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Adjudicaciones directas

Rubén Aguilar Valenzuela
Las adjudicaciones directas están siempre asociadas a opacidad y corrupción. Un elemento central de la política pública, para hacer frente a estos vicios son las licitaciones abiertas y transparentes.

En un trabajo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), firmado por Leonardo Núñez, se hace un análisis de la política de adjudicaciones directas del gobierno del presidente López Obrador.

Para tener un comparativo con la actual administración señala que en el primer y segundo año del gobierno del presidente Peña Nieto las adjudicaciones directas fueron del 63.7 % y el 62.2% y en los dos últimos del 77.79 % y del 76.23 %.

En el primer año del gobierno del presidente López Obrador el 78.1 % de los contratos se dieron por adjudicación directa, para convertirse en el año más alto en la historia reciente del país.

Las cifras de los primeros cinco meses de 2020 apuntan a que ese récord puede ser superado, ya que hasta este momento el 78.2% de los contratos se han entregado por adjudicación directa.

Esto a pesar de que en el Plan Nacional de Desarrollo del presente gobierno se estableció que las adjudicaciones directas debían eliminarse. No ha sido así y han crecido.

Todos los presidentes, sin importar de que partido son, han recurrido a los contratos por asignaciones directas, pero el actual que anunció, una y otra vez, que las cosas serían diferentes, los ha superado.

En algunas áreas de la administración, por razones diversas, el uso de las adjudicaciones directas es todavía mayor al promedio. Las diez primeras son: INBA (99.5 %); Secretaría de Cultura (98.9 %); Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (98.9 %); Diconsa (98.7 %); Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (98.2 %); Canal 11 (98.2 %); Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (97.3 %); Centro de Investigación de Estudios Avanzados del IPN (97.33 %); Secretaría de la Función Pública (96.5 %) y Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (95.7 %). A estas dependencias hay que añadir Fonatur, la responsable del Tren Maya, que ha dado el 92 % de los contratos en adjudicación directa.

Todo indica que año con año el actual gobierno va a superar su récord de asignaciones directas. Su manera de actuar en los primeros 17 meses de gobierno, así lo señala. Con lo que esto tiene de opacidad y posibles actos de corrupción. Hay muchas preguntas que no tienen respuesta institucional porque las asignaciones directas son decisión del titular de las distintas dependencias o directamente de Palacio Nacional. El mecanismo impide conocer los criterios de selección de las empresas que se contrata. ¿Es la mejor oferta? ¿Son allegados al gobierno? ¿Son amigos del presidente? Puede ser cualquier cosa. En todo caso se actúa en sentido contrario a la ética pública y lo que se había prometido.

Diez puntos para enfrentar una crisis

Rubén Aguilar Valenzuela
Del griego krisis y del latín crisis, en el Diccionario de la Lengua Española se define como "una situación mala o difícil" y también "un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados".

A esta definición añado que la crisis siempre trae efectos sobre la persona o las instituciones que la viven. Si no se sabe manejar el impacto es negativo, incluso puede ser demoledor, pero si se sabe hacerlo es una oportunidad para fortalecer a la persona o la institución que la padece.

La experiencia demuestra, una y otra vez, que la única manera de sortear bien una crisis es estar previamente preparado para cuando ocurra. En algún momento, el día menos pensado, se va a presentar. No existe la posibilidad para un gobernante, un dirigente social o empresarial, que ésta nunca ocurra. La crisis es inherente a toda acción.

 
Ilustración: Víctor Solís

A la manera de una guía propongo los siguientes 10 puntos, para desde la comunicación enfrentar una crisis que necesariamente está ligada a la respuesta que se da a la misma. Se comunica la acción. Cuatro de estos son previos a que esta ocurra y los otros seis tienen lugar cuando se hace presente. Los puntos son:

1) Mapa de riesgos

Se debe hacer un ejercicio de imaginación para hacer un mapa de los riesgos que se puedan presentar en las distintas áreas de actividad de la organización. Para el caso de un gobierno, por ejemplo, cuáles crisis son factibles en el campo económico, político o social. El mapa cierra, en la medida de lo posible, los espacios a la incertidumbre y permite estar mejor preparado para hacer frente a los problemas.

2) Protocolos, para reaccionar

Un protocolo son reglas que guían la manera como debe realizarse una actividad. Son pautas del comportamiento que debe seguirse, para realizar una acción o resolver un problema. Hay un protocolo, por ejemplo, para el despegue y el aterrizaje de un avión. Puede haber protocolos generales, para enfrentar una crisis, pero también, eso es lo mejor, para hacerlo en los temas particulares.

