Rubén Aguilar Valenzuela 

El 41% de las familias del país, que representan 15 000 000, en 2022 tuvieron problemas para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares.

 

Es un número menor a las 16 000 000 de familias de 2018 y a las 18 600 000 de familias en 2021, pero sigue siendo un número todavía muy significativo.

 

El ingreso corriente promedio de los hogares aumentó en un 4.6% con relación a 2018 y en 11% respecto a 2020. El gasto general en alimentación creció en 9.3% y en 16% respectivamente.

 

La encuesta pone de manifiesto que en 13 600 000 de hogares hubo preocupación de que la comida se acabara, que es una reducción del 3.1% con relación a 2018 y de 18.3% con respecto a 2020.

 

Lo que las familias gastan del ingreso en alimentación es muy desigual según el nivel económico en el que se encuentran. Las de mayor ingreso solo gasta el 14% y las de menor ingreso el 56%. Una diferencia del 300%.

 

De los 15 000 000 de hogares con problemas para alimentarse, en 7 200 000 de estos, los adultos dijeron que comieron menos de lo que consideran debieron haber ingerido.

 

En 4 200 000 de hogares, los adultos afirmaron que dejaron de desayunar, comer o cenar. De manera particular en el caso de 3 700 000 de hogares los adultos no comieron.  

 

Es preocupante que en 966 000 hogares, por los problemas relacionados con la alimentación, los adultos tomaron decisiones que no hubieran querido.

 

En algunos casos pidieron limosna, mandaron a los niños a trabajar e incluso realizaron prácticas socialmente no admitidas como robar.

 

De acuerdo a la encuesta uno de cada cuatro hogares, el 25%, dijo que su alimentación no fue sana y tampoco variada. Habla de niveles de desnutrición que no registra la encuesta.

Los estados que están por arriba de la media nacional con problemas de alimentación son: Guerrero (62.6%); Oaxaca (60.2%); Tabasco (57.6%); Chiapas (55.8%); Puebla (52.5%) y Veracruz (51.9%).

En los estados donde hubo un mayor incremento en el problema de la alimentación son: Durango (19.6%); Aguascalientes (12.8%); Puebla (11.2%); Guanajuato (10.3%): Querétaro (8.0%); Sonora (4.7%); Nuevo León (3.4%) y Michoacán (1.8%).

Los datos de la encuesta en materia de alimentación señalan una mejora significativa de 2020, año de la pandemia, a 2022 y en menor proporción con relación a 2018.

A los especialistas preocupa que estos buenos datos pudieran haber sufrido un claro retroceso en 2023, por la elevada inflación, que fue mayor en el rubro de los alimentos.

 

Si la inflación general alcanzó el 8.0% en los alimentos básicos subió al 12.0% y hasta el 14.0%. Esto implica necesariamente una reducción en el poder de compra y en la ingesta de alimentos.

 

Habrá que ver los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares del 2024, para saber cómo la inflación pegó al gasto de los hogares y a su alimentación.

 

@RubenAguilar