Gerardo Moscoso 

Si la ecología y el arte aparecen como último grito de honradez en el caudillaje académico vendido a la “mafia del poder” que se nos avecina, por lo menos la conciencia ecologista debe ser el paso a la acción que va más allá de los secretos de los especialistas.

El ecologismo es a la ecología como el socialismo es a la sociología.

El filósofo francés Edgar Morín, definía los rasgos básicos de una nueva conciencia que prefiere la actividad hoy a la radioactividad mañana. Buscaba respuestas a esas preguntas que deberían de angustiar a la conciencia humana ante el actual deterioro de la vida en el planeta. ¿Porqué el parasitismo de unos seres humanos sobre otros, la explotación, la agresividad, la destrucción del medio ambiente y del propio ser humano en nombre de la racionalidad, el orden y la prosperidad?

El ecologista Murray Bookchin, afirma que los desequilibrios que el hombre provoca en la naturaleza tienen su origen en el desequilibrio que ha producido en las relaciones sociales porque se han exterminado etnias, se siguen almacenando armas químicas, se destruyen selvas, se contamina a la tierra, los mares, ríos y el aire.

La ecología como ciencia apunta a las siguientes soluciones: 1.- Respeto al medio ambiente frente a la masificación industrial y urbana. 2.- Ahorro en los recursos naturales frente al despilfarro consumista, 3.- Valor de uso frente a valor de cambio. 4.- Calidad de vida frente a productividad. 5.- Satisfacción frente a rendimiento. 6.- Estabilidad en el equilibrio biológico frente a la acumulación de capital, etc.

Habría que buscar los medios precisos para avanzar hacia nuevos fines, encontrar la alternativa decisiva que separa la ecología como ciencia recuperable del ecologismo como militancia revolucionaria. El dinero no se come, no se bebe y no se respira. Es un pinche pedazo de papel por el cual el ser humano ha hipotecado el regalo más grande que se nos ha dado: La vida. En la segunda década del segundo milenio se escuchan cada vez más las voces del apocalipsis.

Los grupos ecologistas se encuentran ante una gran encrucijada.

(Continuará)

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