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Humberto Barquera Gómez, un hombre libre y un jesuita excepcional

Rubén Aguilar Valenzuela
Humberto Barquera Gómez (1930-2019) fue un hombre libre y un jesuita excepcional. Siempre vivió en las fronteras. Innovador y visionario. Amante de las matemáticas, de la música, del latín y el griego clásico. Estudioso de la educación y creador de instituciones. Hombre de profunda fe.

En Humberto Barquera Gómez S.J. Jesuita de nuestro tiempo (México, 2019), Enrique González Torres S.J. y Arturo Sáenz Ferral, conocedores de su obra, seleccionan siete de sus ensayos sobre el tema de la educación del cual era un gran conocedor.

Los títulos describen bien el contenido de los textos y dan idea de lo que en ellos se aborda y desarrolla. Los ensayos son: 

  • Educación y horizonte: Implicaciones educativas de la metafísica (1966)
  • Tres referentes en la relación con la palabra "Educación": Notas para el estudio de la educación el cambio (1970)
  • Investigación participativa y ciencias naturales (1988)
  • Las matemáticas en los adultos con escasa escolaridad (1988)
  • Tendencias y desafíos de la educación en México (1999)
  •  Educación desarrollo personal y social (2001)
  • Los sitios donde está el conocimiento (2002)


En 1973, al cierre del Instituto Patria, el colegio de los jesuitas en la Ciudad de México, Humberto funda, por instrucciones del entonces provincial, el padre Enrique Martín del Campo, Fomento Cultural y Educativo A.C.

Esta obra, bajo su conducción, se dedica a crear un nuevo modelo educativo en comunidades marginales, en un inicio, de la zona urbana (Colonia Ajusco, Coyoacán) y rural (Tlahuelilpan, Hidalgo). El objetivo de los jesuitas era poner sus recursos y capacidades al servicio de los más pobres a través de una propuesta de educación pertinente y significativa, que contribuyera al cambio social.

Humberto, que estudió la maestría de educación en Stanford, California, se había convertido en un especialista en el campo de la educación no formal y de adultos. En un innovador dispuesto a experimentar y arriesgar. Algunas de sus ideas y reflexiones se encuentran en estos ensayos.

La praxis (teoría y práctica) siempre fue un elemento fundamental en la manera como Humberto entendía el trabajo y la acción. Estuve bajo sus órdenes cuando coordiné el Proyecto Ajusco y siempre fue una experiencia apasionante y muy rica, primero sustentar la práctica en la teoría y luego poner a prueba la teoría en la acción práctica.

En esa dialéctica, teoría-práctica y práctica-teoría, se creaban nuevas maneras de entender la realidad social, la educación en general, la educación formal, la educación no formal, la educación de adultos, el trabajo comunitario, el desarrollo y el cambio social. De esa rigurosa y sistemática metodología surgió la concepción: "No se educa para la acción social, sino que se crean acciones sociales que educan".

Humberto siempre sugería nuevas lecturas y proponía propuestas ajenas a toda convención. Eran ideas nuevas e innovadoras, que había que poner, después de teorizar, en práctica. En los ensayos se pueden ver algunas de estas ideas y su manera de investigar y actuar.

Juntos escribimos tres libros: La investigación participativa (1983), Perspectiva de Paulo Freire (1983) y Cuatro Años Fomento (1978) en el que también participa Juan Manuel Micher, que es una investigación sobre los primeros cuatro años del trabajo de la institución que se crea al cierre del Instituto Patria. En ella se registran los descubrimientos y aprendizajes derivados del trabajo de educación popular en barrios urbanos marginales y comunidades rurales en zonas pobres.

En 1975, Humberto me llevo con él a Europa. Era mi primer viaje a ese continente. Antes pasamos por Nueva York. Con él visite el edificio de la ONU, el Museo Metropolitano y el Museo de Arte Moderno. Fuimos a bares y restaurantes que le gustaban. Para mi todo era un descubrimiento.

Ya en Europa estuvimos en varios países visitando agencias de la cooperación, con el propósito de conseguir fondos, para financiar los proyectos que impulsaba Fomento. Fue una gran experiencia. En ese viaje visitamos también amigos comunes en Italia y Suiza.