3) Grupo de situación

Debe contarse con grupos de situación o de reacción previamente nombrados para hacer frente, de manera inmediata y de acuerdo a protocolos específicos, a las crisis que se puedan presentar. Se sabe de antemano, han sido ubicadas en el mapa, cuáles pueden ser. Estos grupos se integran con no más de ocho personas y es el líder del área quien lo encabeza. Conviene constituir grupos de expertos para consultar de acuerdo al carácter de la crisis, pero no son los que toman las decisiones.

4) Portavoz

Cada grupo de situación debe tener un único portavoz y solo él puede hablar del tema. La persona que ejerza esta función requiere tener una serie de características particulares como saber comunicarse en público, generar empatía y conocer del tema. El portavoz debe haber sido capacitado previamente. Sus intervenciones en la crisis exigen de preparación y ensayo. Hay que reducir al máximo la posibilidad del error.

5) Transparencia en la información

El portavoz en la crisis es fuente de información, de explicación, de orientación y también la cara visible de la organización. En el ejercicio de esa tarea siempre, no hay excepciones, se debe ser transparente. En el caso de un gobierno, a la transparencia hay que añadir la rendición de cuentas. En una sociedad democrática la opacidad es defecto y no virtud.

6) Decir la verdad

La organización, a través de su portavoz, siempre debe decir la verdad. En el caso de un gobierno democrático lo hace por ética pública, pero también por su propio interés. En una crisis la verdad es lo que cuesta menos y la mentira más. Hoy la información falsa, que pretenda manipular o evadir la realidad, siempre será descubierta y muy pronto se sabrá. La primera vez que un portavoz miente pierde toda credibilidad y no sólo deja de ser útil sino se convierte en un lastre para la organización.

7) Nunca contestar lo que no se sabe

El portavoz nunca improvisa y siempre debe estar preparado para enfrentar las preguntas más difíciles de parte de los periodistas. Su tarea exige estar lo más ampliamente informado sobre el tema y eso requiere horas de preparación antes de salir a dar la cara ante los medios. En el caso de no tener los elementos suficientes para contestar a una pregunta debe reconocerlo abiertamente y comprometer, en las horas siguientes, una respuesta.

8) Nunca adelantar escenarios o compromisos

En la crisis, el portavoz debe ofrecer información, explicación y orientación precisa, pero no comprometer escenarios o hacer compromisos puntuales. La realidad siempre es cambiante y en una crisis más. Adelantarse a los acontecimientos abre el espacio a la inconsistencia en lo que se comunica y también al error. El portavoz pierde credibilidad y deja de cumplir con su tarea.

9) Nunca confrontarse con los medios

En una crisis la organización debe buscar el apoyo de los medios y tratar de hacerlos aliados en el respeto irrestricto a la libertad de expresión. Confrontarse con los medios es un error y siempre resulta costoso. Es cierto que el carácter de las crisis es muy diverso, pero en todas las que tienen un efecto directo sobre la población (terremotos, inundaciones, incendios, pandemias...) la posibilidad de colaboración y el apoyo de los medios es factible sin que medie ningún compromiso más que el servicio a la comunidad.

10) Nunca confrontarse con la sociedad

En una crisis, sobre todo de carácter social, para hacerle frente es necesario el apoyo de toda la sociedad, no de fragmentos de la misma. El papel de la organización, para el caso del gobierno, es invitar a la unidad y la acción colectiva. Esto solo lo puede hacer si logra establecer una buena comunicación con el conjunto social que se basa en la transparencia, la rendición de cuentas y decir la verdad. Si el gobierno descalifica a la sociedad o sectores de la misma pierde su capacidad de liderazgo y de respuesta efectiva ante la crisis.

Los 10 puntos ofrecen una guía ideal para hacer frente a las crisis. Ésta es una propuesta con base en mi experiencia. Es un tema con muchas aristas. La práctica de años me ha demostrado que cuando se está preparado la capacidad de reacción rápida se hace evidente ante las dificultades inherentes a toda crisis. No estarlo siempre las complica y las hace todavía más graves. La improvisación y la toma de decisiones ya sobre los hechos amplía de manera notable los márgenes de error.

