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2022

Francisco Tobías

Según el Centro de Investigación Económica y Empresarial, la economía mundial logrará por primera vez en la historia una producción superior a los 100 billones de dólares norteamericanos, pronóstico muy interesante y que además da buenos augurios a la economía del mundo para el 2022.

Hace dos años este mismo centro de análisis económico, que tiene su cede en Londres, había pronosticado que esta cifra de 100 billones de USD se alcanzaría en el 2020, sin embargo, debido a la pandemia ocasiona por el Covid-19, alcanzar ese nivel de producción fue imposible. Pero, ¿qué significa la producción, qué contempla, qué no contempla, qué genera y qué beneficios provocará?

Cuando se habla de producción, en economía, nos referimos al Producto Interno Bruto (PIB), el cual es uno de los indicadores más “famosos”, éste nos indica en cierta moneda, la cantidad de bienes y servicios que son producidos en un determinado tiempo. En el cual se contemplan desde los refrescos, medicinas, así como los servicios de abogacía, hasta el del transporte, sin olvidar las construcciones, los servicios financieros y más; sin embargo hay ciertos productos y servicios que no se contemplan como por ejemplo el trabajo voluntario, pero aún más inquietante es que no se consideren afectaciones al medio ambiente o bien el consumo de la riqueza del planeta, sin embargo el PIB es el concepto más y mejor “aceptado” en el orbe para medir la producción.

Cuando se logra incrementar la producción de una economía, ya sea de un poblado, de una nación o como los señaló el CEBR, siglas del Centro de Investigación Económica y Empresarial, en el mundo, hay beneficios económicos para los integrantes de la misma economía, como lo son la generación de empleo, el incremento de la inversión que a la postre generarán, con la aplicación de ciertas políticas, desarrollo en las familias.

Estas proyecciones son buenas noticias, en caso de concretarse y no aparezcan factores exógenos** para la economía mexicana, la cual debe de seguir aprovechando su cercanía con la economía, aún más grande del mundo, la de los Estado Unidos de América.

Sin embargo, el 2022 será de grandes retos para la economía del mundo, la cual sigue ajustándose a la pandemia y a sus consecuencias, una economía que día a día cambia y en la cual pareciera que es más importante el individualismo que la comunidad.

Se espera que durante el 2022 la inflación siga aumentando, tal vez de manera moderada, por factores como el aumento en el precio del petróleo, las expectativas del aumento en las tasas de interés por parte de la Fed, la escasez de alimentos en Medio Oriente, así como la variante ómicron y las que puedan generarse, esto perjudicará a todos los integrantes del sistema económico y lamentablemente el daño será mayor para lo pobres.

Recomendación financiera para el año 2022, ahorre y si lo hace en criptomonedas será mejor, mucho mejor.

¡Feliz año 2022!

* Factores exógenos nos aquellos que no están considerados al realizar un análisis o estudio económico, como lo fue la pandemia del Covid-19, la cual nadie esperaba.

Dos argumentos

Francisco Tobías

El uso del cheque “moderno” como uso de pago se remonta al año de 1683, específicamente al 3 de julio, cuando algún ciudadano inglés utilizó este documento para realizar un pago, tal vez el agente que lo cobró, como bien pudo ser un banquero, un carnicero, un sastre o un carnicero, dudó de la validez de ese papel del cual le habían dicho que era dinero sin serlo. A partir de ese momento surgió una revolución en la economía, específicamente en el tema monetario y con el paso del tiempo todos los integrantes del sistema económico, compradores, vendedores, productores, gobierno e instituciones aceptamos con mayor confianza ese tipo de dinero, hasta el punto en el cual el uso de los cheques es muy común. Tal vez, sin dudar que la historia es cíclica, nos encontramos antes una situación semejante con las criptomonedas.

