Rubén Aguilar Valenzuela
El paraíso en la otra esquina (Alfaguara, 2003) del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa cuenta de la historia de Flora Tristán (1801-1844) y la de su nieto, el pintor Paul Gauguin (1848-1903).
 
Ellos no se conocieron, cuando Gauguin nació Tristán ya había muerto. En la novela la relación entre los dos se da a partir sus sueños y de sus intensas vidas.
 
La abuela, una socialista, lucha por instalar el "paraíso" en la tierra. El nieto por librarse de las ataduras sociales y el academicismo, para poder pintar en la libertad que quiere.
 
A ambos los guía una utopía, a ella de carácter social y a él individual y artística. Uno quiere cambiar el mundo y el otro la manera de pintar.
 
Tristán, hija de una francesa y un peruano, cuando Perú era todavía colonia, viaja al país de su padre para reclamar su legitimidad y la herencia, que pensaba la correspondía. El matrimonio eclesiástico de su padre no fue reconocido y no obtuvo lo que quería.
 
La estancia en el país de su padre cambió su vida. Regresó a Francia con ideas más claras sobre la injusticia social, la miseria, la esclavitud y el papel subordinado de la mujer. Esa experiencia la escribe en su libro Peregrinaciones de una paria (1838).

En la novela Tristán es la primera gran feminista de la historia. Una socialista francesa que dedica sus últimos años a predicar por toda Europa a favor de la causa de los marginados, de los obreros y de la necesidad de construir una nueva sociedad.
 
Se casa por conveniencia, pero después de años abandona a su esposo, pierde, entonces, la tutela de los hijos y se gana el repudio del mundo en el que vive. Nada la detiene en su lucha por la utopía en la que sueña.
 
Vargas Llosa presenta una Europa del siglo XIX donde los obreros y los campesinos son explotados por una aristocracia indiferente e insensible a lo que sucede. Aborda también el comportamiento de la oligarquía de Arequipa, a la que Tristán viaja en busca de sus raíces.
 
Gauguin es un joven burgués con un trabajo próspero en la Bolsa de Valores de París. Un día descubre la pintura y se ve atraído por ella de manera tal que lo deja todo. Abandona a su mujer, a sus hijos y se va a vivir a Tahití y las islas Marquesas.
 
Ahí empieza a pintar la naturaleza y modelos que le resultan exóticos. Luego se involucra en la vida de una civilización que asume como auténtica y original. Una que nada tiene que ver con Europa y sus maneras. Gran parte del texto dedicado a Gauguin, Vargas Llosa lo desarrolla a partir de la descripción de sus cuadros.
 
Los dos personajes, abuela y nieto, tienen marcadas diferencias, pero comparten la búsqueda de un ideal, de una utopía, y el rechazo a la convencional sociedad en la que les tocó vivir.
 
El injusto siglo XIX fue también el de las utopías. En el texto Vargas Llosa menciona a: Saint Simon, Fourier, Bakunin, Robert Owen y Karl Marx. Algunos de ellos influyeron en Tristán.
 
El libro refleja un trabajo de investigación amplio y sólido. La escritura, como en todas las obras del Premio Nobel, fluye. El paraíso en la otra esquina, se puede ubicar dentro de la corriente de las biografías noveladas.
 
El paraíso en la otra esquina
Mario Vargas Llosa
Editorial Alfaguara
México, 2003
pp.485