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Inseguridad y violencia, la narrativa que se impone

Una vez iniciadas las precampañas, que oficialmente no son precampañas políticas, en la búsqueda desesperada por el poder presidencial, por parte de un frente que se aferra a él y otro que pretende arrebatárselo, busco en la prensa cuál de los grupos en pugna va ganando la narrativa.

Me entrego preocupado a la lectura del diario acontecer de nuestra trama, y esto es algo de lo que encuentro.

El martes 27 de junio el secuestro de un grupo de trabajadores de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Chiapas permanecía envuelto en la incertidumbre y la confusión. La noche del martes la propia dependencia comunicó que habían sido secuestrados 14 empleados cuando viajaban en un autobús de la institución cerca de Tuxtla, la capital del Estado.

Un día después, la cifra de secuestrados había aumentado a 16 mientras crecía la angustia entre las familias de las víctimas. Un video subido a las redes sociales muestra a los presuntos secuestradores exigiendo la destitución de varios altos cargos de la policía estatal a cambio de la liberación de los trabajadores, que también aparecen en el video. Los empleados de la dependencia se encontraban retenidos por un grupo armado, que pedía la destitución de tres funcionarios de la SSPC. (elpais.com). Los 16 trabajadores administrativos de la Secretaría de Seguridad Protección Ciudadana de Chiapas (SSPC) fueron liberados el siguiente viernes.

El miércoles 28 de junio, 10 elementos de la Guardia Nacional resultaron heridos en una explosión de un coche bomba en la localidad del Sauz de Villaseñor, en Celaya, Guanajuato. Tres de los 10 guardias nacionales se encuentran en “estado crítico”, mientras que los otros siete tienen lesiones leves.

Todo apunta a que podría tratarse de una nueva emboscada con explosivos, una técnica que utiliza el narco en el Estado para sembrar el terror. La explosión se produjo cuando los agentes atendían un reporte por un coche abandonado en la carretera entre Celaya y Salvatierra. (elpais.com)

El miércoles 5 de julio, en la ciudad de Toluca, una bolsa negra con restos humanos desmembrados apareció colgada de un puente peatonal cercano a la facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), al este de la capital del estado. Los medios locales han señalado que, a unos kilómetros del puente, frente a un negocio, apareció una bolsa de plástico negra con más restos y dos cartulinas con mensajes intimidatorios, con la firma de la organización criminal la Familia Michoacana. (elpais.com)

En ese mismo estado, nueve personas fueron asesinadas tras un ataque a un puesto de la Central de Abasto de Toluca, en torno a las 2:00 horas de la madrugada del lunes 10 de julio, un grupo armado entró, baleó e incendió el local de frutas y verduras donde estaban las víctimas. Ocho de ellas murieron en el puesto, mientras que uno de los heridos falleció en el hospital horas después. (elpais.com)

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El Pueblo: Un gran factor en el 2024

El pasado primero de julio, en el marco de la celebración del quinto aniversario de su triunfo electoral, el presidente Andrés Manuel López Obrador dirigió un discurso, de más de una hora, del cual se puede destacar el siguiente mensaje político:

“Como es natural, el proceso de transformación del país ha creado una oposición conservadora, obcecada en regresar por sus fueros. Sus líderes, sus jefes, no conciben ni aceptan que ahora se gobierna para todas y todos, y no sólo en beneficio de una minoría.”

“Siguen hablando, en su demagogia, en su retórica, en nombre de la democracia, pero actúan en realidad como oligarquía. Defienden el antiguo régimen de corrupción y privilegios de manera descarada y hasta ridícula. Nos hacen recordar la época de Antonio López de Santa Anna, su alteza serenísima.” 

“Ahora se han constituido en una especie de supremo poder conservador. El gerente de ese grupo peculiar es Claudio X. González hijo. A él lo apoyan los traficantes de influencia y políticos corruptos del más alto nivel del antiguo régimen, y a él le obedecen los encargados de los partidos, muchos abogados marrulleros del Poder Judicial, intelectuales acomodaticios y periodistas alquilados o vendidos.”

“Aunque a todos ellos los une el clasismo y el racismo, como paradoja, eso mismo los obnubila, les impide aceptar y ver que poco a poco, entre todos los que enarbolamos la bandera del humanismo mexicano, poco a poco fuimos promoviendo un cambio de mentalidad que se consolidó con los hechos de un gobierno guiado por ideales y principios, honesto y promotor de la justicia social.”

“En vez de entender esta nueva realidad, en vez de aceptar que el pueblo de México se ha empoderado y no quiere seguir siendo vasallo de nadie, los reaccionarios de nuestro tiempo cada vez enseñan más el cobre, ofenden la inteligencia de la gente, insultan, actúan con prepotencia y creen que con campañas de mentiras y calumnias van a reconquistar el gobierno. Tan sencillo que sería el que ofrecieran disculpas por todas sus fechorías y sinceramente se comprometieran a cambiar, a no discriminar a nadie, a no humillar, a no engañar ni a robar a los demás.”

