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Jair Messias Bolsonaro, el populista brasileño

Rubén Aguilar Valenzuela
El capitán Jair Messias Bolsonaro (65) en 1974 entró a la academia militar, que termina en 1977. En 1988, después de un juicio del que sale absuelto, pasa a la reserva del Ejército y en ese mismo año gana un puesto como concejal en Río de Janeiro.

En 1990 es elegido por primera vez como diputado, cargo en el que permanece 27 años de manera ininterrumpida militando en nueve distintos partidos. En esos años solo se aprobaron dos de sus iniciativas.
 
Gana la elección presidencial de Brasil en primera vuelta con una victoria aplastante en octubre de 2018. Asume la presidencia en 2019, por cuatro años con derecho a una reelección.

Supo presentarse como un antiestablishment y capitalizar, a su favor, la indignación del electorado frente a la corrupción de los gobiernos anteriores y ante los altos niveles de inseguridad que enfrentaba el país.

Brasil quería un cambio y él se lo ofreció envuelto en un discurso nacionalista y ultraderechista. Ya como diputado defendió posturas que luego sostiene en la campaña electoral que de manera abierta daban cuenta de sus posiciones políticas. Los electores no fueron engañados.

Atrajo su personalidad y su discurso extremista, lleno de frases publicitarias de alto impacto, que prometían el fin de la corrupción, más seguridad y devolver a Brasil la grandeza, la integridad y los valores perdidos.

Siempre se presentó como un político distinto a los otros cuya bandera era una frase del Evangelio de san Juan 8:32: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres".

A quienes votaron, incluso a muchos que antes lo habían hecho por el Partido de los Trabajadores (PT) no les importó su discurso homofóbico, machista, racista, su reconocimiento a la dictadura militar (1964-1985) y su defensa de la tortura.

En su discurso está presente el rechazo a la homosexualidad, a los derechos de la comunidad LGBT, al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la adopción por estas parejas. Es contrario a la legalización de la marihuana.

Se manifiesta en contra de las acciones afirmativas como las cuotas a favor de las mujeres y los afrobrasileños. Está a favor de la pena de muerte, el uso de la tortura y las ejecuciones sumarias.

En lo económico defiende una agenda que sostiene el "libre mercado es la madre de la libertad", y que "debe ser privatizado lo máximo que se pueda". Rechaza la centralización de recursos y del poder porque acaban corrompiendo la política y estancando la economía.

Como otros populistas de manera oportunista se ha acercado a los evangélicos más conservadores. Estos le dieron su voto en la elección presidencial. Defiende a ultranza a la familia tradicional, aunque se ha casado tres veces y tiene cinco hijos con distintas parejas.

De manera sistemática acusa a los medios independientes de crear y difundir fake news para desprestigiarlo. Desde su campaña, para comunicarse y ponerse en contacto de manera directa con sus simpatizantes utiliza intensamente las redes sociales.

Elemento central de sus discursos es la polarización, incluso la promoción del odio, de todos los que considera son sus enemigos que también son los del país. Lo es también la idea del pueblo soberano que lo entiende como todos los que están con él. Los otros no son pueblo.

La soberanía, el nacionalismo y la grandeza del Brasil son temas también recurrentes. Trabaja por "hacer que Brasil ocupe el lugar que merece en el mundo".

Su proyecto es la transformación de su país como lo planteó en su campaña: "¡Estamos iniciando la última semana de camino a, si Dios quiere, nuestra nueva Independencia! ¡Vamos a tomar Brasil y devolvérselo a los brasileños!".

Bolsonaro es uno más de los gobernantes populistas, de izquierda o de derecha, que hoy existen y se proponen proyectos semejantes, con contenido diverso, como la trasformación de sus países, que implica devolverle sus valores perdidos y restablecer la grandeza de la nación frente a los que atentan contra su soberanía.

Como otros sostiene un discurso polarizador, descalifica a los medios y a todos los que no piensan como él. Para comunicarse hace un uso intensivo de las redes sociales. Se dirige fundamentalmente a los suyos y les dice, en frases y consignas pegajosas, lo que estos quieren oír. No importa que no sean verdad.

(1999) donde narra la lucha de los jóvenes guerrilleros sandinistas.

Ruben Aguilar

Ramírez, sin proponérselo, describe al mexicano cuando afirma que, "cuando un régimen comienza a ver como subversivo a todo lo que se dice en contra y se trata de acallar esas voces es que la democracia comienza a flaquear, y no hay democracia sin libertad de expresión, de opinión".

