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Gol de la economía

Francisco Tobías

Cada 4 años el mundo se paraliza durante varias semanas, casi un mes, el motivo es el mundial del soccer, siendo este el segundo deporte más practicado en el orbe, por increíble que parezca la natación ocupa el primer sitio.

Como toda actividad la economía está involucrada, de hecho, desde hace poco tiempo se ha iniciado el estudio de una nueva rama de la economía llamada “la economía del deporte”, la cual puede ser definida como el estudio de la forma positiva en que la competencia nos impulsa a tener éxito y así lograr maximizar nuestros beneficios.

El deporte influye demasiado en nuestras vidas, desde la forma en la que nos organizamos, en la sinergia que realizamos para practicarlo o bien apoyar algún equipo, sea amateur o profesional y de manera indudable el deporte influye demasiado en la economía por la gran cantidad de dinero que le invierte. Tal y como está sucediendo en esta copa mundial del soccer en Qatar.

El gobierno qatarí realizó una inversión, nunca antes vista para poder llevar a cabo el mundial de soccer en su tierra, derogando 200 mil millones de euros, para la construcción de los estadios mundialistas y el resto de la infraestructura, como lo fue la remodelación del aeropuerto y del metro. Para dimensionar el monto de los recursos económicos inyectado por este emirato, la cantidad de dinero es mayor que el PIB de Ecuador, incluso a lo que producen, de manera individual, los 160 países con el menor PIB en el mundo, en pocas palabras es demasiado dinero, cuyos réditos en el corto plazo son imposibles.

Realizando una comparación con la cantidad de dinero que el gobierno ruso invirtió en el mundial del 2018, resulta que los qataríes invirtieron 17 veces más que los rusos.

Desafortunadamente esta inversión ha costado la vida de miles de trabajadores, la inmensa mayoría migrantes a esa península del Golfo Pérsico, sin mencionar las violaciones a los derechos humanos que se cometen, situaciones que a pesar de no poder ser contabilizadas son daños para la propia economía.

Para la economía de Qatar la justa mundialista significará una derrama de 20 mil millones de dólares, sólo el 10% de la supuesta inversión que se realizó, equivalente al 11% del PIB de ese país en el 2019.

Pero en lo que se refiere al mundial no todo es sobre el país anfitrión, pues se tiene una estimación que la selección que logré levantar la copa FIFA, dará un ligero empujón a la economía de su país con un incremento del 0.25% por dos trimestres consecutivos.

Deseando que nuestra selección nacional logré el día 18 de diciembre alzar la copa del Mundo FIFA, por la emoción, la alegría, por la economía y así esperemos con ansias el mundial del 2026 que nos generará una derrama económica, estimada, de 500 millones de dólares.

Al son que nos toquen bailamos

Francisco Tobías

Una vez más la tasa de interés en los Estados Unidos aumentó de acuerdo a las políticas dictadas por la Fed, organismo o consorcio público - privado de ese país que tiene por objetivo mantener la estabilidad económica, el incremento del interés se da con la intención de seguir buscando reducir la inflación.

¿Por qué las tasas de interés en el mundo han ido aumentando? Las autoridades monetarias de los países aumentan su tasa de interés para desincentivar el consumo, intentando, sin éxito en esta crisis, el control en el aumento de los precios.

La idea es básica al aumentar la tasa de interés, las inversiones y los consumos a crédito se vuelven más caros, por lo que los consumidores e inversionistas preferirán esperar un momento en el cual los créditos sean más baratos, es decir que las tasas de interés bajen.

La Fed aumentó la tasa de interés en los Estados Unidos de un 3.75 al 4%, un máximo histórico desde el año del 2008, ocasionando de una manera casi inmediata, que muchos bancos centrales de mundo, como el caso del Banco de México, realizarán una acción similar.

Para el caso de nuestro país la tasa de interés base se ubica en el 10%, nivel máximo de los últimos 10 años. Según datos oficiales de ambos países, México y Estados Unidos, la inflación es más alta en nuestro vecino del norte que en nuestro país, entonces ¿por qué la tasa de interés aumentó en la misma proporción? La respuesta está centrada en el peso y su estabilidad.

Si en nuestro país no se realizaran los cambios en las tasas de interés en el mismo sentido, y hasta en la misma proporción que en los Estados Unidos, el peso se debilitaría, por el hecho financiero que sería mucho más conveniente tener inversiones en dólares que en pesos, pues la fortaleza del dólar aunada a una mayor ganancia por invertir en esa moneda; por el aumento en las tasas de interés, ocasionaría que quienes tienen hoy inversiones en pesos, las cambien a dólares, ocasionando una mayor demanda de dólares, generando un aumento en el tipo de cambio, que a la vez provocaría una mayor inflación.