“No es sentencia, ni siquiera advertencia, ni mucho menos amenaza, pero les digo desde el Zócalo, la principal plaza pública de México: poco lograrán si no abandonan su egoísmo y aprenden a respetar y amar a sus semejantes; no llegarán lejos, si no comprenden e internalizan que el dinero y lo material es efímero, que la felicidad verdadera está asociada a la bondad y a la fraternidad. Mientras ellos no acepten y practiquen estos preceptos y nosotros los mantengamos y los reafirmemos, nada ni nadie podrá vencernos.”

“Antes podían imponerse con trampas o con el uso de la fuerza y del dinero, pero eso ya no funciona; tampoco les sirve apostar a la propaganda tendenciosa y vulgar. Pueden los medios de manipulación, que no de información, estar mintiendo minuto a minuto, pero sus efectos no hacen mella en quienes han decidido ser dueños de su propio destino y están muy conscientes y politizados, así es ahora el pueblo de México.”

“Pero, también, nosotros no debemos apartarnos de nuestros ideales y principios, y nunca olvidar dos frases pronunciadas por Benito Juárez y por Ricardo Flores Magón, que son la esencia misma de nuestro quehacer político: ‘Con el pueblo todo, sin el pueblo nada’, y ‘solo el pueblo puede salvar al pueblo’.”

“La primera de estas citas implica considerar que, si se pretende cambiar una realidad autoritaria, injusta y de corrupción, no hay que ser ingenuos, no se va a contar nunca con el respaldo de las élites, y por eso es necesario, por convicción y protección política apoyar a los de abajo, aliarse siempre y sostenerse, respaldarse con el pueblo.”

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A cinco años del 2018 y a un año del 2024, un llamado a la ciudadanía

Las elecciones mexicanas de 2018 fueron las menos reñidas de la historia reciente de México. También las menos impugnadas.

Los analistas Jorge Buendía y Javier Márquez han señalado que la victoria de López Obrador se empezó a perfilar mucho antes de la elección. Tuvo a su favor el desencanto ciudadano con los gobiernos previos, especialmente el de Peña Nieto. AMLO recogió gran parte de los votos que el PRI dilapidó, pero también mostró una capacidad de inclusión de la que había carecido anteriormente: incorporó a cuadros de otras fuerzas políticas, se reunió con empresarios prominentes, moderó sus posturas y desplantes, en suma, hizo una muy buena campaña.

Al iniciar las precampañas AMLO ya era el candidato a vencer. Eran evidentes los cambios en el comportamiento electoral de los mexicanos: AMLO tenía amplio respaldo en regiones y grupos sociodemográficos que antes le habían volteado la espalda. Y durante la campaña consolidó y amplió las simpatías que crecían desde tiempo atrás. Si en el pasado su candidatura había dividido al país y a la sociedad, para el día de los comicios contaba con amplio respaldo en todos los estados y entre los principales grupos socioeconómicos. Entre hombres y mujeres, jóvenes y viejos, sin estudios o con carrera universitaria, en el norte y en el sur.

Uno de los aspectos más llamativos de esta elección es cómo AMLO cambió su posicionamiento. Históricamente dividía a la población. Un tercio de los ciudadanos lo aprobaba mientras que un tercio lo rechazaba y el resto mantenía una postura relativamente neutral. Esto empezó a cambiar desde finales de 2017 cuando sus positivos mejoraron sustantivamente (aunque sus negativos se mantuvieron). Una vez iniciada la precampaña, el rechazo a su persona disminuyó. Para enero de 2018, 49% tenía ya una buena imagen de López Obrador y sólo 25% tenía la opinión contraria (balance de +24). Su imagen era mucho mejor que la de sus rivales.

Este excelente posicionamiento fue sin duda un factor que le permitió tender puentes con diferentes segmentos del electorado y así captar a los votantes de Anaya que después desertaron. De hecho, la encuesta de Reforma de febrero de 2018 reportó que los votantes de Anaya preferían a AMLO sobre Meade en una proporción de dos a uno (y los lopezobradoristas tenían como segunda preferencia a Anaya sobre Meade). (2018: ¿Por qué el tsunami? | Nexos)

En 2018 era tal el enojo que la gente decía: ‘no sólo no voy a votar por ellos (llámese PRI, PAN, PRD, empresarios, líderes sindicales y jerarcas católicos), sino que además voy a votar por el que más les duele, por el que más afecte sus privilegios’.

Desde entonces, el partido Morena ha seguido incrementando su poder territorial, el cual no ha dejado de crecer desde ese año, cuando además de ganar la Presidencia, ganó sus primeras 5 entidades.

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