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Tesoro de la iglesia de Miriam en Lalibela, Etiopía

Rubén Aguilar Valenzuela

En las iglesias ortodoxas de Etiopía, siempre hay una sala que se dedica a la custodia de los tesoros acumulados a lo largo de los siglos, pero no es un espacio abierto al público. El guía con el que recorrimos la iglesia de Miriam excavada en la roca de Lalibela, Etiopía, conocía al sacerdote a cargo de la misma, y nos mostró, algunos de los tesoros. Con ellos se podría hacer un museo del sitio. Fue una oportunidad única.

 

Historia

 

La fundación y construcción de la iglesia de Miriam es del siglo XIII de la época del rey Lalibela, y se termina en tiempos de su sucesor. La iglesia se encuentra en la cima de la montaña.

 

Iglesia

 

- Exterior

La iglesia está labrada en la roca. Tiene tres frentes, el cuarto está empotrado en la montaña. El techo es la roca de la montaña.

Al frente de la iglesia, con un patio intermedio, está una capilla también labrada en la roca.

- Interior

En el interior, labrado en la piedra, hay dos espacios; la nave de la iglesia y el lugar donde se guarda la réplica del Arca de la Alianza, que guarda la tablas de la ley, que son los diez mandamientos. A este espacio solo puede acceder el sacerdote. Hay imágenes de la Virgen con la niño, de santos y cruces. El piso está cubierto con una alfombra.     

Tesoros

El sacerdote responsable de la iglesia, cargo que ha ejercido por 28 años, nos enseña algunos de los tesoros, que son patrimonio de esta. Cuadros, libros, cruces y una Biblia con ilustraciones. Lo primero que nos mostró es un díptico, que nos dijo era del XIII, y lo mismo un pequeño libro ilustrado con imágenes, la primera la de san Jorge. Un libro en pergamino con pinturas del siglo XVII. Una Biblia con imágenes no dijo el año. Nos mostró seis o siete cruces. Todas las iglesias de Etiopía tienen un cuarto de tesoros.

Díptico del siglo XIII

Obra del siglo XVII

Biblia, no nos dijo el siglo de su publicación

Al sacerdote, que también es campesino, le pregunté si podía tocar la Biblia y me dijo que sí. Sentir con mis dedos el texto que es expresión de una fe que yo también comparto.

Cruces de siglos distintos.

Comentario

Sacerdote de la iglesia de Miriam.

 

La iglesia de Miriam está en la cima de la montaña cavada en la roca, no forma parte de la declaratoria de 1978 de Patrimonio Cultura de la Humanidad de las Iglesias Excavadas en la Roca de Lalibela. Es una construcción del siglo XIII. El interior invita al recogimiento y la meditación.

 

Fue una oportunidad única poder ver piezas del tesoro de la iglesia, hay algunas que son del siglo XIII. El poder apreciarlas en manos del sacerdote, que cada una la devolvía al lugar donde se guarda el tesoro y volvía con otra. Las piezas que nos mostró eran muy bellas, expresión del arte religioso de la iglesia ortodoxa de Etiopía.

Misión jesuita de Sinaloa de Leyva

Rubén Aguilar Valenzuela

Historia

En 1583 se funda la población de Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa. En 1591 a los padres de la Compañía de Jesús, Gonzalo de Tapia y Martín Pérez los cita el gobernador de Nueva Guadiana y se entrevistan con él en Durango. Este les propone que vayan a la Provincia de Sinaloa a evangelizar a los pueblos originarios. Permanecen unos meses en la ciudad y en mayo de 1591 parten a su nuevo destino.

El día 6 de julio de 1591, llegan a la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa. Son recibidos por los cinco sobrevivientes españoles que se encontraban en el lugar, después de un ataque indígena, y toman posesión de sus jacales, que serán su casa e iglesia.

En 1592, el padre Tapia, en una carta de relación, dirigida al padre general de la Compañía de Jesús, le describe cuál fue su primer encuentro con los indígenas, y le dice que estos andaban casi completamente desnudos, las mujeres un poco más cubiertas tapaban las partes más íntimas, vivían en las riberas de los ríos. En su forma de gobierno no tenían príncipes ni reconocían algún superior, tenían una gran variedad de lenguas. Contaban con agricultura, pero era de temporal, cosechaban el maíz dos veces al año.

En tiempo de guerra contaban con una forma especial de organización: por elección escogían a su capitán, para que los mantuviera unidos y dirigiera la batalla contra el enemigo. Era obedecido en todo, pero pasada la guerra todo volvía a la normalidad, volvían a ser iguales en derechos.