La dependencia de nuestra economía a la de los Estados Unidos es real, y hemos tenido la gran oportunidad de apalancarnos de la economía más grande, como sucedió en el periodo conocido como “el milagro mexicano”, sin narcisismos, sin ideas anacrónicas, sin venganzas, sin odio, pero con razón y conciencia podemos obtener ventajas para lograr el desarrollo económico de los mexicanos.

 Por el momento bien podríamos parafrasear en plural el tan famoso refrán mexicano: “Al son que nos toquen bailamos”.

Las odiosas comparaciones

Francisco Tobías

Generalmente cuando hablamos de la situación económica de los países nos referimos al Producto Interno Bruto, conocido como el PIB, este, es la suma de todos los bienes y servicios que se producen en un país en un determinado tiempo, el cual está compuesto por todo el consumo que se realiza, así como la inversión de los empresarios, agregando todo lo gasta o invierte el gobierno, además del ahorro que realizan los entes de las economía, añadiendo las exportaciones y reduciendo las importaciones.

El crecimiento del PIB es muy importante para la economía, ya que al crecer este indicador hay mayor consumo, inversión, empleo, ahorro y así logramos tener una tendencia hacia el desarrollo económico, para tener un mejor nivel de vida.

Al realizar comparaciones del PIB, podemos realizarlo de dos maneras, una de ella es respecto a la misma economía, por ejemplo para el caso de México el PIB del 2020 decreció en un 8.2% respecto al 2019, mientras que en el 2021, respecto al 2020 creció en 4.8%, y según estimaciones de la Secretaría de Hacienda el PIB crecerá un 3% este 2022 respecto al 2021, crecimientos que aún no alcanza para colocarnos en el mismo nivel del producción que teníamos en el año 2019, pero este análisis será para otra ocasión. La otra comparación del PIB es la que realiza entre economías, como por ejemplo si comparamos el PIB mexicano con el de Uruguay, la producción en nuestro país es casi 20 veces más alta, sin embargo el crecimiento del PIB uruguayo, en el 2021, es poco mayor al que logramos los mexicanos, pero si nos comparamos con grandes potencias económicas, como por ejemplo Alemania que es la economía más grande de Europa, podemos darnos cuenta que los alemanes logran una producción 3 veces y media mayor que la nuestra.

En el año 2021 el PIB mexicano fue el 17º más grande de un total de 198 economías registradas en el mundo, pareciera que es una posición demasiada digna, sin embargo al compararnos con los Estados Unidos, la cual es la economía más grande del orbe, nos quedamos muy rezagados, pues ellos tiene un PIB casi 20 veces mayor al nuestro, incluso el estado de Texas, tiene un PIB mayor al mexicano, y ese estado sureño no es quien tiene el PIB más grande, siendo este California, cuyo PIB es casi el 6º más grande del mundo. Quedando debajo de los propios Estados Unidos, China, la Zona del Euro, Japón y Alemania, economía que esta apunto de ser rebasada por los californianos.

Al comparar el crecimiento del PIB en el 2021, la posición que ocupamos está muy lejana a la de Maldivas economía que logró crecer en 31%.

Realmente la solución para el problema del crecimiento del PIB mexicano no es un tema netamente económico, la solución está en el comportamiento diario de cada uno de los entes de la economía, desde nosotros los consumidores, las ONGs, los empresarios y el gobierno. Bien lo dijo Miguel de Cervantes: “Y ¿es posible que vuestra merced no sabe que las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura y de linaje a linaje son siempre odiosas y mal recibidas?”. Y desafortunadamente también sucede lo mismo con las económicas.  

Le droit à la paresse

Francisco Tobías

Hace unos días el Senado de la República aprobó la reforma a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo, la cual propone la ampliación de los días vacacionales para los trabajadores mexicanos. El cambio, ya aprobado en el Senado, que ahora se discutirá y en su caso se aprobará en la Cámara de Diputados, establece que los trabajadores que cumplan un año laborando, tendrán derecho a 12 días de vacaciones, actualmente son 6, por cada año laborado tendrán un aumento dos días de vacaciones, hasta llegar a 20 días de descanso, a partir del sexto año de antigüedad, el incremento de dos días será por cada cinco años de servicios. Para el quinquenio de 31 a 35 años laborando, el trabajador contará con 32 días de vacaciones.

Además de la ampliación de los días de descanso, los trabajadores recibirán otra ampliación, pero ahora afortunadamente monetaria, pues la prima vacacional que es equivalente al 25% de su sueldo respecto a sus días de vacaciones, si este año un trabajador recibió de prima vacacional el 25% de sus 6 días de trabajo, para el siguiente año, ya en vigencia la reforma, el 25% será sobre 12 días.