Elección de gobernadores

Rubén Aguilar Valenzuela

En 2021 habrá elección en todos los estados por las diputaciones federales y en 30 de ellos elecciones locales donde se disputan un total de 21,368 puestos de elección popular: 15 gubernaturas, 500 diputados federales, 1,924 municipios, 1,063 diputados locales y 431 órganos de juntas municipales.

La Cámara de Diputados en la actualidad está integrada por 254 diputados de Morena; 78 del PAN; 46 del PRI; 40 del PT; 27 del MC; 26 del PES; 13 del PVEM; 11 del PRD y cinco sin partido. Ahora la coalición Morena-PT-PES-PVEM suman 333 diputados con lo que tienen una amplia mayoría, que les permite sacar adelante cualquier iniciativa de ley.

Los estados donde habrá elección por gobernador, alcaldes y diputados locales son: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima, Chihuahua, Zacatecas, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Tlaxcala, Campeche y Guerreo.

En esos estados están en juego 657 municipios: Baja California (5), Baja California Sur (5), Sonora (72), Sinaloa (18), Nayarit (20), Colima (20), Chihuahua (67), Zacatecas (58), Michoacán (112), Nuevo León (51), San Luis Potosí (58), Querétaro (18), Tlaxcala (60), Campeche (13) y Guerreo (80). Los otros 1,267 municipios están en los quince estados donde no habrá elección de gobernador.

Y 471 diputaciones locales: Baja California (25), Baja California Sur (21), Sonora (33), Sinaloa (40), Nayarit (30), Colima (25), Chihuahua (33), Zacatecas (30), Michoacán (40), Nuevo León (42), San Luis Potosí (27), Querétaro (25), Tlaxcala (25), Campeche (35) y Guerreo (40). Las otras 592 diputaciones locales están en los quince estados donde no habrá elección de gobernador.

Hay ya algunas encuestas que plantean el comportamiento de los electores en esos quince estados. Retomo los resultados de la encuestadora Comunicación Política, de Monterrey, Nuevo León, con datos de principios del mes de junio.

De acuerdo a esa encuesta, Morena gana con facilidad en Baja California, Nayarit, Michoacán, Campeche y Guerrero. El PAN se haría de la victoria de Querétaro con gran diferencia sobre los otros partidos.

En Baja California Sur, Morena tiene el primer lugar en la intención, pero si hubiera una alianza entre el PAN y el PRI, matemáticamente sería posible un empate técnico con ventaja, para la alianza. Lo mismo ocurre en Sonora, Sinaloa, Colima, Zacatecas y San Luis Potosí.

Para el caso de Chihuahua, el PAN obtiene el primer lugar, pero estaría en empate técnico con Morena y lo mismo sucede en Nuevo León. En estos estados una alianza PAN y PRI sería ganadora.

En la elección de 2021 Morena ganaría claramente cinco gubernaturas y el PAN una. Morena en seis estados lleva la ventaja, pero está en condición de empate técnico con una alianza entre el PAN y el PRI. El PAN tiene ventaja en dos estados, pero está en condición de empate técnico con Morena. La alianza PRI y PAN ganaría.

Las encuestas reflejan siempre un determinado y momentáneo ánimo social que puede cambiar, que de hecho cambia con el tiempo. Falta todavía mucho tiempo y en el país hay muchos elementos, más allá de la pandemia, de carácter económico y de seguridad que pueden influir, que van a influir, en la valoración política del electorado.

A continuación, los números particulares de la encuesta referida, para cada uno de estos quince estados:

