Conocí personalmente a José Ángel Gurría Treviño en una pizzería en Ciudad del Vaticano, ambos turisteando en familia. Amable y sencillo el tipo.
En 2015, ya de traje y corbata, en París, Francia, me tocó participar en la mesa en la que se desarrolló el Seminario de Expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), encabezado por su secretario general, José Ángel Gurría.
Gurría es un economista y político, miembro del Partido Revolucionario Institucional, que durante el gobierno de Ernesto Zedillo desempeñó primero el cargo de secretario de Relaciones Exteriores y luego de secretario de Hacienda y Crédito Público.
Fue Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) entre 2006 y 2021, Gurría consolidó a la Organización como uno de los pilares del sistema de gobernanza económica mundial, que comprende al G7, el G20 y la APEC, y como un punto de referencia para el diseño y aplicación de mejores políticas para una vida mejor. Amplió el número de miembros de la OCDE con la incorporación de Chile, Colombia, Costa Rica, Estonia, Israel, Letonia y Eslovenia, y la transformó en una Organización más inclusiva reforzando sus relaciones con las economías emergentes. Bajo su dirección, la OCDE lideró los esfuerzos de reformar el sistema fiscal internacional y mejoró los marcos de gobernanza en materia de lucha contra la corrupción y otros ámbitos.
También fue el precursor de una nueva visión del crecimiento que promueve el bienestar de la población, teniendo en cuenta a las mujeres, las cuestiones de género y los jóvenes, y amplió la contribución de la OCDE a la agenda global, en particular a través del Acuerdo de París sobre el cambio climático y la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En 2016 me tocó verlo, de nuevo por trabajo, en la Ciudad de México, con motivo de la elaboración y firma de un convenio de colaboración entre la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el gobierno de Coahuila.
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