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Ernesto Sábato, los migrantes y la economía

Francisco Tobías

Hace unos días un grupo, más de 130, grandes empresarios o directivos de grandes empresas de Nueva York, firmaron una carta petición dirigida al presidente Biden y a las cámaras legislativas solicitando se aceleren los procesos para la regularización de los migrantes, a esta petición se han sumado los pequeños empresarios y hasta el alcalde de la gran manzana.

Los empresarios señalan que no hay suficiente mano de obra en muchos sectores de la economía norteamericana y que las empresas están dispuestas a contratar migrantes, siempre y cuando tengan permiso. Recordemos que el presidente demócrata Biden ha aplicado una política para evitar la llegada de más migrantes a los Estados Unidos, a pesar de haber cancelado, en mayo del 2023, el “Titulo 42” procedimiento implementado por el presidente Trump, mediante el cual se prohíbe el acceso a la Unión Americana a personas que "potencialmente representan un riesgo para la salud".

La situación de los migrantes, la urgencia de contratar trabajadores, la necesidad de vender, todo es cuestión del mercado. En el cual los empresarios están viendo hacia el futuro y saben que, de no arreglar la situación legal de los migrantes, con la escasez de trabajadores, los sueldos tendrán que aumentar, por ello la urgencia, y no está mal, de buscar más mano de obra legal que pueda generar valor en el mercado sin tener que pagar un salario más alto y que a su vez sus nuevos trabajadores se conviertan en consumidores, generando así un círculo virtuoso, entre empleo, consumo, inversión y desarrollo.

En realidad lo interesante de la petición, en la cual firmaron directivos de empresas como Pfizer, Wells Fargo y BlackRock, es la integración de los factores de producción, en caso, como seguramente sucederá, en que se aceleren los trámites migratorios para que ellos pueda tener un empleo se tenderá un puente hacia la cada vez mayor “libertad” en la movilidad del trabajo, hecho que generará beneficios económicos, para los trabajadores, sus familias, las empresas, los consumidores y hasta al mismo gobierno. Fenómeno que sucede en la Unión Europea, con los habitantes de los 27 países que la integran.

Cuando los factores de producción como el capital, la tecnología y el trabajo tienen una libre movilidad se construye un tipo de integración económica internacional. Trayendo ventajas como el aumento del comercio, mayores oportunidades de empleo, la posibilidad de migrar, generando a la vez una mayor competencia y eficiencia económica, sin embargo, también existen desventajas como lo son la dependencia de otros países, la generación de desigualdades e incluso la pérdida de autonomía económica, sin olvidar los cambios culturales que esto genera.

No podemos asegurar que en el corto plazo exista una libre movilidad de trabajadores entre nuestro país y los Estados Unidos, pero podemos asegurar que a la economía de nuestros vecinos del norte les urge mano de obra que tienen, valga la redundancia, a la mano y en caso de no acceder a ella de una manera rápida su economía se les complicará generando complicaciones más allá de sus fronteras.

Esto es un paso más dentro del proceso de la globalización, un proceso que inició desde que empezamos a vivir en comunidades y que su aceleración ha sido y será exponencial, sólo deseo de corazón que el escritor, poeta y físico argentino Ernesto Sábato, no tenga razón cuando dijo: “Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización”, por cierto ¿ya se enteraron cómo y dónde duermen los migrantes ilegales en Nueva York?

China está en chino

Francisco Tobías

Desde hace años se ha pronosticado que el gigante asiático, China, en poco tiempo será la economía más grande de la historia, a pesar de que su economía era netamente agrícola hace 50 años durante la implementación del “socialismo” con su gran líder Mao.

