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Bajarán el precio del gas LP

Francisco Tobías

El señor presidente hace unos días por medio de un decreto acaba de topar los precios del gas LP, aquí en Saltillo y la región a partir del 7 de agosto el kilogramo tendrá un precio máximo de 21 pesos con 32 centavos ya con el IVA incluido, este precio, como el del resto de las otras 174 zonas en la que la comisión reguladora de energía (CRE) dividió al país, cada semana será modificado.

El argumento y muy valido del gobierno federal es que al imponer un precio máximo para este hidrocarburo se logrará proteger la economía del consumidor final, por medio de un precio adecuado. Es importante señalar que este precio máximo contempla “supuestamente” todos los costos que se generan en el proceso de la comercialización incluyendo un margen de utilidad para el vendedor final.

Este bien, es decir el gas LP, es indispensable en las viviendas, ya que se utiliza tanto para cocinar como para calentar el agua y en algunas casas hasta para secar la ropa. Su precio se ha incrementado en casi un 50% desde diciembre del 2016 a la fecha, tan sólo durante el año pasado el precio de este insumo hogareño se incrementó un 16.7% cuando la inflación sólo fue del 3.2%. Es cierto que el aumento fue desproporcional tanto con la inflación como con el incremento salarial, sin embargo, tenemos que analizar el origen de este cambio en los precios. Pues el precio del gas LP se da en el mercado mundial y México importa cerca del 80%, incluso PEMEX durante el 2020 redujo 49% la producción de este hidrocarburo, por supuesto ocasionando una mayor dependencia del extranjero y del precio que se da en el mercado mundial, el cual es cotizado en dólares norteamericanos.

Habrá consecuencias tanto para los consumidores como para los vendedores de gas LP, y es que al topar los precios se provoca un desincentivo para los vendedores ocasionando que estos decidan guardar su producto cuando el precio se incremente o bien salirse del mercado. Mientras que por el lado de los compradores estos aumentarán su demanda, pensando que será un bien que ahora podrá estar al alcance económico de más mexicanos, y aquellos que, por cuestiones de ingreso, cocinan con otro insumo, como por ejemplo leña, empezarán a adquirir gas LP para satisfacer sus necesidades. Estas acciones, las cuales son racionales, provocarán un exceso de demanda, es decir que en el mercado se querrá comprar más gas LP del que los vendedores están dispuestos a vender al precio, establecido por un decreto y no por el mercado.

El exceso de demanda tiene algunas consecuencias como la generación de escasez, la conformación de un mercado negro, además de que los excedentes tanto del vendedor como del consumidor se reducen.

La intención gubernamental es buena sin embargo en México y en cualquier economía del mundo capitalista, para poder generar beneficios económicos se requieren de políticas económicas, ya sean monetarias o fiscales, y no decretos presidenciales que al no ser políticas públicas sólo son parte de una acción populista.

Se necesitan políticas públicas, políticas que solucionen el problema de fondo y no decretos que han demostrado tanto en México como en otros países que más que solucionar un problema lo complican aún más en el mediano plazo.

Por cierto, la creación de la empresa gubernamental Gas Bienestar, sólo nos costará la creación o incremento de impuestos, pero de eso platicaremos más adelante.

Las remesas

Francisco Tobías

Es común escuchar el término de las remesas, tan frecuentemente hablamos de ellas o escuchamos sobre ellas que de manera “mecánica” no nos permitimos realizar un análisis o reflexión sobre la importancia que tienen en la economía mexicana.

Las aportaciones económicas familiares enviadas, generalmente desde los Estados Unidos, se han convertido en un motor para el crecimiento y desarrollo económico no sólo de los familiares que radican en México, sino para la economía mexicana. Al analizar los montos de las remesas hacia la tierra azteca podemos observar que se han incrementado año tras año, por ejemplo, según Banxico en enero de 1996 los mexicanos que radicaban fuera del país enviaron a sus familias casi 282 millones de dólares, y en el mes pasado de mayo la cifra se ha incrementado en mil 600 por ciento. De hecho, existen estimaciones que al final del 2021 los migrantes habrán enviando alrededor de 50 mil millones de dólares.

Durante la pandemia la inmensa mayoría de los indicadores económicos de nuestro país se redujeron como lo fue la inversión, el ahorro, la generación de empleos y el PIB, sin embargo, las remesas lograron mantener un ritmo constante, aunque muy ligero, incremento mensual hasta el mes de enero de este año, cuando esta cifra llegó a un monto de 3 mil 170 MDD. A partir de ese momento la cifra de las remesas han aumentado demasiado para lograr dos cifras históricas una en el mes de febrero por un monto de 4 mil 157 MDD y en el mes de abril por 4 mil 514 MDD.