Y anota que, "cuando un régimen quiere imponer su ideología de manera absoluta y no tolera que haya otras posiciones políticas y otras voces disidentes, es cuando un país va mal encaminado".

El nicaragüense sabe de qué habla. Le tocó vivir la dictadura de Anastasio Somoza, que lo obligó salir al exilio, y ahora las presiones del régimen fascistoide que encabeza Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo.

Hoy la censura al periodismo, dice el escritor, se hace a través de "las inspecciones, las reprensiones fiscales, o suspender la publicidad estatal a la cual los medios tienen derecho por igual, porque el Estado es un gran generador de publicidad en todos nuestros países, porque tienen grandes áreas de la economía de mucho peso y de mucho control".

En una realidad como la de América Latina, incluyo a México, "no hay necesidad de que haya un sensor en las oficinas de algún medio con un lápiz rojo tachándole lo que no quiere el régimen que se publique, sino que simplemente estos medios de coacción y de amenazas contra los medios de comunicación van limitando a la gente el derecho a expresarse", asegura el autor de Margarita esta linda la mar, premio Alfaguara 1998.

Ramírez, integrante de la Fundación de Periodismo García Márquez, plantea que, en México, que conoce muy bien, "la libertad de expresión se ve amenazada, porque se amenaza la vida de los periodistas, México es uno de los países donde más se ha atentado contra la vida de los periodistas, en los municipios (...) Es un asunto muy serio, que atentado mayor contra la libertad expresión, que atentar contra la vida de un periodista".

Hoy la libertad de expresión en México está amenazada desde dos frentes: De un lado la crítica y descalificación sistemática que, desde el poder, con todos sus medios, realiza el presidente López Obrador en contra de los medios y periodistas independientes y críticos, y, del otro, el asesinato de los periodistas. Hoy la lucha por la libertad de expresión cobra una importancia vital. Sin ella no hay democracia.

Las mujeres la verdadera oposición

Rubén Aguilar Valenzuela  
Desde el 2019 se veía que el movimiento de mujeres se planteaba como una real oposición alternativa a un presidente misógino y al partido machista y patriarcal fundado por él.

Este 2021, en pleno proceso electoral, se hace todavía más clara la misoginia de López Obrador y el machismo patriarcal de Morena que han defendido, a capa y espada, como su candidato a la gubernatura de Guerrero a un violador.

No es la excepción y en otros cargos de elección popular, menos sonados, Morena ha presentado candidatos acusados de abuso sexual y violación.

Los niveles de aprobación del presidente rondan en el 60 % y las preferencias electorales de Morena superan a la de los otros partidos.

Si no hay una oposición fuerte que les haga frente los candidatos de Morena tiene posibilidades de ganar. Es claro y abierto el rechazo del presidente a las causas de las mujeres y que Morena protege a violadores.

En ese marco el movimiento de las mujeres, que trasciende ideologías y partidos, se plantea como una real alternativa. Son las mujeres las que pueden decidir las elecciones del próximo seis de junio.

El movimiento de mujeres, abierto y plural, integrado por una gran cantidad de colectivos feministas muy diversos, y mujeres en lo individual pueden decidir la elección.

En estos dos años el presidente, el gobierno y Morena han manifestado de muy diversas maneras su incomprensión e incluso rechazo a las causas por las que luchan las mujeres. De manera sistemática se han negado al diálogo.

El presidente y su partido no van a cambiar. Ante esa realidad las mujeres y sus organizaciones deben decidir dónde poner su fuerza, que es enorme, y a quién elegir.

Están en condiciones de exigir a los partidos de oposición, si quieren su voto, lo que ellas pidan. Entre otras cosas que cesen los feminicidios y que las mujeres tengan el derecho a decidir sobre su cuerpo.

Las mujeres sin optar por ningún partido pueden usar su fuerza moral y real, para invitar a las mujeres a votar y que ellas en las urnas decidan por quién hacerlo.

En el México de hoy, también en el de ayer, la agenda progresista de las mujeres, parcialmente solo la ha enarbolado el PRD. De cara a la próxima elección tienen que decidir no entre un bien mayor sino frente a un mal menor.

¿Cuál es ese? ¿Votar por Morena, que ya se sabe qué piensa y cómo actúa frente a las causas de las mujeres? ¿Votar por los partidos de la oposición a cambio de compromisos reales y duros? Es, en todo caso, una decisión solo de las mujeres.

Una mujer asume la secretaría general del Episcopado alemán

Rubén Aguilar Valenzuela 
Como expresión de los nuevos tiempos de la iglesia y del papel que ahora en ella juegan las mujeres, el pasado 23 de febrero, la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), por sus siglas en alemán, nombró a la teóloga Beate Gilles como su secretaria general. Asumirá su función el 1 de julio de 2021.
 