En cuanto a su religión no tenían ídolos; existía para ellos un Dios que era el hacedor de todo, pero que no se metía con ellos. Vivía lejos atrás de las montañas, no le rendían ningún culto. Después de la muerte para ellos no existía nada, no había felicidad más allá de la vida; en su personalidad eran vivos y curiosos y le gustaba mucho platicar; eran capaces para aprender rápido.

- Lengua y cultura

Los padres Tapia y Pérez a su llegada empezaron a estudiar la lengua y la cultura de los indígenas que habitaban a lo largo del río Petatlán, de la sierra a su desembocadura en el mar. Eran tantas las lenguas por aprender que deciden hacerlo con las que tenían más hablantes. Se distribuyen el trabajo y al padre Pérez le tocan los pueblos de Cubirí, Bamoa y los más pequeños que se encontraban en los alrededores de estos. Al padre De Tapia los pueblos de Baboria, Deboropa, Lopoche, Matapan, Ocoroni y otros pueblos pequeños.

Apoyados por los españoles, que ya tenían tiempo en este lugar y conocían bien las lenguas, empezaron a escribir algunos catecismos en las diferentes lenguas y dialectos. El padre Tapia conocía la lengua tarasca y náhuatl. En Sinaloa aprendió el tehueco y el vacoregue o guasave. El padre Martín Pérez, que sabía el náhuatl, también aprendió esas dos lenguas.

- Los primeros bautizos y matrimonios

A quienes primero bautizaron fue a las mujeres que vivían en unión libre con los hombres españoles. Y luego regularizaron el matrimonio por la Iglesia. Esto sirvió como punto de partida para que muchos indígenas pidieran el bautismo. Los padres dividían a los indígenas en grupos y los iban preparando en la catequesis. Los españoles eran los padrinos y por el respeto que le tenían al parentesco espiritual, el padrino tenía mucha injerencia dentro de la familia Así se lograba una conversión más rápida de toda la familia.

- La fundación de la primera escuela

Los jesuitas para establecer su primera escuela escogieron el pueblo de Ocoroni. Las materias que enseñaban eran: Carpintería, herrería, albañilería, agricultura y ganadería. La finalidad de este colegio fue cristianizar e instruir a los indígenas de la región, para que pudieran cambiar sus hábitos de vida.

Les enseñaron nuevas técnicas agrícolas, la formación de pequeñas presas para utilizar el agua para riego y el desarrollo de otras habilidades para transformar la materia prima. Los alumnos más sobresalientes en las catequesis que se daba en los pueblos, eran los elegidos para formar parte del colegio en Ocoroni.

- Llegada de nuevos misioneros

 

En 1592 llegó el segundo grupo de misioneros formados por el padre Juan Bautista de Velasco, originario de Oaxaca, lingüista y catedrático del colegio en la Ciudad de México, y por el padre Alonso de Santiago, los cuales al parecer no fueron del agrado del padre Tapia, porque no venían por decisión propia, pero desarrollaron un gran trabajo.

 

Al padre Bautista de Velasco se le encomendó el río de Sebastián de Ebora, con los pueblos de Buritu y Orobatu y algunos otros menores, con residencia en Mocorito. Al padre Alonso de Santiago los pueblos de Ocoroni y Lopoche, y al padre Martín Pérez las comunidades de la parte baja del río Sinaloa y al padre Tapia se le encargó que supervisara las labores en toda la región.

 

Al poco tiempo partiría a la capital para entrevistarse con el virrey y con el padre provincial. Lo acompañaron un grupo que se habían convertido. Pidió al virrey algunos ornamentos para sus iglesias y al padre provincial que los apoyara con más misioneros.

 

- La epidemia de viruela

 

La epidemia de viruela se extendió a todos los pueblos de Petatlán. Iniciaba como fiebre, y después de dos o tres días de delirio pasaba a una viruela pestilente, que les cubría todo el cuerpo. Muchos hombres, para no contagiar a sus familias, salían fuera del pueblo y morían en los campos llenos de llagas.

 

En 1593, los azotó otra epidemia de viruela y sarampión, en la cual murieron muchos convertidos. Los indígenas recién bautizados pensaron que era un castigo divino por haberse dejado bautizar. Otros ya no quisieron aceptar el bautismo. A los padres se les culpó de estas calamidades, e incluso recibieron amenazas de muerte.