  • En Baja California, Morena tiene una intención de voto del 39.74 %, la alianza del PAN y del PRI no alcanzaría, para ganar.
  • En Nayarit, Morena tiene una intención de voto del 38.40 %. Una alianza entre el PAN y el PRI quedaría diez puntos abajo.
  • En Campeche, Morena tiene una intención de voto del 38.62 %. La suma de votos de la alianza PRI y PAN no les daría para ganar.
  • En Guerreo, Morena tiene una intención de voto del 48.49 %. No hay nadie que le pueda competir.
  • En Michoacán, Morena tiene una intención de voto del 31.54 %. El PAN 13.03 % y el PRI 12.12 %. Una alianza PAN Y PRI podría alcanzar los 25.15 %.
  • En Querétaro, el PAN tiene una intención de voto del 45.99 %. Nadie le compite.
  • En Nuevo León, el PAN tiene una intención de voto del 22.62 % y Morena, 20.11 %, que sería un empate técnico. El PRI 15.44 %. Una alianza PAN y PRI podría alcanzar 38.06 % de los votos.
  • En Chihuahua, el PAN tiene una intención de voto del 25.25 %, Morena 21.94 %, que sería un empate técnico, y el PRI (13.19 %). Si hubiera una alianza entre PAN y PRI podrían obtener el 38.44 %.
  • En Baja California Sur, Morena tiene una intención de voto del 32.88 %. La suma del PAN (26.83 %) y del PRI (8.67 %) daría 35.50 %. Una alianza de estos dos partidos les podría dar la victoria.
  • En Sonora, Morena tiene una intención de voto de 31.83 %, el PRI 19.10 % y el PAN, 13.48 %. La alianza PRI y PAN sumaría 32.58 %. Se daría un empate técnico.
  • En Sinaloa, Morena tiene una intención de voto de 34.59 %. Una alianza entre el PRI (19.99 %) y el PAN (10.37 %) alcanzaría el 30.33 %, que los pondría en condición de empate técnico.
  • En Colima, Morena tiene una intención de voto del 30.12 %, el PAN 18.77 % y el PRI 13.43 %. Una alianza entre el PAN y el PRI sumaría 32.20 %. Sería posible ganar.
  • En Zacatecas, Morena tiene una intención de voto del 33.24 %. La suma del PRI (19.89 %) y el PAN (9.15 %) llegaría al 29.04 %, que sería un empate técnico.
  • En San Luis Potosí, Morena tiene una intención de voto del 26.28 %, el PAN, 17.85 % y el PRI, 12.48 %, una alianza entre el PAN y el PRI podría llegar al 30.33 %.
  • En Tlaxcala, Morena tiene una intención de voto de 26.28 %. Una alianza entre el PRI (12.23 %) y el PAN (10.48 %) sumaría 22.71 %. Estarían en condición de empate técnico.

En México crece más la pobreza que en otros países

Rubén Aguilar Valenzuela

 
La CEPAL, plantea que en todos los países de la región la pobreza va a crecer producto del Covid-19, pero en México, junto con Argentina, Ecuador y Nicaragua, lo hará en forma más dramática. ¿Qué lo explica en el caso de nuestro país?

Hay razones estructurales y otras relacionadas con la nula o marginal reacción del gobierno ante la dimensión de la crisis provocada por la pandemia con sus consecuencias en la economía y en la afectación de la vida de los sectores más desprotegidos de la población.

El Covid-19 hizo evidente que no existe un sistema de protección social de la población, que vaya más allá de algunos programas sociales de carácter clientelar. Esto plantea la necesidad, de una vez por todas, de implementar el Ingreso Básico Universal (IBU). A esto se añade que ninguno de los actuales programas sociales está destinado a quienes perdieron el empleo.

Influye también la contracción de la economía desde 2019 con un crecimiento de menos 0.3 %, que en 2020 será de menos 10 % del PIB. En la caída influye la pandemia, pero también, eso estaba dado con anterioridad, las decisiones ideológicas del presidente en materia económica que desalientan la inversión privada que representa el 85 % del total de la misma y es la gran generadora del empleo en el país. Se añade también la caída de las remesas, por la crisis en Estados Unidos.

Ante la pandemia, el gobierno no reaccionó con agresivos programas de apoyo a la conservación del empleo. A los desempleados los dejó solos. Esto al negarse a destinar recursos extraordinarios en apoyo a las empresas grandes, medianas y pequeñas, para que mantuvieran los empleos mientras ocurría la suspensión de actividades económicas, por razones sanitarias. México, por posturas ideológicas del presidente, es el país de la región que menos recursos invirtió en programas de apoyo en proporción del PIB. El mandatario de manera equivocada planteó que apoyar a las empresas era hacerlo con los ricos. A quien desprotegió fue a los trabajadores.

El presidente se negó de manera sistemática a todas las recomendaciones, nacionales e internacionales, que le plantearon tomara créditos de la banca internacional para financiar nuevos programas sociales en apoyo a las personas afectadas económicamente por la pandemia y también, para la conservación del empleo. Esto lo hicieron prácticamente todos los países de la región con excepción de Venezuela y Nicaragua. En días recientes, a destiempo, el gobierno contrajo un crédito de mil millones de dólares con el Banco Mundial. No queda claro cuál es su destino final.