Todos los pronósticos señalan que tal vez en un par de años el PIB de China llegará a ser mayor que el de los Estados Unidos, incluso China es considerado hoy el motor económico del mundo, basta dar un vistazo a la producción de acero de las últimas décadas en 1980 mientras Europa producía 208 mil millones de toneladas, China sólo era capaz de producir 37 mil millones; para el 2000 China ya era el segundo productor de acero en el mundo con una producción de 128 mil millones de toneladas, veinte años después, en el 2020, mientras Estado Unidos produjo 72 mil millones de toneladas y Europa casi 140 mil millones, los chinos lograron una producción de más de un trillón de toneladas de acero. Y el consumo individual de los chinos se ha disparado en los últimos años, multiplicándose 10 veces, mientras que en 1990 cada chino consumía en promedio 768 yuanes para el 2022 su consumo per capita fue de 24,500 yuanes.

Pareciera que el camino de China para convertirse en la economía más grande, más potente, más importante en toda la historia de la humanidad sería sólo cuestión de que el tiempo se consumiera sin embargo, en los últimos días la economía del país asiático ha tenido alguno problemas, los cuales muestran una vez más que en la economía no hay nada definido.

El índice de la bolsa de valores china, el Hang Seng, después de alcanzar un máximo histórico en enero de este año ha caído en un 20%, el yuan ha perdido valor llegando a niveles de hace 16 años depreciándose casi un 5% frente al dólar norteamericano, obligando a los bancos centrales a comprar yuanes en el extranjero. Y por si fuera poco Evergrande, que fuera la segunda desarrolladora inmobiliaria de China conglomerado que llegó a tener 200 mil empleados, acaba de declararse en banca rota. Además, el consumo interno se ha reducido, por si fuera poco, sus exportaciones se han reducido en 14.5%, durante el mes de julio.

Todo esto provocando que la expectativa del crecimiento del PIB chino haya sido “ajustado” a una cifra menos al 5% y esta situación de China provocará también contracciones en el resto del mundo.

Imaginemos que va conduciendo su carro subiendo una pendiente a cierta velocidad y de repente el motor de su vehículo empieza a fallar perdiendo potencia, pues bien, esa es la situación de la economía China el problema es que atrás de ese auto vienen más carros que podrán ser arrastrados hacia abajo en caso de que el motor económico mundial no logre recuperar su potencia. Por cierto, en los carros de atrás se encuentra México aunque afortunadamente en economía no hay nada definido.

Sin educación siempre habrá pobreza

Francisco Tobías

Según el Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social, mejor conocido como CONEVAL, “La pobreza es un fenómeno multidimensional que comprende aspectos relacionados con las condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades básicas e imposibilitan su plena integración social”.  Es decir, no es únicamente un tema de dinero, de solvencia económica, sino se es pobre cuando no se pueden satisfacer ciertas necesidades básicas.

México fue el primer país en el mundo que midió la pobreza considerando distintos indicadores, 8 actualmente siendo estos: el ingreso, el rezago educativo, el acceso a la salud, el grado de cohesión social, el acceso a la seguridad social, la calidad y espacios en las viviendas, el acceso a carreteras pavimentadas, así como los accesos a la alimentación y a los servicios básicos en las viviendas.

El CONEVAL utiliza en sus mediciones datos oficiales proporcionados por el INEGI. Recientemente publicaron las estimaciones de la medición de pobreza multidimensional 2022, en la cual se afirma que la pobreza en México se ha reducido en un 5.6%, pasando de casi 52 millones de mexicanos en el 2018 a 46.8 millones para el 2022, en situación de pobreza.

Del 2018 al 2022 casi dos millones de mexicanos lograron vencer las carencias de sus viviendas y los espacios en las mismas, para pasar de 11 a 9.1 millones de mexicanos con dicha carencia.

En lo que se refiere al acceso de servicios básicos en las viviendas, es decir, que éstas cuenten con agua, drenaje, energía eléctrica y algún combustible para cocinar, sea por ejemplo gas o leña, la reducción de mexicanos que lograron satisfacer esta carencia sólo se redujo en 100 mil, del 2020 al 2022 pasando de 17.9 a 17.8 millones. 