 

- Fundación del Colegio de Santiago de Cubiri

 

En 1593 se funda el Colegio de Santiago de Cubiri. Se enseñaba el español, escribir, leer, contar, cantar y tocar algunos instrumentos musicales, a hacer juguetes de papel, de madera, retablos e imágenes, pintura y pequeñas esculturas. Los alumnos tenían confesión diaria y comulgaban en determinadas fiestas. Los alumnos al terminar sus clases llevaban a sus casas oraciones y catecismos.

 

El virrey Luis de Velasco, en 1593 envía a la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa un capitán con seis soldados españoles y un alcalde mayor para que velaran por los derechos de los indígenas.

 

- Visita a la región de los Zauques y Sinaloas

 

El padre Tapia visita a los zauques y sinaloas, que se encontraban en los márgenes del río Zauque. En este viaje se encuentra con indígenas del pueblo noha. Tiempo después llegó el padre Pérez para atenderlos. En una primera vez fue bien acogido por los sinaloas, pero en una segunda visita se enfrentó al rechazo.

 

- El padre Tapia y el hechicero Nacabeva

 

En 1594, el padre Tapia decide abandonar la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa, para irse a vivir entre los indígenas de la comarca. Elige el pueblo de Toboropa, a una legua de distancia de la Villa. Para ese entonces había iniciado la predicación en contra de la hechicería. Surgen entonces enemigos en algunas comunidades. En este pueblo vivía el hechicero llamado Nacabeva, hombre respetado y temido en el pueblo por su valentía en el combate. No quería dejar sus costumbres y su religión.

 

Las crónicas dicen que el padre Tapia trató de hacer las paces con Nacabeva, pero al ver que no podía lo dejó en paz, sólo le pidió que no molestara a los bautizados. Pero Nacabeva siguió con su trabajo de hacerse de adeptos en la comunidad y de hablar mal e insultar al padre.

 

El padre Tapia pidió al alcalde mayor de la Provincia que lo amonestara, y que si seguía en su necedad los expulsara del pueblo. El alcalde mayor y los españoles no tenían buena relación con este personaje y cuando le llamaron la atención huyó con algunas mujeres cristianas que había secuestrado. Lo buscaron hasta que lo encontraron y le hicieron la ofensa más grave que se le puede hacer a un indígena de la región, que es el azotarlo y cortarle el cabello.

 

Nacabeva huyó de nuevo a los montes. Reunió a todos sus parientes y amigos, les contó la afrenta grave que había recibido. Les pidió le ayudaran a vengarse y convocaron a todos los indios de los pueblos vecinos que eran enemigos de los cristianos.

 

Su plan era dar muerte a los padres y echar de la región a los españoles. Pero los indígenas de la comarca no lo apoyaron en su empresa. Prefirieron permanecer en paz con los españoles, por tanto, Nacabeva tuvo que conformarse sólo con el plan el asesinar al padre Tapia y a los españoles que lo habían humillado.

 

- Asesinato del padre Tapia.

 

El padre Tapia se enteró que Nacabeva lo quería matar, pero siguió su vida normal. El 11 de Julio de 1594 celebró misa en Ocoroni. Don Pedro, principal de este lugar, preocupado porque sabía que lo querían matar, le ofreció que se refugiara los pueblos bajo su mando, donde estaría más seguro, pero el padre Tapia no aceptó la propuesta.

 

Permaneció aquel día en el pueblo, predicó y catequizó a sus feligreses. En la noche, cuando estaba rezando el rosario en su casa, llegó Nacaveba con sus hombres; rodearon la casa y entraron dos de ellos. Al verlos el padre Tapia les preguntó quiénes eran, estos respondieron con un fuerte golpe de macana en la cabeza, directamente a la frente, cayó al suelo aturdido.

 

Como pudo se dirigió a la iglesia donde lo alcanzaron y lo derribaron a golpes mientras lo asesinaban. El padre les predicaba diciéndoles que cometían un gran error, que el moría con gusto por la fe y el Evangelio. Le cortaron la cabeza y la mano izquierda, intentaron cortarle también la mano derecha con la cual se persignaba y mantenía los dedos en forma de cruz, pero no pudieron. Lo desnudaron sin dejarle nada, solo una pequeña cruz al cuello.

 

- Los meses siguientes

 

El temor se apoderó de todos los pueblos vecinos, pues pensaban que el ejército llegaría y que arrasaría con todos, culpables e inocentes. También los españoles que estaban en la comarca tenían miedo, pensaba que era un alzamiento de todas las tribus y esperaban también un ataque sorpresivo.

