Francisco Tobías

Un motor importante para el desarrollo, el crecimiento y la generación de empleos que estos conllevan es la inversión extranjera directa en un país. Es decir, el monto, generalmente medido en dólares norteamericanos, que empresas extranjeras deciden invertir en cierto país y esta inversión es en planta productiva ya sea para incrementar la capacidad de producción o bien para la creación de nuevas líneas de producción.

El año anterior fue para la economía del mundo una situación atípica, a partir de segundo trimestre cuando inició la cuarentena, sin embargo, los tres primeros meses del 2020 transcurrieron con cierta “normalidad”, por esto es valido reconocer la comparación que se puede realizar del 2021 respecto al año anterior. Podemos ver que, según datos de la Secretaría de Economía, dados a conocer hace algunos días, la inversión extranjera directa (IED) durante ese periodo trimestral se incrementó en un 14.8 por ciento, siendo por un monto de 11 mil 864 MDD.

¿Por qué es bueno para los integrantes de una economía que exista y cada vez sea mayor la inversión extranjera directa? Este tipo de inversiones además de generar empleos directos, es decir, se contratarán trabajadores en la nueva línea de producción, también generación una serie de empleos indirectos, como son los ingenieros, arquitectos, albañiles y demás que trabajarán en la construcción de la nueva planta, por supuesto que la construcción de una nueva “fábrica” genera a la vez empleos derivados de la inversión inicial. Pero no sólo eso, además, mejora las oportunidades de empleo para los trabajadores, influye de manera positiva en la competitividad de la economía e incluso logra importar tecnología.

Para el caso del trimestre anterior en nuestro país casi el 60 por ciento de la IED fue gracias a la reinversión de las utilidades por parte de las empresas con capital extranjero ya establecidas, un 18.6 por ciento de los 11 mil 864 MDD, siendo de origen norteamericano el 42.5 por ciento de esta inversión, el capital oriundo de España ocupa el segundo lugar con un porcentaje de 12.1

Es importante señalar que este monto ha sido el mayor desde el trimestre analizado desde el año de 1999, sin embargo, al realizar la comparación se hace en precios corrientes sin considerar la inflación que ha sufrido el dólar durante estos 22 años.

Nuestra economía y nuestros bolsillos requieren de inversión extranjera directa no sólo para poder salir de la depresión económica por la cual atravesamos, sino para poder lograr un crecimiento, desarrollo y hasta la felicidad, por supuesto, cumpliendo con ciertas normativas que den seguridad jurídica y económica a los empresarios extranjeros, quienes son los generadores de una gran cantidad de empleos en México.