Haidé Serrano
El espacio público es un espacio violento y peligroso para las niñas, adolescentes y mujeres. El acoso, los gestos y comentarios no solicitados y desagradables, tocamientos, violencia sexual y hasta el feminicidio son cotidianos en ámbitos rurales y urbanos de México. Pero el espacio público es también el megáfono para exigir un alto a la violencia, porque las calles también son de las mujeres.
Esta violencia sistémica en contra de las mujeres inhibe el goce de sus derechos humanos. Y se ha convertido en una emergencia nacional que, en lugar de disminuir, crece.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) arrojó que, en septiembre de 2023, 67.4 % de las mujeres de 18 años y más consideraron que vivir en su ciudad es inseguro, contra un 54.1% de los hombres. El porcentaje de mujeres en Cancún es mayor, de 83.3%. Mientras que en Chetumal es de 53.9%.
Por ello, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre, es la oportunidad para visibilizarla y para reforzar la exigencia al Estado y a la sociedad toda para ponerle un alto.
Este sábado se llevarán a cabo numerosas manifestaciones, muchas de ellas en el espacio público, que el patriarcado ha designado como violento para las mujeres. Este día confluyen en las calles las expresiones de millones de víctimas, el clamor de las y los deudos de miles de personas desaparecidas y quienes han muerto a manos de feminicidas y de todas aquéllas que rompen el silencio.
Las protestas en los espacios cívicos son también una recuperación de lo que a las mujeres se les ha arrebatado: la seguridad en el ámbito público. Son gritos que demandan el reconocimiento a sus derechos fundamentales y el fin a la violencia por su condición de género.
El descontento de millones de personas que se expresa cada 25 de noviembre es la voz también de quienes ya no pueden hablar ni defenderse. Pero también esa voz es una oportunidad para las autoridades, una oportunidad para escuchar. No para reaccionar ni reprimir, sino garantizar la seguridad de las personas manifestantes. Y entender su responsabilidad y de una vez por todas asumir el compromiso hacia la eliminación de la violencia contra la mujer.
También es la ocasión para que todas, todos y todes prestemos atención. Ir más allá de nuestros prejuicios y del argumento cómodo que etiqueta a las manifestantes como vándalas. Indagar cuánto formamos parte de actitudes, pensamientos y valores machistas que mantienen a millones de mujeres en situación de violencia. Y así poder comprender un poco más este problema social que nos atañe por igual. Y que afecta principalmente al 52 % de la población de este planeta.
De acuerdo con ONU Mujeres: “La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo la violación de los derechos humanos más extendida de todo el mundo. Se estima que 736 millones de mujeres —casi una de cada tres— han sufrido violencia física o sexual por parte de la pareja, violencia sexual fuera de la pareja, o ambas formas, al menos una vez en su vida. Más de cuatro de cada cinco mujeres y niñas (el 86%) viven en países sin una sólida protección legal o en países que no disponen fácilmente de los datos.”
¡Participa activamente para eliminar la violencia en contra de las mujeres este 25 de noviembre y todos los días del año!
@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.