Rubén Aguilar Valenzuela
Retratos de una guerra (Lituania - Estados Unidos, 2018) del director lituano Marius A. Markevicius se sitúa en el marco del proceso de anexión de los países del Báltico (Lituania, Estonia y Estonia) que impulsa Joseph Stalin, para construir la Unión Soviética (URSS).

En 1941 Lina Vilkas (Bel Powley), una estudiante de arte de 16 años, su madre Elena (Lisa Loven Kongsli) y su hermano menor, Jonas (Tom Sweet) son deportados a un campo de concentración en Siberia. Al padre Kostas (Sam Hazeldine) lo separan.

La familia que vivía tranquilamente en Lituania de pronto se encuentra ante una situación inédita y nunca esperada. Todo se derrumba y los proyectos de vida que se tenían contemplados ya no tiene lugar.

Ahora toda la energía está puesta en cómo sobrevivir a las condiciones inhóspitas de la Siberia y a las propias del campo de concentración manejado de manera violenta y brutal, por los militares rusos.

El director desarrolla a la vez dos historias, la de cada uno de los integrantes de la familia y la manera que enfrentan el reto de sobrevivir, y también es un "retrato" de la brutalidad del régimen impuesto por Stalin.

La película registra como Lina pasa de ser una adolescente idealista, que quería ser pintora, a una joven mujer que saca fuerzas desde el fondo de sí misma, para sobrevivir y ayudar a su madre y hermano.

Ella, de manera clandestina, dibuja las condiciones del campo y lo que tienen que vivir los prisioneros a manos de los soldados del Ejército soviético. Guarda la esperanza de que algún día su padre los vea.

La crítica especializada reconoce el trabajo de la británica Bel Poewly. Para ella la historia de Lituania fue un descubrimiento y dice que "desde un principio me llamó mucho la atención la resiliencia de los lituanos, la forma en que padecieron por tantos años la dominación soviética sin perder jamás su sentido de identidad nacional, y me conmovió mucho enterarme del enorme sufrimiento que representó para ellos el haber vivido una tragedia de larga duración, no de las que ocurren en un momento y tienen repercusiones durante mucho tiempo, sino que se desarrollan a lo largo de un lapso prolongado de tiempo".

Y añade que "haber podido platicar con la persona real en la que estuvo basado el personaje de Elena, mi madre en el filme, me ayudó a entender de mejor manera lo que ella y los suyos vivieron y sufrieron (...) Ashes In The Snow, entre otras cosas importantes, retrata la fortaleza de las mujeres (no solo las protagonistas) incluso en los momentos más críticos de una guerra y enfatiza la forma en que ello permite sostener a una comunidad que parece resquebrajarse y, a partir de eso, resistir en las difíciles condiciones que lo hicieron durante tanto tiempo".

En 2016, en una visita de familia a los países Bálticos, me impresionó mucho como Lituania construía una nueva narrativa de su historia después de los años de la dominación soviética y ver, una vez que en 1992 recuperaron su independencia, el enorme desarrollo social en los más diversos campos. Era común que nos dijeran que en pocos años iban a superar el atraso, producto del régimen de la URSS, y alcanzar el mismo nivel que Finlandia que era el que tenían antes de la anexión. Algunos indicadores sociales muestran que ya lo lograron.

Retratos de una guerra
Título original: Ashes in the Snow
Producción:  Estados Unidos - Lituania, 2018

Dirección: Marius A. Markevicius
Guion: Ben York Jones, a partir de la novela del mismo nombre de Ruta Sepetys
Fotografía: Ramunas Greocius
Música: Volker Bertelmann
Actuación: Sophie Cookson, Jonah Hauer-King, Bel Powley, James Cosmo, Peter Franzén, Lisa Loven, Martin Wallström, Nadja Bobyleva, Sam Hazeldine, Adrian Schiller (...).