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Cero Grados Centígrados

Francisco Tobías

La economía es una ciencia la cual para ser considerada así debe de cumplir ciertos requisitos como el de la universalidad, es decir, que ante situaciones idénticas y factores idénticos los resultados son los mismos en cualquier parte del planeta, además, como toda ciencia, se llega a teorías por medio del método de investigación científica, cuyos orígenes se remontan a la antigua Grecia con las aportaciones de Aristóteles.

Para poder llegar a teorías los economistas utilizamos modelos, los cuales son representaciones abstractas de una realidad que nos permiten simplificar un proceso en el cual al proporcionarle ciertos datos se obtiene información con la cual se puede realizar un análisis y así tomar las decisiones correctas.

Existe la teoría de los ciclos económicos de John M. Keynes, de cuyas propuestas, hipótesis y teorías surgió en contraposición el neoliberalismo. Esta teoría afirma que toda economía sufre de fluctuaciones, alzas y bajas, en la producción, y que al terminar el proceso inicia otro más. Por supuesto cuando la parte del ciclo económico es hacia el alza todo parece que va muy bien, pues hay consumo, inversión y generación de empleos, situación opuesta a la situación que se vive cuando el ciclo va hacia abajo.

Los ciclos económicos están divididos en 4 etapas: recuperación, auge, recesión y depresión. De estas la más critica es la depresión, sin embargo, abundaré un poco más sobre la etapa previa, es decir la recesión, la cual siempre se presenta después de un auge y antes de la depresión.

Cuando una economía se encuentra en recesión la producción de la economía, medida por el PIB, se empieza a contraer, a reducir, los precios aumentan, por consecuencia de la reducción del consumo, y el aumento en el desempleo, la inversión no crece al ritmo anterior incluso en términos reales puede decrecer. Los científicos, sí lo economistas somos científicos sociales, consideramos, sin importar la tendencia ideológica, que una economía entra en la etapa de la recesión cuando por dos trimestres consecutivos el PIB tiene un decrecimiento real.

La economía mexicana ha mostrado, según fuentes oficiales como el INEGI, que durante los dos últimos trimestres el PIB se ha contraído, además según la misma institución gubernamental, hemos experimentado la inflación más alta de los últimos 20 años, ya que fue de 7.07% en enero del presente año.

La economía mexicana esta viviendo una recesión, la autoridad no ha desarrollado políticas económicas para salir de esta etapa y lo peor es que es inevitable que después de una recesión se presente una depresión, una crisis como también suele llamársele.

Mientras tengamos un inquilino en Palacio Nacional que no acepte que estamos en recesión, no podremos salir de esta situación, mientras se escude con “otros datos” y actuado cual si la economía no fuera una ciencia las consecuencias serían catastróficas. Y siendo muy realistas pareciera que las acciones que se requieren para salir de una recesión no se le dan al presidente, puestas estas son: la transparencia, evitar gastos inecesarios, dar certidumbre jurídica a los inversionistas, generar seguridad, aplicar políticas para la generación de empleos por medio de una reforma laboral, reducir los costos de la energía eléctrica.

La ciencia económica es universal, así como la física, sin importar en que parte del mundo colocas un vaso con agua a una temperatura de cero grados centígrados el agua se congela, pero pareciera que hay quien tiene “otros datos”.

A 11 mil kilómetros de distancia

Francisco Tobías

En medio de una escalada de intentos diplomáticos para evitar una guerra militar entre Ucrania y Rusia, en la cual se involucrarían a la OTAN, de hecho el origen de este posible conflicto armado es la incorporación de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, recordemos que la antigua URSS tenia la contrapropuesta con el Pacto de Varsovia, debemos de analizar las consecuencias económicas que esto conlleva.

