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¿Cuántos muertos?

Rubén Aguilar Valenzuela

El número final de muertos a causa de la pandemia del Covid-19 es incierto, para el caso de México. El portavoz del tema, el subsecretario de Salud, López-Gatell, en estos meses ha dado cifras distintas con diferencias muy grandes entre unas y otras.

En las conferencias vespertinas de todos los días habla e informa como un político afiliado a Morena y no como un funcionario del Estado mexicano, que ofrece información objetiva y veraz.

Desde que el subsecretario empezó con sus conferencias-discursos ha dado cinco cifras distintas del posible número de muertes por Covid-19 al final del año.

La primera vez dijo serían 8,000, luego que llegarían a las 12,500, pero después corrigió y sostuvo que se elevarían a 30,000, para dos días después plantear que se estimaban en 35,000 y finalmente que podrían ser 60,000.

De la misma manera, en por lo menos cinco ocasiones, ha dado fechas distintas, para ubicar el pico más alto de la pandemia. Un día se aplana la curva y el otro va hacia arriba. No hay consistencia en lo dicho. ¿Son errores?

Es muy evidente, ahí están sus conferencias-discursos, que las intervenciones del subsecretario adolecen de rigor y fundamentación científica. Y tampoco queda claro cuáles son sus motivaciones y propósitos.

Entre epidemiólogos y matemáticos independientes al gobierno se habla de graves inconsistencias en las estadísticas oficiales e incluso de cifras maquilladas, y también que su metodología de cálculo no es transparente.

La Universidad La Salle estima un pico máximo de contagios el 24 de junio y para octubre un acumulado de 37 mil muertes.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), con actas de defunción oficiales, demostró que en la CDMX había un subregistro de más de 4,000 muertos por Covid-19.  Y lo mismo hizo el Taller de Datos de la revista Nexos con una diferencia todavía mayor.

Para el 12 de junio, otros matemáticos estiman en 6,400 los muertos por Covid-19 no registrados por la SSA a partir de los propios números que ésta proporciona. Y el número puede crecer. ¿Cómo explicar el error?

En la comunidad científica internacional existen diversos modelos de cálculo y proyecciones. El Covidanalytics del MIT, para el caso de México, estima que para el ocho de julio habrá 34,808 muertes. El de la Universidad de California (UCLA), para el 31 de agosto calcula 38,447 defunciones.

El modelo Covid-19-Proyections, creado por Youyang Gu, del MIT, plantea que el primero de agosto se dará el punto más alto de la curva de muertes en México, y que ese mismo día podrá haber un acumulado de 97,096 defunciones.

La OMS pide "mensajes coherentes" a los gobiernos, porque "los ciudadanos se sienten confundidos si escuchan diferentes discursos, y hay que garantizar que tengan la mejor información posible para protegerse a sí mismos, a sus seres queridos y a las comunidades". ¿El gobierno la podrá ofrecer?  Hasta ahora no lo ha hecho.

Valoración del presidente

Rubén Aguilar Valenzuela   
Antes del confinamiento hice sesenta entrevistas a académicos, periodistas, politólogos, economistas, empresarios, líderes sociales y dirigentes de la sociedad civil como parte del proceso de planeación estratégica de una organización sin fines de lucro muy reconocida. Aquí los puntos centrales que derivo de esos encuentros, en el tema de la valoración del presidente y su gobierno, como parte del diagnóstico del entorno.
 
Economía. El presidente tiene una visión populista-estatista de los años setenta. No genera confianza, para la inversión. La economía no crece. Los recursos del gobierno no alcanzan para financiar sus proyectos. Su política genera desempleo y pobreza.
 
Política. El presidente tiene un proyecto político (4T) que se propone restaurar: el presidencialismo; el partido de Estado y la República Central de facto. Cualquier contrapeso al poder presidencial debe ser eliminado. No hay lugar para los órganos autónomos del Estado. Se propone controlarlos (CNDH) o desmantelarlos (INEE). Cuestiona la vigencia del Estado de Derecho. Ataca a los medios, a los opositores y a quien no piensa como él. Al Ejército lo ha metido al campo de los negocios.
 
