Dr. Jesús René Ocampo Hernández.

Al parecer hay una luz al final del túnel, pero, aun así, queda un tramo muy largo que recorrer, y es en ese camino que debemos transitar, donde surgen imprevistos o quizás algún o algunos puntos de inflexión que nos obliguen a cambiar las estrategias sugeridas para poder afrontar la situación. Entonces, ¿volverá la normalidad en el futuro previsible? Atención,  aparte del hecho de que inicialmente sólo se ha podido vacunar a un número limitado de ciudadanos, no está claro hasta qué punto las vacunas previenen nuevas infecciones o si “solo” se alivia el curso de la enfermedad.

También existe incertidumbre sobre cuánto tiempo podrían inmunizar las vacuna, el virólogo de Munich, Oliver Keppler, advierte que la "supervacuna" puede que ni siquiera existe y por lo tanto, también hay que lidiar con la pregunta de,  ¿qué pasaría si las reglas de conducta relacionadas con la coronavirus tuvieran que observarse en los próximos años?, no se puede ignorar el miedo a la infección y se deben esperar y por lo tanto prever contingencias para cierres recurrentes que afecten la economía local.

En general, muchos de los efectos que ya se pueden observar (menos viajes, más oficina en casa, no eventos masivos, etc.) por lo que nada garantiza que estas actividades no dejen de llevarse a cabo como medida de seguridad. Para algunos sectores, esto es una mala noticia, sin embargo, hay que adaptarse a una vida sedentaria y de reclusión.

Lo que es muy cierto, es que la sociedad presenta una verdadera insolvencia y lo peor es que a esta le siguen los aumentos de precios que a la larga están provocando una desaceleración económica que no tendrá forma de detenerse hasta que la situación sea insostenible. Es por eso que la vacuna contra el COVID-19, es todavía una luz al final de este oscuro camino. 

Sin embargo, en primer lugar, el escenario en donde la vacuna no es totalmente efectiva tendría un impacto importante en la estructura de la economía, el crecimiento, el mercado laboral y los precios. Se mantendrían muchas ofertas como restaurantes, hoteles y eventos públicos, pero con una capacidad mucho menor para siempre, con medidas d restricción por parte de las autoridades en los tres niveles de gobierno

Es probable que el centro de las ciudades importantes, no solo cambie porque muchas tiendas y restaurantes están cerrando, sino que los edificios de oficinas también podrían perder su función. Los terrenos de exhibición tendrían que cambiar de tamaño. Los operadores de taxis perderían muchos servicios comerciales y de catering y los gerentes de eventos se enfrentarían a una situación de pedidos reducidos permanentemente.

Las consecuencias serían una ola sostenida de quiebras y un aumento del desempleo. Es probable que los años de ajustes estructurales se caractericen por un desarrollo económico muy débil o recesiones.

El sector exportador debería sufrir significativamente porque nuestros socios comerciales se enfrentan a problemas similares. Las medidas de ayuda del gobierno federal quizás se extenderían una o dos veces, pero entonces esto también sería el final.

En el curso de la consolidación del mercado (detrás de este término sobrio se encuentra la pérdida de la existencia de muchas empresas que la gente ha construido durante décadas) los precios también subirán. Porque para cumplir con las normas de distancia e higiene, en última instancia, se debe proporcionar una infraestructura más generosa en relación con la base de clientes.

En los restaurantes, las mesas ya no pueden colocarse juntas, el número de clientes en el comercio minorista también se restringe permanentemente y se pueden usar más vehículos en el transporte público local para evitar camiones abarrotados. Los edificios escolares tendrían que repensarse por completo.

Estos son solo algunos ejemplos que encarecerían la vida y aumentarían la inflación.

Pero, no todo debe ser tan malo en el escenario descrito, ya que no solo las industrias se contraerán o desaparecerán, sino que también surgirán nuevas oportunidades comerciales.

Como ya se ha observado, el menor nivel de turismo extranjero podría llevar a que regiones como la Riviera Nayarita sean redescubiertas como destinos de viaje. En el sector de la construcción, el diseño de interiores podría cobrar más importancia si los edificios de oficinas en el centro de las ciudades se convirtieran cada vez más en edificios residenciales o si los edificios residenciales existentes se adaptaran a los nuevos requisitos de la oficina en casa.

En relación con el aumento del trabajo desde casa, aumentarían las demandas sobre la calidad de las líneas de datos, lo que requeriría inversiones aún mayores por parte de los proveedores de telecomunicaciones. Además, el sector de TI crecería a un ritmo acelerado en este escenario. Los proveedores de comercio electrónico tienen muchas posibilidades de crecer por encima del promedio a largo plazo.

Los consultores empresariales también podrían afrontar una nueva era dorada, ya que muchas empresas tendrían que reestructurar sus modelos de negocio. Es una pregunta abierta si la demanda de automóviles se reduciría debido al menor número de viajeros o aumentaría como resultado de una mayor necesidad de protección al evitar el transporte público local.

Nadie puede predecir el futuro. Tal vez, después de todo, exista la ansiada súper vacuna que es realmente efectiva, o tal vez no.

En cualquier caso, las empresas no deben hacer la vista gorda ante lo que les espera, tanto para bien como para mal. La simple esperanza de que el fantasma desaparezca pronto probablemente no sea suficiente como estrategia comercial.

 

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