Estados Unidos, integrante de la OTAN, ha señalado que su gobierno reaccionará rápido y de manera contundente ante una invasión rusa a Ucrania, en el ámbito militar y económico, de hecho el Presidente Biden convocó al consejo de seguridad de ese país por la crisis en Ucrania, por su parte la OTAN ha declarado que existe una posibilidad de un ataque total por parte de Rusia hacia Ucrania, mientras tanto el Kremlin anuncio un retiro de tropas de la frontera entre ambos países y Putin ha mostrado su fuerza en armamento nuclear  al lanzar ejercicios militares con este tipo de armamento.

México se encuentra a más de 11 mil kilómetros de distancia del conflicto, sin embargo, de iniciar una guerra tendremos que afrontar consecuencias económicas que definitivamente golpearan el bolsillo de los mexicanos.

El primer efecto negativo para la economía de los hogares será el aumento en el precio del petróleo que generará un incremento en el precio de la gasolina, provocando a la vez una mayor inflación, encareciendo aún más los precios de las mercancías. Para el 15 de febrero el precio del barril de la mezcla mexicana del petróleo estaba a un precio de 85.71 dólares norteamericanos, monto que ha ido aumentado, y se prevé que al detonarse la guerra el precio subirá hasta 130 dólares por barril. Claro la gasolina aumentará. El primer factor de incremento de precios, de inflación, es el señalado, pero además debemos de tener en cuenta que las tasas de interés, impulsadas por las políticas de la Fed, se están incrementando, sin olvidar que en la tierra mexicana hemos experimentado la tasa de inflación más alta de los últimos 30 años y la que pareciera que no cederá en el corto plazo.

Estas tres consecuencias económicas generarían una crisis en nuestro país, si es que el gobierno federal no actúa rápido, ya que al incrementarse los precios de una manera brusca y rápida la producción se reduciría, provocando desempleo además de pasar al siguiente nivel, negativo, de la estanflación, es decir una crisis.

Sólo imaginemos, por un lado, el costo para trasladar la mercancía ya sea por aire, tierra o mar será más costoso, de hecho, podría ser un aumento mayor al 100% respecto a febrero del 2021, cuando el precio del barril costaba 58.60 dólares. Pero si además del aumento en el precio de la gasolina, que provoca aumento en los pecios de los productos finales, consideramos que las tasas de interés aumentarán, provocando que también el precio del dinero aumente, generando una reducción en la inversión directa, afectando también el consumo y este al empleo.

Y al incluir en este comentario el mercado cambiario, el precio del dólar aumentará generando con ello que el precio de las mercancías que se utilizan en la producción y también finales aumenten un poco más, así es provocando aun una inflación mayor.

Lo preocupante no es lo que se vislumbra en un futuro muy cercano si estalla la guerra Rusia – OTAN, lo preocupante es que no se ve un plan del gobierno federal para hacer frente a esta situación que nos afectará a todos lo mexicanos, pero puede pasar algo peor, que el señor de las mañanas hablé sobre el tema y muestre su apoyo a Putin.

Podrían presentarse cambios geopolíticos muy rápido, estamos en la antesala de una nueva guerra fría.

Enero 2022

Francisco Tobías

Ya transcurrieron los primero 31 días del año 2022 y nos han mostrado, desafortunadamente, de manera general como se comportará la economía de nuestro país durante los siguientes 11 meses.

Por un lado, hemos visto y vivido de los contagios de la variante Ómicron que han ocasionado ausentismo en las líneas de producción provocando la reducción de la producción, la complicación del traslado de personal y mercancías en el mercado nacional, basta con leer sobre las demoras y cancelaciones de vuelo por el contagio a personal.

Por si esto fuera poco la Fed y otros bancos centrales ha empezado a comportarse de otra manera en cuestiones monetarias, con políticas monetarias restrictivas, aumentado la tasa de interés buscando reducir el consumo y con ello la inflación.

Cuando la Fed realiza cambios en la tasa de interés para los Estado Unidos, la mayoría de los bancos centrales copian su comportamiento para no perder “capacidad de competencia” o bien para evitar perder dólares de sus reservas internacional y así esquivar una devaluación. Con el alza de las tasas de interés se intenta controlar la inflación provocada por la liquidez que existe en el mercado, así que si hemos escuchado o dicho esa frase ya tan celebre de “es que no hay dinero en ningún lado” debemos de esperar que en poco tiempo habrá menos dinero en más lugares.

