Haidé Serrano

A todas las mujeres de mi vida

Gracias al feminismo, he revalorado muchas cosas, entre ellas mis relaciones con las mujeres. Ha sido una travesía descubrir que las mujeres han sido mis mejores aliadas, consejeras, compañeras, rescatadoras, escuchas, porristas, enfermeras, nanas, animadoras, tranquilizadoras y amigas amorosas a lo largo de toda mi vida.

En este camino fue necesario revalorarlas desde una perspectiva que estuviera lo más alejada del machismo, porque al igual que muchas otras mujeres, alguna vez creí la falacia de que “la peor enemiga de una mujer es otra mujer”.

Después de revisar mis relaciones personales a la luz del feminismo, pude reconocer que he recibido más amor de las mujeres que de ninguna otra persona. Ellas me han acompañado siempre: cuando me rompieron el corazón, cuando murió mi padre, cuando una amiga me traicionó, cuando las cosas no salieron como esperaba, es decir, en mis momentos más oscuros.

Y han estado en los momentos más felices y luminosos también; para celebrar conmigo y sentirse entusiasmadas como si fueran ellas mismas las protagonistas del momento.

Como muchas otras personas, pensé que el amor era sólo posible entre personas del sexo opuesto en relaciones heterosexuales, entre hombre y mujeres, y todos los sentimientos que escaparan a esta fórmula entraban en otra categoría, la de la amistad.

Por esta mentira del patriarcado, desvaloricé el amor de muchas mujeres, que están en mi familia, en mis amistades, en mi ámbito profesional y otras áreas de la vida.

Le resté valor a ese amor inmenso que hemos construido las mujeres en todas nuestras relaciones. Y que nos ha salvado de seguir, por ejemplo, en relaciones destructivas, trabajos explotadores, familias abusivas y profesiones infames.

Sin exagerar, puedo decir que el amor entre mujeres muchas veces nos ha salvado la vida. Como en los innumerables casos de mujeres agredidas por sus parejas hombres y que han sido auxiliadas por mujeres.

Y por esta idea equivocada de que el amor sólo podíamos hallarlo en los hombres, le restamos valor al amor que ha estado frente a nosotras toda la vida. Hemos perdido tiempo sintiéndonos miserables porque no encontramos el amor en ellos, cuando no es la única forma de sentirse amadas o de amar.

Nuestra sociedad patriarcal nos insiste por todos los medios en la falsedad de que el amor solo es “natural”, “deseable” y “aceptable” si ocurre entre un hombre y una mujer. Este amor además está empaquetado como “amor romántico”, una idea que limita un sinfín de posibilidades de experimentar el amor. Y desdeñando todos los tipos de amor que no se parecen al reduccionista “amor romántico”.

El amor entre mujeres, que no es sexual ni erótico, es ese amor que ha estado siempre y que no ha recibido su justo reconocimiento.

Si valoramos este amor entre mujeres, que ya tenemos, podríamos sentirnos menos solas; también menos anhelantes del “amor romántico” que está pasando por una crisis y que está generando numerosos desencuentros entre hombres y mujeres.

Ese amor entre mujeres que está en la vulnerabilidad que nos permite compartir nuestras heridas y nos hermana. El que construimos a pesar de las distancias y pervive. El que nos hace sentirnos más seguras en nuestra compañía que en la cercanía de los hombres. Ese amor que tramposamente nos han hecho creer que no es amor, que no existe y que es otra cosa.

Y sí, también el amor no ha sido posible con algunas mujeres, muy al contrario. Pero al sacar cuentas, el amor de las mujeres en mi vida sigue ganando. Y tú, ¿qué piensas? ¿quiénes te han amado más, los hombres o las mujeres?

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.