Rubén Aguilar Valenzuela 

 

Exposición

 

Se divide en dos partes. La primera abarca las violaciones a los derechos humanos durante los 12 años que duró el conflicto armado (1979-1991). Están los asesinatos de los Escuadrones de la Muerte, las masacres del Ejército, las desapariciones forzadas de niños y adultos, los presos políticos y las torturas, la manera en que las mujeres vivieron la guerra y el desplazamiento forzado de la población civil.

 

En la segunda se da cuenta de la lucha de las organizaciones para dejar asentada la verdad histórica a través de la búsqueda de los desaparecidos, exhumaciones y acciones para mantener viva la memoria histórica como celebraciones y monumentos.

En las dos partes se pueden ver fotografías, cédulas informativas, instalaciones, prendas de vestir y objetos de las víctimas. Para la selección de los objetos se tomó en cuenta la participación de las víctimas del conflicto armado y también de las organizaciones que trabajan en la conservación de la memoria histórica y en la defensa y promoción de los derechos humanos, tales como la Comisión de Derechos Humanos No Gubernamental de El Salvador (CDHES); Tutela Legal del Arzobispado María Julia Hernández; el Comité de Ex Presos Políticos de El Salvador (COPPES), y Pro-Búsqueda.

 

Y también del Rescate de la Memoria Histórica de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos del Departamento de La Paz, Padre Cosme Spessotto Zamuner (COREMHIPAZ); el Centro para la Promoción de los Derechos Humanos Madeleine Lagadec (CPDH); el Comité de Madres de Reos y Desaparecidos Políticos de El Salvador Monseñor Romero (COMADRES); y el Comité de Madres y Familiares Cristianos de Detenidos y Asesinados Padre Octavio Ortiz–Hermana Silvia (COMAFAC), entre otras.

a pair of underwear and a shoe in a display case

Ropa de niños asesinados en Arcato, Chalatenango, y exhumados en 2017.

 

 

El nombre de la exposición está tomado del título del libro El olvido está lleno de memoria del escritor uruguayo Mario Benedetti.

 

Comentario

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Profesora Melida Anaya Montes, la comandante Ana María, asesinada en 1984. Foto en la exposición.

 

 

La exposición es modesta e incluso pobre en sus materiales, pero de una enorme fuerza. Su sencillez rescata el dolor de las víctimas y de los suyos, la indignación de la sociedad y del mundo ante la brutalidad indescriptible con la que fueron asesinados los niños, las mujeres y comunidades enteras a manos del Ejército en los años de la Guerra Civil.

 

Se recuerdan momentos en lo particular y a personas en lo específico, pero la idea que se transmite, así lo vi, es dejar constancia de la violencia a un pueblo a través de múltiples formas. Es la violencia de un sistema que se perpetuó por décadas a base de la injusticia y la opresión y luego a través de la represión generalizada y de la muerte.

 

"No existe una sola verdad ni una sola versión de los hechos. Por ello, el guion de esta exposición se construye a través de reunir esfuerzos de todos los sectores involucrados, porque los que vivieron este periodo deben contar incansablemente la historia a los que no vivieron la guerra, para que haya esperanza de construir un futuro mejor", dice Ninel Pleitez, la curadora de la exposición.

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La exposición se inauguró en enero de 2018 como parte de los eventos para recordar el 26° aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992. Es el resultado de una investigación que inicia en 2016 y termina en 2017. Colaboraron organizaciones que trabajan en la conservación de la memoria histórica y en la defensa y promoción de los derechos humanos. Se recogieron los testimonios de las víctimas. La coordinadora fue de la antropóloga Ninel Pleitez.