¿Cuantas personas no quisieron “invertir” en el Bitcoin cuando este activo vio la luz por primera vez en enero del 2009? Por cierto, durante ese año el valor era de cero, por increíble que parezca su valor, y al año siguiente alcanzó un máximo de 39 centavos de dólar norteamericano, en estas fechas con sólo 12 año a la distancia el precio a fluctuado en lo últimos 6 meses entre 46 mil y 67 mil dólares.

El incremento del valor de este activo digital se debe en gran medida, pero no del todo, en la confianza por parte de los integrantes de la economía en su utilización para realizar pagos e invertir, cada día es más común escuchar que ciertas compañías aceptan Bitcoins como forma de pago, desde Master Card, KFC, Microsoft, PayPal, AT&T, Starbucks, equipos deportivos como los Mavericks de Dallas, hasta mi amigo Ángel, quien es empresario y vende chilaquiles, de manera recientemente las tiendas retail Elektra anunciaron su interés en aceptar Bitcoin como forma de pago. Incluso ya existe un país, El Salvador, que tiene como moneda de curso legal al Bitcoin y cuyo presidente realiza una apuesta “casi casi ganadora” al construir la Bitcoin City, también es cada vez es más común que deportistas y artistas prefieren que se les realice el pago con este activo digital y en realidad todos, absolutamente todos quienes compren, o acepten Bitcoins como si fuera dinero, pues en realidad cada vez esta más cerca de serlo, están apostando “casi casi a los seguro” y te doy dos argumentos.

El primero es la inflación, el aumento en el valor del Bitcoin año tras año ha sido mayor que la inflación que han sufrido la inmensa mayoría de las economías del mundo, iniciando con las más desarrolladas y terminando con las mal llamadas del tercer mundo.  A pesar de los comentarios escépticos, sólo por mencionar este año el 1 de enero un Bitcoin tenia un precio de 29 mil 388 USD, para el 19 de diciembre tiene un precio de 47 mil 029 USD, es decir que su valor se incrementó alrededor del 60%. Es decir, el efecto de la pérdida del poder adquisitivo ocasionado por la inflación es sumamente bajo, incluso en términos reales, el poder adquisitivo del Bitcoin es mayor año tras años.

Además, no existe una inversión, por supuesto, legal, que otorgue tan altos rendimientos, por señalar un ejemplo en nuestro país, los bancos comerciales ofrecen réditos que sobrepasan de manera muy ligera la inflación experimentada.

Y un argumento esperanzador extra, es que se estima que para finales del 2022 cada Bitcoin tenga un valor de $140 mil dólares.

Definitivamente el mundo cambia, la economía se transforma y la manera de realizar pagos e inversiones evoluciona.

Los salarios mínimos y su incremento

Francsico Tobías

La comisión nacional de salarios mínimos acaba de anunciar el incremento del salario mínimo para que en el 2022 sea de $172.87, excepto en la franja fronteriza del norte en la cual será de $260.34, sin duda alguna son muy buenas noticias para los trabajadores quienes reciben hasta máximo dos salarios mínimos por jornada.

Pero ¿qué es el salario mínimo?, ¿para quiénes es este incremento?, ¿esto beneficia a todos los mexicanos?

Según la ley federal del trabajo en su artículo 90 señala que “El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de una o un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de las y los hijos”.

Es justo reconocer que el salario mínimo desde el año 2019 la conasami, integrada por empresarios, representantes laborales y el gobierno, ha incrementado el monto de éste pago salarial de una manera significativa beneficiando en especial a quienes colaboran en la creación de valor de las mercancías pero cuyos ingresos siempre han sido demasiado bajos y se habían estado convirtiendo en el eslabón más débil del mercado, es decir a lo trabajadores que reciben por día un máximo de 2 salarios mínimos, siendo alrededor de 6 millones de mexicanos.