En 4 años del 2018 al 2022, 4 millones de mexicanos más lograron tener acceso a una alimentación nutritiva y de calidad según el mismo estudio de la CONEVAL.

Es cierto que la cantidad de pobres por ingresos se redujo casi 5.5 millones de mexicanos y en pobreza extrema por ingreso en poco menos de 2 millones del 2018 al 2022 sin embargo también se afirma en el propio análisis que en el mismo periodo hay un aumento de  4.7 millones de mexicanos que cuentan por los menos con 3 carencias sociales, es decir que no tienen acceso, por lo menos a 3 de los siguientes servicios; salud, seguridad social, calidad en la vivienda, servicios básicos en las viviendas y/o acceso a alimentación nutritiva y de calidad. Aunado a ello en el 2022 había 3 millones de mexicanos, respecto al 2018 que eran vulnerables por las carencias sociales. Lo más crítico de este estudio es el aumento en el rezago educativo con 400 mil mexicanos más rezagados.

Este último aspecto, el educativo, pasa casi inadvertido sin embargo es a mediano y largo plazo el más importante para vencer la pobreza, pues un elemento trascendental, en cualquier parte de mundo, para salir de la pobreza es la oportunidad al estudio. Siendo la educación el principal motor del crecimiento, del desarrollo, del bienestar de cualquier economía. Es cierto que la educación por sí sola no garantiza el abatimiento de la pobreza, pero es cierto que sin educación la pobreza no puede abatirse.

Muhammad Yunus economista bangladesí, premio nobel de la paz señalo que “La pobreza no la crea la gente pobre. Ésta es producto del sistema que hemos creado, por ende, hay que cambiar los modelos y conceptos rígidos de nuestra sociedad”, por supuesto que el socialismo no es el camino, pero el mejor comienzo es la inversión en la educación.

La medición

Francisco Tobías

En distintas ocasiones al leer o escuchar alguna noticia o bien un comentario periodístico se menciona que cierta falta de obra, por ejemplo, una modernización de alguna carretera o bien un accidente, tienen una repercusión negativa en el PIB, y se mencionan ya sea un porcentaje o hasta una cifra de dinero.

La forma para calcular el monto de la “pérdida” del PIB es interesante y sencilla, pero antes debo de aclarar que estas “pérdidas” no se refieren a dinero que le restaremos al PIB existente, sino que será “dinero” que no podrá contabilizarse en el propio PIB. Recordemos que el PIB, Producto Interno Bruto, es la suma monetaria de todas las mercancías, sean bienes y/o servicios, que se producen dentro de una economía en un determinado tiempo. Este indicador macroeconómico, siendo el más famoso y utilizado, tiene algunas “subdivisiones” como el PIB per capita, el cual es el promedio del PIB y de los habitantes de una economía. En el 2020 el PIB de México fue de 24.33 billones de pesos y se tenía una población total de 126´014,024 habitantes, ambas cifras dadas por el INEGI, en promedio cada mexicano aportó 193,073.75 pesos.

Es importante aclarar que el PIB per capita es sólo un indicador que representa el monto de la producción que le correspondería, en partes iguales, a cada uno de los habitantes de una economía. Pero que nos ayuda a los economistas, entre otras cosas, a estimar este tipo de “perdidas”, como en el caso que señalé en la falta de la modernización de una carretera, por ejemplo.

Dicha carretera bien podría ser la que une a Saltillo y Monterrey, en la cual de manera periódica ya sea por accidentes o por el tráfico quienes la transitan tardan más tiempo que el regular. Para ejemplificar la explicación del cálculo de la estimación respecto al PIB que se pierde por algún retraso en la carretera, podemos señalar que esta vía de comunicación es transitada al día por 15 mil vehículos y si en cada auto se trasladan en promedio, dos personas, estamos hablando de 30 mil individuos que utilizan esta carretera. Si hay un retraso de 20 minutos por día, ya sea por alguna reparación, accidente u otro, estamos hablando que se están perdiendo 600 mil minutos de producción en la economía mexicana.

