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Saltillo Seguro

Samuel Rodríguez Martínez

En el tema de la Seguridad Pública, la opinión del ciudadano evidentemente es la mejor forma de conocer si las estrategias aplicadas han sido las adecuadas o si por el contrario se necesita reorientar, modificar o en definitiva cambiar totalmente todos los esfuerzos que en esa materia se realizan.

Conocer en días pasados los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana presentados por el INEGI y que ubican a Saltillo entre los primeros lugares nacionales en la opinión de sus ciudadanos que perciben una ciudad segura para vivir, no deja lugar a dudas que aquí en nuestra capital el alcalde Manolo Jiménez está haciendo las cosas bien en esa materia, evidentemente tales resultados hablan también de cómo el mantener una relación de coordinación y cooperación entre todos los órdenes de Gobierno deberá necesariamente resultar en avances importantes en materia de combate a la inseguridad.

Los resultados que se obtienen en un mayor nivel de Seguridad para nuestras familias y que todos quienes vivimos en nuestro querido Saltillo percibimos y disfrutamos no son resultado de la casualidad ni de acciones dejadas a la improvisación o a caprichos políticos, si no por el contrario hablan del enorme interés que Manolo Jiménez y el gobernador Miguel Riquelme han puesto en ofrecer a los ciudadanos un espacio seguro para desempeñar nuestras actividades y para que nuestros hijos desarrollen sus potencialidades y forjen aquí sus proyectos de vida en un entorno de paz y tranquilidad.

La capacitación, el equipamiento operativo, la mejoría en las condiciones laborales de los elementos policiacos, la supervisión firme de las acciones realizadas por las fuerzas policiales, la utilización de nuevas tecnologías, la coordinación entre niveles de Gobierno, el dejar que los profesionales sean quienes apliquen sus estrategias en esta materia y muchos aspectos más que día a día son aplicados con el objetivo de ofrecer una ciudad segura, necesariamente redundará en mejorar esa percepción y opinión que la gente de Saltillo ha externado en la mencionada encuesta sobre Seguridad Pública Nacional.

Obvia decir que lo que nuestras autoridades hacen en esta y otras materias en el ámbito de sus responsabilidades es parte de su o-bligación y del compromiso que asu-mieron con la gente que les otorgó su confianza, sin embargo lo que es de reconocerse es el enorme esfuerzo, voluntad y decisión que ellos aplican particularmente en esta materia; no es fácil desprenderse de su individualidad personal y familiar y, correr los riesgos que se enfrentan cuando de combate a la delincuencia se trata, esa decisión y valentía no se paga con el salario que devengan nuestras autoridades, mandos y elementos policiacos, la paz y tranquilidad que nuestras familias disfrutan no se podrían jamás retribuirles, salvo con el reconocimiento que de su trabajo y sin regateos debemos otorgar los ciudadanos cuando las cosas se hacen y se hacen bien.

Mantengamos el paso, participemos en los comités ciudadanos de Seguridad Pública que atinadamente el alcalde Manolo Jiménez ha creado para la participación de todos en esta materia, acompañemos y respaldemos a nuestras autoridades en las acciones que realizan con el fin de mejorar la seguridad en nuestros entornos.

Hagamos equipo, es por Saltillo, nuestros hijos y nuestra ciudad se lo merecen.

Participación ciudadana

Samuel Rodríguez Martínez

La responsabilidad adquirida de quienes integramos la actual Legislatura del Estado jamás podrá estar en duda, porque así lo hemos demostrado y de ninguna manera es intención nuestra delegar en la ciudadanía las decisiones que son parte de nuestro compromiso con quienes nos otorgaron su confianza en las urnas.

Cuando en el Legislativo se propone consultar el sentir de la gente en temas que tienen cierta carga de controversia y emotividad, es precisamente con el fin de recoger esa opinión colectiva que siempre habrá de prevalecer por sobre cualquier otra opinión de la individualidad, y habrá de darnos los elementos necesarios para decidir escuchando y evitar así la tentación de la siempre criticable actitud absolutista de decidir en razón o conveniencia de la propia voluntad.