Surgen dos datos muy interesantes de los cuales se puede realizar un análisis empírico. Si en nuestro país según el IMSS, existen 20 millones 767 empleos formales y de estos 6 millones de trabajadores reciben como monto máximo 2 salarios mínimos, significa que casi el 30 por ciento de la fuerza de trabajo en activo recibirán entre $172.87 y $345.74, o bien $260.34 y $520.68, según la situación geográfica. Un 30% el cual sigue siendo un porcentaje demasiado alto, sin embargo, con estas acciones se logra poco a poco reducir la brecha de ingresos y con ellos de casi un sinfín de factores, índices y más para el beneficio de los mexicanos.

Otro análisis interesante es el de la inflación la cual con este incremento segmentado no se dispara por lo que en términos reales se logra una mejora en el poder adquisitivo de quienes menos reciben en el proceso productivo de la economía mexicana.

Cierto que los trabajadores que reciben como máximo dos salarios mínimos han sido beneficiados con un incremento salarial mayor al 95%, en la zona fronteriza de casi 200 por ciento, estos aumentos deben de generar consumo e inversión que ocasionaran generación de empleos, los cuales además de provocar más consumo e inversión, lograran al mediano plazo incrementar, por encima de la inflación y de acuerdos de la conasami, los salarios para el resto de la fuerza de trabajo.

La participación, el compromiso e involucramiento de los empresarios es de suma importancia para lograr mantener dentro de lo “racional o normal” la inflación, ya que consideran estos aumentos salariales como pérdidas y buscan recuperarlas con un aumento en los precios, sólo provocarán que estas acciones positivas queden sin efecto y perjudique a todos los agentes económicos con un aumento en la inflación.

Son buenas noticias, las cuales para que mantengan vigencia deben de ir acompañadas de políticas monetarias y fiscales que ayuden a mantener el poder adquisitivo de los integrantes de la economía para que así logremos incrementar en términos reales la producción y generar desarrollo económico.

La teoría de la dona

Francisco Tobías

La economista inglesa, Kate Raworth desarrolló una nueva teoría económica en el 2012 plasmadado en un libro con el titulo: “Economía de la dona: siete formas de pensar como un economista del siglo XXI”. Sinceramente cuando leí el titulo mi mente voló de inmediato al índice BigMac y pensé que sería otra forma divertida de entender algún concepto o indicador económico. Sin embargo, cuando inicié con la lectura del libro publicado en el 2020 se me olvidó la BigMac, el hambre y la sed que tenía, acababa de empezar a descubrir una nueva forma propuesta económica.  

Esta nueva teoría económica establece que es posible satisfacer las necesidades básicas de todos los habitantes del planeta sin agotar los recursos naturales.

La idea fundamental de la economista Raworth es lograr que todos tengamos acceso a la satisfacción de nuestras necesidades básicas, como lo muestra la pirámide Maslow, satisfaciendo la alimentación, el vestido, la educación, la vivienda, la participación política, el acceso al internet, la equidad social, energía (sustentable) y por supuesto la igualdad sustantiva. Teniendo como limite el daño o perjuicio que podemos realizarle al medio ambiente, como el cambio climático, calentamiento global, la contaminación al mar y océanos, la sobreexplotación del agua, daño en la capa de ozono, la contaminación al subsuelo, por ejemplo. 

Imaginemos una dona, si esta cubierta de chocolate mejor, al observar este delicioso pastelillo desde arriba, podemos ver que hay dos circunferencias, la central y la externa. Pues bien, esta teoría económica sostiene que si ubicamos las necesidades básicas de todos los integrantes de un sistema económico en la circunferencia interior y a partir de ahí, hacia el exterior, se ubican todos los demás bienes y servicios, la producción, comercialización y consumos de estos tendrían un limite, ejemplificado en la dona como la circunferencia exterior, siendo el realidad el cuidado y respeto al medio ambiente. 

