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Las misiones del Ejército

Rubén Aguilar Valenzuela

El pasado 20 de noviembre, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Crescencio Sandoval, pronunció un discurso donde planteó que el Ejército tiene cinco misiones:

Primera misión: Defender la integridad, independencia y soberanía nacional.

 

Segunda misión: Garantizar la seguridad interior.

 

Tercera misión: Auxiliar a la población civil en caso de necesidades públicas.

 

Cuarta misión: Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país.

 

Quinta misión: Auxiliar a la población en casos de desastre.

 

El general aseguró que en cumplimiento de la misión cuatro, el Ejército ha participado en la construcción de 2823 obras de infraestructura estratégica en beneficio del "pueblo de México".

 

Esta nueva misión es la que da lugar al Ejército como una empresa constructora, contratista e inversionista. El secretario citó como ejemplos la construcción de aeropuertos y trenes.

 

De manera particular mencionó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Santa Lucía, Estado de México; el Aeropuerto Internacional Felipe Carillo Puerto, Tulum, Quintana Roo, y el Aeropuerto Internacional de Chetumal, Quintana Roo.

 

Y también la construcción de los tramos cinco, seis y siete del Tren Maya y seis hoteles en su ruta por Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Y 143.8 kilómetros de carreteras que conecten con zonas arqueológicas.

 

En el discurso del secretario no queda claro sin la misión tres hace relación a la misión cinco o tiene que ver más con la misión cuatro.

 

El lunes pasado en estas mismas páginas publiqué los resultados de un estudio del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica que da cuenta de lo que la ciudadanía piensa debe o no hacer el Ejército.

De este se deriva, sin importar la ideología de los encuestados, que el 91% de los entrevistados está de acuerdo con la misión uno; el 90 % con la misión dos y el 93 % con la misión cinco.

Hay, con todo, diferencias radicales que se originan en las ideologías políticas de los encuestados: La nueva misión cuatro, lo aprueba el 92.4 % de los duros de la 4T (Morena-PT-PVEM) y la rechaza el 95.9 % de los duros de la Alianza (PAN-PRI-PRD). El 55.5 % de los indecisos no lo aprueba.

 

Se puede entender que es parte de la misión cuatro que el Ejército administre empresas del gobierno. El 92.4 % de los duros 4T está de acuerdo que así sea y en desacuerdo el 95.9 % de los duros Alianza. El 50.5 % de los indecisos no lo aprueba.

 

De la encuesta se concluye que la sociedad mexicana está dividida en aceptar la nueva misión cuatro del Ejército. Es algo que debe conocer el secretario de la Sedena y todos los altos mandos de la institución.

 

En el discurso del 20 de noviembre, el general Sandoval volvió a insistir, ya lo ha hecho antes, en su agradecimiento al presidente de la República, su comandante en jefe, por permitirles participar en los proyectos estratégicos del país.    

 

 

@RubenAguilar

Desde la profundidad del territorio

Rubén Aguilar Valenzuela 

El sábado 18 de noviembre mi compañera y yo visitamos la comunidad de san Luis, Baja California Sur, para ver la misión de san Luis Gonzaga Chiriyaquí establecida en 1721 por el padre jesuita Clemente Guillen de Castro.

La iglesia fue construida, a partir de 1572, por el padre jesuita Juan Jacobo Baegert, que ahora se encuentra en un razonable estado de conservación, que sin duda puede mejorar.

 

A la comunidad, desde la carretera Transpeninsular, se llega por una terracería de 37 kilómetros, que recorrimos en hora y media. En ella viven diez familias. Los jóvenes se van.

Una de esas familias es el matrimonio de María, que tiene 56 años, y su esposo José Luis, que cuenta con 62. Sus ancestros por varias generaciones nacieron y vivieron aquí como ahora ellos.

 

María le pregunta a mi compañera en que trabaja y le dice que es periodista y entonces le pregunta qué opina del presidente López Obrador, ella le revira la pregunta.

 

De lo que dijo María, hablaba con mucha soltura y con posturas muy claras, tomé nota. Transcribo de manera textual lo que dijo:

 

Del presidente hay cosas que le gustan y otras no. Le parece bien el programa de adultos mayores, al cual ellos todavía no pueden acceder, por no cumplir 65 años. Comenta que dicen lo van a bajar a los 60 años, pero no se sabe cuándo.