A Humberto, el amigo, el compañero y el maestro, le debo mucho. Siempre me impulsó a innovar e ir por nuevos caminos. A pensar e imaginar. Con él aprendí una manera de entender y acercarme a la educación no formal y a la educación de adultos. A la praxis como método de trabajo. A una propuesta de cambio social y de lucha por la justicia.

Me ofreció, a partir de su testimonio, sobre eso platicamos mucho, una manera de vivir la fe, no la religión, y de relacionarse con el Dios de Jesús. Y también de ser jesuita, institución en la que estuve 14 años. Una manera de ser persona en libertad. Asumiendo el riesgo y las consecuencias.

Cuando leía estos ensayos recordaba con mucho cariño y también nostalgia, las apasionantes discusiones que él provocaba y animaba en Fomento y en particular en el arranque del Proyecto Ajusco. Nuevas lecturas y autores y la necesidad de llegar a una propuesta operativa, que guiara la acción en los diferentes frentes educativos del proyecto.

Abría, era parte de su aporte, un abanico enorme de preguntas que debían responderse. Había que definirse, tomar postura y dar razón, con argumentos, del porqué de esa decisión. Son momentos que me marcaron como persona y me abrieron nuevos campos de interés humano e intelectual. Extraño la ausencia de Humberto.

Humberto Barquera Gómez S.J. Jesuita de nuestro tiempo
Selección de textos: Enrique Gonzáles Torres S.J. y Arturo Sáenz Ferral
México, 2019
pp. 127

Reflexiones sobre la maternidad

Rubén Aguilar Valenzuela
La hija oscura (Estados Unidos, 2021) es el debut como directora de largometraje de la actriz Maggie Gyllenhaal, de ella también es el guion a partir de la novela homónima de Elena Ferrante.
 
Leda (Olivia Coleman), madre de dos hijas adultas, Bianca y Marta, en busca de un lugar tranquilo para leer, escribir y descansar se va al mar.
 
Mientras está en la playa conoce a una familia con la que no se identifica y tiene un pequeño problema. La matriarca es Callie (Dagmara Domińczyk), que está embarazada.
 
En el grupo también está Nina (Dakota Johnson) y su pequeña hija Elena (Athena Martin). A Leda, Nina la recuerda cuando ella, como estudiante de un posgrado en literatura tenía, debía hacer frente a su maternidad.
 
Leda en esos días se revela como impulsiva y angustiada. En ella hay algo que le molesta y la hace sufrir, pero no sabe qué es. A ella misma le sorprende su actuación.
 
Observa a Nina, que se abrume en el cuidado de Elena. Cuando la ve le vienen recuerdos de la crianza de sus hijas mientras tenía que preparar trabajos y conferencias.
 
En una serie de flashbacks, la película regresa al tiempo de la Leda joven, que interpreta Jessie Buckley, que con un gran esfuerzo intenta equilibrar sus estudios con el cuidado de sus pequeñas y precoces hijas.
 
Nina en la playa se hace de un amante, el joven irlandés Will (Paul Mescal). Leda se da cuenta. Ella, ya casada, en un congreso donde presenta una ponencia se va con un connotado estudioso de la literatura. Deja por días a su marido y a sus hijas.
 
En su interior Leda vive una serie de contradicciones y tensiones. Va de la culpa a la ansiedad, y de la desesperación al coraje. Sin saber por qué se queda con una muñeca que pierde la hija de Nina. Ve como la niña sufre, pero aún así no la regresa.
 
La directora, siguiendo la obra de Ferrante, aborda el tema de la maternidad. No todas las mujeres pueden ser o quieren ser madres. Algunas lo viven como un conflicto permanente. Las madres no tienen porque siempre sentirse felices por dar la vida.
 
En la película se muestran, de manera abierta, las tensiones que provoca la responsabilidad de la maternidad en general y en particular la temprana. Los roles que la sociedad asigna a las mujeres que son madres. Es una visión distinta a la que comúnmente se muestra en el cine. 
 
La crítica especializada reconoce el extraordinario trabajo de la directora Maggie Gyllenhaal. Hay también acuerdo en la calidad de la adaptación del guion, que también es obra suya. Su debut genera muchas expectativas futuras. Hay un reconocimiento a la fotografía y al conjunto de las actuaciones en particular a la de Olivia Colman.
 
En el Festival de Venecia, la película ganó como Mejor guion. En los grandes festivales de cine estuvo nominada como Mejor guion adaptado; Mejor actriz y Mejor actriz de reparto. Y en otros también como Mejor película y Mejor dirección.
 