 

Permanecieron en vela y atentos a lo que pudiera pasar. Mandaron una comitiva para que fuera a buscar a los padres que estaban misionando en los otros pueblos, y si estaban vivos les dijeran que vinieran a Sinaloa. Mandaron otra comitiva a recoger el cuerpo del padre Tapia que yacía todavía en tierra, desnudo y mutilado.

 

Los zuaques al ver lo que habían hecho y no queriendo tener problemas con los españoles, deliberaron dar muerte a esos asesinos que estaban en sus tierras. Los indígenas levantados se dirigieron a la Villa a dar muerte a los españoles. Una fuerte lluvia que duró tres días, no los dejó llevar a cabo su acción.

 

Estos se dirigieron a buscar ayuda en la región de los tehuecos, pidiéndoles que los protegieran de los españoles. Estos aceptaron darles protección, pero a cambio les pedían que les ofrecieran a sus mujeres y sus hijas. Aceptaron el trato. Hombres que ya estaban bautizados regresaron a sus antiguos ritos y prácticas.

 

Los indígenas de Toboropa y los pueblos vecinos huyeron por temor a una posible represalia de los españoles. Los jesuitas y las autoridades divulgaron la noticia que no se tomarían represalias contra los inocentes. Algunos dudaron de la buena voluntad de los españoles y no regresaron, pero otros sí lo hicieron. Los tehuecos a los que querían regresar no los dejaron porque no querían perder a las mujeres que les habían dado.

 

Las autoridades españolas exigieron su liberación y que les entregaran a los asesinos, pero los tehuecos no hicieron caso. El teniente que estaba a cargo para hacer respetar la justicia, queriendo hacer las cosas de la mejor manera pidió el consejo al padre Peláez sobre ¿si es justo entrar con las armas y aprender a los culpables? La respuesta del padre Peláez fue afirmativa, pero puso una condición, la cual era que lo llevaran y lo dejaran primero intentar el diálogo, condición que fue aceptada.

 

Partieron en dirección del territorio de los tehuecos, al llegar a los primeros pueblos los habitantes los recibieron con mucha amabilidad, ya que la figura de los misioneros era bien vista y respetada por la mayoría en todo el territorio. El gobernador indígena reaccionó de forma positiva, evitando una guerra con los españoles. Ordenó la libertad de los indígenas, dando la oportunidad al que se quiera ir de hacerlo libremente, y también de quedarse a los que así lo decidieran.

 

Al poco tiempo se reinició el trabajo de la misión en Toboropa. Se logró recuperar la cabeza del padre Tapia, que estaba en posesión de los zauques; la tenían en lo alto de un palo. También se recuperaron los ornamentos, o lo que quedaba de ellos, y el cáliz que tenía la esposa de Nacaveba. El cuerpo del padre Tapia fue trasladado a Ocoroni en donde le dieron sepultura.

 

- Captura de Nacabeva

 

Los tehuecos habían ofrecido protección a Nacabeva, pero después de haber acordado la paz con los españoles se retractaron de su promesa. Lo capturaron y dieron aviso al ejército español para que viniera por él. El teniente general Alonso Díaz, no se encontraba por la región, así que correspondió apresarlo al cabo Diego Martínez de Hurdaide. Al llegar le recibió el cacique Lanzarote quien le entregó a Nacabeva. Lo llevaron a la Villa de Sinaloa, junto con una hija suya y otras mujeres que andaban con él.

 

Nacabeva y un sobrino suyo, que también había participado en el asesinato del padre Tapia, fueron sentenciados a morir en la horca. Cuando se enteraron de la sentencia, los padres jesuitas fueron a darle los auxilios espirituales. Los catequizaron y Nacabeva aceptó la enseñanza, y el sobrino, que era bautizado, se confesó.

 

- Llegada de nuevos misioneros

 

El 27 de junio de 1594 de la Ciudad de México llegaron a la Villa de Culiacán los padres Pedro Méndez y Fernando de Santarén. Fueron bien recibidos pues la gente tenía mucho afecto a la Compañía de Jesús. Los alcanzó en este lugar el hermano coadjutor Castro. El 12 de julio emprendieron su camino en dirección hacia Villa de Sinaloa.

 

Se les informa sobre la muerte del padre Tapia, y que no se tenía noticias de los demás padres. No sabían si estaban vivos o muertos. Se les pide que esperen unos días. En ese tiempo les llega una carta de los padres jesuitas donde les informaban de la muerte del padre Tapia, pero les dicen que los indígenas no se habían levantado y la región estaba en paz. Les dan instrucciones para que partieran y se encontraron con ellos en la Villa de Sinaloa.

 

- Fundación del Colegio de San Felipe y Santiago de Sinaloa.

