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Tercera oleada de denuncias a sacerdotes pederastas

Rubén Aguilar Valenzuela

 
En 2002, inició en Estados Unidos la primera oleada de denuncias de casos de sacerdotes que habían abusado de menores y años después en Europa y Oceanía ocurrió la segunda oleada.

Ahora se está ante una tercera oleada que tiene lugar en América Latina. El pasado 19 de noviembre la organización británica Child Richter International Network (CRIN) dio a conocer un documento con casos en 18 países de la región.

Según CRIN la Iglesia y los gobiernos en Latinoamérica no conocen la dimensión del problema, sobre el que existe un gran tabú, y su trabajo se propone solo como el inicio para que ambos actores se den a la investigación a fondo de esta realidad.

En el estudio de CRIN cuatro países concentran el mayor número de denuncias públicas: México 550, Chile 243, Argentina 129 y Colombia 137. En Uruguay son 44 y en Guatemala 12.

El documento no contempla el caso de Brasil, la mayor catolicidad del mundo, donde oficialmente el problema no existe. CRIN cita un documento interno del Vaticano de 2005 que estima en ese país estaban implicados 1,700 sacerdotes.

La organización dice que iniciaron su investigación a partir del hecho del muy bajo nivel de denuncias en los países de la región, de mayoría católica, en comparación con otros países de población católica más pequeña y con más denuncias.

En Argentina las denuncias iniciaron en 2017 y en Chile en 2018. En estos países las víctimas se han organizado bien, para ser escuchadas y que salga a la luz pública los abusos y el nombre de los abusadores. En ambos países la justicia civil está dando respuesta a los casos.

La Iglesia en México ha dicho que 157 sacerdotes han sido suspendidos de su ministerio en los últimos nueve años y que 101 han sido procesados ante la justicia eclesiástica, pero no han revelado su identidad.

En versión del exsacerdote Alberto Athié, un reconocido luchador en contra de la pederastia, la Iglesia en México ofrece números, pero no da a conocer el nombre de los abusadores en el intento de "cuidar su imagen".

Athié, que el presidente López Obrador criticó cuando renunció a ser consejero de la CNDH, tras la elección ilegal y fraudulenta de su nueva presidenta, sostiene que es urgente "romper el pacto" entre la Iglesia y las autoridades civiles que protegen a los sacerdotes pederastas.

En América Latina, la Iglesia, por todos los medios, intenta esconder la realidad de la pederastia y encubre a los sacerdotes culpables de la misma, dice CRIN.

Y añade que incurre en el encubrimiento a partir de trasladar al acusado a otro sitio, culpar a las víctimas y sus familiares y hacer pagos secretos, para comparar el silencio de los acusadores.

La Iglesia mexicana debe ventilar el problema y ser más abierta en la manera de enfrentarlo. Lo merecen la verdad y las víctimas.

Es también la manera de decir a los sacerdotes victimarios que su delito se hará público y no habrá impunidad. (He tomado información de un artículo de Íñigo Domínguez, El País, 20.11.19)
 
Twitter: @RubenAguilar

Una ciudad con 500 años de historia 

Rubén Aguilar Valenzuela
La ciudad oculta (Planeta, 2018) de Héctor de Mouleón (Ciudad de México, 1963) tiene dos tomos. El primero se integra con 47 viñetas o pequeñas historias sobre la ciudad con sus personajes, edificios, calles, fiestas, rituales, costumbres, leyendas, olores y sabores y da cuenta también de hechos excepcionales o curiosos, que merecen ser contados.

El Índice propone una clasificación de las historias en seis grandes apartados: Calles centrales; Puntos de encuentro; Figuras sobresalientes; Grandes transformaciones; Muerte en la ciudad y La sorpresa de lo cotidiano. Cinco secciones se integran con ocho viñetas y una con siete.

En el libro las historias no siguen el orden que propone el Índice y tampoco tienen una secuencia en el tiempo, que va de 1524 a 1975. Como lo dice el subtítulo son "500 años de historia".

El autor al paso del tiempo, aunque es muy joven, se ha convertido en un cronista, no oficial, de la muy noble, leal, hermosa, contradictoria y terrible Ciudad de México. Las historias revelan un cuidadoso trabajo de investigación de muchos años.

Del conjunto de las historias y la manera de contarlas construyen un gigantezco mural o rompecabezas con múltiples escenas. Cada una de las escenas o de las piezas vale por sí misma, pero se entiende mejor si se les ve en el conjunto.

De la infinidad historias que tiene la ciudad, a la que el autor conoce muy bien, selecciona las que más le interesan o impactan y lo mismo pasa con los tiempos. ¿Por qué contar este pasaje y no aquel otro? ¿Por qué elegir este año y no el demás adelante o atrás?

Un criterio en esta selección lo propone el mismo autor cuando dice que "el fin de este libro es traer a la memoria hechos ocurridos en la Ciudad de México que estaban perdidos y que no son del dominio público".

