Si el Estado es una unidad que actúa en la realidad histórico-social, no podemos esquivar el examen, siquiera somero, de la difícil cuestión referente al carácter de esta realidad social. El punto de partida ha de ser aquí la fundamental inconmovible afirmación de que la realidad social es efectividad humana, es realidad efectuada por el hombre. (Heller, H., Teoría del Estado, F.C.E.)
La exclusión social, se ha dicho, tiene un vinculo directo con el acceso precario o nulo a los derechos y condiciones que conforman la ciudadanía plena. Es decir, es la ultima etapa del proceso de desincorporación social y económica.
La exclusión no deviene de una sola causa, más bien es un problema multidimensional, tanto en lo que se debe a sus causas: desempleo, discapacidad, bajos ingresos, drogadicción, enfermedad, desintegración familias, etcétera, así como a las políticas públicas a establecer para su superación. Por tal motivo, partir de un buen diagnóstico es básico en el planteamiento de la solución del problema.
En los resultados de la medición de la pobreza en México publicados por Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, en el año 2016 el resultado indica que en México 43.6 por ciento de la población, o sea 53.4 millones de personas se encuentran en nivel de pobreza y en pobreza extrema 7.6 por ciento equivalente 9.4. millones de personas.