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Los españoles en 2034

Rubén Aguilar Valenzuela 

La semana pasada, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dio a conocer en España una encuesta sobre las tendencias sociales en los próximos diez años.

 

Es una encuesta de 35 preguntas realizadas entre el 8 y el 14 de noviembre a 3801 ciudadanos de todas las comunidades autónomas. El futuro no se ve con optimismo.

 

Manuel Viejo comenta el estudio (El País, 26.11.24) y afirma que los encuestados piensan que los principales problemas que habrá en el mundo dentro de diez años serán, por este orden, las guerras, el cambio climático, la pobreza y el paro.

 

En 2034, el 60% de los entrevistados piensan que habrá menos creencias religiosas en España y que existirá más interés por "las cosas materiales" y el "éxito propio", y también "más libertad sexual".

 

El 55% opina que existirá menos relación con la familia, que habrá más separaciones y divorcios (60% más que ahora), y el 72% piensa que nacerán menos niños. Para el 80 % la soledad será mayor.

 

Un 46.8% aventura que morirá más gente de cáncer. El 47.6% que se consumirán más drogas y habrá más delincuencia. El 42.4% que seguirá creciendo el racismo.

 

El 40% de los encuestados estima que habrá más paro o falta de trabajo. Y un 85% da por hecho que habrá robots que sustituirán a los trabajadores.

 

Un 77% apunta a que crecerá el teletrabajo y un 38% confía en que habrá más tiempo libre.

 

Para el 63% que las diferencias sociales y económicas serán mayores que ahora. Y el 65% considera que la desigualdad entre los países pobres y los ricos va a crecer.

 

El 64.8% piensa que el Estado sí debe de intervenir en la economía, pero "solo en determinados sectores de interés público y fijando orientaciones generales".

 

Sobre el medio ambiente, el 59% considera que el futuro estará peor que ahora y el 39.3% piensa que habrá más desastres naturales y epidemias.

 

El CIS plantea la pregunta sobre quién o quiénes "ha influido más en sus opiniones políticas, como votar o no votar, manifestar una u otra opinión".

 

Un 20% señala al candidato o dirigente político. El 16.2% que su primera influencia son las redes sociales e internet. Un 10.9%, la televisión, para el 10.2% los familiares y conocidos. La radio, para el 8%, y los periódicos, para el 5.2%.

 

El estudio señala que los españoles ven el futuro de los próximos diez años con pesimismo. Las encuestas reflejan la opinión de un momento y esta puede cambiar en la medida que lo hagan las circunstancias.

 

¿Cuál será la visión de las y los mexicanos sobre el futuro que les espera en los próximos diez años? Han ocurrido cambios profundos en la vida del país, sobre todo en el campo de la política. ¿Qué se piensa de eso?

El fracaso y el éxito de López Obrador

Rubén Aguilar Valenzuela 

El documento El Legado de López Obrador producto de una investigación de seis años de la organización Signos Vitales A.C. es un análisis riguroso del fracaso del gobierno que encabezó López Obrador (2018-2024) en todos los campos de la política pública.

 

Ese fracaso se traduce, entre otras cosas, en que el PIB solo alcanzó un aumento acumulado del 5% entre 2018 y 2024, lo que equivale a menos del 1% anual y una reducción en términos reales del per cápita. El crecimiento más bajo de los últimos 30 años.

 

Las políticas del gobierno afectaron la competitividad del país, y alejó la posibilidad de atraer inversiones extranjeras y posicionarlo como un destino atractivo para la industria manufacturera y el comercio exterior. En su lugar, la economía mexicana quedó dependiente de un modelo de crecimiento que difícilmente podrá sostenerse en el largo plazo.

 

La promesa de terminar con la pobreza resultó también un fracaso. Su reducción fue solo marginal y entre 2018 y 2022, pasó del 51.9% al 46.8%. Y esto como producto de los programas sociales clientelares y no del desarrollo de la economía. En el sexenio la pobreza extrema creció aunque también de manera marginal.