 

Después del asesinato del padre Tapia, los jesuitas deciden trasladar el colegio de Ocorini a la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa. El 15 de mayo de 1595 nace el Colegio de San Felipe y Santiago de Sinaloa. Fue centro de todas las misiones y su primer rector fue el padre Juan Bautista de Velasco. El trabajo del rector consistía; en responder por la dirección del colegio, dentro y fuera de clases, además supervisaba las misiones que dependían del colegio. Lo auxiliaban dos hermanos coadjutores, quienes se encargaban de impartir la enseñanza de las primeras letras. Dos veces al año, el colegio servía como centro de reunión de todos los misioneros que vivían en los otros pueblos. Acudían a este colegio los españoles de la misma Villa para solicitar apoyo espiritual.

 

Los jesuitas, por su experiencia, consideraron que era mejor la separación entre indígenas y españoles. Se impartían clases a los dos grupos. A los indígenas en su lengua. El plan de estudios y el horario era el mismo para las escuelas de indígenas y de españoles. Iniciaban a las 9:00 de la mañana, a las 9:30 comenzaban operaciones de aritmética, a las 10:30 se recogían las planas, se revisaban las cuentas y se tomaba lección a los de lectura. A las 11:00 horas de la mañana los escolares se retiraban de la casa escolar. Regresaban por la tarde. A las 15:30 les explicaba el profesor la doctrina que en la mañana habían leído.

 

Los estudios de "primeras letras" se complementaban a los 14 años. Como siguiente paso ingresaban al seminario donde estudiaban gramática y retórica latina. Los discípulos externos recibían el nombre de "Seculares" y los internos el de "Becarios, porcionistas o Mercenarios". Después de haber cursado los tres años de enseñanza, iniciaban los estudios de Arte, Filosofía, Lógica, Filosofía Moral, Física, Metafísica, Aritmética, Álgebra y Geografía.

 

- El presidio

 

En 1596, el virrey Luis de Velasco funda el prime presidio de Sinaloa con el envío del teniente general Alfonso Díaz, con 24 soldados. El presidio no solo sirvió para dar seguridad a la Provincia, sino que también ayudó en la evangelización de los pueblos.

 

- La misión después de la expulsión de los jesuitas

 

A finales del siglo XVIII, años después de la expulsión de los jesuitas, la antigua misión de San Felipe y Santiago de Sinaloa es devastada por las aguas del río Petatlán durante la extraordinaria inundación de 1770. Poco tiempo después es levantado el actual templo de san Ignacio de Loyola, empresa que inició en 1772 y concluyó en 1796, de acuerdo con la inscripción que se descubre en el exterior del muro testero.

 

Iglesia

- Exterior

Es una construcción de piedra aparente. Se encuentra en alto sobre el nivel de la calle, que se resuelve con una escalinata. Tiene atrio bardeado con arcos de medio punto invertidos. En la inundación de 1770 la iglesia se destruyó y sólo quedó la torre. La actual es de 1796.

La fachada tiene forma rectangular con cuatro elementos. La portada de cantera que es un arco de medio punto. Los pilares y el arco están acanalados. La ventana del coro, una ventana a la izquierda de la portada y un frontón de remate con una cruz al centro. Las portadas laterales son de cantera.

A la izquierda de la portada está la torre. Es de ladrillo y tiene cuatro cuerpos y un remate. El primero corre a lo largo de la fachada. El segundo en cada uno de sus lados tiene arcos de medio punto alargados. El tercero tiene forma circular con ocho arcos de medio punto alargados. El cuarto también es circular con ocho óculos. Sobre este se encuentra la cúpula de remate.

 

El desnivel de la calle, la escalinata, el arco de entrada y la barda. A la derecha de la fachada una estructura de ladrillo que pudo ser el primer cuerpo de una segunda torre que nunca se levantó.   

Puerta lateral izquierda.

- Interior

 

La iglesia tiene planta basilical con tres naves, que se dividen con arcos de medio punto que se sostienen en seis columnas de cantera. Tiene dos capillas laterales. El altar mayor es neoclásico. En el interior no hay obras de valor artístico.

Comentario

Aquí, en la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa, en 1591 inicia la obra misional de la Compañía de Jesús en Sinaloa con los padres Gonzalo de Tapia, español, y Martín Pérez, mexicano. El 11 de Julio de 1594, el Nacabeva asesina al padre De Tapia. Los jesuitas tuvieron colegio para indígenas y españoles, criollos y mestizos.

