Haide Serrano

“Este 10 de Mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta”, así se escuchó el clamor a lo largo de este día. En México y varias partes del mundo se celebran a las madres. Sin embargo, no todas pueden festejar. Las Madres Buscadoras viven lo indecible al no saber de sus hijas e hijos desaparecidos.

Romana Rivera Ramírez ya estaba en duelo por el fallecimiento de su hijo varón, cuando su única hija Diana García Rivera desapareció. Fue en Cancún, Quintana Roo, el 22 de febrero del 2020. Romana se convirtió así en una Madre Buscadora. La desesperación por dar con el paradero de su hija, la llevó a fundar el Colectivo Verdad Memoria y Justicia. A partir de esa tragedia, se dio cuenta de los cientos de madres que están buscando a sus familiares, no solo en Cancún, Quintana Roo, sino en todo México.

Según datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, tan solo en este año se tiene registro de 3 mil 926 personas desaparecidas y no localizadas en México. Pero se sabe de una cifra negra porque no llega a los datos del gobierno. Se habla de más de 100 mil personas desaparecidas en el país, hasta la fecha.

Las Madres Buscadoras realizan las tareas que no cumplen las fiscalías o las policías del país. Son ellas las que efectuado en muchos casos investigaciones exitosas. Sin embargo, exponen su vida. Hace unos días, la madre buscadora Teresa Magueyal, fue asesinada. Ella era integrante del colectivo “Una promesa por cumplir” y buscaba a su hijo José Luis Apaseo, desaparecido en Guanajuato desde el 2020.

La exigencia de justicia y de verdad sostiene a estas mujeres que, con una enorme esperanza de encontrar a sus familiares con vida, realizan tareas de búsqueda, desprotegidas, cuando las autoridades debieran garantizar su protección y seguridad. Familias enteras se encuentran expuestas a la delincuencia organizada al realizar estas tareas.

“Las familias merecen protección y justica, no la muerte o la desdicha de morir sin saber dónde está su ser amado”, dijo el representante Adjunto en México de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Jesús Peña Palacios, ante el asesinato de Teresa Magueyal.

Este 10 de mayo, miles de Madres Buscadoras se manifestaron en varias partes del país para exigir justicia. En la Ciudad de México, se realizó la XII Marcha de la Dignidad Nacional, Verdad y Justicia para las Víctimas de Desaparición Forzada. En Cancún, las Madres Buscadoras de Quintana Roo y artistas visuales se manifestaron en la Fiscalía y pintaron murales con los rostros de sus familiares desaparecidos. El colectivo de “Buscadoras por la paz” se manifestó en Hermosillo, Sonora. El colectivo Oaxaqueños hizo lo propio en ese estado. Asimismo, en Acapulco, Chiapas y Veracruz; en Coahuila, el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos.

“No hay nada que festejar, estamos muertas en vida”, dijo Rosa Icela Velasco Acosta, madre de Christian Velasco, desaparecido desde el 2021.

Romana Rivera Ramírez señaló que la falta de empatía tanto de la sociedad como de muchas personas del servicio público es un factor que debe cambiar. Por eso, pide la participación, el voluntariado, de la gente, para dar de su tiempo y apoyar las búsquedas de las madres. Además, de compartir las fichas de búsquedas. Y a las autoridades, la exigencia es un interés mayor, que supere al permanecer sentados a la espera del “oficio” para tomar acción.