Social. La política social es clientelar con propósitos electorales. No generan nuevas oportunidades ni resuelven los problemas de las personas. Se destruyen exitosos programas institucionales por transferencias directas de recursos que se entregan a nombre del presidente. Con fondos públicos se construye la base electoral de Morena vía los superdelegados (32) y subdelegados (266) con el apoyo de los Siervos de la Nación (20 mil). La estructura depende del presidente y pretende socavar el poder de los gobernadores.

Personaje. Cuando el gobierno está centralizado en una persona las características del personaje son claves, para entender el funcionamiento de toda la administración. Algunas son: posiciones mesiánicas; traslado de convicciones religiosas como fundamento de la política (Evangelismo pentecostal); pensamiento único; dogmatismo ideológico; altera la realidad y miente de manera sistemática. "Tengo otros datos".

Pueblo. El presidente lo entiende como individuos aislados que no se asocian entre sí y no lo aceptan como un conjunto social con sus propios intereses y representaciones. El pueblo bueno se relaciona de manera directa con él, sin ningún intermediario, a través de los programas sociales. Lo entiende también como una masa informe a la que se puede alinear a través del dinero de los programas sociales.

Sociedad civil y gobierno. Para el presidente la sociedad civil organizada es una "aberración" del neoliberalismo y potencial enemigo. De ahí surge su descalificación y rechazo a la sociedad civil organizada. Ésta no tiene lugar en la construcción de las políticas públicas. Eso solo le corresponde al gobierno. Las únicas organizaciones ciudadanas bien vistas son las que se alinean al presidente y el gobierno (Estado corporativo).

Adjudicaciones directas

Rubén Aguilar Valenzuela
Las adjudicaciones directas están siempre asociadas a opacidad y corrupción. Un elemento central de la política pública, para hacer frente a estos vicios son las licitaciones abiertas y transparentes.

En un trabajo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), firmado por Leonardo Núñez, se hace un análisis de la política de adjudicaciones directas del gobierno del presidente López Obrador.

Para tener un comparativo con la actual administración señala que en el primer y segundo año del gobierno del presidente Peña Nieto las adjudicaciones directas fueron del 63.7 % y el 62.2% y en los dos últimos del 77.79 % y del 76.23 %.

En el primer año del gobierno del presidente López Obrador el 78.1 % de los contratos se dieron por adjudicación directa, para convertirse en el año más alto en la historia reciente del país.

Las cifras de los primeros cinco meses de 2020 apuntan a que ese récord puede ser superado, ya que hasta este momento el 78.2% de los contratos se han entregado por adjudicación directa.

Esto a pesar de que en el Plan Nacional de Desarrollo del presente gobierno se estableció que las adjudicaciones directas debían eliminarse. No ha sido así y han crecido.

Todos los presidentes, sin importar de que partido son, han recurrido a los contratos por asignaciones directas, pero el actual que anunció, una y otra vez, que las cosas serían diferentes, los ha superado.

En algunas áreas de la administración, por razones diversas, el uso de las adjudicaciones directas es todavía mayor al promedio. Las diez primeras son: INBA (99.5 %); Secretaría de Cultura (98.9 %); Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (98.9 %); Diconsa (98.7 %); Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (98.2 %); Canal 11 (98.2 %); Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (97.3 %); Centro de Investigación de Estudios Avanzados del IPN (97.33 %); Secretaría de la Función Pública (96.5 %) y Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (95.7 %). A estas dependencias hay que añadir Fonatur, la responsable del Tren Maya, que ha dado el 92 % de los contratos en adjudicación directa.

Todo indica que año con año el actual gobierno va a superar su récord de asignaciones directas. Su manera de actuar en los primeros 17 meses de gobierno, así lo señala. Con lo que esto tiene de opacidad y posibles actos de corrupción. Hay muchas preguntas que no tienen respuesta institucional porque las asignaciones directas son decisión del titular de las distintas dependencias o directamente de Palacio Nacional. El mecanismo impide conocer los criterios de selección de las empresas que se contrata. ¿Es la mejor oferta? ¿Son allegados al gobierno? ¿Son amigos del presidente? Puede ser cualquier cosa. En todo caso se actúa en sentido contrario a la ética pública y lo que se había prometido.

