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El pez torpedo

Arcelia Ayup Silveti

Conozco hermanos genios y hoy me referiré a Javier y Gilberto Prado Galán, laguneros reconocidos más allá de nuestro país, por su capacidad intelectual en el terreno de la filosofía y las letras.  Ambos aparecen en enciclopedias digitales populares, tienen galardones importantes y una destacada trayectoria profesional. Tengo la fortuna de ser amiga de Gilberto, quien recientemente me hizo el favor de obsequiarme el libro El pez torpedo Ética aplicada, (Editorial Colofón Arteletra, México, 2018) autoría de su hermano Javier. 

Es un libro de profundo análisis, y con una visión minuciosa sobre diversas aristas de la ética. Confieso que tardé en acercarme al texto, porque es un tema al que pocas veces acceso. Sólo he leído algunos de Fernando Savater, a quien, por cierto, Javier Prado estudia en uno de sus libros. Tardé en leer el texto, culpando a Gilberto por enaltecer mi intelecto y creer que me sería un tema familiar. Incluso, pensé hacer algo a lo que no he tenido necesidad de recurrir: que me hicieran la tarea. 

Es decir, pedirle a algún amigo intelectual que me diera su opinión de dicho libro. No caería en lo que he criticado siempre, tener un fantasma que escriba por mí: no rotundo. Tomé el libro sin temor y me sorprendió gratamente.  El autor examina la ética desde ocho vertientes en cada capítulo: Ética ambiental; Ética del amor y la sexualidad; Ética científica; Ética empresarial; Ética política; Ética profesional; Ética de los medios de comunicación y Ética de la vida. Me llamó la atención su postura en el tema ambiental, de la página 18 cito: “La naturaleza se ha vuelto sumamente vulnerable, señala Hans Jonas.

El futuro se ve amenazado por nubarrones de irresponsabilidad. La técnica transforma al mundo, pero descuida los efectos secundarios. El futuro es sorprendente, pero a costa del futuro de nuestra especie.” Disculpas a Javier, porque me quedo corta para expresar su grandeza, a quien se considera un intelectual consagrado al pensamiento filosófico. A Gilberto, el multipremiado señor de las letras, agradezco acercarme a la obra de su hermano.

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Todos

Arcelia Ayup Silveti

Últimamente he recibido mucha información y fotografías del daño causado al planeta. 

Descongelamiento de los glaciares, tala inmoderada de bosques, inaudita contaminación de ríos y mares, así comocientos de muertes de especies de flora y fauna a causa de lo anterior. Los investigadores de la Universidad de Ottawa, Canadá,encabezados por el profesor Antoni Lewkowicz, han constatado a través de imágenes que el incremento de la temperatura del planeta afecta al Ártico. 

Tal deshielo deja exhaustos a los osos polares, porque sus casas se extinguen y deben hacer largos recorridos para encontrar refugios. Recuerden las fotografías, donde los osos sólo tienen un pequeño iceberg con espacio para ellos y sus cachorros. El profesor Lewkowicz afirma que, al paso que vamos, provocará mayores deshielos en tiempos más cortos. Que es probable que haya diez mil nuevos desplomes por década solamente en esta isla, hasta llegar a treinta mil. 

El experto sostiene que una vez iniciados los hundimientos,es imposible detenrlos. En 1984, se registraron cerca de sesenta desprendimientos de la isla, y en el 2013 fueron más de cuatro mil, incluyendo trescientos generados en el Parque Nacional Aulavik.La caída activa del hieloes equivalente en tamaño a la isla de Manhattan, en Nueva York. Cada una de las aristas mencionadas al principio son preocupantes y demandan nuestra atencióninmediata. 

Podemos hacer pequeños ajustes en nuestra vida diaria para apoyar, como difundir la información que nos llegue sobre estos preocupantes actos de los únicos seres que se ponen felices por terminar con una especie de flora o fauna, o como dicen algunos memes, que sólo el hombre tala cientos de árboles para fabricar papel y escribir en él que salvemos a los árboles. Podemos prescindir de las bolsas y popotes de plástico, optar por vegetación que consuma menos cantidad de agua, optimizar energía no renovable, usar termos para nuestras bebidas, así como aplicar la regla de las tres r: reducir, reciclar, reusar lo mayor posible. 

El planeta es responsabilidad de todos, no solo de los gobiernos. 

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Nuestra propia historia

Recién descubrí otra acepción de la frase “quemar las naves”. Desde que recuerdo, la asocié a la conquista de México. 

Cuando llega Cortés en 1519 a nuestro país y le propone a su tropa incendiar las embarcaciones en las que llegaron para no tener posibilidad de regresar, sino que seguir en su propósito sea la única opción. También se le atribuye la frase al rey de Macedonia, Alejandro el Grande, alrededor del año 335 a.C. cuando llegaron a la costa de Fenicia a enfrentar una de las grandes batallas de la historia. 

Los enemigos eran tres veces más numerosos que su ejército. De manera que los persuadió para transformar su miedo en fortaleza, mientras veían quemar sus barcos. 

En equipo tuvieron la firme convicción de vencer y regresar en las embarcaciones de sus enemigos, tal como se dio en la realidad. Otras frases relacionadas con la misma idea, son: “pa´atrás ni pa´agarrar vuelo”, “el pasado, pisado”, “el hoy es un regalo, por eso se llama presente”, “lánzate al vacío, que el piso ya aparecerá” o “renacer cada día”. 

