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Rubén Aguilar Valenzuela
La organización de la sociedad civil México Evalúa, en el cuaderno Policía digna, de su serie Políticas públicas a la medida de México, ofrece un panorama general de la situación de las policías en nuestro país y hace una serie de propuestas, para mejorar su condición.
Una primera afirmación es que las policías municipales se encuentran en una situación de precariedad laboral, cuentan con personal muy reducido, reciben salarios muy bajos, tienen equipamiento en mal estado, trabajan jornadas extenuantes y tiene acceso a muy pocas prestaciones laborales.
El último Censo Nacional de Gobiernos Municipales del INEGI revela, que solo el 60% recibe aguinaldo y vacaciones, el 21% tiene seguro de vida y menos del 25% cuenta con acceso a algún fondo de retiro. Menos del 5% tiene acceso a beneficios como préstamos para vivienda, crédito automotriz o comercial.
Ante esta realidad, México Evalúa afirma "que las y los policías municipales enfrenten cotidianamente condiciones de vulnerabilidad que los acercan a la pobreza, sin activos ni patrimonio".
A esto se añade que en las actuales circunstancias, las fuentes de financiamiento con las que los gobiernos municipales podrían revertir esta situación son limitadas e insuficientes. En los últimos años, las autoridades locales no han podido elevar la recaudación.
Hoy día es imposible que los municipios puedan destinar recursos propios para mejorar la condición de vida y trabajo de sus policías. La gran mayoría de los gobiernos locales depende sustantivamente de la asignación de recursos provenientes de la hacienda estatal o de la propia Federación.
Es un hecho que las autoridades locales por ahora se encuentran en un callejón sin salida y con nulos incentivos para revertir la problemática. De un lado, sus policías trabajan con pocas prestaciones laborales, y, por el otro, persisten las carencias en los sistemas financieros locales, las cuales no les permiten obtener los recursos necesarios para cambiar dicha realidad.
En Policía digna, México Evalúa ofrece soluciones prácticas, técnicas, sostenibles y sustentadas, a partir del cual las autoridades locales pueden encontrar una ruta de trabajo viable para empezar a cambiar esta situación en el corto plazo, y consolidar una mejora en las policías en el mediano y largo plazo. La organización está convencida de que es viable mejorar la condición laboral de los policías municipales.
El plan de acción exige visión y voluntad política de los tres niveles de gobierno. Se requiere desde calcular el número ideal de policías del municipio, hasta desarrollar estrategias de financiamiento sostenibles. El plan consta de dos partes:
- Un conjunto de beneficios que debe garantizarse mínima e inmediatamente, conforme a lo establecido en la normatividad local y federal, junto con los lineamientos del Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica (MNPJC) emitido por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
- Un conjunto complementario de beneficios que, para garantizarse, requiere del desarrollo de nueva infraestructura normativa y financiera, acuerdos de colaboración y una mayor armonización de los instrumentos legales.
El documento detalla las condiciones y beneficios laborales establecidos por el marco regulatorio local y federal y precisa también de donde podrían venir los recursos para su financiamiento. El texto se puede ver en: https://politicas-publicas-a-tu-medida.mexicoevalua.org/wp-content/uploads/2024/10/Cuadernillo-6.pdf
Rubén Aguilar Valenzuela
En la pasada Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, Jalisco, estuvo la escritora española Irene Vallejo, quien también visitó otras regiones del país. Días atrás publicó Deus ex machina (El País, 14.12.24) y de ese texto retomo seis párrafos que pienso describen con exactitud el momento que vive la sociedad en el mundo y México no es la excepción.
- "En esta época de épica hiperventilada, los algoritmos, las redes y ciertos medios rentabilizan nuestra angustia. Al amplificar la sensación de caos, explotan la incertidumbre y el desconcierto, y, en esa atmósfera, insuflan la idea de que necesitamos individuos poderosos, carismáticos, autoritarios, capaces de disolver con mano dura las dificultades enquistadas y el desorden. Y, de paso, derribar las regulaciones, ese gran negocio".
- "El historiador Carlo Ginzburg, hijo de Natalia, víctima de las inclemencias del fascismo italiano, escribió: "El miedo está siempre disponible, la cuestión es quién lo usa". Curiosamente, personas que se definen como inconformistas, rebeldes e indómitas, dicen preferir un liderazgo de ordeno y mando. En la vida cotidiana nos molesta que nos dicten lo que debemos hacer, pero nos deslizamos fácilmente al espejismo del gobernante fuerte y sin contemplaciones (...)".
- "Hoy crece en las encuestas el número de personas, sobre todo jóvenes, que aceptarían gobiernos no democráticos, siempre que garanticen ciertos niveles de bienestar. El atractivo de la mano dura parece aumentar entre quienes nunca la experimentaron. En su imaginación es solo una idea, y se permiten el lujo de idealizarla".
- "Mientras en Atenas agonizaba la democracia, la República romana se construía sobre la idea obsesiva de evitar el personalismo. Tras una monarquía que desembocó en legendarios abusos, legislaron para impedir que un individuo carismático gobernase sin cortapisas. Todas las magistraturas de la antigua Roma se concibieron colectivas, colegiadas y responsables".
- "¿Quién vigila al vigilante?", escribió Juvenal. He aquí una gran objeción: cómo garantizar una alternancia eficaz, cómo cesar al César si se lanza a cometer atropellos, qué sucede si quien manda se desmanda. No podemos entregarle todo el dominio a alguien que llega clamando ser la solución, mientras exhibe su odio al oponente y al diferente. La sana vigilancia consistirá en robustecer las cortapisas, controles y validaciones. Si eres escéptico frente al poder, asegúrate de que se fragmenta y distribuye. Divide y te protegerás".
- "El poder es tan peligroso y enloquecedor que casi resulta un rasgo de humanidad mantenerlo diseminado y difuso. Ese fue el ideal de la democracia ateniense y la república romana, experimentos valiosos y valientes, aun en sus contradicciones. Vivir en sociedades de ciudadanos exige afrontar el embrollo cotidiano con creatividad y esfuerzo, incluso ante circunstancias adversas, como intentaron –con altibajos– esos locos antiguos. Quizá por eso, el final de las tragedias reflexionaba sobre el peso y el precio de la libertad humana. Y aunque sea tentador confiar en soluciones drásticas, conviene recordar que los salvadores providenciales, aquellos que ofrecen remedios simples para problemas complejos –recetas ex machina–, son siempre pura tramoya".
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