Oscar Ramírez

Nuestro planeta en la gran mayoría de su superficie está cubierta por agua, se estima que el 71% de su plano global se compone  por este liquido, químicamente identificado con la formula H2O, y de este 71% solamente el 3.5% lo conforma el agua dulce, es decir, este ultimo porcentaje es de consumo para toda especie viviente sobre la superficie de la tierra; todo ser viviente  perteneciente a la flor, fauna  y especie humana. El agua es el factor principal en el sistema ecológico de nuestro planeta tierra y desde tiempos inmemorables todo asentamiento humano, floreció por que se situaban precisamente cerca de donde fluía este vital liquido; nuestra historia registra las más antiguas civilizaciones asentadas cerca los ríos, de donde lo primero que aseguraban esta primeras culturas era la agricultura para no tener problemas con su alimentación. Recordemos  que la antigua cultura Azteca  tenía una deidad o dios TLALOC a quien dedicaban ofrendas y cultos para provocar la lluvia.   

Actualmente el cambio climático es una cruel realidad, sus efectos se observan por doquier, en zonas clasificadas como semidesérticas  en donde las estaciones de primavera  y verano hace dos décadas permeaba un clima agradable y tolerable, en la actualidad ya son extremadamente cálidas, al grado de que la mayoría de los habitantes de estas  regiones, necesitan de aparatos de aire para tolerar temperaturas extremas. Y lo más riesgoso comienza a disminuir el flujo de agua, acrecentándose la  escases de este fluido; un ejemplo reciente muy notorio lo tuvimos en el vecino estado de Nuevo León,  en donde se vaciaron y casi se  secaron  presas y grandes construcciones de reservas de este liquido; por otra parte los habitantes se dieron a la tarea de construir aljibes y de adquirir tinacos para el almacenamiento y racionamiento del agua, mientas las autoridades  solicitaban el apoyo de la Conagua y de la administración federal para tratar de solucionar el problema, observamos por las diferentes vías de comunicación las grandes filas de ciudadanos que se apiñaban en los camiones cisterna donde les hacía llegar el agua, hubo zonas en donde los habitantes que en su desesperación  revivían el antiguo culto a Tlaloc dios de la lluvia de los Aztecas o Mexicas.

El que abramos cualquier llave de nuestra casa para tener este vital liquido, se requiere de perforaciones, de entubamientos, de instalación de bombas, de sistemas de rebombeo,  de motores de alto caballaje, etc. Y esto significa una notoria inversión monetaria, las autoridades realizan un gran esfuerzo luchando muchas veces con la propia naturaleza para que cubrir esta necesidad, sobre todo en el Mpio. De Ramos Arizpe, Coah. Hagamos conciencia del uso del agua, no la desperdiciemos y sobre todo retribuyamos a quien corresponde por el gasto y  uso que hacemos de ella.