La iglesia actual es de 1796 y la torre de 1770, sobrevivió a una gran inundación. En el exterior se conserva bien, el interior ha sido muchas veces modificado y no hay objetos de valor artístico. Se mantiene en buen estado de conservación.

Museo Iglesias de Lalibela

Rubén Aguilar Valenzuela

 

El Museo Iglesias de Lalibela, en Lalibela, Etiopía, se aloja en una parte del edificio que ocupa la administración del conjunto de las Iglesias de Lalibela. De 1978 es la declaratoria de estas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

 

Exposición

La exhibición está en una sala de forma rectangular que en sus paredes tiene vitrinas donde se exhiben biblias, vestimentas litúrgicas, algunas pinturas y objetos utilizados en las ceremonias religiosas. Hay también vitrinas en el centro del espacio.

Comentario

El museo estaba cerrado y dijimos al guía, que nos acompañaba en la visita a las iglesias, que nos interesaba ver el museo, y entonces fue a buscar a la persona encargada y esta nos abrió. Es un museo pequeño y pobre en los objetos que se exhiben. Funciona más bien como una bodega para conservar lo que ahí se expone. La museografía es mala y también la iluminación. Solo algunos libros y pinturas tienen algún valor. El sitio merece un museo mejor.

El Poemar de Luis Melgar Brizuela

Rubén Aguilar Valenzuela

Texto leído en la presentación del libro en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, Alcaldía de Coyoacán, Ciudad de México, el 18 de septiembre de 2025, en compañía de Candelaria Navas, Consuelo Záizar, Víctor Flores y Rubén Moreira Valdez.

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El dos de septiembre de 2016, en el Espacio Cultural Nelson Mandela, dentro del Parque Lincoln, presentamos el extraordinario libro de Luis Melgar Brizuela, Las Brújulas de Roque Dalton: Una poética del mestizaje salvadoreño editado por el Ministerio de Cultura de El Salvador, Luis estuvo presente y habló sobre su trabajo. Venía directo del aeropuerto en un vuelo retrasado de San Salvador.

Ahora nuevamente nos convoca a presentar su último libro, El Poemar, una selección de su poesía realizada por él mismo, para celebrar su cumpleaños ochenta, que ha editado de manera póstuma su compañera Candelaria Navas. Lo cito:

"Una vez yo busqué las palabras

y resbalaron del diente al labio.

Ahora ellas me buscan,

Arrancan desde mi con orden raro, a veces me desgarran".

Ángel arborescente, del libro Contracantos (1991)

Estamos aquí, eso pienso, para entre todas y todos desentrañar el "orden raro", de las palabras que lo "buscaban" y a veces lo "desgarraban".

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Luis nació el 11 de septiembre de 1943 en la ciudad de Suchitoto, departamento de Cuscatlán, en el Pulgarcito de América, que dijera Roque Dalton, y partió a otro lugar, el ocho de marzo de 2024.

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La familia Melgar Navas llegó a la Ciudad de México en sucesivas oleadas; en enero de 1978 lo hizo Luis, para luego ingresar al Colegio de México, en agosto Candelaria y finalmente, en noviembre las hijas Ivonne y Gilda, entonces adolescentes de 13 y 12 años. En 1986, después de diez años en la Ciudad de México, Luis regresa a El Salvador, para incorporarse como investigador y profesor en la Universidad Nacional de El Salvador, y ella lo hace en 1988 para dedicarse a trabajar como activista de la causa feminista, de la cual es una pionera en su país. Las hijas decidieron quedarse en México y aquí han hecho su vida.

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Conocí a Luis y Candelaria, también a sus hijas, en 1979, en ese año y en 1980, en casa de la familia Melgar Navas, por el rumbo del Metro Taxqueña, nos daban cobijo para realizar algunas reuniones del colectivo político de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) "Farabuno Martí" de El Salvador, en la que ellos y yo militábamos.

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Participo en esta presentación, no porque sepa de poesía, aunque soy su lector, pero siempre, con cierto remordimiento de conciencia y complejo de culpa, me digo que tengo que acercarme más a ese género literario, sino por mi relación de amistad con la familia Melgar Navas, que tiene ya 46 años.

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La antología poética que hizo Luis tiene 101 poemas, que son parte de 13 libros. Algunos de estos ya se habían publicado, pero otros son inéditos. Son poesías escritas entre 1968 y 2022 en El Salvador y México. Un lapso de 54 años.