Y plantea que sobre la capital de la Nueva España y después de México "todo indicaba que era una ciudad que no podría existir, que no debería existir y vemos que no solamente rebasó los límites que dejaron los españoles, sino que rebasó todo lo imaginable. Eso nos demuestra que puede dar para 500 años si dejamos de hacer lo que hicimos que fue dejarla crecer sin planeación".

La primera historia del libro hace referencia al ocho de marzo de 1524, que es el acta más antigua que se conserva del Cabildo de la ciudad. Es, como dice el autor, "el primer día de la ciudad, o por lo menos, el primero del que existe memoria". Y la última a 1975 que habla de la infancia.

El libro tiene un cuidadoso diseño gráfico y cada historia inicia con una portada donde viene la fecha de la historia a tratar y palabras o frases que hablan del tema que se desarrolla. Hay también fotografías de época.

La sinopsis de la Editorial dice que "De Mauleón ama la ciudad con todo y sus grietas, sus fallas y sus monstruosas contradicciones. Esta es una especie de declaración de amor en donde cada uno de nosotros podemos reconocernos como ese amante".

El texto es una abierta declaración de amor a la ciudad y una invitación para que los lectores la conozcan, se pierdan en sus calles y edificios, pero también en sus olores y sabores para que así, al dejarse seducir por ella, se le ame como él lo hace.

La Ciudad Oculta
500 de Historia

Volúmen 1
Héctor de Mauleón
Editorial Planeta, México 2018
pp. 486

 


 

Morena y las preferencias electorales

Rubén Aguilar Valenzuela
La intención de voto de Morena va a la baja. En marzo de 2019 tenía el 51.9 % de las preferencias electorales y en noviembre 36.3 %, que es una caída de 15.6 puntos (El Universal, 25.11.19).

De julio de 2018 a marzo de 2019, en ocho meses, la intención de voto a favor de Morena creció en 8.6 puntos cuando pasó de 43.3 % al 51.9 %.

Pero a partir de marzo de 2019 empezó a bajar y si las elecciones hubieran tenido lugar en noviembre sumaría el 36.3 % de los votos, que son 7.0 puntos menos que en julio de 2018.

En marzo de 2019, el 31.9 % de los lectores se identificaba con Morena, pero ahora solo el 24.5 %, que es una caída de 7.4 puntos.

Es evidente que un grupo de electores que hace unos meses se identificaban con Morena toman distancia en términos de su simpatía y preferencia electoral.

Los votos que pierde Morena no se van a otros partidos y por eso, a pesar de esta caída, se mantiene como la primera fuerza electoral.

El PAN crece de manera sostenida, pero marginalmente. En marzo de 2019 tenía el 4.5 % de la intención de voto, en junio 6.9 % y en noviembre 7.2 %. Un crecimiento de 2.7 puntos.

Algo semejante pasa con el PRI que crece, pero también de forma marginal. En marzo de 2019 tenía el 4.2 % de la intención de voto, en junio 6.5% y en noviembre 6.7 %. Un crecimiento de 2.5 puntos.

El PRD pasa de una intención de voto de 1.4 % en marzo de 2019 a 2.0 % en junio y 2.3 % en noviembre. Un crecimiento de 0.9 puntos.

La suma de los votos de la oposición alcanza el 16.2 % poco menos de la mitad de los que obtiene Morena y esto sin contar los que este partido puede sumar de sus aliados.

El PAN, el PRI y el PRD crecen en el número de los ciudadanos que se identifican con ellos, pero de forma marginal y desde niveles muy bajos.

En marzo de 2018 se identificaban con el PAN el 5.8 % de los electores y en noviembre de 2019 el 10.7 %. Casi crece al doble.

El PRI pasa de 4.5 % en marzo de 2018 a 6.9 % en noviembre de 2019, un aumento de 2.4 puntos. Y el PRD de 1.4 % en marzo de 2018 a 2.2 % en noviembre de 2019. Crecimiento de 0.8 puntos.

Si se suman la simpatía de los partidos de la oposición alcanzan el 19.8 % frente al 24.5 % de Morena. Una diferencia de 4.7 puntos.

Morena es el partido que provoca mayor rechazo y el 48.9 % de los electores nunca votaría por él. Frente al 12.9 % del PAN, 7.9 % del PRI y 3.9 % del PRD.

Ahora es claro que los partidos de la oposición tienen bajos niveles de intención de voto y no provocan la identificación de los electores con lo que ellos representan.

Para la elección del 2021 su gran reto es crecer a base de la expectativa que ellos mismos puedan generar y también de captar los votos que pierde Morena.

