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México se vistió de rosa

Susana Cepeda Islas

Días antes de la gran concentración convocada en contra de la reforma electoral promovida por el actual gobierno, el presidente de la República (como ya es su costumbre) se dedicó a descalificar a los organizadores y participantes del evento con frases como: “clase conservadora” “en el fondo lo que quieren es agruparse, utilizar cualquier bandera para atacar al gobierno que represento, ya no es que les preocupe la democracia ¡no! Lo que quieren es debilitarnos, socavar al gobierno para que no avance y se consolide la transformación y que puedan ellos regresar por sus fueros a seguir robando o a seguir este siendo parte de la clase política privilegiada” “La mayoría de los dirigentes son puros mapaches electorales” “los medios de información los encubren” “han formado parte de la corrupción en México”. Afortunadamente estos agravios no dieron resultado pues, a pesar del ataque del Ejecutivo el 26 de febrero del año en curso, se llevó a cabo la concentración convocada por distintas organizaciones y partidos políticos en contra del plan B de Reforma Electoral que aprobó el Poder Legislativo.

Los oradores Beatriz Pagés periodista y José Ramón Cossío ex ministro de la Suprema Corte de Justicia, fueron directos en sus discursos, apuntaron como este gobierno turbio y demagógico pisotea la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Pagés señalo en su discurso “Se utilizó al INE y se utilizó la democracia para llegar al poder y hoy, hoy quiere matarlos para impedir la alternancia y no lo vamos a permitir, quieren mutilar al INE” Por su parte Cossío apunto que “El presidente ha dicho que la corrupción de los ministros quedará evidenciada si invalidan las reformas. Por el contrario, los ministros sólo podrán ser considerados corruptos si desconocen lo dispuesto en los artículos constitucionales que detalladamente regulan los órganos y los procedimientos electorales”. Excelentes oradores que expresaron con claridad y respeto las demandas de una gran parte de los habitantes de este país.

México se vistió de rosa, color con el que se identifica al INE, aproximadamente 25 ciudades se integraron el movimiento, lo sobresaliente fue la participación en el extranjero y en la Ciudad de México, se reunieron más de 100 000 personas en el Zócalo. Nuestro estado Coahuila no fue la excepción, participaron las ciudades de Saltillo, Torreón, Piedras Negras, Monclova, Parras de la Fuente y Cuatrociénegas, con aproximadamente 13 320 participantes. Fue una muestra de participación de la sociedad civil, acudieron ciudadanos comprometidos, en el ambiente se percibía una fuerza indescriptible, con la mirada las personas compartían “estamos unidos” “defenderemos el voto”. La energía del colectivo subió de tono cuando todos los participantes a una sola voz entonaron nuestro Himno Nacional, la piel se ponía chinita, el corazón latía con fuerza, algunas personas derramaron lágrimas, las emociones estaban a flor de piel. Se manifestaron los valores cívicos como: la solidaridad, el respeto y el hambre de justicia.

Recordé las palabras de Pierre-Henri Simón, filósofo, teórico socialista y positivista francés: “El patriotismo es una mística, mientras que el civismo es una sabiduría”, gran verdad. En la concentración no hubo acarreados, no se ofreció dinero, ni despensas, tampoco tortas, no se trajo personas de otras ciudades, los convocados sabían a lo que iban: a defender la democracia, a evitar la destrucción de las instituciones que la resguardan, defender nuestro voto y a nuestra Constitución.

El presidente con sus declaraciones y acciones no respeta la voluntad popular, para él sólo existe el pueblo bueno conformado por los pobres, que gracias a su trabajo gubernamental va en aumento, la realidad nos muestra que es más fácil destruir que construir, por ello, debemos la sociedad civil trabajar unidos para que lograr que este gobierno respete la libre emisión y efectividad del voto; garantizar el voto secreto; pero sobre todo asegurar la autenticidad del escrutinio y cómputo de la votación, recuerde querido lector que ¡aún es tiempo! Evitemos que los políticos deshonestos se perpetúen en el poder.