En algunos temas que se han presentado en el recinto legislativo en días pasados, parte de la motivación y argumentación para ser llevados a tribuna ha sido precisamente la falta de consenso cuando se decidió legislar en dichos asuntos de la vida política y social de los coahuilenses.

Los mecanismos establecidos en nuestra legislación para los temas que tienen que ver con la consulta ciudadana están ahí precisamente para su utilización y de su buen uso y de su entendimiento, dependerá tener resultados satisfactorios para nuestra sociedad, cuando quienes están facultados para hacerlo decidamos hacer uso de dichos mecanismos.

En la decisión de consultar a la gente no existen improvisaciones ni ocurrencias, sólo quien desconoce la legislación o actúa de mala fe podrá desacreditar su utilización, pero también será responsabilidad y obligación de quienes eventualmente utilicemos estas herramientas democráticas exponer a la ciudadanía la explicación más amplia de las condiciones de su aplicación, de la corresponsabilidad que tenemos todos, quienes en tal proceso participemos, y particularmente la obligatoriedad que tenemos para el cumplimiento de los resultados que se hayan obtenido.

Crear controversia malsana de temas importantes para la gente jamás podrá ser el camino para el posicionamiento político; la discusión y análisis de estos temas deberá estar totalmente alejados de ideología o intereses partidistas, esta actitud ha de reconocerse entre los grupos y fracciones parlamentarias de nuestro estado porque así lo hemos decidido y así lo hemos demostrado.

Las y los diputados coahuilenses habremos de seguir legislando en beneficio de la gente, esa es premisa fundamental de quienes ahí desempeñamos la tarea encomendada por nuestros electores; quienes deseen participar con sus opiniones, en el recinto legislativo serán siempre bien recibidos y será interés supremo el análisis de sus exposiciones, pero jamás podremos dejar de escuchar a la sociedad en su conjunto porque esa también es nuestra obligación y responsabilidad.

PRI: ¿perdimos el camino?

Samuel Rodríguez Martínez

En el año 2000 sucedió lo impensable en la vida política de nuestro país, nuestro partido, el invencible PRI, perdía por primera vez la Presidencia de la República, para el priismo nacional era un revés importante, pero se pensó que eso sería solo algo pasajero, en los estados hasta se respiró con satisfacción al sacudirse momentáneamente la opresión del poder presidencial.

Sin embargo, nada de fondo se hizo en el partido, la estrategia consistió en despedazarse entre los grupos de poder al interior del mismo, luchando por sus despojos y tratando de mantener el control de las decisiones partidistas que les permitiría a unos o a otros llegar a la sucesión presidencial con la fuerza necesaria para encabezar la candidatura priista, la lucha fue cruenta y el desgaste tal que lo que se veía en el panorama electoral era literalmente la “crónica de una derrota anunciada”.

En el 2006 se vivió la elección presidencial que en ese momento parecía lo peor que podía sucederle a nuestro partido, ya nada más podía pasar, se decía, se llegó a hablar de la desaparición del partido o de su refundación, llegaron los iluminados y reorientaron conceptualmente nuestra organización política, ya no seríamos de centro-izquierda, sino que nos convertiríamos en social-demócratas, aunque nadie en la dirigencia se encargó de explicar a la militancia en qué consistían las características mínimas de esta definición ideológica o, lo que es lo mismo, “somos esto porque así lo definimos”.

Al partido lo convirtieron en moneda de cambio, sirvió para negociar espacios y jugosas ganancias para quienes poseían la franquicia. Durante varios años, para la dirigencia nacional lo importante era servir “patrióticamente” a los intereses de nuestros adversarios políticos y su tarea sirvió hacer transitar sin mayor preocupación al calderonismo.

Tuvo que ser desde los estados donde se diseñó la recuperación del partido, la unión de los gobernadores recuperó la dirigencia nacional, se elaboraron estrategias político-electorales y se arropó a quien en ese momento representó la esperanza del priismo.