Los integrantes de la economía, empresas, gobierno y por supuesto individuos estarían siempre en la zona más esponjosa de la dona y que es tal vez, después del chocolate, la parte mas deliciosa, en esta área todos podemos satisfacer nuestras necesidades y además a cada quien su trabajo e ingresos se puede acceder a otro tipo de bienes y servicios teniendo como frontera el cuidado del medio ambiente. 

La teoría desarrollada por quien es ahora conocida como la Keynes del S. XXI, está por ser utilizada en la ciudad de Ámsterdam, para lograr la recuperación económica después de los estragos que ocasionó la pandemia del Covid-19. 

Definitivamente esta alternativa y otras más que se desarrollaran en el futuro son el camino a seguir debido a que el capitalismo al ritmo actual es insostenible, bien lo dijo la economista española Carlota Sanz: “la economía es una ciencia social hecha por personas y las personas pueden cambiarla".

 ¿Aplicarla en México? Claro que es posible por supuesto deberíamos de aplicar políticas de energía limpia y no pensar que la dona es un postre de los neoliberales.

El dólar se ajusta y los mexicanos tendremos que ajustarnos el cinturón

Francisco Tobías

Desde hace algunos días el peso mexicano ha perdido valor ante el dólar norteamericano, el día 16 de noviembre la tasa de cambio nominal se encontraba en 20.70 pesos por dólar mientras que para el 26 del mismo mes, al cierre de la jornada, el equivalente oficial, según el Banco de México de un dólar era de 21.83 pesos, presentándose un incremento del 5.45%. Sin embargo, en bancos o casas de cambio el tipo de cambio ha llegado, en días recientes, hasta los 22 pesos con 80 centavos por dólar.

Existen varios factores que han influido en el aumento del tipo de cambio, cierto que existe una incertidumbre internacional por la pandemia y las nuevas cepas del Covid-19, aunado a la recuperación de la economía norteamericana que se refleja en el nivel más bajo desde 1969 de solicitudes de apoyo por desempleo en ese país. Además de los anuncios para la aplicación de nuevas políticas monetarias por parte de la Fed, ya que han señalado el próximo incremento de las tasas de interés para buscar reducir la inflación.

Por su parte en el ámbito local los mercados no recibieron de grata manera el retiro del apoyo presidencial hacia Arturo Herrera y la sorpresiva propuesta de la economista Victoria Domínguez para convertirse en la Gobernadora del banco central mexicano. Además, el anuncio de que la producción mexicana se redujo en el periodo julio – septiembre fue un inconveniente para mantener el valor del peso, ya que sería un reflejo de la menor productividad de la economía azteca.

Más allá de llamarle ajuste, depreciación o devaluación, según su preferencia política, la realidad es que dicho fenómeno económico traerá consigo consecuencias para los bolsillos de todos los mexicanos, duele decirlo, pero las consecuencias serán mayores para las familias de menores ingresos monetario. Ya que este aumento en la tasa de cambio generará que los insumos o materias primas para la elaboración de mercancías de consumo se incrementen trayendo como consecuencia el aumento en los precios finales, es decir tendremos una inflación mayor.

Es cierto que en situaciones “genéricas” la devaluación, depreciación o ajuste traería beneficios para la economía mexicana, como la generación de empleos por parte de inversionistas extranjeros para aprovechar el pago más barato de la mano de obra, sin embargo, esto se ve difícil, debido a la falta de certeza jurídica, ambiental y hasta de transparencia que se le ha señalado al gobierno federal.

Por otra parte hay economistas que señalan de manera correcta que una devaluación genera mayor actividad y por supuesto ingresos en la industria sin chimeneas, es decir en el turismo, sin embargo gracia a la ola de violencia cada vez mayor y más fuerte gobiernos extranjeros han exhortado a sus conciudadanos para que no viajen a México.

Punto a favor para el actual gobierno ya que contamos con una mayor cantidad de reservas internacionales las cuales dan cierta “seguridad” a favor del peso en el mercado cambiario pero estas reservas a pesar de haber ya rosado su máximo histórico son finitas y el buscar utilizarlas para otros fines sería catastrófico.