 

Amazonia de Brasil

Rubén Aguilar Valenzuela

En los últimos 15 años la mayor deforestación de la Amazonia brasileña fue en 2004 con 27,772 kilómetros cuadrados y la menor en 2012 con 4,571 kilómetros cuadrados, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

El INPE es el organismo público de Brasil que realiza las mediciones oficiales con satélites y es quien en los últimos años ha dado seguimiento al comportamiento de la deforestación en la Amazonia.

Entre 2005 y 2008 la deforestación se mantuvo en un rango de 19,000 y 12,911 kilómetros cuadrados. Y entre 2009 y 2016 en 7,464 y 6,207 kilómetros cuadrados.

Salvo los años de 2013 y 2014 que fue de 5,891 y 5,012 kilómetros cuadrados respectivamente, que junto con 2012 han sido los tres de menor deforestación.

En los últimos tres años la desforestación fue de 6,947 kilómetros cuadrados en 2017, de 7,536 kilómetros cuadrados en 2018 y de 9,762 kilómetro cuadrados en 2019.

El crecimiento entre 2018 y 2019 fue del 30 %. Desde 2009 nunca había rebasado los 7,893 kilómetros cuadrados. Así la de 2019 es la mayor deforestación de los últimos diez años.

La reacción del presidente del Brasil, Jaír Bolsonaro, ante los resultados del INPE fue correr a su director. Su cese arbitrario no cambia la realidad.

El monitoreo que realiza el INPE es en tiempo real. Las autoridades brasileñas sabían lo que estaba pasando y no reaccionaron a tiempo.

En versión del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, el aumento de la deforestación se debe al crecimiento de la "economía ilegal" de madereros, mineros e invasores ilegales que se apropian de tierras.

Los ecologistas y un sector del empresariado dedicado a las actividades agropecuarias sostienen que es posible el desarrollo económico de la Amazonia y la preservación de la selva.

Para las organizaciones ambientalistas, el responsable de lo sucedido es Bolsonaro ya que "ha eliminado la capacidad de combatir la deforestación, favorece a quienes practican delitos ambientales y alienta la violencia contra los pueblos nativos del bosque".

En la campaña en algunas ocasiones dijo que "si llego a la Presidencia no habrá dinero para las ONG, esos inútiles van a tener que trabajar (...) Yo no voy a demarcar un centímetro de reserva indígena". Y así ha sido.

Años atrás la evolución favorable que ha tenido el freno a la deforestación de la Amazonia es resultado de un conjunto de políticas públicas que se propusieron detenerla en respuesta a los intereses nacionales y a la presión internacional.

Bolsonaro ha dado a conocer planes que van en contra de lo conquistado por el gobierno y la sociedad como abrir a la explotación comercial tierras de los pueblos originarios ahora protegidas.

En 2020 habrá que ver si la política de Bolsonaro para la Amazonia se hace realidad o son solo discursos irresponsables y bravucones. El próximo año sabremos el resultado.

Morir en Río de Janeiro

Rubén Aguilar Valenzuela

Después de la venezolana, la policía brasileña, en particular la de Río de Janeiro, es la más letal del mundo. En 2018, de cada 100 muertes violentas en Brasil, 11 fueron a manos de los policías.

En los últimos tres años el número de las víctimas en enfrentamientos con la policía se ha triplicado y para 2018 sumaron 6,220 de los 57,358 homicidios que ocurrieron en el país.

En Brasil ser hombre, negro y pobre es objeto de sospecha por parte de la policía y si se tienen esas características aumenta de manera dramática la posibilidad de ser asesinado por ella.

La muy alta letalidad policial viene de muchos años atrás y no se detuvo con los gobiernos socialistas de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

La expectativa es que ésta pueda ser todavía mayor en el mandato de Jaír Bolsonaro. Esto, aunque en 2018 se redujeron el número de las víctimas totales con relación a 2017 cuando sumaron 64,078.

Los estudiosos del tema sostienen que en los estados con más letalidad policial siempre la tasa de criminalidad termina por elevarse.

El Estado de Río de Janeiro es el epicentro de la letalidad policial con una de cada cuatro muertes, el 25 % en 2018, y no han sido mejor en los años anteriores.

Y dentro de este escenario, que preocupa a la ONU, hay favelas donde el problema es mayor como la de Maré y Complexo Alemão. La policía en su lucha contra de los traficantes de drogas irrumpe de manera violenta sin importar que mueran vecinos en el fuego cruzado.

Redes de Maré, una organización de la sociedad civil, ganó un recurso legal para obligar a la policía a que no puede hacer sus operativos a la hora de la entrada y salida de las escuelas.

Brasil, con 210 millones de habitantes, tiene el 2 % de la población mundial, pero el 14 % de los homicidios que se cometen en el mundo. La violencia impacta al 6.0 % del PIB nacional.

Para los brasileños, como para los mexicanos, el gran problema es la inseguridad seguido del comportamiento de la economía. (La información la he tomado de Naiara Galarraga Gortázar, El País, 05.11.19)

Twitter: @RubenAguilar

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