Rubén Aguilar Valenzuela

El convento de la Purísima Concepción es uno de los 60 sitios que conforman El Camino Real de Tierra adentro, que en tiempos de la Nueva España era el camino que iba de la Ciudad de México a Santa Fe, ahora Nuevo México. De 2010 es la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad, de la Unesco.

 

Parte de la declaratoria dice que se quiere: "testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico" y "ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana".

 

Toponimia

 

El significado de Cuencamén en una versión es que quien la funda en 1570 es José Antonio Vizarrón, que era de Cuenca, España, y le agregó el sufijo "mé" para indicar mío, "Mi Cuenca". En otra que es una palabra náhuatl que significa "Las tierras Labradas" o "Las tierras de cultivo".

 

Historia

 

El complejo conventual es una fundación original de 1583 de la Orden de Frailes Menores (OFM). Fray franciscano Jerónimo Panger es el encargado de iniciar el trabajo misional e iniciar la construcción.

 

Los franciscanos se retiran temporalmente de la región y en 1594, el jesuita Jerónimo Ramírez se dedica a evangelizar en esta zona, pero es el padre jesuita Agustín de Espinoza quien en 1598 asentó a un grupo de indios en el sitio.

 

En 1601, cuando se descubren las minas de Santa María de San Lorenzo, los europeos fundan el actual Cuencamé con el nombre de Real de Minas de San Antonio de Cuencamé. Fue uno de los reales con mayor población de la Nueva Vizcaya, contaba con iglesia parroquial atendida por clérigos cuyo salario pagaban los mineros.

 

Para 1622 se menciona al convento con el nombre de San Antonio de Cuencamé, a cargo de fray Francisco Santos. En 1693 vuelve a tomar el nombre de  Purísima Concepción.

 

En 1630, a partir del descubrimiento de las minas de Parral se convierte en un punto de confluencia de El Camino Real de Tierra Adentro, debido a que se origina una ruta de Zacatecas a Parral, sin necesidad de pasar por Durango.

 

Descripción

 

- Atrio

 

Hay un atrio bardeado en forma de U que está sobre el nivel de la calle. Se asciende por una escalinata que da a la plaza.

 

- Iglesia

Exterior

La actual iglesia es una obra del siglo XVIII. La fachada tiene cinco elementos: La portada de cantera es un arco de medio punto con una repisa en la parte superior; la ventana del coro es rectangular; un nicho arriba de esta con la imagen del santo patrón.

 

El remate es un frontón triangular cortado y arriba una cruz. El último elemento son cuatro ventanas, dos a cada extremo de la fachada. Sobre esta, al lado derecho, una torre de dos cuerpos con arcos de medio punto alargados. El remate es una cúpula con una linternilla. Hay una portada lateral.

 

Interior

La planta es de una nave con tres tramos en tres tramos, cada uno dividido por grandes arcos de cantera. El techo es bóveda de cañón con lunetas. Grandes ventanas en la parte superior. 

Una cúpula ovalada con un marco de cantera y cuatro ventanas. En los cruceros del interior hay dos retablos coloniales del siglo XVIII: El de la izquierda, dedicado al Santo Cristo de Mapimí, y el de la derecha a la Virgen del Refugio.

El altar del Señor de Mapimí es de estilo barroco churrigueresco. La madera no está cubierta de oro. Tiene tres cuerpos. En el primero está el altar. El segundo tiene tres calles; en la del centro está la imagen del Señor y en las laterales, cuadros. El tercero tiene tres calles; en la del centro una repisa sin imagen y arriba de ésta una ventana y en las laterales, cuadros.

El origen del culto a la imagen del Señor de Mapimí se desconoce. No se tienen evidencias de que hubieran sido los franciscanos o los jesuitas quienes lo introdujeron, tampoco se sabe a ciencia cierta cuándo inició.

 

El maestro Anacleto Hernández, cronista del municipio, en su historia del Señor de Mapimí, relata lo siguiente: La historia de la imagen cuenta que ésta es venerada en la región desde el siglo XVIII. En el año de 1715, un Jueves Santo, en que los españoles del Real de Mapimí realizaban una procesión cargando la imagen, sufrieron el más devastador ataque de tobosos y cocoyoles.

