Para el analista político Juan Carlos Rodríguez la realidad era innegable, los ciudadanos que no habían definido su voto en su mayoría se decían indignados por los abusos de quienes ostentaban posiciones de poder y la impunidad con la que actuaban. Era evidente, desde entonces, su hartazgo hacia las élites, política, empresarial, sindical y religiosa.
Luis Osvaldo Valle Rivas, director de Con Estadística, empresa que realizó estudios de opinión para el equipo de campaña del candidato de la alianza PRI-Verde-Panal, mostró por primera vez a un medio de comunicación los análisis que exploraron desde el principio el perfil de los indecisos, cuyos resultados arrojan que López Obrador despegó en realidad con 40% de preferencias, Anaya con 27 y Meade con 24.
Es decir, una vez que se identificaban los sentimientos de los indecisos, López Obrador “cachaba” la mayoría de esos votos, pues se trataba de un grupo inconforme con el régimen que lo gobernaba y los grupos de poder.