 

Hubo retroceso histórico en el campo de la educación con una caída en su calidad y se profundizaron las desigualdades en el aprendizaje. La política de salud que se implementó provocó que 30.3 millones de personas dejaran de tener acceso a los servicios públicos y tuvieran que resolver sus problemas por su propia cuenta. Hubo, por la vía de los hechos, un intenso proceso de privatización en el campo de la salud. El gobierno solo destinó el 3% del PIB al sector, contra el 6.3% promedio en América Latina.

 

El proceso de militarización de la seguridad pública, que se aceleró en el gobierno pasado, terminó en un fracaso rotundo para devolver la seguridad al país y actuó en sentido contario. El sexenio terminó con 200 000 homicidios dolosos y 51 000 desaparecidos que probablemente también estén muertos.

 

La lista de los fracasos del gobierno de López Obrador en el campo del resultado de las políticas públicas lo convierten en uno de los peores que ha tenido el país solo comparable a los de Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982). A pesar de eso termina su sexenio con un éxito que se traduce en que el 60% de la población lo valora positivamente y logra que su candidata gane la presidencia de la República.

 

Su éxito, que es innegable, se explica por haber entendido, como lo han hecho otros personajes, Donald Trump es uno de ellos, que para un gran sector de la ciudadanía no importa los resultados de la acción del gobierno incluso si estos la perjudican. Lo relevante es identificarse con un personaje y un discurso que la reivindique y tome en cuenta. El escuchar un relato, no importa que sea mentira, que les presente el mundo como lo quieren ver. Eso lo hizo muy bien y aquí se finca su éxito.

Napoleón, visto por un inglés

Rubén Aguilar Valenzuela  

Del director inglés Ridley Scott es la película Napoleón (Estados Unidos-Reino Unido, 2023) con guion de David Scarpa. Se presenta como una particular construcción histórica de la vida del emperador de Francia, el corzo Napoleón Bonaparte (Joaquin Phoenix).

 

La película no se propone ofrecer una biografía sino es una mezcla de realidad y ficción, para presentar la epopeya, con algunos rasgos históricos, de un gran personaje. El aborde que se hace de Josefina de Beauharnais (Vanessa Kirby), la emperatriz consorte, tampoco es una biografía.

 

Hay un cuidado especial del director en reconstruir las grandes batallas en las que participó Napoleón. En la película se ofrecen seis de estas. Como las que tuvieron lugar en la vida real son grandes carnicerías. Los efectos especiales de sonido reproducen el ruido de los cañones y de las balas con gran realismo.

 

Los historiadores señalan que Scott, a pesar de todo, omite muchas batallas fundamentales de Napoleón, como la Guerra de la Independencia, la campaña de Austria de 1809 y las campañas de 1813 y 1814, que se omiten por completo. En la batalla de Waterloo, que si se describe con detalle, se omite el papel de los ejércitos holandés y alemán.

 

Es falso, como otras muchas cosas en la película, la escena donde Napoleón y Wellington se encuentran y platican a bordo de un barco antes de que el emperador sea llevado preso a la isla de Santa Helena. Y en todas las batallas, están prácticamente ausentes los mariscales de campo de Napoleón, que siempre desempeñaron un papel clave en todas sus campañas militares. No hay ninguna referencia a la guerra en España.

 

El historiador Paul du Quenoy critica la descripción que hace Scott de las tácticas de las batallas de Napoleón que, entre otras cosas, nunca dirigió personalmente una carga de caballería, como se le muestra haciéndolo en Borodino y Waterloo.

 

La película presenta a Napoleón disparando contra las pirámides de Guiza, lo que nunca sucedió. La egiptóloga Salima Ikram señala que este tenía en gran estima por las pirámides que utilizó como motivación para sus tropas. Scott defendió su descripción como "una forma rápida de decir que Napoleón estaba en Egipto". Scott ante las muchas críticas de los historiadores siempre encuentra una salida como la anterior.

