El Museo Jumex presenta la exposición Gabriel Orozco: Politécnico Nacional, la primera que se monta de este artista en un museo de México desde 2006.
Exposición
La muestra presenta 300 obras que el artista ha realizado en distintas etapas de su carrera, que van de pequeñas esculturas hasta instalaciones complejas, entre fotografía y dibujo, acompañadas de pintura, escultura, ensamblajes y juegos.
En colaboración estrecha con el artista, Briony Fer ha curado la exposición y ha tenido la colaboración de Carolina Estrada García.
Orozco, en las obras que se exponen, entrelaza técnicas que ha desarrollado a lo largo de los años, como la capacidad de rotación, el concepto de simetría y la posibilidad de dar materialidad al tiempo.
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El abanico de obras que se presentan, desde las más pequeñas a las más grandes, es una oportunidad para hacer un balance de la situación artística actual de Orozco, teniendo en cuenta lo que ha hecho a lo largo de su carrera.
A principio de la década de 1990, Orozco desarrolló su método de trabajo seleccionando materiales locales y accesibles, a menudo encontrados o prefabricados para realizar esculturas y fotografías espontáneas.
Estos hallazgos fortuitos permitieron que su obra se dejara permear por el lugar en donde era creada. Y esto es posible ver con claridad en esta exposición.
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Gabriel Orozco es uno de los principales artistas mexicanos contemporáneos que también ha sido una figura relevante y con reconocimiento en el arte internacional durante más de tres décadas, desafiando constantemente el concepto de lo que puede ser el arte, cómo se hace y en qué se centra.
La curadora, Briony Fer, dice que "esta exposición se compone de una serie de gambitos. Imaginemos un gambito como la jugada inicial de una partida o el lanza - miento de un dado o, en el caso de Gabriel Orozco, el arco de vuelo de un búmeran contra el cielo. Desde el principio, cuando se dio a conocer como artista, ya le interesaba la idea del juego, tanto real como inventado, y la relación entre las reglas y el azar". (Gabriel Orozco: Politécnico Nacional, Briony Fer, Número 32, 2025, Museo Jumex, México)
Y que "juegos y deportes de todo tipo —futbol, críquet, ajedrez, billar, béisbol, ping-pong— le han servido de campo de juego. En su serie Atomists [Atomistas], realizada originalmente para la instalación The Empty Club en Londres en 1997, superpuso fotografías encontradas de deportes con configuraciones diagramáticas de círculos de colores, rechazando la forma habitual de pensar sobre la oposición entre forma y materia para hacer que cada una se comportara como el motor de la otra".
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Plantea que "Orozco no es matemático ni geómetra, aunque sí un polímata interesado en la filosofía y la historia de la ciencia, así como en la arquitectura y la ingeniería. No utiliza los círculos como figuras geométricas para demostrar algo, sino como herramientas o dispositivos de trabajo. Más que formas puras dentro de una composición, como podríamos pensar tradicionalmente de su función pictórica, los pone a trabajar".
"Y, en configuraciones más o menos complejas, crean movimiento por rotación, tanto si pensamos en una multiplicación de bicicletas como en un cuadro. También rememoran momentos anteriores de ruptura dentro de la historia del modernismo, concretamente los de las vanguardias históricas de principios del siglo XX. Ya en la década de 1990, Orozco perseguía un extraño compuesto de las construcciones planetarias utópicas del artista revolucionario ruso Rodchenko y el ready-made de Duchamp de una rueda de bicicleta, además de pensar en los collages de escombros urbanos de Kurt Schwitters".
Añade que "pensar en las múltiples "técnicas" de Orozco, por tanto, no es sólo una cuestión de pensar si utiliza técnicas artísticas tradicionales como la talla o el vaciado, el esmalte o el empaste. Se trata más bien de preguntarse cómo utiliza herramientas de rotación y simetría, entre otros modus operandi —es decir, otras formas de trabajar— para crear nuevas relaciones y correspondencias entre las cosas. En el proceso, desestabiliza lo que creemos saber sobre el mundo. Incluso a lo largo de una extensa carrera, en la que es normal que los artistas cambien radicalmente, Orozco ha manifestado con frecuencia su deseo de "decepcionar". "Decepción" significa no trabajar según las expectativas, dejarse llevar en direcciones inesperadas, no hacer lo predecible".
Según Fer, Orozco "para ello, ha desarrollado una forma de trabajar que parece una estrategia de desvío deliberado, de divergencia o incluso de inversión. Los juegos reales que ha incorporado a su obra hacen ciertamente vívido este aspecto de su práctica. Otras veces, simplemente está implícito o se insinúa, sin hacerse explícito. Puede que todo esto sea un elaborado juego creado por el artista, cuyas reglas son oscuras: al menos, a menudo da la sensación de que las tácticas siempre implican un riesgo, que él nos propone como espectadores de su obra para que las descubramos."
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En 2006, vi una exposición de Gabriel Orozco, en el Palacio de Cristal del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, y ese mismo año otra en el Museo del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, estas, junto con otra en el Museo Ludwigde Colonia, Alemania, formaron parte de una serie de retrospectivas que celebraron la trayectoria de Orozco hasta ese momento. En estas se mostraban instalaciones, esculturas, fotografías y dibujos que exploraban la relación entre objetos cotidianos y espacios, a menudo con un enfoque en la interacción y la percepción.
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