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Rubén Aguilar Valenzuela
Al inicio de este mes, Signos Vitales, grupo de estudio de la realidad nacional, dio a conocer los resultados de su primera investigación del año, Realidades de la (in) seguridad en México. La estrategia entre negación y militarización.
En octubre de 2024, el nuevo gobierno dio a conocer el Plan Nacional de Seguridad, a cuatro meses del inicio de la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum se puede hacer una primera evaluación de los resultados del plan.
La investigación sostiene que el gobierno, de manera directa la presidenta, utilizan datos con los cuales quieren demostrar que la estrategia que están implementando es un éxito. No es así. Del trabajo de Signos Vitales, retomo su análisis de tres indicadores:
Percepción de inseguridad. En la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada en enero de 2025 por el INEGI, se compara la percepción de inseguridad por temor al delito de diciembre de 2023 a diciembre de 2024. Los resultados de este comparativo revelan que la percepción de inseguridad ha subido. En diciembre de 2023, 59.1% de la población de 18 años y más consideraban su ciudad insegura, en diciembre 2024, esta cifra es del 61.7 %.
Homicidios. Los datos oficiales dicen que los homicidios han crecido, pero a pesar de esta realidad, la presidenta en su discurso de 100 días de gobierno, sostuvo que el promedio diario de víctimas de homicidio registró una baja de 16.3% en diciembre 2024 respecto a septiembre de 2024. Y en la mañanera del 28 de enero 2025, dijo que el promedio de 88.4 asesinatos diarios de 2023 había bajado a 82.1 y para enero de 2025 eran 65.8.
Estos datos, que no son ciertos, y se obtienen construyendo información, para que esta beneficie al gobierno. Entre otras cosas se comparan periodos diferentes y se mezclan datos del INEGI y del SESNSP. Un ejemplo, hay muchos, son las cifras que se ofrecieron en la mañanera del 28 de enero 2025. Al presentar el número de homicidios de 2023, se tomó como base la información del INEGI, la cual incluye homicidios dolosos y feminicidios, mientras que para 2024 se utilizaron datos del SESNSP, que sólo incluyen los casos de víctimas de homicidio doloso reportados por las fiscalías de los estados. Animal Político, ha documentado que esta mezcla de indicadores ocurre de manera repetitiva desde octubre de 2024.
Desaparecidos. El gobierno no se ha pronunciado sobre las desapariciones. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), se han registrado 4943 desapariciones del 1 de octubre de 2024 al 31 de enero 2025. En el mismo periodo de 1 de octubre de 2023 al 31 de enero 2024 registró un total de 3576 personas desaparecidas. Los académicos y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan el tema sostienen que en el actual gobierno éstas han aumentado.
Estos tres indicadores, hay más, dan cuenta que la estrategia de seguridad del gobierno ha fracasado y con la manipulación de la estadística se quiere demostrar su éxito. Signos Vitales sostiene que "la actual administración no difiere con el modus operandi de su antecesor, sino que sigue modificando información o mostrando datos no verificables para aparentar una situación del país poco realista. Si bien el periodo del nuevo gobierno ha sido corto y los resultados de inseguridad se deben tomar con precaución, es importante dejar constancia que las medidas supuestamente aplicadas en el marco de la nueva estrategia de seguridad parecen insuficientes y son contrarias a la narrativa de éxito presentada por la presidenta".
Rubén Aguilar Valenzuela
Sudáfrica tiene 1 219 912 kilómetros cuadrados y una población de 60414 496. Los idiomas que se hablan son: afrikáans, inglés, ndebelé, sotho,pedi, xhosa, zulú, sesotho, tsonga, venda, siswati, tswana y numerososdialectos regionales.
El 80% de la población es negra; los coloured, los mestizos, son el 8.8% y los blancos el 7.8%. La presencia de estos dos últimos grupos se concentra en ciertas regiones del país. El 77.5% de la población es cristiana, en diversas denominaciones, el 6% católica y el 1.7% musulmana.
Los católicos son 3 800 000, y la mayoría, 2 700 000, pertenecen a los grupos zulú, xhosa y sotho. Los blancos y mestizos constituyen la parte minoritaria.
Aquí, la primera presencia católica tiene lugar entre 1487 y 1498 con los exploradores portugueses. De 1501 es la construcción de la primera iglesia. En 1652, los colonos británicos y holandeses (los bóeres) expulsan a los católicos.
A Sudáfrica, la Iglesia católica regresa a partir de 1818, cuando el papa Pío VII erige el Vicariato apostólico del Cabo de Buena Esperanza y los territorios adyacentes, estableciendo así la primera presencia oficial de la Iglesia Católica en Sudáfrica.
La Iglesia ahora se organiza en 28 diócesis y cinco arquidiócesis. Hay 792 parroquias y 3159 centros de atención pastoral. Los sacerdotes son 1228 sacerdotes (573 del clero secular y 655 del clero religioso); hay 231 diáconos permanentes; 413 seminaristas; 2024 religiosas y 11 622 catequistas.
Los obispos se reúnen en la Conferencia de Obispos Católicos Sudafricanos (SACBC), que abarca tres países; Sudáfrica, Botswana y Swazilandia.
En septiembre de 2023, Stephen Brislin (1956), en ese entonces arzobispo de Ciudad del Cabo, ahora de Johannesburgo, fue nombrado cardenal junto con otros 21 de los cuales dos más eran también de África; Tanzania y Sudán.
Para el cardenal, Sudáfrica y también las iglesias, se enfrentan grandes retos y afirma: "creo que uno de los mayores retos que tenemos es realmente lograr la sanación, en particular la sanación de las relaciones, porque somos una sociedad rota".
"Somos sudafricanos juntos, y debemos trabajar juntos por el bien del país", y para ello necesitamos sanar "y creo que se trata de una curación que no puede lograrse sólo con el esfuerzo humano. Es una curación que sólo Dios puede traer".
En marzo de 2024 fueron asesinados tres monjes ortodoxos coptos en el monasterio de Cullinan, y un día después, el sacerdote William Banda, en la sacristía de la catedral de Tzaneen, y en abril, el padre Paul Tatu (1979) dentro de un carro, al que fue obligado a subir, en una carretera que sale de Ciudad del Cabo.
La Conferencia de Obispos Católicos Sudafricanos (SACBC) ha dicho que estos asesinatos no son incidentes aislados "sino más bien un ejemplo angustioso del deterioro del estado de seguridad y moralidad en Sudáfrica".
Los obispos lamentaron la falta de ley y orden en Sudáfrica, y dicen a las autoridades: "Señor presidente y ministro de Policía, hay una impresión creciente entre los sudafricanos de que los criminales están asesinando libremente a los ciudadanos sin temor a las consecuencias".
Los primeros días de enero y de marzo de 2025, estuve en Sudáfrica y pude constatar, en una visión muy rápida, el papel creciente de la Iglesia católica en ese país, que gestiona una importante cantidad de instituciones que apoyan a los más pobres y necesitados.
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