 

Las omisiones más graves de esta ficción, que no es una biografía de Napoleón, tienen que ver con su pasión por la literatura y el pensamiento de la Ilustración, que está muy lejos del soldado ignorante y violento que presenta Scott. Hay un consenso entre los historiadores de descalificar la película por sus muchas imprecisiones y falsedades. El Napoleón del director inglés está muy lejos del personaje histórico.

 

El director defiende su trabajo argumentando que el compromiso con la precisión histórica podría obstaculizar la narrativa y su impacto emocional. En conversación con The Times, expresó con ironía: "Cuando tengo problemas con historiadores, pregunto: "Perdone, ¿estuvo usted allí? ¿No? Pues cállate la boca".

 

La película es, sin duda, una gran superproducción con miles de extras que participan en las batallas, con gran fotografía, sonido, efectos especiales y vestuario. El guion de David Scarpa poco tiene que ver con el Napoleón de la historia y sí mucho con la creación de esta particular ficción de carácter biográfico.

 

 

Napoleón

Título original: Napoleón

Producción: Reino Unido-Estados Unidos, 2023

Dirección: Eidley Scott

Guion: David Scarpa

Fotografía: Dariusz Wolski

Música: Martin Phipps

Actuación: Joaquin Phenix; Vanessa Kirby, Tahar Rahim; Rupert Evertt (...)

La comunidad de jesuitas de la UCA

Rubén Aguilar Valenzuela 

Al inicio de noviembre de 1989, un comandante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en San Salvador, El Salvador, se reunió con el padre provincial de la Provincia de la Compañía de Jesús en Centroamérica y le dijo que en los próximos días habría un evento que podría causar problemas a los jesuitas y que deberían tomar medida para protegerse.

 

El 11 de noviembre, la guerrilla, en el operativo "Hasta el Tope", tomó bajo su control media ciudad de San Salvador, la capital del país. Era una demostración de fuerza, que fue clave para abrir el camino a que se establecieran las negociaciones para terminar con la guerra. Las Fuerzas Armadas vieron esta acción de la guerrilla como una humillación.

 

En la noche del 13 de noviembre integrantes del Batallón Atlácatl hicieron un registro a la casa de los padres jesuitas ubicada en terrenos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). El padre jesuita Ignacio Ellacuría, que había llegado ese día de España, la acción de los militares no lo interpretó como una amenaza o que era parte de un operativo mayor.

 

Ellacuría, amigo del presidente de la República, Alfredo Cristiani, a quien estaba a cargo del operativo le pidió hablar con el ministro de la Defensa o con el superior al mando de la operación, pero éste se lo negó de manera tajante, argumentando que cumplía órdenes superiores.

 

El entonces rector de la UCA, valoró el operativo militar como una señal de seguridad para la comunidad de los jesuitas porque los efectivos del Ejército no habían encontrado nada en la casa que los pudiera relacionar con el FMLN y tampoco materiales que, en versión de quienes dirigían el operativo, pudieran considerarse "comunistas".

 

Por la mañana del 14 de noviembre algunos integrantes de la comunidad insistieron, que el registro podría ser aviso de acciones posteriores. Ellacuría respondió que no había que ponerse paranoicos. Dijo que los militares ya habían visto que en la comunidad no había nada y, por lo tanto, ya no los molestarían más.

 

El historiador jesuita Rodolfo Cardenal, sobrino de los padres Ernesto Cardenal, el poeta, y de Fernando Cardenal, el jesuita, que vivía en la comunidad de la UCA, después del registro de la casa por el Ejército, valoró la situación de manera distinta y decidió irse a vivir a otra comunidad jesuita en San Salvador.

 

En la madrugada del 16 de noviembre, efectivos del Batallón Atlácatl, bajo las órdenes del coronel René Emilio Ponce, volvieron a la comunidad ya con el objetivo de asesinar a los padres jesuitas: Ignacio Ellacuría; Ignacio Martín Baró; Segundo Montes; Amando López; Juan Ramón Moreno y Joaquín López y López. El teólogo Jon Sobrino vivía en esa comunidad, pero estaba fuera del país dando un curso.