Se puede ver en Netflix.
 
La hija oscura
Título original: The Lost Daughter
Producción: Estados Unidos, 2021
 
Dirección: Maggie Gyllenhaal
Guion: Maggie Gyllenhaal. A partir de una novela de Elena Ferrante.
Fotografía: Helene Louvart
Música: Dickon Hinchliff
Actuación: Olivia Coleman, Jessie Buckley, Dakota Johnson, Dagmara Domińczyk, Alba Rohrwacher, Ed Harris, Peter Saraard, Paul Mescal (...)
 

El secuestro en México

Rubén Aguilar Valenzuela
De diciembre de 2018 a marzo de 2022, ya en el gobierno del presidente López Obrador, han ocurrido 4,558 secuestros, un promedio de 114 al mes, 27 a la semana y cuatro al día, de acuerdo a la Asociación Alto al Secuestro.
 
En abril la organización dio a conocer su Reporte Nacional 2018-2022 que ofrece un recuento detallado y preciso del secuestro en México de diciembre de 2018 a marzo de 2022. Ofrece también algún comparativo con gobiernos anteriores.
 
En el mismo lapso de tiempo que se analiza en el informe, en el sexenio del presidente Calderón hubo 2,877 secuestros y en el del presidente Peña Nieto, 7,546. Al cierre del presente sexenio se podrá hacer el comparativo final.
 
El 51.3 % de los secuestros, de diciembre de 2018 a marzo de 2022, ocurren en los estados de Veracruz (839); Estado de México (740); Ciudad de México (391); Puebla (190) y Morelos (182). De los cinco, cuatro están gobernados por Morena.
 
La Tasa Promedio Nacional (TPN) es de 4.05 secuestros por 100 mil habitantes. Hay 14 estados por arriba: Veracruz (10.98); Morelos (10.29); Zacatecas (8.86); Quintana Roo (8.60); Colima (6.76); Tabasco (5.36); Estado de México (4.88); Chihuahua (4.52); Ciudad de México (4.42); Baja California Sur (4.40); Tamaulipas (4.19); Tlaxcala (4.19); Hidalgo (4.09) y Guerrero (4.07).
 
Los municipios con el mayor número de secuestros, entre diciembre de 2018 y marzo de 2022, son: Ciudad Juárez, Chihuahua (73); Benito Juárez, Quintana Roo (70); Reynosa, Tamaulipas (58); Ecatepec de Morelos, Estado de México (58); Magdalena Contreras, Ciudad de México (56) y Tijuana (52).
 
De los cinco estados con el mayor número de secuestros, las ciudades con más incidencia, de diciembre de 2018 a marzo de 2022, son: Veracruz: Córdoba (49); Xalapa (48); Coatzacoalcos (47); Veracruz (42) y Martínez de la Torre (36). En el Estado de México: Ecatepec (58); Toluca (39); Cuautitlán Izcalli (36); Ixtapaluca (32) y Naucalpan de Juárez (28).
 
En la Ciudad de México: Cuauhtémoc (58); Iztapalapa (56); Gustavo A. Madreo (42); Miguel Hidalgo (34) y Tlalpan (31). En Puebla; Puebla (40); Huejotzingo (8); Tecamachalco (8); Tehuacán (8); Acatzingo (6) y Zacatlán (8): En Morelos: Cuernavaca (27); Cuautla (23); Huitzilac (18) y Yautepec (13).
 
La Asociación Alto al Secuestro sostiene que las autoridades tienen un subregistro del número de los secuestros. En marzo de 2022, la organización contabilizó 89 secuestros en el país a partir de tres fuentes: Fiscalía-Procuradurías (38), FGR (4) y medios de comunicación (47).
 
El gobierno solo reconoce 42 casos porque solo toma en cuenta las denuncias registradas por las Fiscalías- Procuradurías (38) y la FGR (4), pero no contabiliza los registrados por los medios de comunicación (47).
 
Un gobernador, que conoce muy bien el tema, me dice que el recuento que hacen los medios es clave, para tener una idea más precisa de lo que sucede con el secuestro. Añade que hay muchas personas que no recurren a las Fiscalía – Procuradurías, que el gobierno se entera por lo que informan los medios y que si no se toma en cuenta esa fuente siempre habrá un subregistro.
 