El primero Nudo de Amor, tiene poesías que van de 1978 a 2004, y está dedicado a Candelaria. El segundo, Piedra y Siglo, reúne poemas redactados entre 1968 y 2018. El Cristo de mi padre, el tercero, son poesías escritas en 1978 en El Salvador y México.  El cuarto, Contracantos, son obras redactadas en 1991. Los Dioses de la Guerra, el quinto, reúne poemas escritos en 1992 y el sexto, Solo la Música, son poesías de 1999.

Así fue que Cayó de Vino Tinto, el séptimo, son poemas escritos entre 2002 y 2022, homenaje a monseñor Oscar Arnulfo Romero, el obispo mártir de El Salvador, ahora santo de la Iglesia Católica. El octavo es Siete Historias de Cuscaltlán,  libro que ganó el primer lugar de poesía en los V Juegos Florales Centroamericanos, León, Nicaragua, en 2006.

Piedra de Toque, homenaje a Roque Dalton, el noveno, con poesías de 2007. El décimo, La Flor del Amate, con poemas de 2008. Tlamatani, el once, reúne poesías escritas entre 2003 y 2020. El doce, El Poemar, son obras de 2012, y Cien Arriba y Cien Abajo, el trece, contiene poesías redactadas entre 2021 y 2022.

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En mi lectura de El Poemar, encuentro cuatro grandes caminos o claves, para entender y desentrañar la obra de Luis en lo que llamó el "orden raro", de las palabras que lo "buscaban" y a veces lo "desgarraban".

- El camino del humanismo

Luis en 1968 participa en San Salvador en la creación del grupo literario "Piedra y Siglo", junto con Uriel Valencia, Rafael Mendoza, Ovidio Villafuerte, Ricardo Casatrorrivas, Jorge Campos, Jonathan Alvarado y José María Cuellar. Hay una preocupación por la estética, por hacer poesía de calidad, pero también por el humanismo con tintes existencialistas.

En el primer manifiesto del grupo se dice: "En un instante del siglo en que la incertidumbre, la deshumanización y mediatización de los valores agobian al intelectual, germina la última simiente literaria del país: "Piedra y siglo". Simboliza este nombre la perenne angustia de la humanidad. La carne del poeta, su palabra, es la arcilla del tiempo con que ha edificado el mundo su evolución, pues nadie como aquél es en primer grado, el móvil de todo avance en la humanización del hombre".

- El camino del compromiso político

Desde sus años en la universidad, Luis asume el compromiso político. La teoría debe ser llevada a la práctica. La vida del artista y su obra, también la del poeta, debe comprometerse con la transformación de la sociedad. El dolor y la angustia a del pueblo oprimido reclama el compromiso. La realidad social debe de cambiar. Hay que apoyar a las organizaciones populares que buscan la transformación de la sociedad.

- El camino de la cultura mesoamericana

En las décadas finales de su vida, Luis se encuentra con la cultura mesoamericana de los pueblos originarios, y también con sus dioses, que van a estar presentes en su obra. En esto hay una semejanza con la poesía del padre Ernesto Cardenal. En la obra de Luis se hace presente la cosmovisión de los pueblos originarios. Hay un reconocimiento de su sabiduría milenaria.

Se propone dejar en claro, con tintes de celebración, que la cultura milenaria de los pueblos originarios es parte de la identidad de la cultura de El Salvador, de Centroamérica y de América Latina. Es una riqueza que les es propia y al tiempo única. Los tlatatini, él es uno de ellos en su calidad de poeta, son quienes transmiten la sabiduría acumulada a través de los siglos vivido en comunidad.

- El camino de Dios

Luis de muy joven, de doce años entra al seminario de los padres salesianos en Ayahualo, El Salvador, del que sale a los 16 años, para en 1963, a los 20 años, ingresar a la Escuela Normal de El Salvador, donde en 1965 obtiene su profesorado en Letras, y luego entre 1966 y 1971, estudia la Licenciatura en Letras en la Universidad de El Salvador. Desde joven sabe que su vocación son las palabras que "busca" y "resbalaron del diente al labio".

Al salir del seminario, Dios y la fe entran en un suspenso, que habrá de prolongarse por décadas, hasta un día, que volverán con fuerza a ser una convicción profunda que se expresa en su poesía. Su formación en el seminario, lo pone en contacto con el Viejo y el Nuevo Testamento. En su poesía hay una referencia constante a pasajes e imágenes de estos dos textos que son teológicos, pero también obras de la literatura Oriental.

El reencuentro con Dios y la fe es ya en el marco de la Teología de la Liberación. Teología que en El Salvador se produce en el Centro de Reflexión Teológica (CRT) de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", de la Compañía de Jesús, donde trabajan los jesuitas Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, y que monseñor Oscar Arnulfo Romero hace suya en el ejercicio de una pastoral comprometida con los pobres en clave profética.

