Partiendo de la premisa de que “La generación intermitente de las centrales eléctricas eólicas y fotovoltaicas afecta la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional en suficiencia, calidad y continuidad en el suministro eléctrico”, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) publicó un Acuerdo para garantizar la eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional, ante la emergencia sanitaria que ha paralizado al país.
En tal virtud, a partir del 3 de mayo de 2020, Cenace suspendió las pruebas preoperativas de las plantas solares y eólicas en proceso de operación comercial, además de que negará la autorización para la realización de más pruebas. El Centro argumentó, además, que han existido múltiples fallas previas en líneas de transmisión, en pruebas anteriores a la operación comercial de plantas solares al noroeste del país. Citó como ejemplo que el 15 de abril ocurrió en dos ocasiones un fenómeno conocido como “oscilaciones electromagnéticas” en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) que, en caso de repetirse, podrían tener “efectos devastadores” en la confiabilidad e integridad de dicho sistema.

En medio de la incertidumbre que ha generado la aparición y desarrollo de la COVID‑19, la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus, el diseño de las políticas públicas coyunturales se ven inmersas en las disyuntivas e hipótesis que los lleven a explorar soluciones para lograr un equilibrio entre la salud y la economía de la población.
Actualmente México continúa resintiendo las consecuencias del fenómeno de la pandemia del COVID-19, al igual que en los demás países, se ha generado una gran incertidumbre entre el pueblo y su gobierno, al estar enfrentando una situación no vista y menos vivida en la etapa moderna del país.