Museo del Canal Interoceánico de Panamá

Rubén Aguilar

Panamá, Panamá 

 

Historia 

El museo fue concebido en 1996, cuando se aprobó la creación del patronato que se hace cargo de él. Abrió sus puertas en 1997, con motivo la celebración del Congreso Universal del Canal. Numerosas instituciones nacionales e internacionales han apoyado al museo desde su creación, entre ellas, la antigua Comisión del Canal de Panamá y la Comunidad Europea. Actualmente es miembro activo del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y la Asociación Americana de Museos (AAM). Está afiliado además al Instituto Smithsonian. 

Edificio

El edificio que alberga el Museo del Canal Interoceánico de Panamá fue construido en 1874, como el Grand Hôtel por el alsaciano George Loew. Lo compra después el Conde Ferdinand de Lesseps, para instalar las oficinas de la Compañía Universal del Canal Interoceánico. Aquí operó la Nueva Compañía del Canal y luego se vendió a Estados Unidos junto a la concesión para la construcción del Canal de Panamá. En 1915, lo compra el Dr. Belisario Porras, presidente de Panamá, y se instalan oficinas ministeriales. Fue la sede de los Correos y Telégrafos y en la entrada del edificio se aprecian los mosaicos con este nombre. En 1996, el Patronato del Museo del Canal rehabilitó el edificio para inaugurar el Museo del Canal Interoceánico de Panamá en 1997. 

Exhibición

 

La exposición se organiza en diez salas. En ellas se muestran cronológicamente los testimonios de la historia de la ruta interoceánica a través del istmo y la posterior construcción del Canal de Panamá. Se presenta también la evolución de las actividades canaleras y el paso de éste a manos panameñas, en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter. Tiene una sala con extraordinarias piezas prehispánicas.  

Comentario

El guion museográfico es muy bueno y también el desarrollo del mismo. Cada tema se ilustra con muchas piezas gráficas y de tipo documental, pero también con objetos de la época. La museografía es muy buena. Se requiere mucho tiempo para recorrer el museo y ver a detalle el desarrollo histórico del canal.

Diez puntos para enfrentar una crisis

Rubén Aguilar Valenzuela
Del griego krisis y del latín crisis, en el Diccionario de la Lengua Española se define como "una situación mala o difícil" y también "un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados".

A esta definición añado que la crisis siempre trae efectos sobre la persona o las instituciones que la viven. Si no se sabe manejar el impacto es negativo, incluso puede ser demoledor, pero si se sabe hacerlo es una oportunidad para fortalecer a la persona o la institución que la padece.

La experiencia demuestra, una y otra vez, que la única manera de sortear bien una crisis es estar previamente preparado para cuando ocurra. En algún momento, el día menos pensado, se va a presentar. No existe la posibilidad para un gobernante, un dirigente social o empresarial, que ésta nunca ocurra. La crisis es inherente a toda acción.

 
Ilustración: Víctor Solís

A la manera de una guía propongo los siguientes 10 puntos, para desde la comunicación enfrentar una crisis que necesariamente está ligada a la respuesta que se da a la misma. Se comunica la acción. Cuatro de estos son previos a que esta ocurra y los otros seis tienen lugar cuando se hace presente. Los puntos son:

1) Mapa de riesgos

Se debe hacer un ejercicio de imaginación para hacer un mapa de los riesgos que se puedan presentar en las distintas áreas de actividad de la organización. Para el caso de un gobierno, por ejemplo, cuáles crisis son factibles en el campo económico, político o social. El mapa cierra, en la medida de lo posible, los espacios a la incertidumbre y permite estar mejor preparado para hacer frente a los problemas.

2) Protocolos, para reaccionar

Un protocolo son reglas que guían la manera como debe realizarse una actividad. Son pautas del comportamiento que debe seguirse, para realizar una acción o resolver un problema. Hay un protocolo, por ejemplo, para el despegue y el aterrizaje de un avión. Puede haber protocolos generales, para enfrentar una crisis, pero también, eso es lo mejor, para hacerlo en los temas particulares.