En economía se utiliza como una herramienta de análisis las comparaciones, como la realizada párrafos arriba comparando el mismo indicador en distintos momentos, pero además los economistas utilizamos la comparación de varios indicadores, y bien vale la pena hacer un comparativo con otros ingresos que tenemos desde el exterior para comprender la importancia de las remesas.

Al comparar los ingresos que tuvimos en el 2020 por remesas 40,607 MDD, con los ingresos por turismo extranjero los migrantes mexicanos casi cuadriplican el monto pues los turistas dejaron en nuestro país un monto aproximado a los 11 mil MDD. Pero si comparamos las remesas con el monto total de inversión extranjera directa en México siendo esta por una cantidad de 29 mil MDD poder observar que aún el dinero enviado por los mexicanos desde el extranjero es mucho mayor. Y como no comparar el ingreso de las remesas, equivalente al 315 por ciento, de los ingresos petroleros cuando estos en el 2020 fueron de casi 15 mil MDD.

Es cierto que la economía de nuestro país no ha despegado como quisiéramos, aún y por un tiempo, tendremos que hacer frente y afrontar las complicaciones que generó la pandemia, sin embargo, gracias al trabajo de los mexicanos en el extranjero estas dificultades se han podido aminorar. 

El presidente Andrés Manuel López ha señalado en distintas ocasiones que existen “héroes” fuera de nuestras fronteras al referirse a los migrantes mexicanos y de manera astuta ha solicitado ante el gobierno norteamericano se legalice la estancia de los mexicanos en ese país, conocedor que así los migrantes mexicanos obtendrán mayores ingresos y por supuesto las remesas se incrementarán, ayudando aun más a la economía mexicana.

Que se empiece a preocupar

Francisco Tobías

Hace algunos días el señor presidente en una de sus conferencias conocidas como “Las mañaneras”, afirmó que la economía mexicana va bien, que sólo le “ocupaba” la inflación.

Y no es para menos, mas allá de poner en tela de juicio su afirmación de que la economía marcha bien, debería de sobre ocuparse en el desmesurado aumento de los precios.

La inflación es el incremento constante y permanente de los precios de las mercancías en una economía. Esta variable económica, por increíble que parezca, data de más de siglo y medio antes que la misma ciencia económica, ya que la primera medición del cambio, aumento, en los precios se realizó en el imperio romano durante el mandato del emperador Diocleciano, entre los años 284 y 330 D.C.

La inflación en nuestra economía durante el mes de abril fue la más alta desde el año del 2017, ya que para el mes de abril de este año teníamos una inflación anual equivalente al 6.08 por ciento. Entre los bienes que han experimentado mayor inflación se encuentra el gas LP con un incremento del 31 por ciento, la gasolina conocida como la roja y el pollo sufrieron un aumento del 29.5 por ciento.

El Banco de México es uno de los actores principales, junto con la Secretaría de Hacienda, para lograr mantener el valor del peso, ya puso en marcha políticas monetarias restrictivas al aumentar la tasa de interés del 4 al 4.5 por ciento, buscando contraer un poco la demanda y un aumento en la inversión financiera para poder tener menor cantidad de dinero en el mercado y así evitar un incremento mayor en los precios.

Es importante precisar que la teoría cuantitativa del dinero establece que entre mayor sea la cantidad de dinero que exista en una economía el aumento en los precios, es decir, la inflación aumentará.

Uno de los peores males económicos es la inflación, en ciertas economías, como lo fue el 2020 en Venezuela donde se sufrió una hiperinflación del casi 3 mil por ciento. Y es que este fenómeno económico además de provocar perdida del valor adquisitivo de la moneda, desalienta la inversión y el ahorro, con ello la reducción en la generación de empleos, escasez de mercancías e incertidumbre sobre el futuro económico.

Les comparto esta pequeña frase del escritor Ernest Hemingway: “La primera panacea para un país mal administrado es la inflación de la moneda”.

Los fisiócratas y el covid-19

Francisco Tobías

Se considera que la a economía como ciencia social tiene su origen en el año de 1776 con el libro “La riqueza de las naciones” cuyo autor, Adam Smith, es llamado, el padre de la economía. Desde ese momento han surgido muchos conjuntos de propuestas “correctas” sobre el funcionamiento de la economía, a estos “paquetes” de propuestas sobre análisis, que auguran la solución a los problemas económicos se les conoce como escuelas, doctrinas o corrientes económicas.

