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La otra cara de la política migratoria 

Ante las últimas desgracias sucedidas a grupos de migrantes en tránsito hacia los Estados Unidos de América, el presidente Andrés Manuel López Obrador mostró la otra cara de la política migratoria del Gobierno de México, la que fomenta el trato humanitario e impulsa la creación de mecanismos legales en materia de movilidad laboral. 

El pasado 5 de mayo, al encabezar la conferencia de prensa matutina desde Puebla, el mandatario celebró que el gobierno estadounidense está facilitando a las personas el acceso legal a su país.

Y argumentó: Nunca el gobierno de Estados Unidos había permitido que, mediante gestiones, trámites legales, cualquier persona cumpliendo ciertos requisitos pudiese ingresar a Estados Unidos. Antes sólo existía la vía de la ilegalidad, el riesgo y el sufrimiento, ahora ya hay canales, ya hay un procedimiento para poder llegar a Estados Unidos si así se desea”. 

Por su parte, afirmó el presidente, la federación seguirá informando a las personas migrantes mexicanas y de otras naciones de América Latina, con el propósito de mostrar las alternativas legales para llegar a Estados Unidos sin que su vida se ponga en riesgo. 

Añadió: Esto no lo informan los traficantes de personas, los polleros, y engañan porque cobran a quienes buscan llegar a Estados Unidos. (…) Como esta conferencia mañanera se escucha, se ve en otros países, en Centroamérica, en países del Caribe, hasta en Sudamérica, pues que se conozca que existen estos procedimientos, vamos a estar informando para que no se haga toda esta travesía”. 

A personas que no son mexicanas, el presidente aclaró que los recursos legales deben ser tramitados en su país de origen, porque si los inician en México, no procederán.

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Tenemos que seguir cuidando la fortaleza del Estado Mexicano

Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto.” Así informó el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 23 de abril a la ciudadanía su estado de salud. 

La noticia, seguramente debido al clima político que impera en un sector de la sociedad, fue acompañada de especulaciones que hacían ver más grave el estado de salud del presidente. Lo que en lugar de abonar en su contra, le dio la oportunidad de ratificar que su principal mecanismo de comunicación es la conferencia mañanera, un modelo de comunicación encabezado por él mismo en una exposición diaria, recuperando así el control de la narrativa que, por causas y azahares, estaba perdiendo semanas atrás. 

El viernes 28 de abril, reapareció López Obrador agradeciendo: Me da mucho gusto estar de nuevo aquí con ustedes. Primero, agradecerle de todo corazón al pueblo de México, por su apoyo, su solidaridad. Si digo pueblo, estoy pensando en casi todos los mexicanos que expresaron su preocupación por mi contagio de COVID. Hubo muestras de cariño, muchas bendiciones, buenos deseos, cadenas de oración, mucha solidaridad. Se portaron como siempre, muy bien. Es un amor reciproco. Como siempre digo, amor con amor se paga.”

Pero también reprochando: La gente llegó a preocuparse porque hubo sensacionalismo, amarillismo, mala fe, pero afortunadamente salimos bien y aquí estamos muy dispuestos a continuar con este proceso de transformación en beneficio de nuestro pueblo. Estamos bien y con muchos deseos de seguir transformando a nuestro país en beneficio de nuestro querido pueblo.”

Argumentó: Se disculpan, ¿no?, que me daban por muerto, se disculpan, ah, pero, al final, la culpa la tiene Jesús y Adán, que no informaron bien. Como si yo me estuviese chupando el dedo, ¿no?, como si no supiera que no son medios de información, sino de manipulación.

Y, bueno, una primera parte del programa ya con aplausos a Riva Palacio, que dijo que le habían fallado sus fuentes, aplausos, ¿no?, que sí le habían dicho que me había dado un derrame cerebral, como Alazraki, como muchos otros que les fallaron sus fuentes.”

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La división de poderes no es un campo de batalla

El pasado mes de septiembre, El Congreso de la Unión modificó cuatro leyes secundarias para permitir la entrega del control operativo, administrativo y financiero de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. 

 

Sin embargo, el Congreso, no modificó la Constitución lo que significó que en el texto fundamental continuó vigente el artículo 21, que define que la seguridad pública debe estar a cargo de autoridades civiles diferenciadas de las instituciones castrenses, encargadas estas últimas de la defensa de la soberanía nacional y de derrotar a los enemigos. El concepto de “adscripción”, contenida en la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador y aprobada por la mayoría de Morena en el Congreso, no fue suficiente ante el precepto constitucional. 

 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, el martes 18, con el voto de ocho de los 11 ministros, el mínimo requerido para que el máximo tribunal mexicano declare la inconstitucionalidad de una norma, resolvió el regreso de la Guardia Nacional a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y estableció de plazo hasta enero para el cumplimiento de dicha resolución.

 

En respuesta, López Obrador anunció que elaborará una iniciativa legislativa para modificar la Constitución y que la presentará el 1 de septiembre del año próximo, una vez que los mexicanos hayan ido a las urnas de nuevo. “Nosotros que hemos luchado tanto por la justicia no nos vamos a dar por vencidos”, fue su argumento.

 

Y agregó: “Yo espero que se tenga mayoría calificada, dos terceras partes del nuevo Congreso, para que antes de que me retire pueda yo dejar esta reforma constitucional, que es importantísima, porque es un blindaje para que no vaya a suceder lo que se padeció, de que la seguridad pública estaba en manos de la delincuencia”. 

 

El presidente, como depositario del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión, puede hacerlo, y seguro recorrerá otra vez el camino, con una iniciativa tal vez más firme. 

 

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