Más allá de estos beneficios, existen otros que benefician no únicamente al trabajador sino a toda la economía mexicana, como los será el incremento al consumo. Durante los periodos vacacionales el consumo se incrementa, hay familias que deciden salir a pasear, ya sea en su propia ciudad o bien fuera de ella, otras familias más deciden realizar mejoras a su vivienda, actividades que generan consumo, logrando aumentar la inversión, la generación de empleo y el PIB.

Por otro lado, se encuentra el incremento en la productividad y creatividad del trabajador, existen estudios de la Universidad de Harvard, los cuales afirman que la creatividad de los trabajadores aumenta hasta un 300% y la productividad en un 31%, después de tomar vacaciones.

Con el incremento de los periodos vacacionales, que esperamos contar desde el 1 de enero del 2023, eliminamos un rezago en este derecho laboral, pues México es uno de los países, en el cual sus trabajadores, tiene periodos vacacionales más cortos. Además de situarnos, actualmente, muy por debajo de los 18 días de descanso que recomienda la Organización Internacional del Trabajo.

Bien lo escribió el franco – cubano, Paul Lafargue en su obra “El derecho a la pereza”: “mediante la generalización del uso de las máquinas y la reducción de la jornada laboral….. la sociedad puede consagrar su tiempo a las ciencias, el arte y la satisfacción de las necesidades humanas elementales”.

Toma chocolate

Francisco Tobías

Los gobiernos requieren de recursos económicos para poder realizar todas sus funciones, las cuales le permiten dotar a la comunidad desde la provisión de los servicios públicos hasta la solución de situaciones no planeadas que pueden ocasionar problemas a la comunidad, como lo fue la pandemia del Covid19.

Los recursos económicos, vamos el dinero, con el cual los gobiernos realizan sus funciones y logran su operación sólo puede obtenerse de tres fuentes, por supuesto la primera, que se no viene a la mente y es la más grande e importante, son los impuestos. La segunda fuente de financiamiento es la venta de bienes y/o servicios, como lo es, para el caso de México la venta del petróleo al exterior, o bien la gasolina al interior, o como lo fueron las ventas de las paraestatales en la década de los 90´s. La tercera fuente que le permite a cualquier gobierno obtener recursos es la deuda pública.

En teoría el recurso que se obtiene por cualquiera de estas vías es utilizado para poder dar seguridad pública, educación, salud, defensa territorial, seguridad social, el pago de la burocracia, entre muchas otras responsabilidades más.

De estas formas de ingreso existe una que es peligrosa en caso de no realizarse de una manera responsable, y me refiero a la deuda pública, la cual se puede explicar como el conjunto de todas las obligaciones financieras que tiene no sólo el gobierno sino también los organismos o institutos autónomos, los fideicomisos y las empresas paraestatales. 

Para septiembre de este año teníamos, si en plural e incluyéndonos pues es de todos los mexicanos, una deuda pública de 10 billones 785.5 mil millones de pesos. Según datos del Fondo Monetario Internacional la deuda pública mexicana sobrepasará la frontera del 50% del PIB para el año 2023, es decir que la deuda que tendremos será mayor a la mitad de todos los bienes y servicios que se produzcamos en nuestro país ese mismo año. Incremento, porcentual, que año tras años hemos experimentado, señalando que hace 4 años, nuestra deuda pública equivalía al 44.85% del PIB.

Es cierto que hay economías en el mundo cuya deuda, comparada con su propio PIB son mucho más alta que la mexicana, por ejemplo, para el 2021 la deuda pública española equivalía al casi 119% del PIB, o bien los nipones tienen una deuda pública de casi 2 veces y medio de su PIB, o bien nuestro vecino del norte tiene una deuda equivalente al 128% del PIB.

Por primera vez, desde que el FMI ranquea las deudas públicas, México estará en el segmento de economías que se pintan de amarillo, en el cual se encuentran quienes debemos entre un 50 y 75% del PIB.

Más allá de los porcentajes, o de las comparaciones con el resto del mundo la realidad es que la solicitud y uso de un crédito público, ya sea externo o interno, terminará pagándose por los contribuyentes fiscales, quienes tendremos que pagar un porcentaje mayor por cada impuesto ya existente, o en su caso pagar nuevos impuestos.

Para concluir les comparto una frase del político, científico e inventor estadounidense, Benjamín Franklin, quien dijo: “Es mejor acostarse sin cenar, que levantarse sin deudas”, usted que opina, yo prefiero cenar, aunque saldrá más caro el caldo que las albóndigas por supuesto gracias a los nuevos impuestos o incrementos en estos para pagar la deuda.

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