Recordemos que en promedio cada mexicano produce, al año, $193,073.74, monto que al dividirlo entre 525,600 que son los minutos que tiene un año, nos damos cuenta de que, por cada minuto, cada mexicano produce 37 centavos. Si las 30 mil personas que transitan, en nuestro ejemplo, la carretera Saltillo – Monterrey y cada uno pierde 20 minutos, al día la suma de la perdida del tiempo de los usuarios de la carretera representa la cantidad de 220,403. 82 pesos, ocasionando al año una pérdida mayor a los 804 millones de pesos. Dinero que es cierto no se restaría del PIB pero lo que es cierto es que los integrantes de la economía mexicana que perdieron 20 minutos en esa carretera dejaron de producir esos 804 millones de pesos al año.

La medición para los economistas es importante para poder entender a la propia economía y así encontrar satisfacer las necesidades de una forma más eficiente, aunque en ocasiones las mediciones no son tan sencillas como parecen.

Las calificaciones

Francisco Tobías

FitchRating es una empresa norteamericana que se dedica a calificar la capacidad crediticia de empresas y gobiernos, mediante datos cuantitativos y cualitativos logra medir que tan confiables son estos entes, ya sean los gobiernos o las empresas, para realizarles algún tipo de crédito. Algo “semejante” al buró de crédito en México.

Desde 1924 FithRating ha utilizado una escala alfabética para calificar a sus clientes, dividida en dos grandes bloques el primero es con grado de inversión siendo estas las AAA, AA+, AA y BBB, el segundo bloque nada deseable es conocido como bono basura, siendo sus calificaciones alfabéticas BB, B, CCC, CC, C, D y NR.

Los gobiernos pueden hacerse de recursos monetarios por medio de la solicitud de crédito, por medio de los llamado bonos, con lo cual un individuo o empresa puede adquirirlo con el compromiso de parte del gobierno de devolverle en cierto tiempo el valor de bono más un interés. De hecho, es una fuente muy fuerte de financiamiento para la mayoría de los gobiernos, por ejemplo, México en enero de este año vendió bonos por un monto de 4 mil millones de dólares, a plazos de 5 y 12 años con tasas de interés del 5.4 y 6.35 por ciento respectivamente.

El gobierno de los Estados Unidos antes de junio de este año tenía autorizado un endeudamiento máximo de 31 mil 400 millones de dólares, el 3 junio el presidente Biden firmó, con autorización de las dos cámaras, un aumento en el techo de endeudamiento, de no haberlo hecho la economía más grande del mundo hubiera caído en un “default”, es decir en un impago de su deuda lo que hubiera ocasionado una crisis económica no sólo en ese país sino en el mundo entero.

Aunado a esta política del crédito público norteamericano, con el deterioro fiscal de ese mismo país, más el incremento del gasto de su gobierno, la calificadora FitchRaiting bajó la calificación crediticia al gobierno de los Estados Unidos de AAA a AA+. Por supuesto que las autoridades del tesoro y de la Casa Blanca de forma inmediata salieron a los medios descalificando la calificación que se había emitido.

Sin embargo, el dólar norteamericano es y seguirá siendo la divisa más deseada del planeta incluso por increíble que fuera, incluso si hubiera un nerviosismo generalizado en el mercado mundial, los inversionistas recurrirían al dólar como divisa segura. Por otro lado, la economía norteamericana seguirá creciendo y siendo la más grande del orbe, el 2022 su PIB fue de caso 25 trillones y medio de dólares y se estima que en 2023 crezca entre un 1 y 1.2 por ciento.

En ocasiones las malas calificaciones no son un reflejo de la realidad, pues sólo basta recordar que la segunda persona más inteligente que ha pisado la tierra, Albert Einstein, reprobó historia, geografía y lenguas. 

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