3) Grupo de situación

Debe contarse con grupos de situación o de reacción previamente nombrados para hacer frente, de manera inmediata y de acuerdo a protocolos específicos, a las crisis que se puedan presentar. Se sabe de antemano, han sido ubicadas en el mapa, cuáles pueden ser. Estos grupos se integran con no más de ocho personas y es el líder del área quien lo encabeza. Conviene constituir grupos de expertos para consultar de acuerdo al carácter de la crisis, pero no son los que toman las decisiones.

4) Portavoz

Cada grupo de situación debe tener un único portavoz y solo él puede hablar del tema. La persona que ejerza esta función requiere tener una serie de características particulares como saber comunicarse en público, generar empatía y conocer del tema. El portavoz debe haber sido capacitado previamente. Sus intervenciones en la crisis exigen de preparación y ensayo. Hay que reducir al máximo la posibilidad del error.

5) Transparencia en la información

El portavoz en la crisis es fuente de información, de explicación, de orientación y también la cara visible de la organización. En el ejercicio de esa tarea siempre, no hay excepciones, se debe ser transparente. En el caso de un gobierno, a la transparencia hay que añadir la rendición de cuentas. En una sociedad democrática la opacidad es defecto y no virtud.

6) Decir la verdad

La organización, a través de su portavoz, siempre debe decir la verdad. En el caso de un gobierno democrático lo hace por ética pública, pero también por su propio interés. En una crisis la verdad es lo que cuesta menos y la mentira más. Hoy la información falsa, que pretenda manipular o evadir la realidad, siempre será descubierta y muy pronto se sabrá. La primera vez que un portavoz miente pierde toda credibilidad y no sólo deja de ser útil sino se convierte en un lastre para la organización.

7) Nunca contestar lo que no se sabe

El portavoz nunca improvisa y siempre debe estar preparado para enfrentar las preguntas más difíciles de parte de los periodistas. Su tarea exige estar lo más ampliamente informado sobre el tema y eso requiere horas de preparación antes de salir a dar la cara ante los medios. En el caso de no tener los elementos suficientes para contestar a una pregunta debe reconocerlo abiertamente y comprometer, en las horas siguientes, una respuesta.

8) Nunca adelantar escenarios o compromisos

En la crisis, el portavoz debe ofrecer información, explicación y orientación precisa, pero no comprometer escenarios o hacer compromisos puntuales. La realidad siempre es cambiante y en una crisis más. Adelantarse a los acontecimientos abre el espacio a la inconsistencia en lo que se comunica y también al error. El portavoz pierde credibilidad y deja de cumplir con su tarea.

9) Nunca confrontarse con los medios

En una crisis la organización debe buscar el apoyo de los medios y tratar de hacerlos aliados en el respeto irrestricto a la libertad de expresión. Confrontarse con los medios es un error y siempre resulta costoso. Es cierto que el carácter de las crisis es muy diverso, pero en todas las que tienen un efecto directo sobre la población (terremotos, inundaciones, incendios, pandemias...) la posibilidad de colaboración y el apoyo de los medios es factible sin que medie ningún compromiso más que el servicio a la comunidad.

10) Nunca confrontarse con la sociedad

En una crisis, sobre todo de carácter social, para hacerle frente es necesario el apoyo de toda la sociedad, no de fragmentos de la misma. El papel de la organización, para el caso del gobierno, es invitar a la unidad y la acción colectiva. Esto solo lo puede hacer si logra establecer una buena comunicación con el conjunto social que se basa en la transparencia, la rendición de cuentas y decir la verdad. Si el gobierno descalifica a la sociedad o sectores de la misma pierde su capacidad de liderazgo y de respuesta efectiva ante la crisis.

Los 10 puntos ofrecen una guía ideal para hacer frente a las crisis. Ésta es una propuesta con base en mi experiencia. Es un tema con muchas aristas. La práctica de años me ha demostrado que cuando se está preparado la capacidad de reacción rápida se hace evidente ante las dificultades inherentes a toda crisis. No estarlo siempre las complica y las hace todavía más graves. La improvisación y la toma de decisiones ya sobre los hechos amplía de manera notable los márgenes de error.

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