El IMEF realiza mes a mes un indicador con el cual intenta mostrar la tendencia del sector industrial y de servicios, que esta sirve como herramienta para tomar las mejores decisiones tanto a empresarios como inversionistas y analistas financieros

De manera muy interesante el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas, IMEF, elabora un análisis sobre los sectores no manufactureros y manufacturero en el cual por medio de 5 subíndices demuestran la situación complicada y de recesión por la cual atraviesa México.  En este documento se analiza el sector manufacturero por medio de 5 preguntas cualitativas, para conocer la solicitud de nuevos pedidos, la cantidad de trabajadores, la producción, entrega de productos e inventarios. Mientras que el sector no manufacturero se analiza por medio de 4 interrogantes, retirando únicamente, por obvias razones el referente al inventario.

De estas 9 preguntas, se obtienen subíndices los cuales conforman el indicador IMEF, en el mes de enero 9 de los 9 subíndices sufrieron una reducción, ubicando a nuestra economía en una contracción y en recesión.

Todos los días por las mañanas se podrán dar otros datos sin embargo bien dijo Mcdonalds un politólogo e intelectual norteafricano: “Que maravilloso es la capacidad de ver lo que se tiene justo delante” y eso que tenemos los mexicanos enfrente se llama recesión.

Desde Sumer hasta el Metaverso

Francisco Tobías

La semana pasada el presidente de México Andrés Manuel López Obrador mencionó en una de sus conferencias de prensa matutinas que nuestro país debería de realizar una pausa y distanciar las relaciones económicas – políticas con el gobierno y empresas españolas, afortunadamente, para los mexicanos, el gobierno español reaccionó con ecuanimidad.

La cancillería española emitió un comunicado en el cual señala: “el gobierno de España rechaza tajantemente las descalificaciones", después AMLO reviró, el jueves por la mañana, al señalar: “nada más decir que no se permite robar, no somos tierra de conquista”. Más allá de pensar que los comentarios del mandatario mexicano fueron en un arranque de enojo, más allá de tener la certeza que las “pausas” no existen en las relaciones diplomáticas, más allá de su afanada búsqueda, innecesaria pues España no era la España de hoy en día, del ofrecimiento de una disculpa del país europeo, más allá de la vergüenza que nos provocan esas declaraciones, podemos hacer un análisis sencillo y breve de las consecuencias económicas para los mexicanos en el “supuesto muy imaginario“ caso de que las relaciones entre México y España, junto con sus empresas, se rompieran.

Con datos anteriores a la pandemia del Covid-19, observamos que México captó en el 2019 una inversión directa extranjera por un monto de casi 33 mil millones de dólares, las nacionalidades de los capitales fueron principalmente de Estados Unidos con un 36.8%, seguido del español con 12.9% y después nuestro social del T-MEC Canadá con un 9.7%. 

Hablando del comercio entre México y el reino Español, en el 2021 nosotros logramos obtener un superávit por un monto de 224 millones de dólares, enero – noviembre, periodo en el cual exportamos hacia la “madre patria” mercancías por 4,402 millones de dólares mientras sólo importamos bienes por un monto 4,158 MD

La inversión española participa en varios sectores como lo son en el financiero, en el energético, turismo e infraestructura principalmente, según información de la cancillería española hay en México 7 mil empresas con una inversión de 80 mil millones de dólares cuyo origen es español, mientras que el capital mexicano invertido en la tierra anteriormente conocida como Hispania. 

Además, este “rompimiento” traería consecuencias como por ejemplo la firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea, el cual requiere de la unanimidad para su aprobación por los países de aquella unión, en la cual por supuesto se encuentra España.

Para fortuna de la economía mexicana las empresas de capital español señalaron de manera rápida que sus inversiones y planes de expansión continúan en pie, afirmando que estas son a largo plazo y que no están sujetas a declaraciones, caprichos, enojos, ni sexenios.