 

Para no dejar a ningún testigo, también a Elba Julia Ramos, que trabajaba con los padres, y a su hija Celina, de 15 años. Obdulio, esposo de Elba Julia, jardinero y vigilante, dormía en la caseta a la entada del patio de la casa. Ahí no llegaron los militares y por eso se salvó de la muerte. Desde ese lugar oyó todo lo que pasaba. Ya han pasado 35 años del asesinato de los jesuitas de la UCA.

Ignacio Ellacuría, el filósofo y teólogo y jesuita

Rubén Aguilar Valenzuela 

La biografía Ignacio Ellacuría (Fundación Emmanuel Mounier - Imdosoc – ISO, España, 2004) de José Luis Loriente Pardillo es una revisión sintética de la vida, pero sobre todo de la obra de este jesuita asesinado el 16 de noviembre de 1989 junto con otros compañeros por el Ejército de El Salvador.

 

Ignacio Ellacuría Beascochea nace en Portugalete, España, en 1930. Su padre un oftalmólogo y su madre ama de casa. El cuarto de cinco hermanos. Cuatro de ellos optaron por el sacerdocio. En su ciudad natal hizo sus estudios básicos y el bachillerato como interno en el Colegio de los Jesuitas de Tudela (Navarra).

 

En 1947, a los 17 años, ingresa en el noviciado de la Compañía de Jesús en Loyola. En 1949 es enviado, junto con otros cinco compañeros, que se ofrecieron como voluntarios, a El Salvador, para fundar el noviciado de Santa Tecla. El padre maestro es el jesuita Miguel Elizondo. Ese año los seis novicios hicieron votos perpetuos de castidad, pobreza y obediencia.

 

Lo envían a realizar sus estudios de letras y humanidades (juniorado) y de Filosofía en Quito, Ecuador, donde conoce al padre jesuita Aurelio Espinosa Pólit, que es su profesor, y al padre jesuita Ángel Martínez Baigorri, poeta. En 1955 obtiene su licencia en filosofía en la Universidad Católica de Quito. Entre 1955 y 1958, los tres años de la etapa del magisterio, los realiza dando clases en el Seminario de San José de la Montaña, en San Salvador.

 

De 1958 a 1962 estudia teología en Innsbruck, Austria. El jesuita Karl Rahner es su profesor e influye de manera decisiva en él. También le impresionan Hugo Rahner y Andrés Jürgmann. Se queja de la falta de la calidad educativa de ese teologado. En 1961 se ordena sacerdotes en Innsbruck.

 

Mientras visita a su familia en Bilbao establece contacto con el filósofo español Xavier Zubiri, le propone escribir su tesis doctoral sobre su pensamiento y que él se la dirija. De 1962 a 1965 realiza sus estudios de doctorado en filosofía en la Universidad Compultense de Madrid. Se gradúa, después de una serie de problemas burocráticos, con la tesis La principalidad de la esencia en Xabier Zubiri. Hace su tercera probación en Irlanda.

 

En 1965 termina los cursos del doctorado en teología en la Universidad de Comillas, pero nunca escribe la tesis. En 1967 regresa a El Salvador para incorporarse a la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) como profesor. A partir de entonces mantiene una estrecha colaboración con Xavier Zubiri y viaja todos los años a España, para trabajar con él. El Concilio Vaticano II y la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia, influye de manera decisiva en su manera de pensar.

 

Desde 1968 y hasta su muerte será miembro de la Junta de Directores de la UCA. En 1969 logra que la universidad asuma la revista de Estudios Centro Americanos (ECA), en la que publica muchos de sus artículos filosóficos, teológicos y políticos. A partir de 1970 da cursos nocturnos de teología a los que asisten centenares de miembros de las Comunidades Eclesiales de Basse (CEB), profesionales y estudiantes universitarios. En 1972 es nombrado director del Departamento de Filosofía de la UCA.

 

De 1970 a 1973 se hace responsable de la formación de los jóvenes jesuitas de la Provincia Centroamericana. A los estudiantes se propone trasmitirles su pasión por el trabajo intelectual. Los cambios que introduce en un sector de los jesuitas provocan reacción y en 1974, el gobierno central de la Compañía de Jesús le prohíbe ocupar cargos de responsabilidad en el gobierno de la provincia centroamericana. Concentra todo su esfuerzo en la UCA.