A todo lo anterior hay que añadir, está a la base del aumento de la pobreza más que en otros países de la región, la ideología y la actitud de negación del presidente. Desde un inicio minimizó las dimensiones del impacto de la pandemia en la salud y la economía. Y se niega sistemáticamente a reconocer la caída de la economía, el aumento del desempleo y de la pobreza. Eso hace imposible plantear políticas públicas para enfrentar estos problemas, que para él no existen. Tiene otros datos.

El libro del profeta Ezequiel

Rubén Aguilar Valenzuela 
Ezequiel es el tercero de los profetas mayores con Isaías y Jeremías. Contemporáneo del último. Hijo de Buzzi, un sacerdote del templo. Nace hacia el 623 a.C. durante el reinado de Josías, que, ante la decadencia del imperio Asirio, al cual estaban sujetos, decide en 630 a.C. proclamar la independencia al tiempo que impulsa una reforma que subraya la lealtad religiosa del pueblo Yahvé, el Dios de Israel.

Josías murió en 609 a.C., y Judá se convierte en vasallo de la nueva potencia regional, el imperio babilónico. Cuando Nabucondonosor (605-562 a.C.) se vuelve en el rey más poderoso del Oriente Medio, todas las naciones de la región se le someten. El rey Joaquín se niega a pagar tributos y los pueblos vecinos aliados a los babilonios atacan a Judá. A la muerte del rey lo sucede su tío Joconías, que mantiene la misma política.

En 597 a.C. las fuerzas de Nabucondonosor asedian a Jerusalén y la conquistan. El rey y los notables de la ciudad son deportados a Babilonia. Entre ellos va Ezequiel. En ese entonces tiene 25 años. Esta es la primera deportación. En Judá, Sedecías ocupa el trono vacante y al principio paga los tributos, pero luego se niega. En 588 a.C. las tropas de Nabucondonosor vuelven a sitiar la ciudad. Al cabo de año y medio de resistencia Jerusalén cae en manos de los caldeos. Sedecías junto con un grupo numeroso de judíos es deportado a Babilonia. Esta es la segunda y definitiva deportación. Atrás queda una ciudad en ruinas, las murallas son destruidas y el templo quemado.

Ezequiel vivió en el exiliado en Babilonia de 597 a 571 a.C. A los 30 años recibió el llamado a profetizar. La mayor parte del texto es original del profeta, pero con el tiempo se hicieron adiciones significativas. El libro presenta una considerable unidad, pero su construcción es producto de una historia larga y compleja en la que intervienen distintos autores.

El libro se estructura en cinco partes: 1. Vocación del profeta (Ez. 1-3); 2. Oráculo de condenación de Jerusalén (Ez. 4-24); 3. Oráculo contra las naciones (Ez. 25-32); 4. Mensaje de esperanza (Ez. 33-39); 5. Visión sobre el templo y la tierra (Ez. 40.48).

La idea teológica central con la que se construye el libro de Ezequiel es la santidad de Dios frente al pecado de Israel. En torno a esta idea se agrupan los distintos mensajes religiosos que se ofrecen en el texto. Se insiste en la grandeza de Dios, infinitamente superior a los hombres, que siempre se manifiesta indirectamente a través de su gloria.

El pueblo, en cambio, acumula infidelidad tras infidelidad a lo largo de su historia. Su idolatría y reiteradas rebeldías ofenden a Dios. El nuevo Israel, con todo, es llamado a construir una comunidad fiel al Señor. En ese entonces ya no habrá necesidad de un rey temporal. Dios va a guiar a su pueblo como el pastor conduce a su rebaño.

En el libro se encuentran oráculos, visiones místicas y acciones simbólicas del profeta. La narración está llena de imágenes, figuras y símbolos. El tono es vehemente, severo y muestra el enojo de Dios a través del profeta. Hay rigor en encadenamiento de las ideas. Se da cuenta de un Dios terrible que actúa, para castigar a quien lo ofende, pero también, al final del texto, se deja ver a un Dios de esperanza, para el pueblo que le es fiel.

El texto judío fue traducido al griego en el siglo II a.C. en la versión que se conoce como la Septuaginta. En ésta, el libro de Ezequiel difiere considerablemente de la versión hebrea que es más corta, posiblemente, la primera redacción del libro. En 1969 aparece el estudio de Walther Zimmerli sobre el texto de Ezequiel en alemán. En él traza el proceso por el cual los oráculos de Ezequiel fueron entregados por vía oral y se transforman después en un texto escrito por el profeta y sus seguidores a través de un proceso de constante reescritura y reinterpretación.

Ezequiel
Biblia de América
PPC Editorial
Madrid, 2013

 

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