre la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) dictó medidas preventivas contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Le pedía que se abstuviera de hacer comentarios sobre el proceso electoral, que ya está en marcha, y que con sus declaraciones podría violar el artículo 134 de la Constitución.

El INE atendió la solicitud del PRD, del PAN y de 12 diputados federales, quienes denunciaron al presidente por el uso indebido de recursos públicos, promoción personalizada y llamado indebido al voto.

La demanda refiere a declaraciones que el presidente hizo entre el 27 y el 30 de noviembre en Baja California y en la Ciudad de México, donde habló sobre alianza electoral de la oposición y promovió el voto a favor de Morena.

La Comisión no aceptó las quejas por promoción personalizada y por uso indebido de recursos públicos, pero sí dio lugar al llamado indebido al voto.

Al considerar que el presidente interviene en el proceso electoral, afecta la equidad y puede influir en las preferencias de los votantes. Se le pide no incurra en esas faltas.

En junio, en el proceso electoral pasado, el presidente también se metió a la contienda y en esa ocasión el INE le recordó sus obligaciones y las prohibiciones a las que está sujeto por los principios que señala la Constitución.

Este siete de diciembre, el presidente en la mañanera se manifestó en contra de los señalamientos el INE y acusó a los consejeros de atentar contra su libertad de expresión. Ese día volvió a meterse al proceso electoral y criticó la alianza de los partidos de oposición.

El ocho de diciembre, la Consejería Jurídica de la Presidencia impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la resolución del INE. Argumenta que los dichos del presidente de ninguna manera interfieren en el proceso electoral.

La sala superior del TEPJF, el 14 de diciembre, revocó las medidas dictadas por el INE que ordenaban al presidente abstenerse de declaraciones de carácter electoral.

En la sentencia plantean que no se pueden emitir medidas cautelares sobre "actos futuros de realización incierta" y reclama al INE "por no ajustarse a criterios establecidos por la sala superior".

La sentencia también señala la necesidad que todos los integrantes del Poder Ejecutivo, en los tres niveles de gobierno, se abstengan de intervenir en los procesos electorales.

Lo que se debe de esperar del proceso electoral, que ya empezó y termina en junio del 2021, es que se establezca un círculo perverso que se inicia con declaraciones de carácter electoral por parte del presidente.

Luego viene el reclamo de la oposición al INE, para que haga valer la ley. Éste ordena al presidente no intervenir en el proceso electoral, luego Consejería Jurídica de la Presidencia se inconforma con la resolución y presenta su reclamo al TEPJF que finalmente dicta sentencia.

Queda en duda el carácter de las resoluciones del TEPJF: ¿Serán independientes al Poder Ejecutivo? ¿Se harán valer? Está también en duda si el presidente, en caso de que las sentencias no le favorezcan, deje de meterse al proceso electoral o sin más seguirá violando la ley.

Está también en duda cuál será la actitud de los gobernadores y presidentes municipales en caso de que el presidente no se sujete a las advertencias del INE y a las sentencias del TEPJF. ¿Optarán por meterse al proceso?

19 desapariciones diarias

Rubén Aguilar Valenzuela
En los dos primeros años del gobierno del presidente López Obrador han desaparecido 19 personas cada día, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) elaborado por la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional de Búsqueda.

Así, entre el 1 de diciembre de 2019 y el 1 de diciembre de 2020, desaparecieron 14,543 personas. En 2019 fueron 8,717 y en 2020 sumaron 5,826.

En el mismo lapso en el gobierno del presidente Peña Nietro fueron 9,104 y en el del presidente Calderón 1,677. El crecimiento en estos dos últimos años ha sido exponencial.

El 24 marzo de 2019 en Palacio Nacional, cuando se reinstaló el Sistema Nacional de Búsqueda, el gobierno se comprometió a terminar con las desapariciones. No ha sido así.

Hay una relación directa entre el aumento de los niveles de violencia, que ahora son mayores a los sexenios anteriores, y el crecimiento de las desapariciones.

En el caso particular de Jalisco y Guanajuato, los estados con el mayor número de víctimas, se asocia a la disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL).

Las diez entidades federativas con más casos son: Jalisco (3,547); Guanajuato (1,231); Sonora (1,215); Tamaulipas (1,209); Ciudad de México (1,195); Nuevo León (834); Sinaloa (816); Michoacán (763); Guerrero (466) y Chihuahua (401).

Y las diez con menos son: Aguascalientes (3); Campeche (6); Tabasco (15); Tlaxcala (18); Nayarit (36); Querétaro (41); Oaxaca (48); Chiapas (77); Baja California (79) y Durango (82).

Los colectivos familiares que buscan a sus seres queridos que han desaparecido afirman que las autoridades federales, estatales y municipales no tienen una estrategia de prevención y atención a los casos.

Y se quejan de que las autoridades, por lo mismo, nunca actúan con la rapidez requerida. Cuando llegan las denuncias no les hacen caso o las dejan de lado y  cuando reaccionan es ya muy tarde.

A pesar de la gravedad creciente del problema el tema no está en la agenda de las prioridades del gobierno. El presidente nunca hace referencia a él. Simplemente lo ignora.

Hay una falta absoluta, insensibilidad y de empatía con los familiares de las víctimas. Los colectivos de desparecidos lo registran y lo dicen.

Es uno más de los muchos problemas que la actual administración no ha sabido hacer frente. Ahora es mucho mayor que en los gobiernos anteriores. Las expectativas eran otras.

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