 

En 1973 el Secretariado Social del Arzobispado de San Salvador publica su libro Teología política, obra que se editada en inglés en 1976, en Nueva York, bajo el título Freedom Made Flesh: The Mission of Christ and His Church. Y también en chino en Taiwán, donde vive uno de sus hermanos.

 

Funda el Centro de Reflexión Teológica (CRT) en la UCA en 1974 y es su primer director. Crea la maestría en teología y siempre da uno de sus cursos. Desde 1976 dirige la revista Estudios Centroamericanos (ECA) y a partir de 1979 es nombrado rector de la UCA y vicerrector de Proyección Social. Imparte cursos, dirige seminarios y dicta conferencias en América Latina, Europa y Estados Unidos.

 

El 12 de marzo de 1977, la ultraderecha salvadoreña asesina al padre jesuita Rutilio Grande. El hecho impacta a los jesuitas. Semanas después, la organización Unión Guerrera Blanca ordena, bajo amenaza de muerte, que los jesuitas abandonen El Salvador. Nadie deja el país, pero Ellacuría, que está en Madrid trabajando con Zubiri retrasa su regreso a agosto de 1978, por recomendaciones de sus superiores.

 

En 1979 se produce un Golpe de Estado de la Junta de Gobierno en El Salvador dirigido por jóvenes oficiales del Ejército. La UCA y Ellacuría apoyan el movimiento de los militares. El primer gobierno estuvo integrado por destacados académicos de la UCA, entre ellos, su rector, Román Mayorga, y su director de Investigaciones, Guillermo Ungo. El golpe y el gobierno que emana de él fracasan y la represión se incrementa.

 

Monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, es asesinado el 24 de marzo de 1980, por grupos de la extrema derecha. Al final de ese año son asesinados los dirigentes del Frente Democrático Revolucionario (FDR). Ante el estado de cosas, Ellacuría sale del país bajo la protección de la embajada de España en El Salvador.

 

Antes amigos le habían dicho que su nombre estaba en una lista de personalidades que iban a ser asesinadas. Permanece en España trabajando con Zubri hasta abril de 1982. No está en el país cuando el 10 de enero de 1981, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) decreta la "ofensiva general" y formalmente inicia la guerra entre las fuerzas insurgentes y las Fuerzas Armadas.

 

La posición de Ellacuría es que de inmediato debería iniciar el diálogo entre las partes para restablecer la paz. Esta fue siempre su posición. No estaba a favor de la solución armada.

 

En 1983, tras la muerte de Zubiri, Ellacuría es nombrado Director del Seminario Xavier Zubiri.

 

En 1984 junto con el teólogo jesuita Jon Sobrino, profesor del CRT de la UCA, funda la Revista Latinoamericana de Teología. En 1985, con monseñor Rivera y Damas, media para lograr la liberación de la hija del presidente de la República José Napoleón Duarte, secuestrada por la guerrilla, y de 22 presos políticos.

 

A nombre de la UCA, en los primeros días de enero de 1989, recibe en Barcelona, España, el Premio de la Fundación Comín, otorgado a la UCA de San Salvador. El 13 de noviembre está de regreso en San Salvador. Esa noche elementos del Batallón Atlácatl del Ejército catean la casa de los jesuitas en le UCA.

 

Tres días después, en la madrugada del 16 de noviembre de 1989, elementos del Batallón Atlácatl, irrumpe en la casa y asesinan a Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López y López. Y para que no hubiera testigos también asesinan a Elba Julia Ramos, que trabajaba con los jesuitas, y la hija de ésta, Celina, de 15 años.

 

Loriente Pardillo desarrolla, de manera sintética, la propuesta filosófica y teológica de Ellacuría. En el texto hay una introducción del autor y un Prólogo de Manuel Cabada Castro, S.J. Para esta reseña he añadido datos biográficos que no están en el texto.



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