Rubén Aguilar Valenzuela

Historia

La evangelización en Toluca inicia en 1525, y con ello, las primeras construcciones religiosas a cargo de los frailes de la Provincia del Santo Evangelio de la Orden de Frailes Menores (OFM). Hay documentos en donde se menciona al cacique matlatzinca del lugar convertido al catolicismo y bautizado con el nombre de Fernando Cortés.

La fecha exacta de la construcción del convento no es clara, pero hay datos que permiten plantear que ya en 1540 franciscanos vivían en un convento de Toluca. El primer franciscano que dominó el matlatzinca fue Andrés de Castro que llegó a la Nueva España en 1541 y murió en Toluca en 1577.

Según Pascual de Angulo, bisnieto de Juan Cortés Coyotzin, rey de los matlatzincas, a mediados del siglo XVI se construye la capilla de la Santa Cruz de los Otomíes y algunas habitaciones para los franciscanos. Luego se levanta "(...) la iglesia y sus capillas; el convento y su amplia iglesia de la Tercera Orden y los edificios que le están anexos; y en el transcurso de los años, todas las demás construcciones (...)".

En 1569 tres frailes atendían desde aquí a 5000 tributarios que habitaban en 30 aldeas. En 1575 se celebra la primera misa en la capilla de San Pablo. Para 1585 ya existía la iglesia y el convento se había terminado. Lo habitan cuatro frailes. Para esa fecha la gran mayoría de los habitantes de la ciudad eran criollos y mestizos.

En 1688, fray Alonso de Hita investiga sobre el origen del conjunto conventual a partir de entrevistas que realiza a descendientes de los fundadores del convento. Se reúne con Pascual de Angulo, bisnieto de Juan Cortés Coyotzin, rey de los matlatzincas, quien le dice: "Sabía por tradición que cuando se trató de construir el convento, algunos religiosos pretendían edificarlo en el sitio conocido como las Trojes -al pie de los cerros, entre santa Bárbara y San Luis- y otros donde está la Ermita de San Juan Evangelista -hoy San Juan Chiquito-; pero siendo ambos puntos unos sitios desacomodados, por hallarse entre cerros, se optó por un lugar situado en la planicie".

Debido a esta decisión, el recién converso Juan Cortés Coyotzin decide donar un solar, cuyas medidas aproximadas eran 270 metros de largo, de oriente a poniente, y 180 de ancho, de norte a sur. Además de donar el solar, Juan Cortés decide demoler sus casas ubicadas en San Luis Obispo y usar ese material para la construcción del templo franciscano. El historiador Miguel Salinas menciona que posiblemente las mencionadas casas o palacios de Juan Cortés eran en realidad dependencias del teocalli, o inclusive el mismo teocalli dedicado a Tolotzin.

Iglesia

En documentos de la época se menciona que: "La fachada de la iglesia no ostentaba primores arquitectónicos; era de una pobreza verdaderamente franciscana... La puerta del templo era de medio punto... Al lado septentrional de tan pobre fachada, unida a ella se alzaba la torre, cuya elevación puede calcularse entre cuarenta y cincuenta metros. El basamento de la torre era...un tronco de pirámide cuadrangular".

El historiador Salinas Alanís se aventura a dar medidas aproximadas de la nave de la iglesia, mencionando que pudo haber tenido 52 metros de longitud por 14 de anchura. No tenía crucero pues era una sola nave. El techo era de: "(...) tijera formado por un armazón de vigas de cedro, cubiertas por gruesas tablas". En el "interior, la techumbre ostentaba hermoso artesonado, hecho con listones de madera, primorosamente combinados, que ofrecían a la vista bellas figuras doradas y pintadas de diversos colores, principalmente de rojo".

Convento

El convento de San Francisco llegó a ser conocido en la Nueva España como un centro educativo de alto nivel. Fray Jerónimo de Mendieta menciona que "(...) la casa de Toluca es única para este propósito del estudio, porque tiene todas las partes que se requieren, y a esta causa la habían de dedicar para perpetuo estudio".

La biblioteca del convento llegó a tener, de acuerdo con fray Luis Malo, cerca de 9000 volúmenes, mismos que durante la Reforma, fueron trasladados al Convento del Carmen y de ahí fueron cedidos al Instituto Literario de Toluca.

Desaparición del complejo conventual

En el siglo XIX, la desaparición del conjunto conventual de San Francisco se asocia a tres hechos:

- El primero. Las Leyes de Reforma, que entre otras cosas implica la nacionalización de los bienes eclesiásticos y la exclaustración de monjas y frailes.

- El segundo. Sucede en 1860, cuando un cañonazo de los generales conservadores Miguel Miramón y Leonardo Márquez destruye el altar de la iglesia, en un intento por sorprender a los generales liberales Felipe Berriozábal y Santos Degollado. Hay relatos que mencionan el altar no fue lo único que sufrió daños, sino el edificio completo, pues ese cañonazo se dispara hacia la torre del campanario, misma que cae sobre el techo de la nave principal.

- El tercero. La construcción de los Portales que ahora existen. En el gran terreno que ocupó el conjunto conventual se ubican actualmente la Plaza González Arratia y los Portales. Y hoy lo único que subsiste del antiguo convento es la Capilla Exenta y la Iglesia del Sagrario, antigua Capilla de la Tercera Orden.

Comentario

La destrucción en el siglo XIX del convento de la Asunción de Nuestra Señora es una pérdida lamentable e irreparable del patrimonio arquitectónico de México como lo son también, entre otros, los conventos de Durango, Durango, y Mérida, Yucatán. Hoy en la Plaza Andrés de Castro, en el centro histórico, se pude ver la Capilla Exenta, que es junto con la iglesia del Sagrario, lo único que queda del antiguo conjunto conventual. Hay historiadores de la arquitectura que plantean que el claustro del convento de Toluca fue semejante al de Metepec.

Capilla Exenta.

- Fuentes consultadas

• Notas de las vistas.

• Kubler, George, Arquitectura Mexicana del Siglo XVI, FCE, México, 1983.

• Hernández García, Daniel Abner, De Convento de San Francisco a Portales de Toluca. Análisis sociohistórico del lugar, Contexto, Vol. XV, No 22. Marzo 2021.

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