Crónica de un plagio

Susana Cepeda Islas

Hace días se publicó en los medios de comunicación, el plagio que llevo a cabo la ministra Yasmin Esquivel Mossa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre su tesis de licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para obtener su título profesional. El rector de esta institución Enrique Graue Wiechers, confirmó que la magistrada si incurrió en la falta de plagio, además de mencionar categóricamente que “El plagio de una tesis no es una cosa menor es una conducta reprobable, una usurpación de ideas y talentos. Es un acto que pone en entredicho la ética y la moral de quien lo comete, y ofende a quienes se esmeran en cumplir con este requisito académico”. Es a todas luces una conducta inadmisible en cualquier persona, pero más en las que se dedican a impartir la justicia en nuestro país.

Es importante recordar cómo nacen las leyes, ya que actualmente el objetivo de este sexenio es anular uno de sus propósitos  que es evitar el robo, proteger al ciudadano de las ilegalidades entre otras. En un inicio las leyes eran hechas al capricho de la clase en el poder lo que provoco desigualdad e injusticias en la sociedad (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia). Se lucho porque estas leyes realmente lograran una convivencia organizada y que fueran aplicadas a toda la población por igual, sin importar la condición social, económica o cultural.

Para que las leyes sean eficientes es necesario la participación de los ciudadanos acompañados de un comportamiento cívico, el cual se define así:  el comportamiento que toda persona debe tener, cumplir con sus deberes de ciudadanos establecidos en la ley, el comportamiento cívico permite la construcción de una sociedad ordenada, se caracteriza porque se respetan las leyes y se contribuye al correcto funcionamiento de la sociedad y al bienestar de todos. El comportamiento de Esquivel es una clara consecuencia de su falta de civismo.

Por ello, todo ciudadano que viole la ley debe estar sujeto a las sanciones y consecuencias legales, imagine usted la gran responsabilidad y la ética con la debe conducirse un Juez.  La conducta de la ministra deja mucho que desear, ya que el plagio se caracteriza por ser un robo de palabras e ideas que le pertenecen otras personas y por la copia de obras. Es también un engaño que definitivamente pone en duda la honestidad, pero sobre todo la integridad académica del que lo realiza. Es una violación, un atentado.

Ahora resulta, que la señora Esquivel no conforme con plagiar su tesis de licenciatura, también lo hizo con su tesis doctoral que curso en la Universidad Anáhuac, es comprensible su conducta, ya que, si le dio resultado en el pasado, con mayor razón volver a cometer el ilícito, total las personas se acostumbran a no tener vergüenza y hacer de su vida cotidiana la deshonestidad. Indigna la declaración del representante legal de la ministra, Alejandro Romano “La posible existencia de omisiones en las citas de autores, o errores en su redacción, solo tienen ese significado. -el de deficiencias o descuidos-, pero jamás una forma de plagio”. Claro no importan las omisiones en todo el trabajo.

Es condenable la respuesta que da la universidad Anáhuac, no investigará el caso, se lava las manos como Poncio Pilatos, declara “ El reglamento vigente de la Universidad Anáhuac, que reconoce la integridad académica y sanciona las faltas, establece que a partir de los tres años siguientes a la emisión del carta del examen doctoral, no es posible llevar a cabo una acción que la cuestione”. Aun cuando los expertos descubren el plagio en este trabajo. Lo mejor es el lema de la institución “Vence el bien con el mal” perdón me equivoqué es “Vence el mal con el bien”.

No es posible como el ejecutivo de la Nación apruebe públicamente este tipo de conductas, se dedique a defender lo indefendible, alcahuetear conductas incorrectas, el mensaje que da a la juventud de este país es como dice el refrán popular “el que tranza no avanza”. Los ciudadanos debemos tener muy claro que tipo de políticos queremos a los payasos, ignorantes, agitadores, merolicos, defraudadores, tramposos, mentirosos, farsantes en fin hasta aquí paro (porque hay más), o por el contrario personas éticas, trabajadoras, comprometidas, serias, preparadas, honestas, profesionales, accesibles, hacedoras, en fin, preocupadas por el bienestar de su comunidad, algo si me queda claro, no debemos permitir políticos desvergonzados y sin honor, los mexicanos somos dignos de algo mejor.