El secuestro sigue siendo un problema muy grave en el país. Hay un promedio de 114 al mes, 27 a la semana y cuatro al día. Las autoridades tienden a minimizarlo, a esconderlo, y la impunidad, como en el caso de otros muchos delitos, es casi total. Problemas como el secuestro son los que se deberían estar en la mesa de la discusión. No lo están. Su lugar lo ocupan temas triviales.

El papa Francisco y su lucha contra la pederastia

Rubén Aguilar Valenzuela
El pasado 29 de abril, el papa Francisco, como parte de su estrategia de lucha contra la pederastia en la Iglesia, ordenó a la Comisión Pontificia para la Protección de Menores que elabore un informe anual que rinda cuenta sobre el estado de la cuestión.
 
Esta comisión es un órgano de la Curia romana creado por el papa con el propósito de sentar las bases para la prevención de los abusos de menores por parte de sacerdotes y religiosos.
 
El papa pidió a los integrantes de la comisión que le entreguen un informe anual que dé cuenta de manera precisa, a nivel de la Iglesia en todos los países, sobre los abusos que se hayan podido cometer. Este mecanismo de rendición de cuentas es un instrumento, entre otros, en la lucha contra los abusos a menores.
 
Este informe anual debe presentar también las iniciativas de la Iglesia para prever los posibles abusos y contemplar los elementos que deben modificarse con el propósito de que las autoridades, a nivel de la Curia romana y de las diócesis, tomen las medidas pertinentes, para evitar la pederastia.
 
En los últimos años, el papa se ha propuesto combatir el abuso de los menores y el ocultamiento criminal de parte de sectores de la jerarquía, que solo perpetúan el problema y agravan la situación de las víctimas.
 
El papa plantea que este documento propicia la "transparencia y responsabilidad y ofrece una información clara" del estado de la cuestión. En su visión "si no hay avances, los fieles seguirán perdiendo la confianza en sus pastores, lo que hará cada vez más difícil el anuncio y el testimonio del Evangelio".
 
Un valor añadido del informe, dice el papa, es que se podrá saber con precisión "lo que está sucediendo y lo que debe cambiar, para que las autoridades competentes puedan actuar" y lo hagan de inmediato.
 
A la par del documento anual, el papa ha pedido una mayor "transparencia a las diócesis" sobre los casos de abuso de menores. Les urge superar todos los obstáculos que impedían la clara y abierta rendición de cuentas. En muchos casos supone un cambio radical en la manera de actuar de ciertas diócesis.
 
A partir de las políticas implementadas por el papa se aprecia ya una transformación importante, algunos dicen que radical, en el acercamiento de la jerarquía y el clero a las víctimas. Supone una nueva manera de relacionarse con ellas, que por muchos años han reclamado la verdad y también la justicia de parte de la Iglesia.
 
El papa, con base en datos duros, señala que "las semillas sembradas empiezan a dar sus frutos" y que "la incidencia de los abusos a menores por parte del clero ha mostrado un descenso durante varios años en aquellas partes del mundo donde se dispone de datos y recursos fiables".
 
En la reunión del pasado abril, el papa planteó la necesidad de que la Comisión de Pontificia para la Protección de los Menores se ponga en contacto directo con las diócesis, para "supervisar, en diálogo con las conferencias episcopales, la creación de centros especiales en los que las personas que han sufrido abusos y sus familias puedan encontrar acogida y escucha y ser acompañados en un camino de curación y justicia".

El libro de Job

Rubén Aguilar Valenzuela
Job es el primero de los libros que en las Sagradas Escrituras se conocen como Escritos Sapienciales al que le siguen: Proverbios, Eclesiastés, Sabiduría y Eclesiásticos, que es el último de los textos del Antiguo Testamento.
 
En Medio Oriente la literatura sapiencial se remonta al 3,000 a.C. Hay testimonio de escritos de este estilo en la literatura de los imperios de Mesopotamia y Egipto. Su influencia se extiende por toda la región y a partir de ella se elaboran escritos sapienciales en diversas culturas y lugares.
 
Los sabios fundamentan su enseñanza a partir de su experiencia. Su conocimiento viene de la vida y la reflexión que han hecho sobre la misma. Ofrecen soluciones específicas a problemas concretos. De ahí derivan aprendizajes, que se proponen enseñar.
 
