El hartazgo de la mayoría hacia las élites, política, empresarial, sindical y religiosa hoy sigue siendo una de las fuentes de legitimidad del gobierno de López Obrador.
Además, se ha dicho en este espacio, López Obrador ha hecho un gran esfuerzo de comunicación diaria y de presencia social que le ha permitido mantenerse como un presidente cercano a la gente, con un estilo de expresión sencillo; utilizando frases y dichos comunes y accesibles a la mayoría.
Otro gran mensaje es el de su preocupación por mejorar la vida de los que menos tienen, “por el bien de todos primero los pobres”.