  

El rey sin corona

Susana Cepeda Islas

Hoy quiero compartir con ustedes, lo que percibo diariamente en la política nacional que no deja de asómbrame y horrorizarme. El pasado 5 de febrero en la celebración del 106 aniversario de la Constitución, Jesús Ramírez vocero presidencial comento públicamente que la ministra no se levantó a rendirle honores al ejecutivo al no ponerse de pie para recibirlo. Es obvio que el poder Ejecutivo demuestra en la acción un alto grado de ignorancia, creo que olvida, o nadie le recuerda, o peor aún no hace caso a sus brillantes asesores del por qué somos un país democrático, donde uno de los principales principios es la división de poderes, cuyo objetivo es evitar el abuso, los deseos infundados y disfrazados de lo que el pueblo bueno merece, actos indignos como acabar con las instituciones que garantizan nuestra democracia o dar prioridad a la infraestructura sobre la salud de los habitantes por mencionar algunas arbitrariedades.

Nuestra Carta Magna en el artículo 116, señala que el poder público se dividirá para su ejercicio, en tres poderes, Judicial, Legislativo y Ejecutivo y no podrán reunirse dos o más poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el legislativo en un solo individuo (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, eso no pasa para nada en la relación del Ejecutivo y la Cámara de Diputados). La Constitución Política que se basa como podemos observar en el principio de la división de poderes, nuestro país es independiente y su organización política, pero sobre todo su estructura gubernamental está basado en este principio,  con la idea de que no interfieran entre sí, que estén libres de controles, entorpecimientos, coacciones, influencias o amenazas intimidatorias, y así impedir que el poder recaiga en uno solo.  Es útil tener presente como están representados los poderes: Poder Legislativo, que está personificado por las Cámaras de Diputados y Senadores. El Poder Judicial que lo integra la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral y el Consejo de la Judicatura Federal y finalmente Poder Ejecutivo quien es el encargado de la administración pública, donde están todas Secretarías de Estado.

Dicho lo anterior, me surge una interrogante ¿quién fue incorrecto, descortés, grosero y rudo con la representante del Poder Judicial Norma Lucia Piña, la mujer elegida como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación? Estoy segura querido lector que usted ya saco sus conclusiones. El rey sin corona que vive en Palacio Nacional rodeado de súbditos, olvida que somos una democracia, no una Monarquía. Los tres poderes están en la misma línea de poder, por lo tanto, no hay que rendirle honores al ejecutivo. Lo lastimoso es que dio un lugar privilegiado en el presídium a las fuerzas militares del país, restando importancia a los poderes Judicial y Legislativo, en el festejo de nuestra Constitución.

Aplaudo el digno comportamiento de la ministra Piña, quién escucho de manera respetuosa; al momento de tomar la palabra fue firme en su discurso al defender el poder que representa, le recordó al Ejecutivo que “La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectiva las libertades y la igualdad de las y los mexicanos. La independencia judicial es la principal garantía de imparcialidad”.

Los mexicanos debemos estar orgullosos de la mujer que representa el Poder Judicial, tengo la certeza que se comportará de acuerdo con la ley e impedirá que se viole a la Constitución, que no cederá a caprichos, venganzas, ingeniosidades, está garantizando nuestro Estado de Derecho, por el que miles de habitantes lucharon durante años para lograrlo.

La ministra Piña es una gran amenaza para el rey sin corona, por eso le pido lector que escuche con atención lo que manifiesta el Ejecutivo en contra del poder Judicial, recuerdo que cuando fue publica la noticia de la Lic. Piña como representante de este poder, se manifestó de manera tajante que el poder judicial estaba secuestrado, es comprensible esta afirmación, pues ya no se recibirían ordenes de los caprichos de Palacio Nacional. 

Para finalizar le comento que la ministra Piña es egresada de la UNAM, con una pasión por la leyes, una experiencia de 25 años, es profesora de primaria, tiene estudios de pedagogía, Psicología y comunicación, el posgrado en Derecho Constitucional y es doctora, tiene una especialización en Derecho Penal y maestría en Argumentación Jurídica. Y el ejecutivo tardo años en sólo obtener la licenciatura ¿será por eso su comportamiento visceral?