Hay poesías de Luis, donde grita el profeta indignado por la injusticia, por la opresión, por el abuso de los más pobres y necesitados. Y también está presente un grito de denuncia y condena a los opresores. Grito que nace desde el Dios del Evangelio, el Dios de los pobres y oprimidos. El Dios que salva. Es el Dios de Romero, que también es el de Luis.

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Desde mi lectura de El Poemar, en la poesía de Luis, hay varios comunicantes entre los cuatro caminos - humanismo, compromiso político, Cultura Mesoamericana y Dios  - que dan forma y contenido a su poesía. Cierto que hay también poemas que solo se construyen en uno solo de los caminos.

Para mi lo más sugerente de su obra es la relación e integración  entre la religiosidad de los pueblos ancestrales, que Luis recoge e interpreta, para introducirla en su obra, y la Teología de la Liberación. Y las dos ofrecen las palabras para gritar en tono profético. Que llegue la justicia y el fin de la opresión de los pobres, que son hijos de Dios.

Ese grito, presente en su poesía, también es expresión de su humanismo y compromiso político, ambos presentes desde muy joven. Las mujeres y los hombres de El Salvador, y de todo el mundo, deben vivir mejor, en plenitud del amor, de la fraternidad, de la libertad y de la felicidad.

Ohuaya, ohuaya.

Así está bien.

Amén.

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El Poemar. Antología Poética

México-ElSalvador 1968-2022

Luis Melgar Brizuela

Celdas Ediciones

San Salvador, El Salvador, 2024.

pp. 261

 

Bolsonaro a la cárcel

Rubén Aguilar Valenzuela

El exmilitar Jair Bolsonaro (70), presidente de Brasil (2019-2023), intentó un golpe de Estado en 2022 al perder la elección presidencial, frente a Luis Ignacio Lula da Silva, que no pudo llevar a cabo porque el Ejército y la Fuerza Aérea le negaron su apoyo, que sí consiguió de la Marina.

Un tribunal de Brasil, por cuatro votos contra uno, el pasado 11 de septiembre, fecha del golpe en 1973, de los militares chilenos, condenaron a Bolsonaro a 27 años y tres meses de cárcel, por el intento del golpe, que incluía el asesinato del presidente triunfante.

Junto a Bolsonaro han sido condenados siete funcionarios que fueran ministros y militares implicados en el golpe de Estado, uno de los jueces al votar a favor de la condena, dijo que en ese tiempo "se formó una organización criminal armada integrada por los acusados, que deberán ser condenados por las circunstancias fácticas que considero probadas".

Una de las juezas sostuvo que hay pruebas sólidas de que Bolsonaro, como lo demuestra la Procuraduría General, fue el "instigador, el líder de una organización que orquestó todos los movimientos posibles para mantener o tomar el poder".

En la historia de América Latina, Asia y África los golpes de Estado han estado a cargo de militares de alto rango que cuentan con el apoyo del Ejército y la más de las veces se convierten en dictadores, que se sostienen por décadas en el poder, o pronto son derrocados por otros militares, a través de otro golpe.

Bolsonaro, se reunió en diversas ocasiones con las cabezas del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, y les pidió que lo apoyaran en desconocer el resultado de las elecciones, pero en 2022 fueron los titulares del Ejército y la Fuerza Aérea los que salieron en defensa de las instituciones de la República y de la democracia brasileña.

El golpista puede apelar la resolución de los jueces una vez que la corte publique el fallo, pero se ve imposible que prospere su demanda, aunque se dice inocente de las acusaciones, ante el cúmulo de pruebas presentadas que dejan en claro cual era su intensión que fue frustrada, hay pruebas contundentes, por el Ejército y la Fuerza Aérea.

La sociedad brasileña está dividida, prácticamente por mitades, y unos están de acuerdo con la resolución de los jueces, que dicen es una clara defensa de la democracia, pero otros la rechazan y sostienen que se trata de un juicio político con motivaciones partidistas. En 2026 habrá elecciones por la presidencia y Lula ha dicho que volverá a presentarse.

En Brasil, los militares dieron golpe de Estado en 1964 y permanecieron en el poder hasta 1985, fueron 21 años de una terrible dictadura. Ante el intento golpista de Bolsonaro me hago la pregunta para el caso de México sobre cuál sería la postura del Ejército y la Marina si Morena pierde la elección a la presidencia en 2030, y los civiles piden a los militares que los apoyen en un golpe de Estado.

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