 

En toda, que por cierto es breve, historia de la ciencia económica el dilema o la gran diferencia en temas macroeconómicos referentes a las corrientes o escuelas económicas es la intervención o no del gobierno en la economía. Así como los liberales manifiestan que la economía puede funcionar perfectamente sin la intervención del estado hay otras doctrinas económicas como la keynesiana que afirman que la economía sufre desajustes y que para lograr salir de esos desajustes económicos el estado debe de intervenir.

 

Aquellas escuelas liberales, es decir las que buscan que el estado no intervenga en el mercado o en la economía, sostienen parte de sus pensamientos con una frase francesa que dice: “laissez faire”, que significa: dejen hacer, dejen pasar. Frase acuñada por el economista francés François Quesnay, quien por cierto tenia como profesión médico cirujano. Este cientifico francés fue quien desarrollo un conjunto de teorías que dieron vida a la escuela económica llamada “fisiocracia”, la cual sostiene que el buen funcionamiento de la economía se da por leyes naturales por lo que no es necesaria la intervención del estado.

 

De manera personal siempre había desechado esta doctrina económica, para dar inicio por que busca la no intervención del estado en el mercado o en la economía, sin embargo, desde hace año y algunos meses, con el inicio de la pandemia del Covid-19, se han observado muchos cambios en el sistema económico que se han generado gracias a los ajustes que ha ocasionado esta enfermedad, al parecer, desarrollada en gran parte por la naturaleza propia. Nuestra evolución económica desde la barbarie hasta el capitalismo de hace algunos días se había dado por acciones, decisiones o invenciones. Desde que empezamos a vivir en comunidad, la sociedad ha evolucionado y junto con ella la economía, ya sea por guerras, para acabar con la esclavitud por ejemplo, por revoluciones como la industrial o la tecnológica, sin embargo, hace poco, muy poco tiempo nuestro sistema económico se ha ajustado, se ha transformado y continuará al parecer por ese camino gracias a la naturaleza, tal vez los fisiócratas tienen razón al afirmar: “dejen hacer, dejen pasar, el mundo va sólo”, agregaría, la economía junto con el.

 

La IED en México y la pandemia

Francisco Tobías

También hay buenas noticias, aunque en realidad son no tan malas noticias, cuando hablamos de la economía mexicana y un ejemplo de ello es la Inversión Extranjera Directa.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo es un organismo de la asamblea general de la ONU que se encarga de “maximizar las oportunidades comerciales, de inversión y desarrollo de los países en vías de desarrollo así como la asistencia en sus esfuerzos para integrarse en la economía mundial”, creado en el año de 1964. En su análisis del año 2020, esta conferencia informó que México fue el noveno país que recibió más inversiones extranjeras directas, mejorando 5 posiciones respecto al año 2019.

Es cierto que el 2020 fue un año atípico en todos los aspectos, por supuesto que la economía tambié fue afectada por la pandemia, de hecho al comparar el monto mundial de la inversión extranjera directa (IED) está se redujo en un 33 por ciento, pasando de 1.5 a 1 billones de dólares norteamericanos. Este tipo de inversión en México se redujó casi el 15 por ciento. La ventaja mexicana fue comparativa ya que el 55.4 por ciento de los 29 mil millones de dólares de la IED en México fueron reinversión de las utilidades. De hecho sólo 22 por ciento fue inversión nueva, mientras que el resto, poco más de 22 por ciento, fue un monto generado por apoyo entre las propias compañías, debido a la falta de acción y políticas públicas del gobierno federal.

Es cierto que durante el 2020 la economía azteca no atrajó más inversiones que el año anterior pero es importante señalar que fue de las economías que menos contracciones tuvo en la IED, mientras estas cayeron en un 60 por ciento en Brasil, EUA sufrió un descalabro equivalente al 40 por ciento.

Con estos datos México se encuentra en la cima de los países latinoamericano en lo que se refiere a la atracción de IED y por si fuera poco las buenas noticias, ahora si buenas, continuan pues según la Secretaría de Economía del gobierno federal, durante el primer trimestre del 2021 se batió el record de IED durante un periodo de tres meses, siendo este por un monto de 11,864 millones de dólares.

La IED es importante para cualquier economía, de hecho la economía más grande y fuerte, es decir la de los EUA, es quien mayor monto en este concepto ha recibido, seguida de China, quien por ciento durante el 2020 sólo sufrió una contracción del 5 por ciento.

La IED es una fuente muy importante para generar crecimiento económico, además de empleo e inversión sin olvidar que es por medio de este concepto en el cual las economías en vías de desarrollo logramos importar tecnología.

Definitivamente un factor para lograr la felicidad es la inversión extrajera directa.  

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