Hechos no palabras

Susana Cepeda Islas

Día tras día escuchamos en los medios de comunicación del país, una gran cantidad de discursos políticos, unos muy bellos con grandes deseos, otros agresivos con una gran cantidad de adjetivos descalificativos, en fin, nuestros políticos abusan del uso de la palabra, su único objetivo es embabucar a los escuchas, se dedican a mentir por medio de una convincente arenga. Las disertaciones de nuestros flamantes políticos en su mayoría, le aseguro querido lector están saturadas de falsedades, de invenciones, se contradicen lastimosamente, pues una cosa son las bellas palabras y otra muy diferente son los hechos, la realidad.

Por esta razón me di a la tarea de buscar algunas frases hermosas como “la felicidad es estar bien con uno mismo y el prójimo”; diariamente mueren nuestros niños de cáncer, lamentablemente se tienen contabilizados aproximadamente 1 600, todo por la falta de abastecimiento de medicinas.  Que le parece esta “La venganza no es mi fuerte”, sin embargo, estuvo tres años en la cárcel Rosario Robles, aún no se le comprueba la acusación de la “estafa maestra”. Esta es buenísima “Por el bien de todos primero los pobres” se otorgan 6 mil 310 pesos al mes al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, ¿le parece que ofreciendo dádivas a la juventud se construye el futuro? Una buena estrategia es ayudar a los pobres, con ellos el voto es seguro.

Estas frases son únicas: “todos los seres humanos tienen derecho a vivir y ser felices” descalificando la tarea de los científicos, minimizando la labor de los médicos, anulando a las mujeres o humillando a los técnicos. “No tengo derecho a fallar” destruyendo los ecosistemas con la construcción del tren maya y por supuesto no escuchando al pueblo. “Deseo que el pueblo siempre tenga las riendas del poder en sus manos. El pueblo pone el pueblo quita y es el único soberano al que debo sumisión y obediencia” amparando la ilegalidad con encuestas falsas, manipuladas, y si destruyendo al INE. “Tenemos que hacer todo para conseguir la paz” claro como la masacre en el estadio de Querétaro, con abrazos, no balazos. “Ya no es tiempo de pleitos, de divisiones, tenemos que unirnos” atacando a los ciudadanos tachándolos de conservadores y neoliberales. De todas esta es la mejor “un negocio ilícito siempre lleva el visto bueno del gobierno” gran verdad.

Lo sorprendente es que una buena parte de la sociedad aún cree en este tipo de verborrea, donde se mencionan acciones a futuro que nunca se realizan. Escuchamos todas las mañanas una serie de acusaciones infundadas contra algunos sectores de la sociedad, no entiendo porque perder así tiempo y dinero, pudiéndose utilizar inteligentemente para el bien del pueblo bueno y sabio. Por ello, los ciudadanos debemos estar atentos a los hechos no a las palabras. Tengo muy presente que en casa siempre me recordaban “Deja que tus acciones hablen más que tus palabras”.

Como pudo percatarse estimado lector las palabras tienen poder de manipulación, se pueden ocultar fácilmente las verdades, es costumbre utilizarlas como una expresión poco honesta y vacía de contenido, al pronunciarse con seguridad vaya que son convincentes. A diferencia de los hechos que son fuertes porque se materializan, es fácil desenmascarar a los falsos políticos, acostúmbrese a escuchar con atención los discursos, debe existir congruencia entre las palabras y los hechos. Recordemos que el concepto de hecho se deriva del latín factus, alude a aquello que ocurre:  los hechos son la acción, la obra que realiza una persona. A diferencia de las palabras, los hechos son eventos, ideas materializadas, situaciones concretas o acontecimientos comprobables mediante los sentidos. Entonces los hechos son reales y objetivos.

Es fundamental para el bien de nuestras familias apoyar a políticos que con los hechos demuestren que se preocupan por el bienestar de toda la población, independientemente de su posición económica, religiosa, etcétera, de esta forma evitaremos escuchar discursos que atenten contra la inteligencia de los ciudadanos. Se avecina la elección para gobernador de nuestro Estado para tener la certeza de escoger al mejor candidato, independientemente del partido de su preferencia, es recomendable revisar su trayectoria, es fácil, sólo cuestiónese si, el candidato que tiene en mente: conoce el Estado, y las necesidades de sus habitantes, cómo inicia su carrera política, dónde ha trabajado, qué obras a realizado, qué impacto tuvieron sus programas en seguridad, salud, educación, infraestructura, servicios entre otros en la población. Por el bien de todos los coahuilenses, realicemos el ejercicio que le propongo, de no hacerlo lo lamentaremos y no habrá marcha atrás.