Junto a los templos y palacios se cultiva la sabiduría, que es un bien muy preciado. Las enseñanzas se reúnen en textos que tienen como sus primeros destinatarios a los hijos de las familias nobles y sacerdotales.
 
Los jóvenes, que ocuparán cargos religiosos y civiles en el futuro, encuentran en estos libros un conjunto de consejos prácticos, para tener en cuenta a la hora de enfrentarse a la vida y a los problemas inherentes al ejercicio del poder tanto religioso como civil.
 
En Israel, la literatura sapiencial tiene un largo camino. Antes de la monarquía ya hay una incipiente tradición de sabiduría popular que se expresa en dichos y refranes, que surgen al seno de la familia y las pequeñas comunidades tribales.
 
Con el establecimiento de la monarquía, sobre todo del rey Salomón, el sabio por excelencia, la sabiduría y los escritos que la recogen se desarrollan en el templo y el palacio. En la época de los profetas hay un rechazo a la sabiduría que surge desde las élites, religiosas y civiles, que se asumen como sabias.
 
Al regreso del exilio de Babilonia se revalora la tradición de la literatura sapiencial que se propone dar respuesta a las grandes interrogantes de la vida. Su propósito es enseñar el arte de vivir bien frente a los demás y de cara a Dios. Las obras sapienciales del Antiguo Testamento se escriben ya en Israel después que termina el destierro.
 
El libro de Job es producto de tres autores distintos. Se elabora entre el siglo V y IV a.C. Los estudiosos plantean que el vocabulario, el conocimiento de la tradición profética, la preocupación por el destino particular del ser humano y el universalismo que está presente coinciden con las particularidades de ese tiempo.
 
La estructura del libro corresponde a la intervención de cada uno de sus autores. El primero elabora un sencillo relato sobre un personaje rico y piadoso que es sometido a prueba. El segundo es el autor de los diálogos en los que Job, inconforme con lo que está viviendo, defiende su inocencia. El tercero es un monólogo puesto en voz de Elihú.
 
Los críticos coinciden en señalar que es el segundo de los autores quién aporta la mayor creatividad literaria al mismo tiempo que ofrece novedosos abordes teológicos.
 
Los libros sapienciales del Antiguo Testamento son herederos de la tradición del Medio Oriente, pero incorpora el diálogo de la realidad, experimentada por el sabio, con la fe en el Dios de Israel. Los consejos, elaborados en forma de refrán o dichos breves, fáciles de recordar, parten de la vida vista desde la fe.
 
El mensaje teológico es que el creyente llegará a la auténtica sabiduría cuando sepa interpretar los secretos de la creación y de la vida que se esconden en las profundidades de Dios. La sabiduría toma forma como un atributo personal de Dios. Él es el sabio por antonomasia. No hay nadie como él.
 
De manera particular el libro de Job supera la visión teológica tradicional de Israel en la que Dios da riqueza a los justos y causa mal a los perversos. En la realidad eso no ocurre. Hay hombres justos pobres y malvados ricos. En el texto se critica esta posición y se trata de dar respuesta al problema.
 
Los sufrimientos no son un castigo de Dios sino también tienen como objeto purificar la fe del justo. El sufrimiento incomprensible, por violento que sea, no puede poner en duda la bondad y la justicia de Dios. El justo no puede dudar. Job vive en carne propia el misterio incomprensible de Dios. Se rebela, pero no pierde la fe.
 
Después de un tiempo, de inexplicable y profundo sufrimiento, afianza su fe y la esperanza en la sabiduría y la justicia de Dios, que tiene caminos inesperados. Dios es misterio insondable. Al fin, por no dudar, recibe como recompensa una mejor situación a la que se encontraba antes de experimentar lo que vivió.
 
El libro de Job, un gran texto de la literatura del Medio Oriente, ha inspirado la obra de muchos escritores, filósofos y teólogos a lo largo de los siglos. Y también a todas las personas que se acercan a él.
 
Es el tema siempre presente, incomprensible, doloroso y dramático, del sufrimiento de los inocentes y los justos. Es un tema que no tiene respuesta clara y contundente. En parte solo se atisba en la conciencia de la brutalidad y perversidad presente en la condición humana.
 
Job
Biblia de América
PPC Editorial
Madrid, 2013

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