 

Un grupo de soldados logró escapar con la imagen hacia la población de Parras, atravesando la sierra de Jimulco, sitio donde hallaron un lugar propicio para ocultarla. Tiempo después, la imagen fue encontrada muy cerca de los márgenes del río Aguanaval "por unos soldados escolteros", en un árbol llamado mezquite, "en donde dicen lo visitaba una india". Se entiende que la india era cristiana pues "veneraba la efigie de Cristo, señor nuestro y titulado de Mapimí".

 

Los escolteros trasladaron la imagen "a la parroquia de Cuencamé", llegando ahí el 6 agosto de 1715 para ya nunca irse. Cuenta la leyenda que a pesar de los intentos de los pobladores de Mapimí por recuperar su Cristo no pudieron lograrlo porque cada vez que se pretendía moverlo se hacía pesado, imposibilitaba su movimiento, lo que se interpreta como que el Señor de Mapimí no desea salir de Cuencamé.

 

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Todos los años del 28 de julio al 7 de agosto, en Cuencamé se lleva a cabo un solemne novenario en honor al Señor de Mapimí. Es una de las tradiciones de la religiosidad popular más grande y antigua del norte de México. Peregrinos de la Comarca Lagunera (Durango y Coahuila), del valle de México (Estado de México y Distrito Federal), de Ciudad Juárez, de Jalisco, de Chicago, de Atlanta, de California y de Texas, se dan cita para expresar su devoción y su fe al Señor.

 

Los peregrinos del cañón de Jimulco, lugar en donde se encontró al Cristo de Mapimí, preservan la añeja tradición de asistir a estas festividades en una caravana de carretas en las que transportan a los niños y a los ancianos, así como parte de su abastecimiento de comida y de leña. Luego de atravesar la sierra de San Lorenzo, ya en Cuencamé la gente del pueblo les brinda hospedaje y alimento.

 

El altar de la Virgen del Refugio el del siglo XVIII de estilo barroco sin columnas. Tiene cuatro cuerpos. En el primero está el altar, y ahora han puesto unas imágenes sobre este. El segundo tiene tres calles; en la del centro un óleo con la imagen de la Virgen del Refugio. A los lados imágenes, a la derecha san Antonio Abad y a la izquierda la Santísima Trinidad. El tercero tiene tres calles; en la del centro una imagen de la Virgen de Guadalupe y en las laterales esculturas que no identifico. El cuarto tiene tres calles; al centro un haz de luz con rayos luminosos y en las laterales dos adornos.

 

- Convento

 

De lo que fue el convento no existe ningún vestigio.

 

Comentario

 

El Convento de la Purísima Concepción es una fundación de la Orden de Frailes Menores (OFM) que empieza a misionar en la región hacia 1583. Por un tiempo los franciscanos abandonan la zona y toman su lugar los jesuitas hacia 1594, luego regresan los franciscanos.

 

La construcción de la iglesia que ahora vemos, la parroquia de San Antonio de Padua, es obra del siglo XVIII. Tiene dos buenos altares barrocos de la misma época. La devoción del Señor de Mapimí, que se venera en la parroquia inicia en 1715. Todos los años vienen peregrinos del norte de México y del sur de Estados Unidos a celebrarlo. 

 

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- Visitas

 

2024 (septiembre).

 

 

- Fuentes consultadas 

  • Notas de mi visita.

  • Vallebueno Garcinava, Miguel y Antonio Reyes Valdez, coordinadores, Patrimonio misional en el sur de la Nueva Vizcaya, INAH, México,2009.

  • Sánchez Garza, Gabriela, Ritos y tradiciones del Señor de Mapimí y el Cristo del Tizonazo, Patrimonio Cultural y Turismo 15, Cuadernos, Centro INAH, Durango, Durango.   

    https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/cuadernos/pdf15/articulo12.pdf