Ha oído que debe seguir el actual gobierno para que no se quiten los programas sociales cosa que pasaría si llega otro partido a la presidencia de la República.

 

No le gusta el programa de jóvenes, ella le llama el de los NiNi, porque reciben ese dinero y ya no quieren trabajar. Eso no ayuda a los jóvenes sino los perjudica.

Le parece bien, en cambio, que su nieto Armando de 10 años, que va a la primaria, reciba una beca. Anota que con frecuencia se retrasa la entrega de la misma.

 

Considera que los servicios de salud están mucho peor que antes. El Insabi no sirvió para nada y todavía no hay un servicio que sustituya al Seguro Popular.

 

Asegura que no hay medicinas y cuando van a atención médica en una institución pública en Ciudad Constitución, tienen que comprarlas con recursos propios.

 

No le gusta que las autoridades no se hagan cargo de mantener la iglesia de la misión y eso lo tienen que hacer las familias que viven aquí que todas son católicas.

Un sacerdote viene de Ciudad Constitución a celebrar misa el primero o segundo viernes de cada mes a la que asisten los integrantes de la comunidad.

 

El presidente dice que ayuda a los pobres, eso está bien, pero en este gobierno su situación no ha mejorado. Están igual o peor de pobres que antes. Ellos no reciben ningún programa social.

 

María hace un análisis de la política social del actual gobierno que da cuenta, más allá de filias y fobias, de lo que piensa una ciudadana a partir de su experiencia desde la profundidad del territorio. Es digna de tomarse en cuenta.

 

 

 

@RubenAguilar

Museo del Ferrocarril (El Oro, Estado de México)

Rubén Aguilar Valenzuela 

Imagen1.jpgHistoria

En 1877 inicia la construcción del ferrocarril México-Toluca que fue inaugurada en 1882 y en 1899, el presidente Porfirio Díaz da el banderazo al tramo de Tultengo a El Oro, San Onofre y Yondeje.

 

Así queda comunicada la minera El Oro Mining and Railway Co. Ltd. con la red ferroviaria del país. Luego entra el servicio directo de El Oro-México, que se suspende en 1942, cuando se inicia la construcción de la carretera El Oro-Atlacomulco. El museo se crea en 2017.

Edificio

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Piso original de la estación.

El museo se aloja en la que fue la estación del ferrocarril. Tiene solo una sala. Es una típica construcción de finales del siglo XIX. Techo de madera cubierto con lámina de zinc. El piso original de tablones.   

Colección

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En el museo se exhiben objetos relacionados con el ferrocarril, fotografía y documentos. Hay también mobiliario de la época.  

Comentario

 Imagen4.jpg

El museo es muy sencillo y pobre. Lo más relevante es el edificio con la arquitectura propia de las estaciones del ferrocarril de finales del siglo XIX. Está bien conservada. El museo forma parte de la Red Nacional de Espacios Culturales y Museos Ferrocarrileros. Me llamó la atención el piso original de tablones de madera. 

 

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Visita: 2023 (julio).

@RubenAguilar

 

 

Los pastores evangélicos en las elecciones

Rubén Aguilar Valenzuela

Estudios de campo en distintos países muestran con claridad la influencia que tienen las iglesias evangélicas y sus pastores en la decisión del voto de los fieles en las elecciones.

 

Los pastores señalan en su prédica, de manera abierta, por quien se debe votar y más del 80 por ciento de los fieles siguen esa orientación.

 

En algunos países por la importancia que tienen las iglesias evangélicas estas ejercen una influencia decisiva en el resultado electoral.

 

Hay estudios sobre el comportamiento del voto evangélico en las elecciones de Estados Unidos y Brasil de manera particular como influyeron en el triunfo de Donald Trump y Jair Bolsonaro.

 

En México las iglesias evangélicas no tienen todavía el peso del que gozan en esos países, pero ahora en ciertos estados, sobre todo del sureste, sí se puede comparar esta influencia.

 

Por el candidato López Obrador, la gran mayoría de los pastores de las iglesias evangélicas pidieron que se votara por él. Más del 80 por ciento así lo hizo.

 

Ahora todavía no es claro la orientación que darán los pastores en la elección presidencial de 2024. Para ellos que el candidato o candidata sea creyente es fundamental.

 

Contra lo que se dice en algunos círculos académicos y políticos, cada vez menos, los sacerdotes en su predicación no piden de manera abierta el voto en contra o a favor de alguien en lo particular.