Cada una de ellas guarda su propia sabiduría y son una invitación para tomar las mejores decisiones, a fluir y olvidarse de telarañas y ataduras que no nos permiten crecer y nos llevan a constantes auto sabotajes, a entregar nuestro poder a terceras personas. “Hay que ir por el sí, el no ya lo tenemos”, como se dice comúnmente, dar un salto de fe hacia lo nuevo y desconocido, a destruir tus miedos y convertirlos en fortalezas. 

Como dice Armando Rosas en su canción El Papalote: “¿Por qué te niegas a despegar?, / ¿Por qué te aferras a no volar? / Suéltale cuerda y ya verás / que el papalote se elevará / y ya en el cosmos vas a notar / la diferencia que hace al volar / y sentirás que vives de más / y de allá arriba no bajarás…”

¿En qué momento estás de tu vida? ¿Estás instalado en una zona de confort, o generando un cambio para mejorar?  Como dice el doctor Adolfo Orive Bellinger, hay que luchar por asumir nuestras propias responsabilidades y decisiones; es necesario manifestarnos y trabajar por ser sujetos de nuestra propia historia y no permitir que otros la definan. 

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El extraño orden de las cosas

Arcelia Ayup Silveti 

Son las tres de la tarde del jueves nueve de mayo de 2019. Voy a realizar unos trámites a la sucursal de mi banco. Pido turno para hablar con un ejecutivo y me alegro de ver pocas personas esperando. Llevo mi libro El extraño orden de las cosas, para concentrarme en mi lectura y no distraerme con el celular, porque ya anteriormente me llamaron la atención. ADVERTISING Mi mente inquieta observa al personal del banco y los cuentahabientes que esperan ser atendidos.

Me siento y empiezo a leer, para evadirme del entorno. El señor de al lado revisa su teléfono, voltea a todos lados se para, se sienta, y desesperado, antes de levantarse, me habla y me regala su número. Sigo leyendo, ya ha pasado media hora desde que llegué y no anuncian ninguno de mis turnos A066 ni A311. Hay tres amables ejecutivos atendiendo, mientras los clientes platican entre ellos o se mantienen ocupados en sus respectivos celulares.

Las señoras que están frente a mí son dos mujeres de edad avanzada; ambas visten muy recatadas con medias y faldas largas y gruesas. Damasio pide mi atención en la lectura. El segundo párrafo me atrapa desde la perspectiva particular del autor, ya que anteriormente lo había leído con otra visión.

Cito de la página 25: “Nos dimos cuenta de que, además de padecer dolor, podíamos experimentar las sensaciones opuestas, placer y entusiasmo, en una amplia variedad de situaciones que iban desde lo simple y trivial hasta lo sublime, desde placeres que constituyen respuestas, sabores y olores, como la comida y el vino, pasando por el sexo y las comodidades físicas, hasta la maravilla del juego o el asombro y la satisfacción que surgen de la contemplación de un paisaje o la admiración y el profundo hacia otra persona.” (Damasio. Antonio, El extraño orden de las cosas La vida, los sentimientos y la creación de la cultura. Editorial Ariel, Barcelona, 2019.)

Siempre es enigmático el extraño orden de las cosas: el asesor grita que puede pasar el A066; el A311 se lo entrego a las dos atentas mujeres que amablemente saludaron al llegar

 

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Sencillas

Arcelia Ayup Silveti

Por alguna razón, la internet me ha remitido a la teoría de MasaruEmoto. Su hipótesis afirma que el agua tiene memoria y conciencia que retiene las vibraciones de su entorno. Desde 1994 el estudioso japonés fotografió cristales de hielo de agua de manantial previamente congelada y los comparó con muestras de agua de la llave.

En el primer caso, descubrió a través del microscopio bellas formaciones geométricas hexagonales. En el agua del grifo observó formas irregulares o sin cristales. Emoto explica que los cristales indican la fuerza vital de la madre naturaleza, y su ausencia muestra que el agua ha perdido su energía.

También señaló que la estructura cristalina del agua cambia si se expone a la vibración de la música. Ante música clásica, al congelarse muestra formas geométricas armónicas y cristalinas, mientras con música heavy, se presentan figuras amorfas y oscuras. El doctor dio a conocer el experimento en el cual un niño colocó arroz cocido en dos recipientes. En uno escribió la palabra “gracias” y en la otra, la palabra “estúpido”.

En los próximos meses el primer arroz conservaba buen aspecto y aroma; en el segundo, el arroz se puso negro y de olor muy desagradable. La hipótesis lo llevó a comparar el agua con el cuerpo humano, ya que, como sabemos se compone entre un 60 y 70 por ciento del vital líquido, de manera que, una simple palabra o un pensamiento puede cambiar nuestro estado anímico de forma positiva o negativa.

Se ha puesto en duda la comprobación científica del doctor fallecido en 2014, en realidad desconozco si la ciencia comprende las propiedades del agua, así como algunas teorías del universo. Sin embargo, creo que todo en nuestro planeta y en nuestro cuerpo es energía y vibración y que todo está interrelacionado.

Que las palabras y pensamientos positivos atraen elementos favorables, y a la inversa. A todos nos agrada que nos den las gracias y nos pidan apoyo por favor. Casi no cuesta y ganamos mucho al decir y recibir estas sencillas y hermosas palabras.

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