A nivel de toda la iglesia es la primera vez que una mujer ocupa éste cargo. Sustituye al padre jesuita Hans Langendoerfer, que dimite tras 24 años de prestar este servicio a la DBK.
 
Al dar a conocer el nombramiento, el presidente de la DBK, monseñor Georg Baetzing, dijo que ella "está considerada como una profunda teóloga, fuertemente integrada en las diferentes estructuras de la Iglesia Católica y dotada de las mejores capacidades organizativas".
 
Gilles estudió en la Universidad de Bonn, para ser maestra de escuela primaria en la enseñanza de la religión. De 1995 a 1999 trabajó en el seminario de ciencia litúrgica en esa misma universidad.
 
En 2000 realizó una investigación liturgia-teológica sobre la transmisión de los servicios religiosos por televisión. De 2000 a 2010 fue directora general de Katholisches Bildungswerk Stuttgart.
 
Desde 2010 ha sido directora del Departamento de Infancia, Juventud y Familia en la Diócesis de Limburg y también responsable de los departamentos para jóvenes, adultos jóvenes, asociaciones de jóvenes, familias, guarderías y centros educativos de esa diócesis.
 
La teóloga, especialista en comunicación y educación, es miembro del movimiento Pax Christi y de 2003 a 2011 fue integrante de la Comisión de Oriente Medio y como tal coordinador del Servicio Ecuménico por la Paz en Palestina e Israel.
 
Desde 2011 ha pertenecido a la junta federal de la asociación católica alemana para el trabajo social de niñas y mujeres, y ha sido presidenta federal honoraria desde 2020, después de haber sido vicepresidenta federal desde 2012.
 
Gilles dijo estar conmovida por su nombramiento y dispuesta a asumir los retos que implica su nuevo cargo. Ubica su nombramiento como expresión del "deseo de cambio" en la Iglesia Católica de Alemania.
 
En el mundo hay un movimiento generalizado que demanda mayores espacios de participación de las mujeres en todos los campos de la actividad humana. Algunos países han sido más sensibles que otros a esta legítima exigencia.
 
La iglesia católica universal, como ahora lo ha hecho la alemana, debe ser un ejemplo mundial en abrir nuevas instancias para la participación de las mujeres en la muy amplia estructura de la iglesia.
 
En una sociedad patriarcal como la mexicana, donde las mujeres son víctimas de los abusos sexuales y de la violencia, la Iglesia Católica daría un gran mensaje a los distintos sectores de la sociedad al abrir más espacios de participación a las mujeres.
 

Días en la playa

Rubén Aguilar Valenzuela 
La hija oscura (Lumen, 2018), que se publicó en 2006, es la tercera y última de las novelas de la trilogía Crónica del desamor de la italiana Elena Ferrante. La primera el Amor molesto (1992) y la segunda Los días del abandono (2002).

Leda es una profesora de literatura inglesa, divorciada hace mucho tiempo, dedicada a sus hijas y al trabajo. Éstas deciden emigrar a Canadá donde está su padre. De pronto se queda sola.

Se va lo que más quiere, que son sus hijas. La primera sensación es de libertad. Decide, entonces, tomarse unas vacaciones en un pequeño pueblo de la costa napolitana. Vive en Florencia.

En su estancia, en la playa, conoce a Nina y a su hija Elena, que son una familia napolitana tradicional donde el hombre tiene un papel central.

Elena tiene una muñeca que quiere mucho y de la que nunca se separa. Un día la pierde. Todos la buscan. La niña está desolada.

Leda la encuentra y de manera inexplicable decide quedarse con ella. Por las mañanas va a la playa y en las tardes-noches la pasa en el departamento.

En este espacio vive un proceso interior que le permite autodescubrirse. Siempre se ha considerado autosuficiente y capaz de hacerlo todo por su cuenta. Ahora se asume que está sola.

Ferrante hace un retrato de la sociedad italiana desde la mirada aguda de una mujer. Una crítica, con todo, que vale para cualquier realidad geográfica.

Su prosa, con pocos diálogos y párrafos enteros, es siempre atractiva por su claridad, concisión y también agilidad.

Construye personajes, en particular de mujeres, que parecen existir y tienen una personalidad clara y definida. Personas con las que uno se puede encontrar en la calle.

La hija oscura     
Elena Ferrante
Editorial Lumen
España, 2018
pp. 152

 
Versión original. La figlia oscura, 1996. Traducción del italiano al español de Edgardo Dobr. 

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