Las situaciones de crisis siempre han generado preocupación ante el riesgo del deterioro de la economía de cada uno de los habitantes. ¿De qué voy a vivir; qué va a pasar con mi empleo; ¿qué con mi negocio, qué con mis inversiones? son las preguntas que impregnan el ambiente, según en la escala socioeconómica donde te encuentres.
Esta ultima preocupación ha crecido de tal manera, que se presenta, me atrevo a decirlo, como la principal. Primero, porque la mayoría de los mexicanos viven al día. Y segundo, en cuanto al ramo empresarial, las más de las empresas son de naturaleza pequeña y mediana por lo que no tienen el suficiente capital para subsistir cerradas, ni siquiera por un corto tiempo.
Ante tal panorama, la administración pública debe convertirse en un factor que dinamice la economía, convirtiéndose en un agente más productivo. Para cumplir esto, deberá ofrecer más y mejores servicios públicos con los mismos recursos que actualmente emplea; reorientar sus actividades en función de los objetivos y resultados y aspirar a la máxima excelencia en la calidad de los servicios que presta.
Ante tal dilema la sociedad y el gobierno de Coahuila están actuando, y como resultado, de 2018 a la fecha, se han concretado 167 proyectos de inversión (nuevos y de expansión), por 9 mil 131 millones de dólares, de los cuales de enero a la fecha aterrizó 10, por un monto de 656.2 millones de dólares.