Supe de Ernesto Cardenal en mi época de juventud. Simpatizante de los movimientos revolucionarios en Centroamérica, seguía de cerca sus acontecimientos, y así me enteré que varios sacerdotes de la llamada teología de la liberación estaban activos del lado de los insurrectos.
Cardenal era un partidario de una "revolución desprovista de venganza", y así colaboró estrechamente con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la lucha contra el régimen de Anastasio Somoza Debayle, dictador, tercer y último miembro de la dinastía Somocista —luego de su padre, Anastasio Somoza García, y su hermano, Luis Somoza Debayle— que ejerció el poder dictatorial en Nicaragua desde 1937 hasta su derrocamiento en julio de 1979.
Cardenal fue nombrado ministro de Cultura el mismo día de la victoria de la Revolución Nicaragüense el 19 de julio de 1979. Ocupó este cargo hasta 1987, año en el que el ministerio se cerró por razones económicas.

El Embajador de EU en México, Cristopher Landau, dijo que no pueden continuar las atrocidades que ocurren en México en materia de seguridad.
Al menos mil 500 millones de pesos comprometió el sector privado durante una cena ofrecida por el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional a cien integrantes del sector privado para solicitar apoyo al sorteo del próximo 15 de septiembre por el premio equivalente al avión presidencial.