Definitivamente ante las situaciones políticas, sociales y económicas de nuestro país lo peor que nos puede suceder es que el tipo de cambio se siga ajustando a favor del dólar. Por cierto, cuando mis alumnos me han preguntado que tenemos que hacer para que el tipo de cambio sea mejor, la respuesta es la misma y muy sencilla, tenemos que ser más productivos.       

El dólar se ajusta y los mexicanos tendremos que ajustarnos el cinturón

Desde hace algunos días el peso mexicano ha perdido valor ante el dólar norteamericano, el día 16 de noviembre la tasa de cambio nominal se encontraba en 20.70 pesos por dólar mientras que para el 26 del mismo mes, al cierre de la jornada, el equivalente oficial, según el Banco de México de un dólar era de 21.83 pesos, presentándose un incremento del 5.45%. Sin embargo, en bancos o casas de cambio el tipo de cambio ha llegado, en días recientes, hasta los 22 pesos con 80 centavos por dólar.

Existen varios factores que han influido en el aumento del tipo de cambio, cierto que existe una incertidumbre internacional por la pandemia y las nuevas cepas del Covid-19, aunado a la recuperación de la economía norteamericana que se refleja en el nivel más bajo desde 1969 de solicitudes de apoyo por desempleo en ese país. Además de los anuncios para la aplicación de nuevas políticas monetarias por parte de la Fed, ya que han señalado el próximo incremento de las tasas de interés para buscar reducir la inflación.

Por su parte en el ámbito local los mercados no recibieron de grata manera el retiro del apoyo presidencial hacia Arturo Herrera y la sorpresiva propuesta de la economista Victoria Domínguez para convertirse en la Gobernadora del banco central mexicano. Además, el anuncio de que la producción mexicana se redujo en el periodo julio – septiembre fue un inconveniente para mantener el valor del peso, ya que sería un reflejo de la menor productividad de la economía azteca.

Más allá de llamarle ajuste, depreciación o devaluación, según su preferencia política, la realidad es que dicho fenómeno económico traerá consigo consecuencias para los bolsillos de todos los mexicanos, duele decirlo, pero las consecuencias serán mayores para las familias de menores ingresos monetario. Ya que este aumento en la tasa de cambio generará que los insumos o materias primas para la elaboración de mercancías de consumo se incrementen trayendo como consecuencia el aumento en los precios finales, es decir tendremos una inflación mayor.

Es cierto que en situaciones “genéricas” la devaluación, depreciación o ajuste traería beneficios para la economía mexicana, como la generación de empleos por parte de inversionistas extranjeros para aprovechar el pago más barato de la mano de obra, sin embargo, esto se ve difícil, debido a la falta de certeza jurídica, ambiental y hasta de transparencia que se le ha señalado al gobierno federal.

Por otra parte hay economistas que señalan de manera correcta que una devaluación genera mayor actividad y por supuesto ingresos en la industria sin chimeneas, es decir en el turismo, sin embargo gracia a la ola de violencia cada vez mayor y más fuerte gobiernos extranjeros han exhortado a sus conciudadanos para que no viajen a México.

Punto a favor para el actual gobierno ya que contamos con una mayor cantidad de reservas internacionales las cuales dan cierta “seguridad” a favor del peso en el mercado cambiario pero estas reservas a pesar de haber ya rosado su máximo histórico son finitas y el buscar utilizarlas para otros fines sería catastrófico.

Definitivamente ante las situaciones políticas, sociales y económicas de nuestro país lo peor que nos puede suceder es que el tipo de cambio se siga ajustando a favor del dólar. Por cierto, cuando mis alumnos me han preguntado que tenemos que hacer para que el tipo de cambio sea mejor, la respuesta es la misma y muy sencilla, tenemos que ser más productivos.       

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