Con trabajo, propuestas y cercanía con la gente, la dirigencia nacional encaminó a nuestra militancia al triunfo, la contienda se ganó y el priismo recuperó la fuerza política para seguir encabezando las demandas sociales de los mexicanos.

El Gobierno de la República encabezado por el presidente Peña Nieto inició la transformación de nuestro país, el desgaste de su Administración por las políticas públicas aplicadas fue brutal, en virtud de los intereses económicos que afectó para beneficiar a los mexicanos, particularmente en lo referente a las reformas en las telecomunicaciones, sin embargo, los resultados serán evaluados en el corto plazo y habrán de darle la razón a quien decididamente las impulsó aun a costa de su popularidad política.

Mientras eso sucedía, en nuestro partido se volvía a perder el rumbo, la confianza y la comodidad por la posesión del poder político volvió a entorpecer el trabajo de representación popular; se descuidó a la militancia, se eliminaron espacios importantes de debate al interior del partido, se eliminó la representación de la militancia al reducir el Consejo Político Nacional, se instauró estatutariamente el “dedazo” al crear la Comisión Nacional para la Postulación de Candidatos, práctica que durante años criticamos a nuestros adversarios de Acción Nacional.

En la elección presidencial de este año no fuimos adversarios de cuidado, la decisión de querer parecernos a todos y a nadie nos llevó al resultado conocido, los priistas somos eso, priistas y nuestros militantes defienden con firmeza su identidad, la estrategia fue equivocada.

Verdaderamente, perdimos el camino, nuestra militancia y lealtad no están a prueba, pues se han forjado a base de lucha y disciplina partidaria constante, pero en el horizonte cercano no se vislumbra vereda segura para continuar el camino.

Las últimas decisiones al interior de nuestro partido deberán ser respaldadas, aunque desde los estados pareciera que estamos volviendo a observar una película archivada en los estantes de los años del foxismo y del calderonismo.

Servir a la gente

Samuel Rodríguez Martínez

La política debe ser el arte de servir a la gente, ese y ningún otro debe ser el objetivo que permita tener la satisfacción del deber cumplido.

Para el inicio del Segundo Periodo Ordinario de la Sexagésima Primera Legislatura, quienes tenemos la distinción de ser representantes populares debemos hacer un análisis retrospectivo del quehacer desempeñado al interior del recinto legislativo y saber si podemos decir que vamos en camino a cumplir la premisa de servir a la gente.

En el andar de estos 8 meses de ejercicio constitucional, las y los diputados que integramos esta Legislatura hemos buscado efectivamente cumplir con la expectativa que de nuestro trabajo tienen quienes nos dieron su confianza en las urnas.

En los temas referentes a fortalecer el estado de derecho que nos rige, ha sido satisfactorio observar la disposición de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso por privilegiar el bien común por sobre nuestras diferencias ideológicas o partidistas.

Lograr la unanimidad de todos para impulsar estas acciones de fortalecimiento del andamiaje jurídico en el estado debe entenderse como lo que es; el esfuerzo de todos por lograr un Coahuila de normas claras y justas, máxime cuando en el inicio de nuestra responsabilidad en la expectativa colectiva se pensó en un congreso maniatado en su andar por los equilibrios políticos que la voluntad popular decidió.

En este último tramo del primer año de ejercicio constitucional habremos de consolidar el trabajo que en los periodos previos se ha realizado, las modificaciones a la norma jurídica o la elaboración de nuevos ordenamientos deberán transitar en el legislativo con la misma buena voluntad que las y los diputados hemos mostrado en los trabajos previos ahí realizados.

La riqueza en las propuestas de cada uno de las y los diputados ha quedado manifiesta en razón de la enorme cantidad y calidad de iniciativas presentadas a lo largo de este periodo legislativo.