La pregunta errónea es ¿quién pierde más? el cuestionamiento correcto es ¿por qué debemos de perder?

Nuestra la sociedad evoluciona día a día, desde que empezamos a vivir en comunidad hemos avanzado, de manera consiente o inconsciente, hacia una globalización cada vez más fuerte, amplia y de una manera más rápida. Desde la guerra de Sumer hasta el hoy naciente Metaverso, atravesando conquistas como las que realizó la antigua Grecia, por supuesto la expansión del imperio romano, la migración de tribus desde la Siberia hasta Sudamérica, incluyendo el imperio de Gengis Kan, sin olvidar a Marco Polo y sus viajes, así como el descubrimiento de América, y su “conquista”, son parte de un proceso, del proceso que hoy conocemos como la globalización, un proceso socio-económico y político en el cual todas la naciones y sus integrantes participamos, querer cerrar lo ojos ante este hecho, ante este proceso es simplemente intentar esquivar el progreso y desarrollo, en este caso de los mexicanos.

Las incapacidades

Francisco Tobías

Durante la pandemia la economía mundial ha tenido que enfrentarse a situaciones nunca antes presentadas, provocando con ello que la mayoría de las economías locales sufrieran contracciones en la producción, desempleo, incremento en los precios, pasando a convertirse en crisis o recesiones.

Durante estos casi dos años las autoridades de salud en los países hancambiando algunas regulaciones sanitarias además de los tiempos de resguardo de quienes se han contagiado, con la cepa inicial del Covid-19 quien no tuviera síntomas debería de aislarse por 14 días, el IMSS acaba de anunciar hace poco que con la variante Omicrón el confinamiento debe de ser por 7 días, mientras los Estado Unidos sugiere sólo 5 días de aislamiento, en todos los casos para pacientes asintomáticos, estas medidas distan de la sugerencia realizada por el OMS, el 7 de enero de 2022, donde solicita que el encierro sea por 14 días.

Además de las cuestiones de salud, existe cuestiones económicas por las cuales se han de adecuarse algunas medidas sanitarias ejemplo de ello son los periodos de aislamiento, no es un tema menor cuando analizamos la cantidad de incapacidades, así como sus costos y la perdida en la producción.

En el 2020 el PIB mexicano fue de casi 17 billones de pesos, durante el mes de diciembre de ese mismo año según el IMSS en nuestro país había 19´773,743 trabajadores, cada trabajador en promedio produjo $860 mil, al considerar que en ese año hubo 254 días laborales, en promedio cada trabajador generó alrededor de $3,390. Si cada trabajador contagiado por el Covid-19, asintomático, pidiera una incapacidad por 14 días, de los cuales 12 sería laborales se pierde una producción equivalente a 47 mil pesos. Por ello es lógico que, durante el 2020, el PIB mexicano se redujera drásticamente, cuando hubo un periodo en el cual se paró toda la planta productiva.

Con la variante Omicrón, lo señalé anteriormente, el aislamiento es de sólo 7 días en nuestro país.

Hay un estudio reciente de la UNAM en el cual señala que se podrían esperar para este año cerca de 1.75 millones de incapacidades laborales en nuestro país, provocando una reducción en el PIB de casi 72 mil millones de pesos, cifra de acuerdo a datos anteriores. Pero aunado a esto el IMSS deberá de realizar erogaciones adicionales afectado así el gasto público.

Bajo esta óptica el 2022 se deslumbra como un año con un crecimiento nulo en el PIB, donde el gobierno federal deberá de reajustar sus gastos para poder hacer frente a las incapacidades presentadas ante el IMSS.

Mientras no se realicen políticas económicas destinadas a contrarrestar las consecuencias del Covid-19, se continué jugando “políticamente” con los semáforos epidemiológicos, exista un afán sin razonamiento sobre obras que sólo provocan gasto estratosférico y sin beneficio en términos reales para los mexicanos, la economía no pintará bien para México ni para los mexicanos. Aunque ya es otro tipo de incapacidad.

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