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Esconderse en el anonimato

Gerardo Moscoso Caamaño

Son múltiples las causas que dan lugar a la implantación de regímenes dictatoriales; sin embargo, es posible determinar su origen aproximadamente en dos momentos: a).- en los inicios de una comunidad en la que la ausencia de instituciones puede dar lugar a la aparición de personas o fracciones con afanes monopolizadores. b).- en el supuesto más frecuente que es cuando en una comunidad política ya formada entra en crisis poniendo en peligro la estructura del poder político-económico ya existente.

Esta fractura del orden social produce de manera inmediata la inestabilidad del sistema acarreando como consecuencia la apertura de puertas hacia su desaparición.

En unos casos la defensa del orden social, ya sea aplicando los mecanismos constitucionales de excepción, es decir, estableciendo una dictadura constitucional y, por lo tanto, limitada y dirigida a restaurar el modelo amenazado; o bien, dejando en suspenso la legalidad para, por medio de la dictadura anticonstitucional, preservar la supremacía y el dominio de la clase o sector amenazados por la crisis. En otros casos, y desde la posición opuesta, es decir, al margen de los cauces constitucionales, de lo que se trata es de poner fin al orden establecido, instaurando una dictadura al servicio de nuevos planes e intereses.

Las diferencias básicas entre una dictadura constitucional y la no constitucional, no legitimada en origen consisten en que mientras la primera es legal, la segunda no lo es; y en que si una nace con un límite temporal y vencedor, (el regreso a la normalidad anterior) la otra no tiene más condiciones que la absoluta voluntad del nuevo poder.

El veneno, para extenderse, aquí, entre nosotros, los personajes que se esconden en el anonimato, ha comenzado su tarea. Sin que nos demos cuenta alguien ha empezado a ver en nuestra cara los estigmas de una ideología contraria, una falta de respeto al que difiere, al que no piensa de manera semejante.

Una sola idea, puede ser más destructiva que el cáncer más letal. La educación laica y la cultura son las bases de una sociedad igualitaria y que sin este ideal no es posible construir una democracia. No debemos renunciar a esa lucha.

 

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Nadie debería morir solo

Gerardo Moscoso Caamaño

Todas las muertes que he presenciado me han estremecido. Todas, como médico, como hijo, como amigo, me han enseñado algo sobre lo que es morir y lo que es vivir. Muchos semblantes de la muerte, muestran facetas de la vida.

En nuestra cultura, donde se ensalza la inmortalidad y el miedo a la muerte es frecuente, nos es fácil imaginar los últimos momentos de la vida como algo doloroso, injusto e indigno. Sin embargo, no pocos enfermos terminales y sus seres queridos logran superar esta creencia tan común y transforman el tránsito a la muerte como una oportunidad para expresar amor, para sanar viejas heridas, para superar prejuicios, para descubrir en ellos mismos fuerzas y virtudes desconocidas y, definitivamente, para realizarse.

Aunque mucha gente prefiere morir de repente, sin darse cuenta, los finales inesperados suelen dejar muchas situaciones sin concluir. Los deudos tienen gran dificultad para superar las pérdidas imprevistas. Al contrario, las muertes lentas, a pesar de la tristeza y la preocupación que llevan consigo, brindan oportunidades únicas para solucionar cuestiones pendientes, restaurar uniones rotas y reconciliarnos con nuestro inevitable fin.

En nuestro deseo por protegernos del miedo a morir, casi todos alguna vez nos alejamos de un compañero que se enfrentaba a su fin y precisaba apoyo o consuelo. Así, alguna vez también, perdimos la oportunidad de ponernos en contacto con una parte fundamental de nuestra compasión.

Nadie debería morir con dolor y nadie debería morir solo. El malestar del cuerpo casi siempre se puede calmar. La presencia reconfortante de una persona serena y cariñosa mitiga gran parte de la soledad del paciente y muchas veces brinda la posibilidad de vivir momentos emotivos de profundo significado. La sinceridad, la ternura, la comprensión y la entrega fortalecen y conectan a los participantes de una manera tan especial que podría afirmar, como clínico, que se llega a sentir una paz de espíritu excepcional. Compartir el cuidar a una persona que se extingue, es una forma vigorosa de intercambiar amor, solidaridad y respeto, y representa una prueba personal sublime, tan íntima, y entrañable como el milagro del nacimiento.

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Rebelión ecológica necesaria II

Gerardo Moscoso 

La encrucijada que se abre ante la crisis ecológica se podría definir por sus viables sucesos: ¿Tal vez la superación del capitalismo desarrollista va a ser dirigido como opción centralizada y planificada por las tecnocracias del poder, incluso por un Estado Global? ¿O bien serán los esfuerzos dispersos de los trabajadores unidos quienes de una manera desordenada y próxima irán rompiendo la dominación neoliberal en defensa de sus intereses de supervivencia?

Si los grupos ecologistas se dejan manipular y carecen de una perspectiva revolucionaria sensata, si cada problema se reduce a esta o aquella “contaminación” aislada que técnicamente podría solucionarse con nuevas patentes “no contaminantes”, producidas por el mismo sistema económico global, la posibilidad de que sus luchas sean recuperadas sería una realidad.