Se ha demostrado también el interés por coadyuvar en el ejercicio gubernamental en virtud de la excelente relación que hemos establecido con los otros poderes del estado, el Seminario de Capacitación a Municipios fue una muestra de coordinación entre el Legislativo y los distintos órdenes de gobierno con el fin de mejorar y fortalecer los ordenamientos en el ámbito municipal, iniciativa que surge de legisladores de todos los partidos políticos.

Nuestras diferencias ideológicas habrán de prevalecer porque son las que dan identidad a nuestras propuestas y a nuestra formación política, pero estamos convencidos que en el trabajo diario en beneficio de la gente en esta Legislatura no habremos de dar ni un paso atrás.

Riquelme: Gobernador confiable

Samuel Rodríguez Martínez 

Han pasado 7 meses desde que el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís asumió por mandato popular la responsabilidad de administrar los asuntos de Gobierno en nuestro estado.

En todo este tiempo, el temple de un gobernante forjado en el trabajo diario con la gente ha quedado más que manifiesto; en los momentos difíciles para Coahuila y sus habitantes, su entereza y decisión han infundido en la población la confianza de que, a pesar de la zozobra, el barco de la administración pública está siendo conducido con mano firme a puerto seguro.

Escuchar que aquí, en nuestra tierra, la nota constante de los medios de comunicación habla, a diferencia de estados vecinos, de temas que tienen que ver con inversión en infraestructura y atención de la salud, de inversión pública, de atención a la población vulnerable con el inicio de obras sociales que buscan acercar a esta, al óptimo desarrollo humano al que todos aspiramos, no puede más que llenarnos de orgullo por vivir en un estado en franco desarrollo y estabilidad.

Escuchar que aquí, en nuestra tierra, a diferencia de estados vecinos, la nota diaria habla del enorme esfuerzo que nuestro gobernador y su equipo del área de fomento económico hacen para seguir ofreciendo a la inversión extranjera un estado en paz y con mano de obra calificada y con el legítimo deseo de superación personal, debe dejar en la colectividad el sentimiento de que en Coahuila hay un gobierno confiable y un gobernador preocupado por el constante desarrollo de sus habitantes.

La confianza de la población no se obtiene con discursos y palabrerías vanas que al final del día, por su ligereza y banalidad, regresan a la realidad a quienes creyendo en soluciones mágicas, ofrecen su respaldo a personajes vendibles políticamente, pero con proyectos sin viabilidad ni razonamiento, como desgraciadamente ha ocurrido en la vida política de algunos estados vecinos.

La confianza de la gente se gana con trabajo y más trabajo, con la atención diaria a los problemas cotidianos de la población, con firmeza en las decisiones de gobierno, con sensibilidad para abordar los temas que tienen que ver con el entorno nacional e internacional, se gana, con humildad y sencillez en la atención de quienes menos tienen y necesitan de urgente solución a su estado de vulnerabilidad.

El gobernador Riquelme ha ofrecido desde el inicio de su administración, honestidad y transparencia en los asuntos de la hacienda pública, y quienes tenemos la honrosa responsabilidad de representar a la ciudadanía, debemos ser garantes de que suceda así, como hasta este momento ha venido sucediendo.

Ver el estado de las cosas en la Administración estatal, debe darnos la garantía de que hoy, aquí, hay un gobernante comprometido con su gente, con quienes respaldaron su proyecto político y con quienes no lo hicieron así, debe darnos la confianza de que hoy, hay un gobernante en nuestro estado que actúa y gobierna escuchando al ciudadano, que no gobierna con su moral o con su absoluta voluntad, sino que gobierna con la voluntad de la colectividad.

En Coahuila hay esperanza de un futuro mejor, hay confianza en que desde la Administración estatal se establecerán los puentes necesario con el próximo gobierno federal para seguir teniendo un estado en desarrollo y con estabilidad social, se tiene confianza en que habremos de continuar manteniendo los estándares de seguridad que los coahuilenses en unidad con el Gobierno hemos logrado para beneficio de nuestras familias.

En Coahuila hay confianza en un futuro prometedor y estable para nuestro Estado, porque con el trabajo en unidad no habrá tempestades que nos hagan zozobrar.