Haidé Serrano

El cuerpo de las mujeres SIEMPRE es EL TEMA. Si nuestro cuerpo es joven o viejo. Si tenemos la cara arrugada o lozana. Si somos gordas, esbeltas, flacas, obesas. Si lo cubrimos o lo mostramos. Si le damos poco, mucho o demasiado placer sexual. Si lo perforamos o lo tatuamos. Si lo depilamos o no. Si lo adornamos o no. Si está a la moda o fuera de ella. Si nuestro cuerpo lo disponemos para la reproducción o no o si abortamos. Si lo transformamos con cirugías, lo inyectamos o lo dejamos como está.

 

Siempre es nuestro “tema”. Y es así porque vivimos en una cultura machista y violenta hacia las mujeres. Y por ello, todas, todos y todes nos creemos con el derecho de opinar del cuerpo de l@s demás. Especialmente si se trata del cuerpo de una mujer, niña o adolescente. Si nos parece que ese cumple con los estereotipos, los nuestros, los de nuestro tiempo, de hoy, los colectivos, los políticos, económicos y socialmente aceptados y convenientes para el sistema; los aspiracionales también, los aprobados y los aceptados.

 

Y esa permisividad sin límites y violenta de nuestras opiniones se magnifica en voz de figuras poderosas de los medios de comunicación o de las redes sociales. Así ha sido. L@s comunicador@s y l@s dueños de los medios han sido responsables de una gran parte de la cultura de la violencia en contra de las mujeres. Su responsabilidad ha sido mayúscula y poco han hecho para cambiar. Han sido impunes. Las leyes y las instituciones les están obligando a respetar los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia. Al menos, en pequeños actos.

 

Ver a Paty Chapoy, una de las mujeres más poderosas de la televisión ofrecer una disculpa pública —a medias— es una muestra. Obligada por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), la titular del programa de espectáculos “Ventaneando” de TV Azteca se escudó en la crítica y en la falta de intención de dañar para justificar sus expresiones, que fueron claramente estipuladas en la ley como violencia digital y mediática: “Incurrió en actos discriminatorios que se puede tipificar dentro de la violencia digital y mediática, estipuladas en las disposiciones a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia”, señaló Conavim.

 

Una de las frases de las marchas feministas que más me gusta es: “Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”. Y hoy Yuridia lo hizo patente. Alzó la voz para defenderse. El alcance de su denuncia tuvo un eco enorme. Y como el internet no olvida, algun@s aprovecharon su memoria de elefante para reunir los videos donde violenta Paty Chapoy a Yuridia. La condena social creció hacia la comunicadora, lo que también dejó ver es que algo estamos cambiando.

 

No violentemos más a l@s demás. Si no es tu cuerpo no opines. Por aquí podemos comenzar para ir eliminando algo de la violencia en contra de las niñas, adolescentes y mujeres.

 

EN CORTO SIN TANTO ROLLO

¿QUÉ ES LA GORDOFOBIA?

 

La gordofobia es la discriminación que viven las personas gordas por el hecho de serlo. Este concepto tiene su origen en la expresión en inglés fatphobia. La gordofobia es un fenómeno socio-cultural, económico y político, que está cargado de prejuicios valorativos, incitadores de odio contra los cuerpos que no entran dentro de los cánones corporales normativos. (Fuente https://copred.cdmx.gob.mx/storage/app/media/infografia-gordofobia.pdf)