Oscar Ramírez
Y Dios creo a la mujer de una costilla de Adán para ser su compañera y que le ayudara: Genesis 2:21-25. En el Zócalo de la ciudad de México había gran cantidad de cuerpos de seguridad equipados con escudos, cascos, toletes o macanas, gas lacrimógeno, etc., todos estos contingentes resguardando Palacio Nacional, además los principales accesos a este fueron protegidos con ballas metálicas, por temor a que hubiera disturbios fuertes, estos dispositivos de protección además del Zócalo se establecieron en diferentes partes de la ya mencionada localidad, y así en muchas otras ciudades a lo largo y ancho del país. La mujer es un ser especial desde el momento de su creación; gestora y dadora de vida, musa inspiradora de las más bellas melodías, de los más hermosos versos, de las letras más encantadoras, por ella han surgido reinos e imperios, por ella han caído imperios y reinos, a lo largo de la historia han existido un gran número de damas que han influido en los sucesos de la misma, como Cleopatra, La Malinche, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario. Gertrudis Bocanegra. María Ignacia Rodríguez de Velasco. Frida Kahlo y muchas más; a mediados del siglo pasado conquistaron, aquí en México el sufragio, y partir de entonces se han destacado también en política, actualmente tenemos mujeres. Alcaldesas. Diputadas. Senadoras. Gobernadoras y el pasado año de 2024 se eligió por primera vez en nuestro país a una mujer, Claudia Sheinbaum Pardo; como presidenta de la Republica Mexicana. Sin duda este hecho marca un precedente en estos tiempos para nuestra nación; sin embargo lo que pudiera verse como una ventaja para la mujer mexicana de que tenga a una de las suyas como mandataria, no se observa en los hechos esa posible ventaja; ya que continúan las desapariciones forzadas, las agresiones verbales, psicológicas, corporales, el hostigamiento de tipo sexual y lo peor de todo, el asesinato o feminicidio: a cinco meses de haber tomado la protesta de rigor como la titular del poder ejecutivo, la Sra. Sheinbaum; las estadísticas en este tipo de delitos no se reducen, por el contrario se incrementan; ellas la mujeres mexicanas de todos los estratos sociales se dan cuenta de que el gobierno les maneja un doble discurso, o como decían nuestros abuelos; les dan atole con el dedo, razón principal de sus protestas, de su enfado, de su impotencia de que se minimicen sus reclamos y como consecuencia tenemos: los insultos, la quema de puertas en oficinas gubernamentales, la pinta de consignas, todas ellas muy validas en cualquier muro o barda, la rotura de cristales, etc., El sentir de la mayoría de la población no considera que vandalicen por destruir simple y llanamente, no, el desorden realizado es con el fin de llamar la atención para que se atienda y solucionen sus agravios y esto es únicamente pedir JUSTICIA. Una justicia de la cual carecemos desde hace mucho tiempo en nuestro querido México.