 

Así debe ser en cumplimiento de la ley en un Estado laico, pero también, sobre todo, por la vocación original de la Iglesia y los sacerdotes. Su misión es formar y no adoctrinar.  

 

La Iglesia y los sacerdotes deben, a la luz del Evangelio, impulsar la libertad de los creyentes y la toma de decisiones informadas y conscientes, pero nunca decidir por ellos.

 

En la elección de 2024, donde participan 280 000 candidatos, que disputan 20 270 puestos de elección popular, la Iglesia y los sacerdotes deben invitar a la participación en el ejercicio de la responsabilidad ciudadana.

 

Deben también animar a sus fieles, a los ciudadanos, a informarse y tomar sus propias decisiones de manera consciente y responsable. Nunca, como si los hacen las iglesias y los pastores evangélicos, pedir el voto por alguien.

 

En una sociedad polarizada como el México de hoy, la Iglesia y los sacerdotes deben invitar, desde el Evangelio, a la tolerancia, a la celebración de la diversidad y a la fraternidad.

 

Las campañas electorales son especio que alimentan la disputa, la confrontación y la polarización, se requieren voces, como la Iglesia, que llamen siempre a la paz y la concordia.

 

 

@RubenAguilar

Militaristas vs civilistas

Rubén Aguilar Valenzuela 

Entre más cerca un ciudadano esté de las posiciones de Morena-PT-PVEM (4T) es más claramente militarista y entre más se identifique con las posturas del PAN-PRI-PRD (Alianza) es abiertamente civilista.

 

Días atrás en Nexos (10.11.23) publiqué un artículo que daba cuenta de la posición de la ciudadanía sobre el Ejército, a partir de un estudio del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica.

 

La investigación se realiza en base a una encuesta de 5000 entrevistas digitales con un índice de confianza del 95%. Las respuestas registran la simpatía que el encuestado tiene con la 4T y la Alianza, se contempla también a los indecisos.

 

El estudio muestra que ambos grupos están de acuerdo en que el Ejército debe atender casos de desastres (93%), intervenir en la defensa del país en caso de una invasión (91%) y combatir al crimen organizado (90%).

 

Luego vienen las diferencias. Si el Ejército debe de intervenir o no en la construcción de infraestructura pública (Tren Maya, Dos Bocas ...) lo aprueba el 92.4 % de los duros 4T y lo rechaza el 95.9 % de los duros de la Alianza. El 55.5 % de los indecisos no lo aprueba.

Si el Ejército debe administrar empresas del gobierno (CFE, Pemex, aerolíneas ...) está de acuerdo el 92.4 % de los duros 4T y en desacuerdo el 95.9 % de los duros Alianza. El 50.5 % de los indecisos no lo aprueba.

 

Sobre si un militar puede ser o no servidor público en áreas económicas y políticas, el 41.4% de los duros 4T sí lo acepta y lo rechaza el 87.9 % de los duros Alianza. El 44.4 % de los indecisos está en contra.

 

Si los militares pueden o no ocupar cargos de elección popular hay también claras diferencias. Si puede o no ser diputado o senador, lo acepta el 24.9 % de los duros 4T y lo rechaza el 94.3 % de los duros Alianza. El 68.1 % de los indecisos no lo acepta.

 

En el caso de poder o no ser gobernador o alcalde, lo acepta el 28.6 % de los duros 4T y lo rechaza el 94 % de los duros Alianza. El 60.2 % de los indecisos no lo acepta.

 

Y si puede o no ser presidente de la República, lo acepta el 22.65 % de los duros 4T y lo rechaza y el 93.6 % de los duros Alianza. El 58 % de los indecisos no lo acepta.

 

Lo común en las sociedades democráticas es que las personas que se dicen de izquierda rechacen la participación del Ejército y los militares en actividades que corresponden a los civiles y quienes se dicen de derecha las acepten.

 

Ahora en el caso de México las posiciones se dan a la inversa de lo que sucede en otros países. En los últimos cinco años se ha dado un claro cambio de la posición de parte la supuesta izquierda mexicana.

 

La explicación de esta radical transformación podía estar en la gran influencia que ejerce entre los suyos el presidente López Obrador, se ha convertido en un evidente defensor del militarismo.

 

@RubenAguilar

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