Rubén Aguilar Valenzuela

Historia

 

El museo se inaugura en 2002, para alojar los descubrimientos de las tumbas de los señores de Sipán.

 

Edificio

 

Su diseño arquitectónico se inspira en las pirámides truncas de la Cultura Mochica (100 al 800 d.C.). La estructura, tiene tres niveles y el área techada abarca 3156 metros cuadrados.

A la entrada se accede por una rampa de 74 metros de largo, que imita las rampas de los templos y palacios mochicas. Lleva directo al tercer piso que es por donde se inicia la visita. 

El concepto y diseño del edificio es obra del fundador del museo el arqueólogo Walter Alva Alva, quien descubre el entierro del Señor de Sipán (650 d.C.), y sus colaboradores los arqueólogos Luis Chero, Susana Meneses y el arquitecto Celso Prado.

 

Alva Alva señala sobre el edificio: "La estructura volumétrica está basada en prismas, formando una combinación de pirámides truncas y agudas que recuerdan montañas y santuarios. Los prismas del volumen se definen mediante bruñas longitudinales inspiradas también en los paneles verticales y modulares de la típica arquitectura mochica".

Exhibición

 

La exhibición se organiza en los tres pisos del museo en diez unidades temáticas: Sala introductoria: El Santuario de Sipán y el mundo espiritual de los mochicas; La Investigación Arqueológica (métodos y procedimientos); La Tumba del Señor de Sipán; La Tumba del Sacerdote; La Tumba del Viejo Señor de Sipán; Otras tumbas reales; Conservación y restauración; La Tumba saqueada y las recuperaciones internacionales; Recreación de la corte Mochica (Casa Real).

 

 

- Sala Introductoria  

Una panorámica de las culturas prehispánicas en Perú, de manera puntual la Cultura Mochica (100-800 d.C.). Esta se desarrolla a lo largo de 600 kilómetros de la costa norte del Perú. Hubo 17 ciudades-Estado en valles a la orilla de ríos con un señor gobernante. Esta cultura en sus 700 años de existencia tuvo cinco fases de cerámica.

Los mochicas construyeron con ladrillos. La figura humana la trataron con gran realismo.

 

 

- Tumba del Señor de Sipán (650 d.C.)

 

En 1987, la descubren los arqueólogos peruanos Walter Alva Alva y Susana Meneses en la zona de entierro de la Huaca Rajada-Sipán. Se encontró intacta y se muestra todo el ajuar funerario, que se usaba para enterrar a los grandes señores. 

 

Se encuentra más de 600 piezas: la corona, collares, pectorales, orejeras, narigueras, brazaletes, cetros, estandartes y ofrendas. Del vestuario de algodón hay pequeños vestigios. Está también la corona para cuando salía a cazar venados, que tiene un zorro. Hay algunos elementos de las otras personas enterradas con él, como la corona de su mujer principal.

Orejera de cobre cubierta de oro con turquesa.

 

 

Estandartes de cobre dorado.

 

Desde el segundo piso, se observa la réplica de la cámara funeraria del Señor de Sipán cuya muerte ocurre en el 650 d.C.

 

Collar de Cacahuates de Oro y Plata.

  

- Tumba del Señor de Sipán (350 d.C.)

 

Se conoce como El viejo porque es la tumba más antigua que se ha encontrado de un Señor. Y también por que se estima que murió a los 55 años. En ese entonces, la expectativa de vida era entre los 40 y 50 años. Aquí está el esqueleto.

 

El ajuar con el que fue enterrado está completo. Se encuentra la corona, collares, pectorales, orejeras, narigueras, brazaletes, cetros, estandartes y ofrendas. Del vestuario de algodón hay sólo pequeños vestigios. Está también la corona para cuando salía a cazar venados, que tiene un zorro. Hay conchas. Hay también algunos elementos de las otras personas enterradas con él, como la corona de su mujer principal.

 

- Tumba del Señor de Sipán (550 d.C.)

 

La tumba fue saqueada. Se han ido recuperando algunos objetos, tanto en el extranjero como en el Perú.

 

- Tumba del Sacerdote

 

- Otras tumbas

 

- Piezas recuperadas

 

Hay una sala con piezas recuperadas de las tumbas saqueadas. En algunos casos fueron devueltas por los gobiernos y en otras ocasiones por particulares.

 

- Sala Real Mochica

Es una recreación del Señor de Sipán con su vestimenta de guerrero rodeado de su séquito. Y hay también otras escenas. Son 35 figuras, algunas están articuladas y se mueven. Hay música e iluminación. 

 

Hasta aquí las fotografías corresponden a la Sala Introductoria; Tumba del Señor de Sipán (650 d.C.) y la Sala Real Mochica. Las siguientes fotografías no las puedo asociar con algún personaje en lo particular. Las he ordenado por el tipo de temas de las piezas y puede ser de cualquiera de los personajes ya mencionados o de personas de otras tumbas. Todas son piezas de la Cultura Mochica del IV al VII d.C. Será objeto de una investigación posterior identificar las fotografías con las tumbas correspondientes. Tomé estas fotografías porque estos objetos llamaron mi atención.      

 

 

- Pectorales - Ajuares de entierro

 

- Cetro de un Señor

- Sonajas  

- Estandartes  

 

- Coronas  

 

- Ofrendas  

 

- Otras piezas

Comentario  

El Museo las Tumbas Reales de Sipán fue construido para alojar los entierros de los señores de Sipán encontrados en 1987 por el arqueólogo peruano Walter Alva Alva.

 

En el mudo de las grandes culturas prehispánicas no hay entierros con los ajuares funerarios como los de los distintos señores de Sipán. La tumba de Pakal en Palenque es lo más parecido. Aquellas tienen oro y esta jade. Siempre las comparaciones son deficientes, pero ayudan.

 

La calidad, variedad y belleza de las piezas es extraordinaria. El entierro del Señor de Sipán (650 a.C.) se encontró intacto. No había sido saqueado. Y tampoco la Tumba del Señor de Sipán (350 d.C.), de tres siglos antes, que tiene menos objetos. La Tumba del Señor de Sipán (550 d.C.) sí fue saqueada y se han recuperado algunos objetos.

 

Hay el entierro de un sacerdote y otros entierros de personajes de la nobleza, gobernantes y guerreros. En el museo se exhiben objetos de oro, plata y cobre. Hay orejeras, sonajas, collares, pectorales, estandartes y textiles. Distintos tipos de ofrenda.

 

La museográfica es buena y el guion ofrece un recorrido que va del proceso del descubrimiento y las excavaciones de los arqueólogos en la Huaca Rajada, a estar frente a los ajuares de los señores ya en el museo.

 

A mí no me gusta el tipo de arquitectura que recrea la arquitectura prehispánica, para el caso las pirámides truncas de la Cultura Mochica. Me hubiera gustado más un museo de arquitectura de vanguardia como la del Museo del Sitio en la Zona Arqueológica de Pachacamac o el Museo Cao en la Zona Arqueológica El Brujo.

 

Si se viene a Perú, vale mucho la pena tomar un avión o camión y venir a Lamba y que solo para visitar este museo, que es único, dentro de los muchos que existen para dar a conocer a las distintas culturas prehispánicas en lo que ahora es América Latina.

 

Es un sitio para volver una y otra vez, para estudiar lo que se ve y profundizar en la Cultura Mochica. El recorrido del museo lo hicimos con una guía. Nos ayudó para poner énfasis en ciertas vitrinas y objetos.