El buen gobierno

Susana Cepeda Islas

Hace tiempo que escucho comentarios nada agradables de la atención que dan los servidores públicos a los ciudadanos, se sienten decepcionados por la falta de atención, de educación, de compromiso y así podría seguir enumerando las graves faltas y atrocidades que se cometen. Es preciso que el gobierno se preocupe en recuperar y mantener en la sociedad la confianza, que tenga la voluntad política de cambiar sus estrategias para lograr la aceptación de la población. Existen muy variados caminos para lograrlo, sin embrago, considero que el principal se alcanza con un buen gobierno. Toda sociedad y en especial los coahuilenses debemos tener un buen gobierno, está de acuerdo estimado lector que nos merecemos una administración pública donde las acciones que se instrumenten estén dirigidas a proveernos de bienestar, seguridad, progreso y desarrollo, para hacer esto realidad es necesario que los servidores públicos que lo integren posean las características necesarias para brindarlo de manera oportuna a la población en general.

Los estudiosos del tema aseguran que, para hacer un buen gobierno, se debe actuar con honestidad y transparencia, las acciones a realizar en las actividades administrativas deben ser realistas, ello implica una distribución adecuada del presupuesto de acorde con las necesidades, éstas se deben categorizar de las más apremiantes a las menos. Está comprobado que es imposible dar atención a todas, no hay presupuesto que alcance para cubrirlas, pero si dar importancia a lo elemental para que funcione la sociedad de manera conveniente.

Entonces el motor de un buen gobierno son definitivamente los servidores públicos, siempre en todas las épocas los ciudadanos demandamos un gobierno profesional, esto significa que quien desempeñe las funciones sean personas hombres o mujeres que cuenten con los conocimientos necesarios, las técnicas y métodos, además se especialicen, y sobre todo se actualicen constantemente. Esto garantizará que su desempeño sea de alto nivel, que resuelva los conflictos de manera expedita y apropiada. Donde el ciudadano sea la prioridad y no el fastidio. Que estén convencidos que el único compromiso que se posee al ser funcionario público es servir al ciudadano nunca, nunca, servirse de él.

Lo ideal es que el capital humano del gobierno se sostenga en esquemas desligados totalmente de posiciones políticas para garantizar que la administración pública transite en forma comprometida con la ciudadanía, a la mano de la mejora continua de los servicios y productos con el mínimo trastorno y la máxima eficacia. Esto definitivamente superaran las expectativas de los ciudadanos, y más aún si se castiga severamente a quien cometa actos de corrupción, ya sea servidor público o ciudadano o ambos, cuando hay corrupción siempre están presentes dos actores: el que corrompe y el corrompido, ambos son cómplices.

Un buen gobierno siempre tiene la preocupación de estar concentrado en la innovación, en la constante mejora en sus procedimientos, en el ahorro de recursos ya sean materiales o financieros, es importante destacar que la eficiencia se demuestra en la reducción de tiempos y trámites. Una buena opción es digitalizar los servicios que se proporcionan, con uso de tecnologías transformadoras, proporcionando a los habitantes la posibilidad de agilizar los trámites de manera oportuna y con calidad.

Por ello, es importante que se multiplique la cantidad y la calidad de los servicios que se proporciona a la ciudadanía a través de la reestructuración del gasto público, esto es muy importante porque imagine usted que paga sus impuestos y se los regresan con oportunidad, buen servicio y reduciendo considerablemente las erogaciones que no aporten valor e incrementando  la asignación de recursos a las áreas que ofrecen más y mejores beneficios a la población. Sólo una buena administración puede lograrlo.

Es un hecho que se tiene que pensar siempre en mejorar de manera considerable la atención que se recibe por parte de los funcionarios públicos, esto se logra con autoridades preocupadas y ocupadas en lograrlo, es fundamental que nuestros políticos cuenten con la experiencia y conozcan al Estado, entiendan donde están sus fortalezas y sus debilidades, esto les dará la oportunidad de estructurar programas que realmente estén dirigidos a coadyuvar en el desarrollo de un gran estado como lo es Coahuila de Zaragoza.

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