De otra manera, ¿cómo podría explicarse que transnacionales importantes, fabricantes de autos y otras grandes empresas, subvencionen estudios ecológicos encargados por el grupo empresarial y político “Club de Roma” fundado desde 1968, siendo ellas directamente responsables de la degradación ecológica del planeta entero? Cuando las grandes empresas petroleras y eléctricas que impulsan la “nuclearización” del mundo como respuesta a la crisis del petróleo controlan al mismo tiempo, la investigación de las energías alternativas, no nos hagamos tontos, no es solo para frenar y arrinconar posibles soluciones tecnológicas que cuestionan sus intenciones, sino, sobre todo, por una estrategia de dominio global.

Esta estrategia va más allá de la simple recuperación de la protesta ecologista manteniéndola dentro de los límites del sistema: para ello, sería suficiente mantener la calidad ambiental en las metrópolis dominadas por el neoliberalismo, mientras que el tercer mundo es sometido a la expoliación de recursos, a la exportación masiva de armamentos, a guerras programadas y experimentales, a dictaduras militaristas cuando esos pueblos se rebelan. Este mecanismo permite históricamente reconvertir las protestas obreras en sindicalismos reformistas, propensos al pacto social para recoger las migajas de la explotación del sistema neoliberal.

Hay una sorda lucha de poderosos intereses por la hegemonía en la sociedad tecnocrática a través de esos ejecutivos que tanto se parecen en sus hábitos y mentalidad a los que Orwell intuyera en su “1984”.

 

(Continuará)

 

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Rebelión ecológica necesaria III

Gerardo Moscocoso Caamaño

El tiempo se está agotando. Para muchas personas y para muchas especies, ya se agotó. Como nunca, la tierra está amenazada. Contaminamos todo: el aire, los bosques y ríos con sustancias tóxicas, Hemos ensuciado las costas y océanos con inmensos derrames de petróleo y otros desechos contaminantes que se vierten al mar y a los ríos, hemos, en función de la productividad y detrimento de la calidad de vida, alterado la composición química de la atmósfera, de la que depende la existencia. Como siempre, los factores determinantes para encontrar soluciones a la problemática que nos aqueja, son la voluntad política de los gobiernos, el dinero y el poder de los intereses que temen perder en el proceso de defensa de nuestro planeta. ¿Qué será cuando ya no haya animales, árboles, agua potable y oxígeno respirable? El ser humano morirá con un gran sentimiento de aislamiento, tristeza, soledad. Lo que ocurre en la naturaleza también ya le está ocurriendo al hombre.

Todas las cosas tienen relación, todo se corresponde, todo; la vida pertenece a todo. El hombre y los gobiernos tienden a medir el progreso casi exclusivamente en términos materialistas, haciendo referencia a ideas tan fantásticas como “la calidad de vida”.

La polémica ecológica a nivel global a veces han pretendido encubrirla o, de plano, ha sido silenciada por quienes tienen poder y están coludidos con obscuros intereses del sistema económico neoliberal que cada vez es más voraz. Casualmente y por singular fortuna, en Coahuila, hay voces, llamadas de alerta, denunciando el deterioro ecológico en nuestro Estado.Como constatación de lo antes mencionado, el Rector de la UAdeC, Ing. J.S, Hernández Vélez, en días pasados participó con el Gobernador de Coahuila, Ing. M. A. Riquelme Solís, el Dr. J. Sarukhán Kermes, el Alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez y la Bióloga Doña Eglantina Canales, en la presentación de un muy pertinente libro sobre el tema: “La Biodiversidad en Coahuila. Un estudio de Estado”.

Un ejemplo de las muchas batallas que hay que librar para evitar mandar al carajo el regalo más importante que nos ha dado Dios: La vida.

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Rebelión ecológica necesaria (I)

Gerardo Moscoso 

Si la ecología y el arte aparecen como último grito de honradez en el caudillaje académico vendido a la “mafia del poder” que se nos avecina, por lo menos la conciencia ecologista debe ser el paso a la acción que va más allá de los secretos de los especialistas.

El ecologismo es a la ecología como el socialismo es a la sociología.

El filósofo francés Edgar Morín, definía los rasgos básicos de una nueva conciencia que prefiere la actividad hoy a la radioactividad mañana. Buscaba respuestas a esas preguntas que deberían de angustiar a la conciencia humana ante el actual deterioro de la vida en el planeta. ¿Porqué el parasitismo de unos seres humanos sobre otros, la explotación, la agresividad, la destrucción del medio ambiente y del propio ser humano en nombre de la racionalidad, el orden y la prosperidad?

El ecologista Murray Bookchin, afirma que los desequilibrios que el hombre provoca en la naturaleza tienen su origen en el desequilibrio que ha producido en las relaciones sociales porque se han exterminado etnias, se siguen almacenando armas químicas, se destruyen selvas, se contamina a la tierra, los mares, ríos y el aire.

La ecología como ciencia apunta a las siguientes soluciones: 1.- Respeto al medio ambiente frente a la masificación industrial y urbana. 2.- Ahorro en los recursos naturales frente al despilfarro consumista, 3.- Valor de uso frente a valor de cambio. 4.- Calidad de vida frente a productividad. 5.- Satisfacción frente a rendimiento. 6.- Estabilidad en el equilibrio biológico frente a la acumulación de capital, etc.

Habría que buscar los medios precisos para avanzar hacia nuevos fines, encontrar la alternativa decisiva que separa la ecología como ciencia recuperable del ecologismo como militancia revolucionaria. El dinero no se come, no se bebe y no se respira. Es un pinche pedazo de papel por el cual el ser humano ha hipotecado el regalo más grande que se nos ha dado: La vida. En la segunda década del segundo milenio se escuchan cada vez más las voces del apocalipsis.

Los grupos ecologistas se encuentran ante una gran encrucijada.

(Continuará)

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